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El Anti Equipo 2015

Cuando está a punto de cerrar un año, lo normal es que se elijan los 11 ideales de cada torneo, de cada país, continente, del planeta entero. Como deben estar algo cansados de eso y cada diario, sitio web, programa de radio y televisión ya debe haber escogido el suyo. Nosotros no inclinamos por hacer el “anti equipo”. Un recuento de los futbolistas con más desafortunado andar en el torneo ecuatoriano de primera división 2015. Nos tocó hacer un 3-4-3

Adrián Bone

El portero de El Nacional tuvo por lejos, la peor temporada no sólo desde que ataja para los criollos, sino de su carrera profesional, siendo responsable directo de varias derrotas de su equipo cometiendo errores de novatos que costaron varios goles. El otrora tercer portero de la selección ecuatoriana, quien incluso integró una nómina mundialista está en muy baja forma y su inclusión en el “anti equipo” esperamos sirva para alentarlo a volver a su mejor nivel.

Eduardo Morante

Contratado para la zaga de Nacional con el afán de paliar un déficit defensivo que el equipo militar que se venía venir desde el año pasado. Quien era la promesa en la zaga central del balompié nacional y que fue traspasado en millones de dólares a la U de Chile ahora es una sombra. Sin duda las lesiones fueron acabando con su habilidad para la marca y en los actuales momentos, su total falta de “timing” y precisión lo hace una constante bomba de tiempo para sus compañeros. Una pena como se fue deteriorando la carrera de este jugador.

Andrés Lamas

En el primer semestre del año, el zaguero central uruguayo defendió la divisa de Barcelona S.C. Con el antecedente de haber jugado en Independiente del Valle con mediano suceso la temporada pasada, llegó a filas canarias para reforzar la zaga para los torneos nacionales e internacionales que afrontó el Ídolo con poca fortuna. Repartió faltas y patadas que costaron puntos vitales, una pobre campaña en Libertadores y quedar lejos de la disputa por la primera etapa del torneo local. Duró 6 meses nomás

Juan Carlos Espinosa

“El artista antes conocido como Max Barrios” te hace cuestionar algunas cosas. La primera es el asombro que causa que este muchacho haya podido integrar la selección de otro país. Bajo su seudónimo, “Max” llegó a defender a Perú en categorías menores y después de comprobarse el escándalo de su identidad fue a parar a su club “primigenio”, Liga de Loja, en el cual vimos a un zaguero sumamente rudimentario que entre otras “flores”, causó una grave herida en el rostro a un jugador juvenil. El otro motivo de asombro es cómo en el fútbol ecuatoriano se pudo inscribir a alguien que se le comprobó un fraude con su identidad, pero bueno, esto es Ecuador y ese tipo de cosas mas bien no nos debería asombrar.

Alejandro Frezotti

El volante argentino había jugado previamente en el Deportivo Cuenca y con fama de recio y aguerrido, fue a parar a Barcelona, donde generalmente hay gusto por esas características y con su pinta de Jesucristo, el combo era completo para una afición canaria que suele ser devota de los argentinos melenudos. Se había evidenciado en sus tiempos por tierras morlacas, que no era un dechado de virtudes técnicas, pero sus continuas fallas a la hora de salir con el balón dieron muchos problemas a sus compañeros ubicados en el bloque posterior y con ello, los goles y resultados negativos para la escuadra amarilla, donde no vieron de otra que deshacerse de él a mitad de temporada, para el alivio de su parcialidad que terminó aborreciendo a este futbolista.

Dennis Quiñónez

Uno de la camada de los “Vizuete Boys”. Polifuncional, puede ser usado como back centro o volante de marca y en este lamentable año para Deportivo Quito, justamente jugó en ambos puestos, sin dar buenos resultados en ninguno. Lamentablemente, este futbolista que a inicios de la década se lo contaba como una promesa para el fútbol ecuatoriano, en estos días deambula de equipo en equipo sin poder consolidarse y ya siendo muchas veces, un estorbo en las plantillas de donde termina. Finalmente pudo jugar los últimos partidos del equipo chulla por que literalmente, era lo que había.

Carlos Feraud

Ya van quedando lejos los años en que el, junto al “pipiolo” Uchuari (quien no entró por un pelo en esta lista) causaban sensación en Liga de Loja. Actualmente, Feraud es otro jugador que deambula de equipo en equipo sin poder brillar en ninguno. En el 2015 tuvo una temporada muy irregular, siendo poco aporte para un Deportivo Cuenca que hizo morir de hambre a sus atacantes y no precisamente estamos hablando de su situación económica, sino que en verdad hubo poca generación de juego y lo poco que se llegaba al arco era infamemente desperdiciado. Otra joven promesa que se fue desinflando dramáticamente.

Anderson Naula

Al pequeño Naulita lo ponemos como la sobrevaloración del año. En un inicio asombró como este chico bajo de estatura y poco entrado en carnes, se plantó con desparpajo en una cancha profesional, defendiendo a Liga de Loja. Fue convocado a la selección Sub 17 y llegó a disputar el mundial de la categoría, siendo evidentemente uno de los que sí aparentaba esa edad o bastante menos. Su aporte en la cita mundialista fue mínimo y de hecho, en el segundo semestre del año prácticamente fue desapareciendo. Su frágil físico y la pequeña fama que cobró gracias a los medios que se asombraron con su par de jugadas notables, hicieron a sus marcadores tomar recaudos y dejarlo casi sin ningún protagonismo.

Pablo Palacios

Una muy mala temporada para el cabezón, jugador al que le han cambiado de posición unas 400 millones de veces desde que se enroló en El Nacional y ahora, en el regreso a sus funciones ofensivas, se lo vio bastante mal. Palacios estuvo errático e impreciso la mayor parte del año, lo que derivó en una escasez de generación de jugadas de peligro para el equipo militar. Habría que ponderar por lo menos, que el goleador del 2008 al menos, nunca bajó los brazos y jamás se lo vio displicente.

Cristian Ledesma

El atacante paraguayo llegó en el tumultuoso segundo semestre de Deportivo Quito a reforzar el ataque y alguna esperanza de goles dio en sus primeros partidos, para pasar a estar desapercibido en una plantilla que de por sí era limitada, pero él no podía hacer la diferencia. No lo podemos culpar, lo líos económicos pueden desmotivar a cualquiera, pero estuvo lejos de demostrar que estaba a la altura de la primera división de nuestro país. Estuvo muy negado frente al arco.

Leonel Núñez

De hecho, al “gordo” lo hemos designado como capitán. Paró en el Mushuc Runa de Ambato cargado de su fama y su prominente abdomen, mas no de buen fútbol. Lo poco que se vio del atacante argentino en tierras ecuatorianas fueron los vestigios de lo que alguna vez fue un futbolista importante. Su escandalosa falta de forma lo hace merecedor a ser una de las mayores vergüenzas del año en nuestro fútbol. El gordo debe estar agradecido que económica y dirigencialmente, lo que pasó en nuestro fútbol fue escandaloso y así, su falta de respeto hacia la primera división de un país quedó opacada.

D.T.: Carlos Sevilla

El prestigioso técnico ecuatoriano tuvo la penosa tarea de conducir un cádavaer futbolístico a la segunda división de nuestro país, no sin antes protagonizar uno que otro exabrupto con la prensa, producto sin duda, de todo el stress que debe haber sido, dirigir a este Deportivo Quito que fue cayéndose a pedazos.

Dirigente: por montones. Lo dejamos a su buen criterio, distinguido lector.

Un año horrible entre los años horribles

Desconozco cómo se habrá vivido la campaña de El Nacional que condujo al descenso de 1979, pero sin duda esta debe haber sido la más triste y desalentadora para la parcialidad criolla, y eso que quedó mejor ubicado que en el 2012 por ejemplo, pero al menos, la categoría fue salvada épicamente. Lo de este 2015 de Nacional se puede describir con una palabra: deprimente.

El inicio del 2015 llegaba para Nacional con cierta ilusión. Tras la consolidación de la directiva civil que había implicado el no pasar por sustos económicos, un mediocre séptimo puesto pero con espectaculares asistencias, todo hacía suponer que ahora se daría otro paso más adelante. Las contrataciones de Edison Méndez y Cristian Lara, a pesar de la veteranía de ambos, hacían pensar que habría buena pelota jugada y al menos, se convertirían en los imanes de taquilla. Con Eduardo Morante, Anderson Ordóñez y Luis Luna parecía que se podía paliar la problemática defensa y el “francés” Álvarez era la gran incógnita en el ataque, pero su tamaño y la promesa de traer algunos secretos del fútbol europeo, por lo menos permitía ser optimista.

Se ratificó en la dirección técnica a Octavio Zambrano, apuntando a que un posible conocimiento de la institución y continuidad que se vería poco fructífera. Como viene siendo costumbre, Nacional arrancó la temporada con una seguidilla de derrotas y Zambrano se aferraba a su cargo con un par de victorias épicas frente a Barcelona y Aucas en los instantes finales de dichos partidos. Nacional era superado en todos sus juegos, pero al menos, contaba con suerte.

Cuando eran evidentes los pobres resultados de Zambrano, su permanencia en la dirección técnica de Nacional no resistió más. Tras un breve paso de Orlando Narváez por la banca, la directiva resolvió que se necesitaba un DT con prestigio y renombre, contratando al argentino Rubén Darío Insúa, un hombre que sabe lo que es salir campeón en el país e internacionalmente. Absolutamente todos dieron el visto bueno a la llegada del poeta: hinchas, periodistas, perio – hinchas. Parecía que ahora sí llegaban los buenos tiempos para la divisa criolla.

“Milagrosamente” el equipo enderezó, partidos con mucho orden y tal vez marcadores apretados que lo tuvieron a Nacional peleando por Copa Sudamericana y con el mismo puntaje que el líder de la segunda etapa aunque con menor diferencia de goles. Hasta golpe de fecha 7 u 8 de la segunda etapa, se mantenía cierta ilusión y vino la debacle luego del 30 de agosto cuando había vencido a River Ecuador.

Nacional no volvió a triunfar hasta el 29 de noviembre y durante ese trayecto, lo que parecía un club convaleciente pero en vías de recuperación, dejó de ser tal. Derrota tras derrota, algunas de ellas humillantes, como el 5-1 de local frente a un rival tradicional como Liga de Quito, un inédito 5-0 frente al novato River Ecuador… En cada traspié, se hablaba de malestar a la interna, el cual salió a la luz por declaraciones de Insúa, cuando se conoció que no había puntualidad con los pagos del plantel de jugadores. Por ahí se podía explicar esas pobres actuaciones.

El tema político afectó notablemente al rendimiento del club. El Presidente saliente, Dr. Jorge Yunda, se encontraba en pleno proceso de reelección y la lista adversaria estaba presidida por el antiguo Presidente, Gral. Tito Manjarrez. Para inscribir candidaturas, hacía falta que tengan el respaldo en firmas de un mínimo de socios que en primera instancia no fue alcanzado por ninguna de las candidaturas, lo que derivó una ampliación del plazo para la presentación de dichas firmas, requerimiento que únicamente cumplió la lista de Manjarrez.

Del lado de Yunda, una vez que se conoció que no calificaba su lista para elecciones, presentó su renuncia argumentando que prefería facilitarle la sucesión a Manjarrez. Sin embargo, preferentemente a través de redes sociales, Yunda supo manifestar que sintió que no era bienvenida su presencia en el club (demás está recordar que fue el primer Presidente civil en un club que siempre fue dirigido por militares). La decisión fue duramente criticada por ciertos sectores de la prensa e hinchada, puesto a que en el momento en que pasaba toda esta inestabilidad electoral, la crisis financiera y de resultados se iba ahondando.

Volviendo a lo futbolístico, Insúa salió del club luego del catastrófico juego con River Ecuador, su reemplazo, que se suponía, era hasta el final del torneo, fue el desconocido DT local Quenry Valencia, con muy malos resultados, con lo que para las últimas fechas se lo trajo al uruguayo Eduardo Favaro, quien consiguió 2 triunfos y 3 derrotas. ¡El Nacional tuvo 5 directores técnicos en la temporada! Algo que normalmente pasa en equipos que descienden o pasaba en los años más caóticos de Barcelona S.C. por ejemplo.

De regreso a la novela dirigencial. Yunda había renunciado un 29 de octubre, pero las elecciones no se celebraron sino hasta el 28 de noviembre, asumiendo la presidencia del club recién el 18 de diciembre. Aparente acefalia en el club, que había quedado en manos del Vicepresidente de Yunda, Gustavo Cabrera. En todo ese tiempo, sumado a cada amargura que daba el cuadro criollo a su hinchada y a los problemas económicos, estuvo la pugna entre Yunda y Manjarrez. El uno le decía que mejor asuma de una vez la presidencia, el otro, que por qué salió del cargo antes de tiempo y que asumirá cuando inicie legalmente su periodo.

Mientras Yunda y Manjarrez se pasaban la pelotita, El Nacional acababa su campaña con la resta de un punto por la no presentación de roles de pago de los jugadores. Volvió a saberse este tipo de problemas que se daban antes de 2013 y que parecía, se habían solucionado, volvieron a aparecer, sumado a que desde este año, hay un reglamento que penaliza eso. Una vergüenza más a la campaña 2015.

Yunda manifiesta que varias deudas claves del club (IESS; SRI) fueron saneadas durante su gestión, además de varias deudas de antes de su mandato, que incluían a sus mismos empleados y antiguo plantel de jugadores y tuvieron al cuadro criollo en una situación sumamente crítica previo a su periodo. El tema de la deuda al actual plantel se argumentó que fue causado porque no se pudo hacer uso del dinero que se descuenta a los socios militares.

El panorama es desolador. De este 2015 prácticamente no hay como rescatar nada a nivel futbolístico. Las contrataciones fueron decepcionantes. La defensa encajó 58 goles, con rendimientos paupérrimos de Caicedo, Morante, Luna, Ordóñez más el peor año del portero Adrián Bone desde que está en la institución militar. Un valor como Franklin Guerra pasó mucho tiempo ausente por lesión o suspensión. Edison Méndez enfrentado al DT Zambrano y también su condición física conspiró para que su aporte sea a cuenta gotas, Daniel Samaniego recién alineó cerca del final del torneo. El ataque criollo fue uno de los peores del torneo con sólo 45 goles conseguidos. Ni Miguel Álvarez ni Edison Preciado ni Marquez (y del resto es difícil acordarse siquiera) fueron una solución real para el rojo. Eso más, muchos de los jugadores de este año terminan sus contratos y uno a uno han empezado a irse, mientras la actual dirigencia no anuncia contrataciones y todos los equipos con los que luchará por la categoría, van sumando gente.

El Nacional sigue en problemas económicos, lo que Manjarrez no deja de “recordar” en medios de comunicación, y con las escasas relaciones con grupos económicamente poderosos de la actual directiva, se ve difícil que pueda arreglarse dicho problema en el corto plazo. Se dice que se echará mano de las formativas para salvar al club, pero actualmente evidencias resultados poco alentadores, además si vemos el ejemplo de Deportivo Quito, cuando empezó a ubicar mucho producto de su cantera, comenzó el desastre. Para ganar partidos hará falta un jugador que marque la diferencia y está lejos de que se pueda contratar alguno. Cuadros como Fuerza Amarilla o Mushuc Runa hoy por hoy le ganan fácilmente la pulseada a los criollos a la hora de llamar a alguien a sus filas.

El Nacional tiene un número importante de hinchas, bastante menor al de los otros 3 grandes, pero significativo. Sin embargo, al apático hincha criollo hay que estimularlo continuamente y en eso la labor del Dr. Yunda fue espectacular al promocionar al club a través de los medios del Grupo Canela del que él es la cabeza. Manjarrez estará muy lejos de contar con ese respaldo y las taquillas sufrirán sensiblemente. Además de que si quiere pautar, le tocará sacar del calamitoso erario criollo.

La situación financiera aún es incierta con un informe económico aún no aprobado. La situación se supone que es mala, pero es bastante menos mala que lo que pasaba en 2013 según la versión y gestión de Yunda. Lo cierto es que para corregir los males urgentes del equipo de fútbol, los recursos monetarios son cortos y lo que puede esperar el hincha de El Nacional en el 2016 es otro año mediocre en el que máximo se salve la categoría. Llegar por ejemplo a una Copa Sudamericana, sería prácticamente un milagro. La evaluación financiera de la gestión Yunda aún queda en veremos, pero la futbolística, que es más fácil de analizar, es decididamente mala. Sumado a sus reacciones dignas del hincha más termocéfalo (de cabeza caliente, para quienes no están familiarizados con el término rioplatense) que derivaban en actuaciones y declaraciones lamentables que solo propiciaban inestabilidad en el plantel e incertidumbre en la hinchada.

El Nacional, como nunca, es candidato de peso para descender. Mientras el hincha criollo ve con frustración cómo los ostentosos números de su otrora glorioso club son superados: ya Emelec logró un tricampeonato y ha participado más veces en Copa Libertadores que Nacional. Tiene 2 clubes con poca historia pero con solvencia económica que lo sobrepasan en mano a mano histórico, aunque cierto es que son clubes jóvenes: River Ecuador e Independiente. Este año lo más probable es que Liga de Quito lo supere en dicho mano histórico y en puntos conseguidos en Copa. Emelec podría hacer un tetra y superarlo en estrellas.

Con 23 derrotas, prácticamente Nacional le debe la categoría al señor “Palmira” Salazar y su demanda que ocasionó la pérdida de 6 puntos a Deportivo Quito, así como a los errores dirigenciales del señor Villavicencio en Loja. ¿Podría ser que esta vez no haya quién lo salve? Si desciende, ¿Qué tan rápido se recuperará? ¿o esa grandeza era solo una ilusión? Hasta la paranoia invade a la fanaticada criolla, que seguramente este año engordó mucho las billeteras de terapeutas y psiquiatras. Este fue un año horrible entre los horribles y como viene el panorama, pareciera que no fuera el peor. Espero con todo el corazón equivocarme.

El Descenso de una Ciudad y una Provincia

En el artículo de hoy les hablaré de uno de los equipos descendidos, y por tanto, no hay manera de dejar la crisis del fútbol ecuatoriano fuera del mismo, así que aquí vamos.

Liga de Loja inició el año 2015, como se le venía haciendo costumbre, sabiendo que tenía en el segundo semestre del año que enfrentar dos torneos por su clasificación a la Copa Sudamericana, y con esto llegaron nuevos nombres a reemplazar a quienes partieron a fines del 2014. A priori, era un equipo bien armado, para estar tranquilos y no preocuparse mucho por el descenso y poder enfocarse en conseguir una participación más en un torneo internacional. Julio César Toresani empezaba la temporada con un empate contra Barcelona y una derrota contra el campeón como locales, además de dos triunfos en Quito frente a El Nacional y Aucas. Todo indicaba que pese a que figuras como Uchuari y el golero Fernández salieron del club, el equipo era sólido y estaba para pelear copas internacionales de la mano de Juan Pablo Caffa (Uno de los jugadores con mejor pie que ha venido estos últimos años al país) y el joven Anderson Naula, promesa que dio mucho que hablar la primera mitad del torneo.

Pero la sensación de seguridad y estabilidad en el equipo de la centinela del sur duró poco. A inicios de marzo, la nueva administración municipal empezó un proceso para cobrar una deuda que tenía el equipo con el ayuntamiento, desconociendo un acuerdo publicitario que tenían de la alcaldía previa. En el mes de abril ya empezaban a sonar las alarmas en Loja debido a falta de pagos a los jugadores y de ahí todo iría de mal en peor, terminando la primera etapa con tan solo 19 puntos.

La Copa América no hizo más que acentuar los problemas económicos del equipo al tener que cancelar sueldos sin percibir ingresos y con esto vino la renuncia del DT Toresani con la subida del ex defensor Giovanny Cumbicus a la cabeza del equipo de primera división, pero esto no cambió las cosas. El 4 de julio y debido a que no se les cancelaban los sueldos, los jugadores del conjunto de la “garra del oso” no se presentaron a su partido contra El Nacional y el presidente Jaime Villavicencio anunciaba su renuncia.

Julio fue un mes de no terminar, ya que en la FEF se le restaron 3 puntos (de los muy pocos con los que contaba) al equipo por hacer jugar a un futbolista inhabilitado frente a Barcelona. A todo esto, el presidente del equipo, Jimmy Villavicencio, hacía la “racional” propuesta de que no hayan descensos hasta el 2017 “para mitigar la crisis” en el fútbol ecuatoriano.

Luego empezó la Copa Sudamericana y Liga de Loja cumplió un papel digno frente a Independiente Santa Fe, que a la postre terminaría coronándose campeón del torneo. Luego de esto, el equipo retomó su rumbo y empezó a conseguir puntos que le animen a seguir en la pelea, pero pese al esfuerzo de los jugadores, cada inicio de mes parecía que le bajarían más puntos al equipo por la no presentación de roles de pago.

Como sabrán, todo esto no terminó bien, y el equipo pese a mostrar buen fútbol en ataque de la mano de Caffa y Jonathan Borja, no pudo salvar la categoría debido al lastre que les cargaron fuera de la cancha, el incumplimiento a la plantilla en sueldos como la reducción de puntos en la mesa, los pocos puntos cosechados en la primera etapa y la no presentación en el partido frente a El Nacional.

Además, hay que resaltar la “cuestionable” decisión de jugar partidos de local en Machala frente a Barcelona y en Portoviejo frente a Emelec “vendiendo” las localías para desilusión de la hinchada lojana, que si bien no es la más numerosa, acompaña más que a otros equipos del país.

Liga de Loja deberá jugar el 2016 en la serie B y se espera un cambio de mando, ya que pese a los resultados obtenidos en años anteriores en la administración de Jimmy Villavicencio, este año llevó en picada al equipo, sin un plan ni una idea por donde guiarlo y cometiendo errores infantiles que le costaron puntos al equipo en la mesa, puntos que le pudieron regalar la salvación al final de la temporada.

No es un año para el olvido

Al contrario de lo que muchos pueden pensar y con las cosas aún calientes, este año que ha sufrido el Deportivo Quito no debería ser un año para el olvido, más bien debe ser un año para tomar todo lo que se hizo mal en este y los años anteriores y tratar (si es que el equipo no desaparece) de enmendarlo, fortalecer a la Institución y planificar a corto, mediano y largo plazo.

 ¿Por dónde empezar? Difícil con tantos frentes abiertos, cada uno más caótico que otro y sin una luz de esperanza para que las cosas mejoren. En declaraciones a varios medios de comunicación, los actuales dirigentes han asegurado que regresarán en el 2017 para ser campeones, esto no se compadece con la situación del equipo y no se tiene la mesura del caso, ojalá y me equivoque.

 En lo deportivo muy poco para rescatar, salvo el trabajo efectuado por parte de Tabaré Silva y su cuerpo técnico durante el primer semestre, el cual, a pesar de los pronósticos negativos con los que iniciaba Deportivo Quito, fue una grata revelación teniendo en cuenta lo limitado del equipo en todas sus líneas y que pese a esto y los problemas económicos, lo tuvo peleando. Los jugadores que destacaron como Richard Calderón y Juan Diego Rojas lo más seguro es que no continúen, otra vez se cierne la incertidumbre sobre el futuro de Luis Saritama, siendo la principal novedad para este 2016 la promoción de todo el equipo de reserva. Habrá que esperar para ver que refuerzos o que nombres se siguen sumando y restando para poder un panorama más claro en la complicada y larga serie B.

 

Con todo, lo único que espera la mayoría de los hinchas es que el equipo se recupere y regrese pronto de la serie B para dar pelea en los campeonatos, sin embargo es interesante analizar algunas cosas que se hicieron mal y se deben enmendar:

  1. Falta de transparencia Dirigencial

 Hasta el día de hoy, ningún dirigente dio el nombre de los principales responsables de la crisis con cifras y datos. El último presidente, Joselito Cobo, a través de los medios de comunicación declaraba que pronto se sabrán los nombres de los dirigentes que condujeron a la debacle del equipo, algo que algunos ya imaginábamos no iba a ocurrir ya que él fue parte de muchos de los directorios del Club y si nos ponemos a revisar, los mismos que se lanzan ahora lodo con ventilador han sido parte de las mismas directivas, todo esto se convirtió en un círculo vicioso de dirigentes que solo han rotado de nombramientos pero se han mantenido y sobre los cuales no se tiene claro que gestión efectuaron.

  1. La Inestabilidad Dirigencial: la falta de un plan real para recuperar el Club

 Complementando lo anterior y a pesar de que prácticamente quienes han estado en el club han sido los mismos, haber tenido tanta rotación, lo único que generó fue Inestabilidad e Incertidumbre en los jugadores, auspiciantes e hinchada. Así un breve resumen de las dirigencias:

 

Fernando Mantilla

Diciembre del 2009 – octubre del 2013

Junio – septiembre del 2013

Eugenio Romero

Octubre del 2013 – julio del 2014

Esteban Pacheco

Julio del 2014

AFNA

Agosto y septiembre del 2014

Santiago Rivadeneira

Septiembre Octubre de 2014

Joselito Cobo

Octubre del 2014 hasta noviembre 2015

 

Ninguna de las directivas entre los período 2008 y 2015, salvo las presididas brevemente por Esteban Pacheco y Santiago Ribadeneira, los cuales encontraron a sus peores enemigos dentro del mismo club y en la FEF, presentaron un plan que permita reorganizar a Deportivo Quito . De acuerdo a lo mencionado por éstos dirigentes, sus planes se vieron truncados y no fueron acogidos por no subordinar su voto a la Federación Ecuatoriana de Fútbol. Los que estuvieron al frente por períodos más largos, lo que hicieron fue el típico mecenazgo, poner y poner plata pero ¿a cambio de qué?, es otra de las situaciones que quedan en el aire. Ahora todos reclaman que les devuelvan su dinero. Joselito dijo que no endeudó más al club, lo que me parece perfecto, pero ¿qué hizo para poder generar ingresos?

  1. No tener un adecuado control financiero y presupuestario

En otras palabras no poner los pies sobre la tierra. Todavía tengo en la cabeza la voz de Fernando Mantilla respondiendo cada vez que los periodistas le preguntaban sobre el déficit que se venía incrementado, su respuesta: “Existen los recursos”, “el valor del déficit es manejable” o el más famoso de todos: “Un título no tiene precio”. Ahora todos sabemos dónde está este señor y el daño en reputación que dejó al club, que también es grave porque se vuelve difícil conseguir por ejemplo, auspiciantes que generen recursos para el equipo.

 Esto se viene arrastrando desde el año 2008, durante la presidencia de Fernando Herrera y Ricardo Acosta quienes cometieron uno de los peores errores que ahora pasaron una factura bien grande: dejar de pagar los impuestos al Servicio de Rentas Internas, aunque esto al señor Acosta lo trate de minimizar cada vez que se topa él tema. Luego viene el tema SEK y la Administración de Mantilla quienes distorsionan el mercado salarial del futbol ecuatoriano en general, con salarios demasiado elevados, con eso se comienza a inflar más la burbuja financiera que este año terminaría de explotar.

 Una Inversión se entiende como un valor que uno coloca en el mercado o en un instrumento financiero y que se espera genere a mediano o largo plazo una ganancia. Leer a Santiago Ribadeneira hablar de una “inversión” de USD 45,3 millones (cifra tomada de diario El Comercio) entre el año 2008 y 2014, es un despropósito monumental y por el contrario, nuevamente surgen la pregunta: ¿En que se invirtió ese dinero?

Sería bueno aclarar que pagar sueldos y premios de jugadores no es inversión, eso se llama Gasto. De acuerdo a cifras dadas por Ribadeneira, USD 36,6 millones fueron para el pago de salarios y primas a futbolistas y entrenadores entre el 2008 y el 2014. Se entendería como una inversión si ese dinero se utilizó para comprar los pases de los jugadores y luego venderlos en el mercado a un precio mayor. Sabemos que eso no pasó, que se crearon los famosos Fideicomisos a donde iban los pases de los jugadores y a la final nada quedo para el club y hasta la fecha nadie sabe que pasó con el dinero generado por la venta de los pocos jugadores y a cuánto ascendieron esos valores. Ribadeneira reconoce que apenas se generaron ingresos por USD 25.7 millones, generando una cifra negativa de 19.5 millones. En pocas palabras, los gastos superaron los ingresos del club.

 No se ha generado una visión de negocio ganar – ganar, como si lo tienen muchos clubes a nivel mundial y unos pocos a nivel local, de tal manera que gana el empresario y gana el club. Ese es otro de los pecados capitales que tuvo el quipo azul grana.

 

  1. La metida de pata de la FEF:

 A veces escucho al periodista Luis Baldeón, decir que Deportivo Quito le debe la vida a Luis Chiriboga, con lo cual discrepo, porque si fuera así a lo mejor el equipo no hubiera llegado a caer en el hueco financiero y deportivo que está ahora. ¿A qué se debe esta afirmación? Entre otras cosas, al poco control que ha ejercido la FEF en el manejo de los equipos. Al contrario, parece sacado de un cuento siniestro que el ente rector del fútbol ecuatoriano permita a los equipos pagar a sus jugadores hasta con tres meses de retraso. La FEF por ejemplo dio el espaldarazo a la gestión de Mantilla, sin realizar una investigación exhaustiva de cómo iba a financiar al equipo y como iba a pagar las deudas.

 Así mismo, de acuerdo a declaraciones de Esteban Pacheco y Santiago Ribadeneira, estos afirmaron que su continuidad al frente de Deportivo Quito y su apoyo a los planes de salvataje quedaron a merced de subordinar su voto y apoyo irrestricto a todas las decisiones de la FEF. Recordemos que cuando Ribadeneira y su Directorio renuncia, Patricio Salazar, en ese momento ex dirigente y como el afirma: un buen amigo de Chiriboga, anunciaba que un grupo de ex dirigentes (entre los que estaba el famoso Tiburón Acosta, uno de los iniciadores de la crisis) disponían del dinero para levantar la sanción al Quito siempre y cuando Ribadeniera renuncie.

 Tras la renuncia apareció ese dinero y del pago total que hicieron, USD 144 mil salieron de la FEF como adelanto de derechos de TV. Mediante un cheque emitido por la FEF a nombre de un hincha más del equipo de la ciudad, el mismo que cuando ya fue dirigente realizó uno de los actos más patéticos en la manchada historia del club, cuando, de acuerdo a declaraciones de jugadores como Michael Castro y con videos colgados en internet se mandó a la “barra” a apretar a los jugadores que no querían llegar al milésimo(?) acuerdo de pago, mientras Joselito les rendía a los violentos cuentas de su gestión frente al club, mismos que llegaron hacer guardia en el complejo de Carcelén y agredir a varios periodistas. Y así podrían seguir los ejemplos pero sería alargarnos demasiado.

 

  1. Echar la culpa a terceros y justificarse

Uno de los males de los ecuatorianos es que nos cuesta aceptar los errores, asumirlos y enmendarlos, al contrario, más fácil es echarle la culpa al que no está.

Seguramente existirá un grupo de dirigentes, periodistas e hinchas que afirmen que nos descendieron en la mesa, eso es lo que a lo mejor con el tiempo se contará a las nuevas generaciones que no vivieron o estaban muy jóvenes para entender la precaria situación de Deportivo Quito. Los verdaderos hinchas deberán contarles la verdad: Así es, les descendieron en la mesa; pero en la mesa en la que los dirigentes del Deportivo Quito cometieron las peores atrocidades administrativas y financieras que generaron una tormenta de la cual aún no se conocen las consecuencias reales. Otro caso patético fue buscar un chivo expiatorio para lo que se venía venir, como hizo Joselito Cobo tratando de buscar un culpable en Saritama, a quien incluso por prestarse como garante del Club ante varias deudas, vio cómo su vivienda fue embargada.

Una reflexión final

Dirigentes del equipo serviles a la Federación Ecuatoriana de Futbol, incumplimientos ante organismos de control (SRI, IESS); dirigentes con un ego tan grande que no admitían críticas y que armaron presupuestos inflados e irreales que fueron justificados bajo la premisa de 40 años sin títulos y (aunque duela al hincha de “La Academia”) porque tenían que superar lo que hizo ese “archirrival” inventado por cierta prensa y periodistas: Liga de Quito. Ese mismo presupuesto que nunca fue revisado y más aún cuestionado por la misma FEF, que sabemos solo interviene en lo que se ve afectado.

Todo se hizo mal, demasiado mal. Manosearon el nombre e historia de un equipo de fútbol y ahora que al parecer es demasiado tarde, se está tratando de poner en orden la casa. Crearon la tormenta perfecta que una vez que termine, dejará tanta destrucción que a este paso no va a quedar ni el nombre del equipo. Lo del Quito se tiene que entender que no es un hecho aislado, al contrario puede ser el comienzo de un gran remezón en el fútbol ecuatoriano.

Si con todo lo que pasó, quienes pasen a administrar las riendas del equipo de fútbol no hacen un repaso de todo lo que se hizo mal, no aprenden y enmiendan, de tal manera que la institucionalidad y la estabilidad regrese al club, no servirá de nada. Por eso es necesario que este año no sea para el olvido sino para aprender. Mientras tanto Deportivo Quito se fue la B porque todo se hizo mal, así que por el momento BME.

El año de Liga

Es difícil no ser injusto con la campaña de un equipo que se quedó a un gol del campeonato, porque Liga estuvo a eso, a un gol, de ser campeón; un gol a Mushuc Runa en la fecha 15 de la segunda etapa, o un par de goles más que en la final; cuando un proyecto como el de Zubeldía se queda tan cerca del objetivo no queda otra que reconocérselo de entrada, solo uno es campeón, pero no todos fracasan.

Liga arrancaba la temporada con la confianza puesta en la continuidad del plantel, en comparación al equipo del 2014, pese a la lamentable la baja de Gerardo Alcoba, se encontró un salto de calidad en algunas posiciones, con la llegada de jugadores como Luis Romero, Narciso Mina o Michael Jackson Quiñónez, un plantel que si bien no tenía las figuras rutilantes de la década pasada, parecía estar bien preparado para afrontar el torneo nacional, puesto que no se había clasificado a Libertadores.

Desde el inicio, Liga se mostró como un equipo principalmente sólido, que se sostenía en el descomunal nivel de su arquero, la experiencia de su capitán, el muy buen estado de forma de Romero, Hidalgo, y la participación cada vez más interesante del joven Intriago; el equipo sabía que tenía gran parte del cero en su valla asegurado, y desde esa confianza acumuló varios triunfos que le permitieron ganar la primera etapa del torneo, aprovechándose también que el campeón defensor acusó el desgaste de la doble competencia.

Si defensivamente el equipo evidenciaba solidez, en ofensiva el tema era mucho más inestable, se mezclaron partidos en que se jugó muy bien, mostrando una interesante circulación de pelota y con gran volumen de llegadas, especialmente de local, con partidos en los que no aparecieron las ideas, y se terminó ganando muchos de ellos “jugando feo” esa afirmación tan vacía, puesto que si se ganaba o no se perdía, era justamente porque el equipo respaldaba esa carencia de ideas ofensivas y mostraba carácter, mucho.

Con la segunda etapa llegaron Jonathan Alvez, un buen delantero uruguayo y Juan Cavallaro, un interesante prospecto argentino, con el fin de mejorar la carencia de la primera etapa, tener un equipo con más recursos ofensivos, lo cual se consiguió, con lo que llegaron los mejores partidos de la era Zubeldía en Liga. El equipo encontró varios momentos de lucidez futbolística que coincidieron con altos rendimientos de Cachete Morales y José Francisco Cevallos, nuestros dos jugadores distintos, que permitieron hilvanar hasta cuatro triunfos seguidos, lo que por primera vez llevaba a pensar que era posible ser campeón sin jugar una final.

Por aquellos días Liga afrontaba la Copa Sudamericana sorteando sin mayor dificultad sus dos primeras fases, encontrándose en octavos de final con el campeón reinante: River Plate, momento de inflexión en la temporada; luego de un partido de ida en el que Liga se vio ampliamente superado por su rival, lo recibió una noche en Casa Blanca y se quedó a un penal desviado de Alvez de poner seriamente en aprietos al ahora subcampeón mundial, en un partido que nos dejó a todos con la idea de que con algo más de suerte se pudo ganar esa eliminatoria; quedaba por rematar la segunda etapa del campeonato, que con el rendimiento de esa noche, a esa altura parecía iba a ser un trámite.

Pero Liga nunca volvió a jugar como esa noche, por una u otra circunstancia se empezó a hacer más difícil ganar, Zubeldía intentó ser más ofensivo en un par de partidos sacando a Intriago para poner más gente adelante y aprovechar los buenos momentos de cada uno, sin tener el mejor de los resultados, llegaron lesiones muy inoportunas como la de cachete Morales, e inclusive el equipo perdió solvencia defensiva; en parte Romero no sostuvo el excelente nivel de la primera etapa, y en parte porque los equipos se empezaron a dar cuenta que la falencia defensiva de Liga estaba en los laterales.

Liga empezó realmente a perder el campeonato la mañana del viernes 9 de octubre, cuando recibió en partido diferido a Liga de Loja con nefastas consecuencias, pese a lo cual, y aprovechando que Católica y Emelec, los más cercanos perseguidores también tropezaban seguido, Liga mantuvo la punta de la segunda etapa durante gran parte de la misma, pero los resultados y, principalmente, el rendimiento, provocaron que la caída sea indisimulable; luego de la inapelable derrota de local en el clásico ante Aucas, el equipo al cerrar la etapa se encontró sin ventaja alguna, en evidente declive futbolístico, y con la perspectiva de cerrar el torneo enfrentándose a sus dos rivales directos, en ambos casos de visitante.

Justamente previo a ese partido a Emelec, el Club y Zubeldía anunciaban que no continuarían con su vínculo la siguiente temporada, primero de manera poco elegante, lo cual fue corregido de inmediato, la conmoción era evidente; el timing del anuncio poco feliz; muy pocos eran optimistas por la visita al bicampeón en Manta.

Y esa tarde de domingo Liga se encontró con el que fue probablemente su mejor partido de la temporada, se derrotó a domicilio a Emelec y se le pudo hacer cuatro goles tranquilamente; otro punto de inflexión en la temporada; un partido que, como veremos más adelante, condicionó mucho a las recientes dos finales.

Liga continuó perdiendo el campeonato en la fecha 21 en la visita a Universidad Católica; en un partido muy incómodo, condicionado por un error de novato de su jugador juvenil, Liga se vio justamente superado por el gran equipo que es la Católica de Célico, en un partido que Liga nunca pudo ganar pero en el que volvió a aparecer el carácter de gran parte del plantel, y la buena estrella de goleador de goles importantes de Pancho Cevallos.

Luego de jugada la última fecha, pese a que Liga hizo sus deberes en un partidazo en Ambato ante Independiente del Valle, Emelec no decayó el paso y forzó al desempate, tercer encuentro definitivo que nos enfrentaba, Liga no pudo cerrar la segunda etapa pese a tener varias oportunidades para hacerlo y debía definir su suerte a dos partidos ante el bicampeón nacional.

A Liga durante toda la temporada se le hizo cómodo jugar contra Emelec, los resultados casi siempre nos favorecieron y justamente en el partido de la segunda etapa en Manta se materializó aquella superioridad; Liga sabía exactamente como hacer daño a su rival, tirando pelotazos a las espaldas de sus laterales, que fueron muy bien aprovechados por Quinteros, Matamoros y Alvez, y con la pelota parada, a Emelec en cambio se le hacía muy difícil hacer daño a Liga.

De Felipe tomó nota de lo anterior, cambió el esquema en las finales, mostró la riqueza de plantel que tiene Emelec, y anuló en mayor parte los recursos que había mostrado Liga en su contra, a nosotros se nos cayeron dos jugadores titulares, y siendo el plantel de Liga corto como es, se acusó demasiado esta carencia en Portoviejo, el rival casi liquidó la serie de no mediar por el enésimo milagro de Domínguez en el año y por la, nuevamente, oportuna aparición de Pancho Cevallos.

La segunda final fue predecible, Zubeldía sabía que era tan importante anotar como mantener el cero, y paró un equipo responsable, Emelec sabía que era muy difícil para Liga crear situaciones cuando está obligado a hacerlo y lo esperó, sufrió poco, fue superior nítidamente a 180 minutos, Liga no pudo aprovechar el gran número de oportunidades que pudo generar a través de la pelota parada por el poco acierto de sus ejecutantes; quedaba la individual pero ni Cachete ni Cevallos aparecieron en la dimensión necesaria para desnivelar la final.

Quienes estuvimos en Ponciano el domingo 20 de diciembre sabemos cómo se sintieron esos últimos cinco minutos; un calvario, de los más tristes que nos han tocado vivir en Casa Blanca, el fútbol es así, te regala alegrías inmensas como aquella tarde de 2010 cuando dábamos la vuelta en el Capwell, y te devuelve con la misma fuerza el golpe cinco años después; el fútbol como la vida siempre da revancha, y a veces hay que sufrirla.

Liga termina un muy buen año de fútbol que lo tuvo nuevamente peleando el torneo, jugando los partidos importantes, como queremos que sean todos los años, porque no se puede ganar siempre pero si intentarlo, y para quien escribe quedó claro que el equipo toda la temporada lo intentó, quedan puntos altos como Domínguez, la figura excluyente del equipo, el Beto Araujo que ojalá pueda tener la revancha de levantar una copa con Liga como capitán, nadie se lo merece más, la pena por Fernando Hidalgo que no pudo culminar uno de los mejores años de su carrera con el título, la expectativa por conocer como continuarán las carreras de Cevallos, Intriago, Estupiñán y Quinteros.

Se marcha Luis Zubeldía y no podemos negar que dejó su huella, un tipo que armó un equipo que peleó el campeonato hasta el final, que lo pudo ganar y que, principalmente, es joven; resaltar siempre el carácter para defender a la institución siempre que lo debió hacer, a veces de manera exagerada, arduo trabajador que entendió las fortalezas y debilidades de su equipo e intentó maximizar en lo posible los recursos con los que contó.

Se le puede reprochar el cambio de esquema post partido versus River, su insistencia con algún jugador, detalles en realidad, si bien alguien podrá decir que son esos detalles los que definen campeonatos, y no le faltará razón.

El nuevo entrenador hereda un equipo subcampeón, que seguramente tendrá bajas, la de Domínguez parece probable puesto que por su nivel es insostenible retenerlo para siempre, pero en general la base es más que interesante para trabajar, pensando en que además el próximo año volvemos a jugar la Copa Libertadores, el torneo que más nos gusta a todos.

Se va el 2015 de Liga, el año de los penales, de la vez que cayó el invicto en finales de local, el año que se recordará principalmente por la tristeza de ayer, pero también es el año en que volvimos a pelear el campeonato y consolidamos un plantel interesante, estuvimos a un gol de la gloria, ni más ni menos, así de cruel puede llegar a ser esto.

La rivalidad con Emelec es linda porque se han dado varios partidos históricos, victorias de ambos lados ahora inclusive en finales, nos devolvieron el golpe de 2010, la hinchada aceptó con resignación y entereza la derrota, porque todos sabemos que Liga siempre vuelve; volveremos.

¡Salud Tricampeón!

En las siguientes líneas me propongo analizar desde varios ángulos el rendimiento 2015 de la campaña del actual Tricampeón del Ecuador, el Club Sport Emelec. De antemano le pido disculpas al lector si a ratos me disperso un poco, sin embargo quiero abarcar algunos puntos que muchas veces son obviados en los análisis técnico-tácticos, de los fanáticos, económicos y demás, pues esto es Futbol y Asociados y acá se habla de pelota y todo lo demás.

Emelec llegaba pisando fuerte para este 2015, bicampeón de un torneo que por un amplio sector de los medios y por algunos hinchas, había sido mediocre (justo hasta octubre cuando Barcelona S.C. empezó a despuntar y de pronto pasó a ser el mejor torneo del mundo –desde el 2012 claro-). Los mismos medios apuntaban que este era el año en que por un lado Emelec debía apuntar al torneo internacional, pero por otro, había equipos que venían a ser grandes animadores del torneo local, como Liga de Quito, que apostaba con la continuidad de su técnico, un proceso con juveniles que se iban consolidando y la contratación de figuras de buen cartel. El Independiente del Valle (“Los campeones del futuro”) una vez más prendía las alarmas manteniendo el proceso, un Barcelona que venía de ser el vicecampeón y apuntaba a mantener a su cuerpo técnico y a su delantero estrella, repatriando a más de uno y contratando “al nuevo Kitu Díaz” (Brahian Alemán -?-), entre las principales novedades.

El C.S. Emelec empezó el año con la acostumbrada pretemporada en Argentina, la cual sin duda ha dado resultados, pues en los últimos años pese al alto ritmo de competencia y la cantidad de partidos disputados, los azules han llegado a las instancias finales aún con fuerzas. Sin embargo, un balde de agua fría cayó en las huestes azules en el primer mes del año: Gustavo Quinteros era anunciado como el nuevo Director Técnico de la Selección del Ecuador, dejando huérfanos a los eléctricos, quienes tuvieron que de inmediato buscar una sustituto y Omar de Felippe (ODF) llegó al club a buscar mantener la hegemonía que había sostenido en los últimos dos años. Vaya que lo consiguió.

ODF venía con el cartel de ser un ex combatiente argentino, con ardua disciplina, que defendía bien y trabajaba mucho a pelota parada, estas dos últimas quizás eran las deudas que tenía Quinteros con el club, pues en los últimos años Emelec no se había caracterizado por ser peligroso en esa vía, y la forma de juego de Quinteros priorizaba la tenencia y la presión alta, mas cuando se veía atacado el equipo sufría mucho.

Para el hincha fue difícil esta transición: Emelec mostraba un juego asociado efectivo que ganaba y gustaba. Decir que ODF, como era obvio, no vino a romper ese estilo de juego, pero poco a poco fue incorporando sus ideas al equipo: no tenía tanto la pelota como antes y eso provocaba cierta ansiedad e imprecisión en los pases, lo cual tenía como claro resultado que al equipo se lo ataque más, sin embargo, no recibía muchos goles, pero los recibía en momentos claves, lo que costó la eliminación de las dos Copas Internacionales, deuda que todavía mantiene el club con la hinchada y consigo mismo.

Otro problema para la escuadra y el aficionado azul fue la localía del equipo. Emelec prácticamente no jugó nunca de local, pues el mítico Capwell está siendo sometido a una remodelación, razón por la cual el equipo tuvo que actuar de local en diversas canchas, siendo las principales: Milagro, Manta y Portoviejo, con trayectos largos y muchas veces por tierra, lo cual perjudicaba el trabajo y desgastaba a los jugadores.

Ahora, es necesario hablar de los verdaderos artífices del tri: Los jugadores pudieron sobreponerse a los viajes, lesiones y principalmente a la presión para alcanzar este nuevo título. Procedo a hacer un corto análisis de los jugadores, línea por línea.

En el arco Esteban Dreer fue sin duda un baluarte, su superlativo nivel incluso derivó en su convocatoria a la selección de mayores, debutando con un triunfo ante Venezuela. Su experiencia, seguridad y don de mando fueron claves para el triunfo de los azules.

En la defensa, Jorge Guagua demostró que es uno de los mejores defensas de la historia del país, asumiendo con responsabilidad los partidos, marcando goles claves de pelota quieta y en movimiento. Gabriel Achillier, quien tuvo una gran temporada con convocatorias a selección incluidas fue el acompañante ideal para Guagua, aunque el Gabo debe trabajar en su impulsividad que ha traído más de un problema al dejar al equipo con menos hombres en momentos decisivos. Por las bandas, John Narváez demostró que pese a las críticas es el dueño de la línea derecha, reconociendo que no son su fuerte los centros pero que en defensa, tiene la velocidad y la inteligencia necesaria para marcar a cualquier jugador, aun cuando en ocasiones ha tenido desconcentraciones importantes; y por el otro lado Oscar Bagüí, jugador cumplidor que se ha ganado el corazón de la fanaticada gracias a sus regulares actuaciones. Los suplentes usualmente fueron Byron Mina, José Luis Quiñónez y Pinillo, quienes con categoría estuvieron a la altura de las circunstancias cuando fueron requeridos por el entrenador.

En el medio campo fue donde más luchas se tuvo: Pedro Quiñónez, el capitán y símbolo de este equipo demostró todo el año que es un verdadero luchador, sin dar bola por perdida, lo cual de nuevo lo llevó a ser considerado para la selección del país. Junto a PQ jugaron varios, Osbaldo Lastra fue el más regular en el primer semestre del año, jugador con muchas limitaciones al momento de pasar, pero con más de un acierto al momento de marcar y ubicarse en la cancha hicieron que Quinteros lo convoque a la selección siendo un inamovible en su sistema. ODF también le dio minutos hasta que tuvo la lesión que lo ha marginado los últimos meses. Tras la lesión de Lastra, ese puesto era ocupado por Burbano, Giménez, Noboa, Corozo, sin embargo los últimos partidos el “10” del equipo, Fernando Gaibor, fue quien se encargó de mover al equipo, marcando incansablemente (aunque no siempre de la mejor manera, considerando que no es su puesto natural), y conquistando goles claves para las aspiraciones eléctricas. Por las bandas, el paraguayo Giménez sin duda fue el más regular, apoyando en la marca a Bagüí y en labores ofensivas a los delanteros. Por la otra banda Burbano con su velocidad se transforma en una figura clave apoyando a Narváez y siendo un escape para las salidas rápidas con los delanteros.

Finalmente, la delantera tiene dos rostros: La magia de las 3M y las malas participaciones de los extranjeros. Miller, Mena y Mondaini fueron quienes se pusieron el equipo al hombro en diversos instantes del campeonato, cuando alguno fallaba estaba otro para subsanar cualquier error y sacar adelante al equipo, sin duda Miller con sus 25 goles es el jugador del año, no obstante, Mena cuando más se lo necesitaba y Mondaini en menor medida, estuvieron siempre para asistir al Killer y llevar al equipo al campeonato. Fernández, Rolón, Escalada y Herrera fueron por otro lado, las decepciones del equipo: pifiados en muchas ocasiones, si bien convirtieron algunos goles los dos últimos y fueron muy útiles en el planteamiento, terminan el 2015 en números rojos, con un club que sin duda esperaba más de ellos y estoy casi seguro, y así lo dijo Herrera en las entrevistas después de la final, que hubiese querido tener más minutos y ser más regular.

La figura excluyente de este Emelec 2015 fue Miller Bolaños, quien ya ha anunciado que muy seguramente no seguirá en el equipo el próximo año, pues ha cumplido su ciclo y considero normal que busque nuevos aires y crecimiento profesional. Eso nos lleva a la pregunta ¿A qué aspira el C.S. Emelec en el año 2016? La respuesta de la dirigencia es a una copa internacional y ese es el anhelo de la hinchada, pero: ¿puede realmente el equipo azul levantar una copa internacional el próximo año?

El equipo llega maduro al 2016, sin embargo, esa madurez también se va a ver reflejada en algunos de sus jugadores que ya pasan los 30 años, la salida de Miller Bolaños que como dije, cumple su ciclo en el club y a priori no tiene reemplazo en el medio (los tres delanteros de la selección son Miller, Enner Valencia que juega en Inglaterra y Felipe Caicedo que no se cansa de hacer goles en España. No hay más) y lastimosamente Emelec no ha acertado con la contratación de delanteros extranjeros de nivel exorbitante desde hace ya varios años. Hoy por hoy, Emelec demostró que puede vencer a un gran demonio que era Liga de Quito, en la altura que no es poco, con un equipo que se ha acostumbrado a instancias importantes, sin embargo creo que para aspirar a un torneo internacional es necesario que llegue una nueva figura con la magia y frescura que le falta a este experimentado equipo.

A la institución como he dicho le falta la copa internacional, y considero que también debe trabajar en dos objetivos puntuales: Primero, la cantera para formar el recambio, pues los juveniles que actuaron todo el año no estuvieron a la altura, y la eliminación de la regla de poner un juvenil en cancha fue sin duda una ayuda para los intereses azules; el segundo punto es el manejo institucional respecto a los socios y entradas, pues un club de esta categoría no puede seguir maltratando a sus hinchas por una entrada y obligándolos a adquirir reventas o hacer colas de varias horas. Ojalá con la remodelación del estadio se haga un cambio en este particular.

Esta es la breve reseña del mejor Emelec de la historia, equipo que ha disputado desde hace más de cinco años los primeros lugares, con una dirigencia seria y responsable financieramente, con estabilidad, sin problemas de pagos a los jugadores que tantos puntos le costaron a otros equipos, gestionando auspicios importantes que incluyen el convenio con Adidas para el 2016, con una hinchada que no ha abandonado pese a los continuos traslados, con jugadores que son la base de una selección nacional invicta en las eliminatorias tras las dos primeras fechas, con un carácter formado que le permite jugar finales de manera inteligente sin amilanarse ante nada, con un equipo que fue campeón sin jugar final, bicampeón llevando a pasear a su compañero de patio, y tricampeón con el equipo que lo había superado ya en dos ocasiones en esta instancia. Inmejorable.

El 2015 es un año que deja muchos hitos históricos en el balompié nacional: Emelec tricampeón (logro que hasta el día 20 de diciembre solo lo ostentaba El Nacional, plantel en vías de extinción), el descenso del Deportivo Quito y la que seguramente será su extinción también, y la vuelta olímpica de un visitante en Casa Blanca, hasta la fecha inexpugnable reducto albo donde hay equipos que ni siquiera han podido ganar un partido, Emelec pudo cobrarse lo suscitado en el 2010 cuando los universitarios se tomaron el Capwell, y es lo hermoso del fútbol, que siempre te da revanchas. ¡Salud, Tricampeón!

¡Emelec es Tricampeón!

Liga Deportiva Universitaria y Emelec igualaron 0-0 en juego de vuelta disputado por la final del torneo ecuatoriano de Primera División 2015 disputado en la cancha de Ponciano. El resultado le permitió al cuadro eléctrico hacerse del título del presente campeonato.

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Liga necesitaba de la presencia del rápido “choclo” Quintero y finalmente fuer parto de la alineación universitaria, con lo que buscaban sumar explosión a un ataque que requería ser contundente para tratar de superar la diferencia de goles, volviendo al esquema original de 4-2-3-1 que fue el que dio más resultados a Zubeldía en el año, dejando en punta al uruguayo Alvez y rotando frentes de ataque: Quintero, Matamoros y el cachete Morales. La labor de Cevallos pasaba por regular el medio campo.

Emelec por su parte, intuyendo como recargaría Liga su costado derecho, optó por ubicar a Giménez, quien también llegaba de recuperarse de una lesión y así, tratar de tapar la salida de los albos. Así mismo, los azules evitaron poner un delantero “9” propiamente dicho y tal como en su cierre de campaña, prefirió ubicar en ataque a Mondaini, que junto a Mena tuvieron una gran actuación en el juego de ida, siempre con la esperanza que surja el talento de Bolaños y en defensa se optó por la experiencia de Guagua en lugar del joven Pinillo.

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El inicio de la “U” como se esperaba, fue trepidante, pues la urgencia de abrir rápido el marcador se notaba, empezando a recargar el juego por el lado derecho de Quintero, probando con centros y disparos de media distancia. Los azules jugaban con parsimonia y deteniendo el ritmo de juego mientras les era posible. En 10 minutos, los albos ya registraban algunos disparos tratando de apuntar al arco de Dreer.

Emelec estaba lejos del arco y lo poco se acercaba, lo hacía con falla en el último pase, Liga se trasladaba al arco rival con rapidez, siendo buena la labor de Quintero y Estupiñán, con Matamoros incursionando desde el medio y Cevallos acarreando balón desde metros más atrás, pasado el minuto 15, la defensa de Emelec no pasaba tan bien y recurría a faltas muy cerca de su propia área, a lo que se sumaba que padecían en el juego aéreo.

Con el transcurso del primer tiempo, Emelec continuaba replegándose, los ataques de Liga eran por todos los frentes y el bombillo seguía sufriendo con los balones detenidos y por aire, siendo Dreer el único seguro en el bloque defensivo e incluso, un tiro libre que Romero empujó al arco, no fue validado por supuesto offside. Al cuadro azul le costaba mantener la pelota. Hasta el minuto 30, la visita pasó varios sobresaltos.

Emelec pudo recuperar el balón pasado el minuto 35,  con la primera línea de volantes (Quiñónez, Gaibor) buscando permanentemente a Mena y Bolaños que podían pisar poco el área universitaria y preferían asociarse para buscar un espacios. Esto hizo que se descargue la fuerte presión que había ejercido la ofensiva universitaria y se vio un juego más equilibrado. Casi al final, se jugó de arco a arco, dando un emocionante término de primer tiempo. Emelec había fallado mucho en la marca, pero Liga no había podido aprovechar.

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El segundo tiempo arrancó sin variantes en las oncenas titulares y se planteó algo más abierto, viéndose juego de ida y vuelta al menos en los primeros minutos del complemento. Emelec al menos, ya pudo alejar de su área a los universitarios y llegar con su habitual toque preciso, eso sí, era muy raro que los azules disparen al arco de Domínguez. Los costados en Liga dejaron de ser fuertes en ataque, buena labor de Bagüí en el lado del bombillo.

Empezaron los cambios. En Emelec ingresó Burbano y en Liga Cavallaro. En los albos, la suma de este y las incursiones de Cevallos eran las principales armas de ataque, prefiriendo entrar con balón dominado y rasante, lo que no parecía tan buena idea, pues la zaga azul resolvía mejor los problemas por esa vía. Liga sumaba gente de ataque como Mina, sin embargo, eso no se traducía en peligro hacia el área azul.

A partir del minuto 75, Emelec prácticamente renunció al ataque y buscó desesperar al rival que se le iba acabando el tiempo y le costaba cada vez más buscar el arco de Dreer. La entrada de Quiñónez en Liga no era suficiente, pues las ideas se fueron acabando y Emelec se sentía muy cómodo en su área repeliendo los desesperados ataques universitarios. Emelec sacó el resultado en cero y logró un tricampeonato que rompe historia.

Con el título de Emelec, Liga Deportiva Universitaria pierde por primera vez un campeonato que se define por final. Del mismo modo es la primera vez que un equipo que no sea Liga, queda campeón en la cancha de Ponciano. Primer tricampeonato azul y de algún otro equipo que no haya sido El Nacional.

Campeonatos para Emelec: 1957, 1961, 1965, 1972, 1979, 1988, 1993, 1994, 2001, 2002, 2013, 2014, 2015

 

LDU: Alexander Domínguez; José Madrid, Norberto Araujo, Luis Romero, Pervis Estupiñán (Juan I. Cavallaro 60’); Fernando Hidalgo, José Cevallos E.; José Quintero, Hólger Matamoros (Narciso Mina 67’), Diego Morales (Michael J. Quiñónez 79’); Jonatan Alvez
EME: Esteban Dreer (TA 71’); John Narváez (TA 82’), Gabriel Achilier (TA 31’), Jorge Guagua, Oscar Bagüí; Pedro Quiñónez, Fernando Gaibor; Ángel Mena (Henry León 89’), Miller Bolaños (Emmanuel Herrera 90’), Fernando Giménez; Marcos Mondaini (Robert Burbano C. 58’)

Calificaciones Liga:
Domínguez 6
Madrid 4
Araujo 6
Romero 6
Estupiñán 6
Hidalgo 6
Cevallos 7
Quintero 6
Morales 5
Matamoros 5
Alvez 4
Cavallaro 4
Mina 4
MJ Quiñónez –

Calificaciones Emelec
Dreer 7
Narváez 6
Achilier 5
Guagua 6
Bagüí 7
P Quiñónez 6
Gaibor 7
Mena 6
Bolaños 5
Giménez 6
Mondaini 6
Burbano 5
León –
Herrera –

Santa Fe campeón en deslucida final

Santa Fe se proclamó campeón de la Copa Sudamericana al derrotar en penales por 3-1 a Huracán, habiendo terminado el juego en tiempo reglamentario y suplementario 0-0, así como en el juego de ida. Este compromiso se desarrolló en el Nemesio Camacho de Bogotá.

A pesar que “el globo” sorprendió mal parado al portero en el arranque del partido, fueron los colombianos quienes se apoderaron del balón y comenzaron a imponer sus condiciones, jugando el partido en cancha de los argentinos y enviando centros que no eran tan bien conjurados por el portero Díaz. De todas formas, las pocas incursiones ofensivas de Huracán eran más peligrosas de lo que ofrecía el local y los primeros minutos fueron al menos interesantes al espectáculo.

Pasado el minuto 15, el equipo de Parque Patricios se consolidó en la cancha, buen trabajo de los laterales cortando las incursiones colombianas y de nuevo, en la media era notable el trabajo de Vismara y Bogado para el corte y traslado aunque, seguían siendo esporádicos los ataques del conjunto quemero y más la poca imaginación de los “cardenales” para buscar arco contrario, hicieron que a la mitad del primer tiempo, el juego cuente con escasas emociones y se desarrolle más en medio campo.

Huracán se fue replegando sobre los minutos finales del primer tiempo, permitiendo el progresivo avance de Santa Fe, nuevamente buscando por los costados especialmente Seijas y esperando lo que pueda hacer el talento individual de Morelo, mientras eran pocas las pelotas que le llegaban a Angulo al área. El empate al final del primer tiempo lucía adecuado a un partido con pocos remates al arco.

En los primeros minutos del segundo tiempo, el cuadro argentino se encerró aún más, haciendo difícil el traslado del balón para el conjunto de Bogotá que iba encerrando a su rival, pero rara vez había real peligro en el área de Huracán, cuyas contras tampoco eran tan efectivas, pero la contención santafesina daba ciertas facilidades. En defensa, siempre estaba mejor la visita.

Si en el primer tiempo se había visto pocas emociones y espectáculo, en el segundo no prosperaba en cuanto a calidad. Además de lo poco que se jugaba en las áreas, el partido comenzó a ser cortado y con varias pausas por faltas y lesiones, lo que lejos de distender la tensión, la aumentaba. También las imprecisiones en el traslado de balón se hacían presentes, sobretodo en el equipo local.

Cuando se acercaba el fin del partido, los nervios se apoderaban de los jugadores colombianos y sus ataques eran cada vez más imprecisos y timoratos, Huracán administraba esos errores y con parsimonia buscaba contragolpear. Lo poco emocionante de los últimos minutos eran disparos de media distancia, pero a los locales les faltaba carácter para atacar, mientras que la visita estaba bien instalada defendiendo. Así finalizó el tiempo reglamentario sin goles.

En el primer tiempo suplementario duró poco las ínfulas de ambos planteles. El local por fin parecía más peligroso, pero encontró atentos a gente como San Román o Mancinelli, conjurando todo peligro que desesperadamente generaba el cuadro “cardenal”. Que al menos, encerró casi por completo a su rival argentino en aquellos momentos.

Al inicio del segundo alargue, Huracán trató de al fin abrir sus líneas, lo que dio el suficiente espacio para que el cuadro cardenal busque el tanto del triunfo con mayor claridad o más bien con un poco más de vehemencia. Poco le duró la apertura al globito, que volvió a amarrar el partido que terminó entre faltas y juego parado por las mismas.

En los penales, la fortuna estuvo del lado colombiano, enviando los de Parque Patricios 2 disparos al horizontal y uno más que fue atajado. Santa Fe consiguió su primer título internacional y un club colombiano lo vuelve a ganar desde 2004.

SFE: Robinson Zapata; Yulián Anchico (Sergio Otálvaro 107’), Francisco Meza, Yerry Mina, Leyvin Balanta; Yeison Gordillo (Omar Pérez 71’), Baldomero Perlaza, Juan D. Roa, Luis Seijas (TA 93+’); Wilson Morelo, Daniel Angulo (Miguel Borja 45’) (TA 118’)
HUR: Marcos Díaz; José San Román, Federico Mancinelli, Hugo Nervo, Luciano Balbi; Federico Vismara, Mauro Bogado, Patricio Toranzo, Daniel Montenegro (David Distéfano 77’); Cristian Espinoza (TA 88’) (Agustín Torassa 96’) (Carlos Arano 119’), Ramón Ábila (TR 116’)

Penales Santa Fe: convirtieron: Pérez, Seijas, Balanta
Penales Huracán: convirtió: Mancinelli. Atajado: Bogado. Al poste: Toranzo y Nervo

Ecuador – Serie B – Fecha 44 – Resumen

Finalizó la Serie B y se cumplieron todos los partidos programados, a pesar de que estaban todos los premios y castigos estaban dictaminados, además de los rumores que indicaban que algunos equipos no se iban a presentar y la consabida huelga que jamás prosperó. Los resultados terminaron proclamando a Delfín de Manta como campeón.

CSD Macará 2 – Fuerza Amarilla SC 3

Manta FC 8 – CD Azogues 0

Imbabura SC 1 – Técnico U 3

CD Olmedo 2 – Gualaceo SC 1

CD Quevedo 1 – Delfín SC 1

LDU Portoviejo 3 – CD Espoli 4

Fuerza Amarilla esperaba una caída de Delfín para proclamarse campeón y hacía su parte imponiéndose claramente a Macará en los Chirijos, sin embargo no le alcanzó, pues el cetáceo arrancó un empate en Quevedo que le bastó para terminar en primer lugar en el año. Olmedo al menos pudo despedirse con victoria ante su gente, pero permanecerá otro año en la B, cosa que no pasaba con el ciclón desde hace más de 20 años.

Manta le pasó una escalofriante goleada al Azogues que hizo varias modificaciones y con ello, se despidió de la categoría a la que llegó en 2005. Técnico Universitario pudo imponerse como visitante ya demasiado tarde. El único juego emocionante se lo llevó Espoli sobre Liga de Portoviejo que tuvo complicaciones con su plantel por deudas.

Segunda Categoría – Cuadrangular Final – Fecha 3

Colón FC 3 – Pelileo SC 0

CD Clan Juvenil 2 – CD Otavalo 1

Por lo pronto, el cuadrangular viene muy apretado. Colón, el cuadro manabita, toma una ligera ventaja con 6 puntos, Clan Juvenil y Pelileo están con 4 y Otavalo finaliza con 3.

Huracán llega con drama a la final

Huracán y River Plate igualaron 2-2 en cotejo de vuelta disputado por las semifinales de Copa Sudamericana en el Tomás A: Ducó de Buenos Aires.

El inicio del “globo” fue furioso y pudo tempranamente aprovechar una confusión entre Barovero y sus defensas, para que el rebote lo aproveche Patricio Toranzo (2 min.) quien con todo el arco a disposición, abrió el marcador desde el borde del área. River despertó tras el gol y se lanzó al ataque por los ocstados principalmente, pero mientras la defensa de Huracán respondía con solvencia, los millonarios dejaban notables espacios que padecían cuando el local contragolpeaba.

Ramón Ábila (26 min.) con un brillante sombrero se sacó al portero tras un pase profundo y aumentó cifras para el club de Parque Patricios. River no renunciaba al ataque, pero las ideas de Ponzio y Casco no funcionaban ante un compacto cuadro local. En el mediocampo, Vismara y Bogado lucían muy superiores a lo que podían hacer Sánchez y Kranevitter.

Los últimos minutos fueron más relajados para Huracán, esperando y atacando esporádicamente, aprovechando que el último pase del cuadro millonario hacia sus atacantes generalmente era erróneo. El equipo quemero jugó un primer tiempo con mucha mayor autoridad que su linajudo rival que en varios pasajes del partido lució distraído.

La entrada de Mayada y Martínez buscó corregir los problemas en el traslado de balón en el medio campo y por momentos resultó, sin embargo en lo que no hubo enmienda fue en las marcas y cada balón al área de River era una pesadilla para los millonarios. Huracán seguía siendo punzante pisando el territorio de la banda.

Rodrigo Mora (69 min.) con una volea sin dejar caer el balón, acortó distancias para el millonario. Tras el descuento, River se volvió más claro para el ataque siendo más rápido en el pase y con centros más dañinos para la llegada de Mora y Alario. Pasado el minuto 75, Huracán padecía notablemente al ser sometido por un River no tan prolijo pero sí, muy voluntarioso para buscar dar vuelta al marcador.

De nuevo Rodrigo Mora (81 min.) con gran calidad bajó un pase profundo y anotó el tanto del empate. Lo que parecía ser un triunfo holgado era angustia para el globito que se defendía como podía, renunciando casi por completo al ataque y dedicándose a cortar el juego y hacer faltas mientras el reloj avanzaba. Dramáticamente, el juego terminó y el empate permitió al cuadro de Parque Patricios, alcanzar la final del torneo continental.

Las finales entre Huracán y Santa Fe de Colombia serán el 2 y 9 de diciembre, primero en Buenos Aires y luego en Bogotá

HUR: Marcos Díaz; José San Román (TA 44’), Hugo Nervo, Federico Mancinelli, Luciano Balbi; Federico Vismara, Patricio Toranzo (Lucas Villaruel 83’), Mauro Bogado (TA 7’), Daniel Montenegro (David Distéfano 72’); Cristian Espinoza (Ezequiel Miralles 58’), Ramón Ábila
Goles: Toranzo 2’, Ábila 26’
RIV: Marcelo Barovero; Gabriel Mercado, Jonathan Maidana (TA 66’), Éder Álvarez B., Leonel Vangioni (Camilo Mayada 45’); Carlos Sánchez (TA 90’), Matías Kranevitter, Leonardo Ponzio (TA 5’) (Luis González 67’), Milton Casco (Gonzalo Martínez 45’); Rodrigo Mora, Lucas Alario
Goles: Mora 69’, 81’