De esa Nostalgia que es Doble Nostalgia
Uno de los estrenos importantes de Netflix para inicios de año fue “That ‘90s Show”. A partir de enero se pudo ver una entrega de 10 capítulos fáciles de ver gracias a una trama dinámica, sin mayor concentración filosófica y evocando a lo que comentamos en el título: la nostalgia.
Es precisamente la nostalgia la temática principal, eje transversal de la serie y de hecho, es algo con lo que juega mucho esta plataforma, pero en esta ocasión hay una especie de nostalgia reverberada que provoca un enganchamiento inevitable en el rango etario de 30 y 40 años. Primero, por tratarse de una especie de Spin-Off de “That ‘70s Show”, programa muy popular hacia finales de la década de los 90 e inicios de Siglo XXI y del cual ciertamente su público cauto estaba muy ansioso de saber algo más, ver que pasó con la vida obviamente ficticia de sus queridos personajes, similar en cierto punto a lo que vimos con Fuller House. Con la diferencia de que las apariciones de “la pandilla” son esporádicas y más bien son los mayores, convertidos en adorables abuelitos, los que toman protagonismo.
El segundo elemento es el escenario de la década de los 90, época en la que se crió la mayoría de la fanaticada de “That ‘70s…” y de hecho, época de verdadera infancia y adolescencia de sus protagonistas, los cuales tienen que actuar de adultos de una época en la que en verdad eran unos niños. Se van tejiendo conjeturas interesantes mientras aparecen los elementos característicos del final del siglo pasado como la tecnología: gigantes teléfonos inalámbricos, el módem chillón de una computadora “personal” de enormes monitores, los discos compactos y el legendario discman. Música de la época: Alanis para la chicas rebeldes, más todo el hip – hop y acid house para las fiestas. La ropa que en el caso de las chicas está volviendo de moda en los tiempos actuales, breves referencias políticas con Clinton y un ambiente de hecho, tecnológicamente menos dependiente comparado a nuestros días para los chicos. Las clásicas transiciones de escena pasaron a ser menos «groovy» y más «acid».
Adentrándose en la Serie, en “That ‘90s” el espectador buscará equivalencias entre la vieja y nueva pandilla. Existe una muy clara entre los Kelso. Jay ocupa el lugar de galán rompecorazones de su papá Michael y su aspecto también vendría a ser herencia de su madre, en ese caso, Jackie. Podríamos decir que Ozzie en su calidad de “migrante” y chico de acentos y hábitos extraños es el equivalente de Fez, pero hay un elemento muy diferenciador. De todas formas, los protagonistas no son ellos, sino Leia Forman, hija de Eric y Donna, e interpretada por Callie Haverda, quien podríamos decir que hereda lo “nerd” del padre, nombre incluido, y apenas algo de la fuerte personalidad de su madre. Una síntesis un tanto incompleta de ambos.
Sin embargo, el resto de personajes tienen una identidad propia. Tenemos a los medio hermanos Gwen y Nate. Ella, una chica rebelde y en onda con corrientes feministas y progresistas, él, básicamente un romántico que fundamenta mucho su personaje en su amistad con Jay y su relación con Nikki, una chica inteligente y con grandes planes a futuro. En general vemos chicas con personalidades imponentes y chicos un tanto desprolijos. Acá es cuando quizás vemos un modelo clásico de la plataforma que generalmente refuerza los roles femeninos y también puede hacer algo extraño a la audiencia que buscaba nostalgia pues no precisamente el feminismo y los colectivos gay tenían roles tan visibles a finales de Siglo XX. Tal vez esa sólo sea una percepción desde la tierra tercermundista de quien escribe.
También el reparto tiene un sello de actualidad que es su diversidad étnica. En “That ‘70s…” la misma estaba a cargo de Fez, mas en su secuela vemos a chicos asiáticos y afro descendientes, algo que tampoco era lo suficientemente común en los años 90, pero que le vamos a hacer. De todos, quien se roba el show a pesar de tener un rol completamente pasivo mas certero y ácido es Ozzie, quien es totalmente aceptado mientras declara abiertamente que es gay (cosa muy normal hoy, no demasiado en los 90), mas lógicamente tiene recelo de mostrarlo a la gente grande.
Las esperadas apariciones de los viejos personajes son muy esporádicas salvo Kitty y Red, padres de Eric y abuelos de Leia, quienes de hecho son protagónicos y en su esencia no han cambiado demasiado y siguen siendo adorables. La diferencia está en tener que lidiar y aceptar su vejez con lo que implica el retiro y el comienzo del vértigo de la tecnología. Laura Prepon es parte de la dirección del show y su personaje, Donna, tiene un par más de intervenciones, lo mismo Fez (Wilmer Valderrama) quien ha llegado a ser un prestigioso estilista. Solo no aparece Hyde, ya que Danny Masterson, quien daba vida a su personaje, enfrenta un juicio por agresión sexual.
El pueblo, Point Place, Wisconsin, parece ser el mismo. Obviamente el tema de entrada, no, debía tener voces femeninas y el sonido del rock alternativo de los 90. Ver “That ‘90s” puede provocar recordar lo que se vivía en los 90 con la secuela de un show de esos tiempos ambientado en otros tiempos y que generalmente hace esperar más referencias y sorpresas. Se ha anunciado otra temporada, pues ese verano de 1995 al parecer dejó muchas historias inconclusas. No es la gran obra de arte, pero sí es muy mirable. Por cierto, los círculos mientras están bajo influencia del porro permanece indeleble, tal vez un poco menos gracioso, pero funciona.
Guitarras y gol
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