Una Rivalidad Mítica Hecha Film
En la presentación du la película advierten que relatan una rivalidad que cambió la historia del tenis. Estamos hablando del film nórdico Borg vs McEnroe. Realmente esta rivalidad duró muy poco debido al relativamente tempranero retiro de Björn Borg de las pistas, en la práctica desde 1982. Incomparable a la longeva carrera de John McEnroe, la cual duró 15 años.
El punto de encuentro entre estos 2 gigantes para el desarrollo de la historia del film es el torneo de Wimbledon de 1980, cuando aparecían como los grandes favoritos para adjudicarse dicho certamen, eso sí con una importante diferencia. Por aquellos días, el sueco Borg era el amo y señor del circuito, pues dueño de un atildado, a la vez que poco ortodoxo juego, había ganado 4 títulos en Wimbledon consecutivos con tan solo 24 años de edad. El estadounidense McEnroe en cambio era la gran promesa, aunque a pesar de su juventud se erigía como el villano del circuito por su mal carácter, el cual contrastaba con la aparente impoluta serenidad de Borg.
Pero este film, producido en Suecia en asociación con otros países nórdicos apunta más a cómo Borg consigue aquella sólida personalidad que permitió manejar su innato talento para el deporte, aquella transformación de un joven díscolo a un tenista imperturbable tendría un piloto: el entrenador Lennart Bergelin, antigua gloria del deporte sueco que vería en Borg el potencial para superarlo con creces. En realidad la película se centra bastante más en la vida de “Ice-Borg”, considerado el mejor deportista sueco de todos los tiempos, en tanto que del lado de McEnroe se contempla sus relaciones familiares, con otros tenistas y sus luchas personales originadas por su rol de villano.
Hay poco en sí sobre tenis: historia o técnica y mucho más del lado humano. La evolución de Borg hacia convertirse en uno de los mejores tenistas de la historia que tiene su punto de inflexión en su brillante participación en la Copa Davis en 1975, antes de cumplir 20 años, dio los puntos decisivos para que Suecia logré el primer lugar de este certamen por primera vez en su historia. Logramos transitar por las obsesiones y compulsiones de Borg, quien necesitaba de una serie de inflexibles rutinas para lograr la calma con la que afrontaba sus juegos. Compulsiones que incluso deterioraban las relaciones con su círculo cercano.
Tal vez por el título se esperaba en una trama enfocada en la rivalidad, pero es más bien un viaje hacia el interior de los grandes campeones, la angustia y las privaciones por las que pasan para lograr los grandes victorias, mientras otros prefieren evitar el paso doloroso, más bien disfrutar y eventualmente ganar, filosofía encarnada en el film por Vitas Gerulaitis, destacado tenista de aquellos tiempos. Está obsesión de la que somos testigos a diario por ejemplo cuando vemos jugar a Rafael Nadal, estas compulsiones y angustias narradas en la autobiografía de Andre Agassi, finalmente llegaron a la pantalla para hacerse agarrar de la silla al espectador.
Como bien sabemos, Borg derrota en la final de 1980 a McEnroe y logra su quinto Wimbledon consecutivo, impresionante récord que sería superado varios años después por Roger Federer. Después, y esto ya no fue parte de la película, McEnroe derrotaría en la final del US Open 1981 a Borg, lo que influiría decisivamente en la decisión del temprano retiro del sueco. En realidad, oficialmente solo se enfrentaron en 14 ocasiones, con 7 victorias para cada uno.
La película fue dirigida por el danés Janus Metz Pedersen. El islandés Sverrir Gudnason encarnó a Björn Borg, mientras que el estadounidense Shia Labeouf a John McEnroe. Excelente labor al fidelizar el relato con diálogos en sueco, inglés, francés y hasta castellano argentinizado.
Guitarras y gol
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