jules bianchi

Una historia para no repetir

El féretro del más grande campeón de la historia cargado por su némesis y archienemigo en pista. Uno tenía tres escasos años cuando esta imagen impactó al mundo, y sin embargo, fue tan fuerte y cambió todo de una manera tan drástica que incluso los infantes de ese entonces, como quien escribe estas palabras, lo recuerdan como si hubieran vivido todo ese dolor y conmoción en sus años de mayor lucidez.

La fórmula 1 y el deporte motor prometió cambiar luego de ese trágico fin de semana en Imola ‘94, donde también estuvo al borde de la muerte Rubens Barichello y dejó de existir el austriaco Roland Ratzenberger. La muerte del más grande ídolo, popularmente hablando, de la historia de este deporte estremeció todo hasta las bases. No se podían permitir más decesos. No podíamos perder otro Senna.

Y lo hizo, hasta ahora casi veinte años después, cuando un nuevo incidente que terminó en el fallecimiento de uno de estos héroes tras un volante quedó impune y todas las situaciones fueron barridas bajo la alfombra por la FIA, dejando recaer la culpa sobre el único que no podía defenderse, Jules.

Durante los últimos años, se ha trabajado desde el lado de los “materiales de trabajo”: cascos antibalas, el sistema HANS (Head And Neck System) que protege cabeza y cervical del famoso “latigazo”, mejoras en la célula de seguridad, suspensiones y neumáticos mejor constituidos, mejores en las tomas de gasolina para evitar incendios y la lista sigue. Así se evitó consecuencias fatales en los terribles accidentes de en Bélgica 2001, Alonso y Webber en Brasil 2003, Robert Kubica en Canadá 2007 o Felipe Massa en 2009.

Sin embargo, en cuanto a planificación, las medidas no son aún completas y el accidente que costó posteriormente la vida a Jules Bianchi, tiene que ver más con eso. Todavía el límite de velocidad en los pits y la presencia del safety car, no son suficientes.

Toda la situación que envolvió el accidente de Bianchi en Suzuka ‘14 quedó en tinieblas, y la promesa de la FIA de retirar el #17 del deporte en honor al piloto francés es un homenaje que deja mucho que desear frente a la situación. La ubicación de la grúa en zonas de escape, la presencia de comisarios a escasos metros del monoplaza impactando a más de 100 km/h, y muchos otros detalles son cosas que los aficionados de años al deporte no dejan pasar, y la sensación general es que debería haber una revolución en cuanto a las reglas y normas de seguridad que rigen el deporte. Porque es comprensible que un error de un piloto termine en un accidente es totalmente normal en un deporte como la Fórmula 1, pero que un accidente termine en la muerte del piloto es inadmisible en el deporte actual.

La memoria de Ayrton, Ratzenberger, Gilles Villeneuve, Alberto Ascari, ahora de Jules Bianchi y de cada uno de los pilotos que han fallecido al mando de un Fórmula 1 es insultada por la inacción de los entes de control actuales, y si no queremos tener que despedir a otro de nuestros ídolos antes de tiempo es momento de que se tomen medidas de cambio y evolución.

Zlatan

El Show de los Mercenarios

Según la Real Academia de la Lengua: “Mercenario.- 2. adj. Que percibe un salario por su trabajo o una paga por sus servicios.” ¿Es el fútbol profesional, y en general todos los deportes, actividades que han devenido en un negocio multimillonario, en el cual el dinero manda convirtiendo a los jugadores en mercenarios deportivos y se venden al mejor postor sin importarles nada más? Y de ser positiva esa respuesta, ¿Está bien que sea así? ¿Debe un padre apoyar a su hijo para que saque medalla de oro en natación o lucha pero termine siendo chofer de taxi, pues el deporte que escogió no le dio para una vida lujosa como la de otros deportistas?

Como es costumbre, vamos a dar un poco de antecedentes previos al análisis y opinión, para poder fundamentar un poco, y que sea el lector quien decida y si se atreve, comente en la sección correspondiente:

Hace pocos días las redes sociales futboleras se llenaron de fotos de Carlitos Tévez, quien volvía tras una prolongada ausencia al Boca Juniors argentino, equipo que lo vio nacer. “El Apache” venía haciendo una campaña por demás notable en la Juventus italiana, conquistando la liga de ese país, y siendo un gran aporte para que su equipo llegue a la final de la UEFA Champions League. “Vuelvo en mi mejor momento. Estoy mejor que nunca física y mentalmente” disparó Tévez al ser presentado en la Bombonera.

En los últimos tiempos hemos sido testigos de varios regresos de jugadores, hinchas confesos de equipos que tras desparramar su clase en Europa y otras latitudes vuelven a defender esa camiseta que aman: Diego Forlán quien hizo las inferiores en Peñarol volvió a vestir la aurinuegra, Gabriel Milito se retiró en el Independiente, al cual regresó una vez cumplió su ciclo en España, Maxi Rodríguez es un reconocido leproso y cruzó el charco para sacar a su club del mal momento que atravesaba, Juan Sebastián Verón regresó a campeonar y ahora incluso funge como presidente de Estudiantes, el combo de la banda roja con Saviola, Aimar y Lucho González que vuelven a River y lo tienen ahora en posiciones estelares, y la cereza del pastel (y caso de análisis que tomaría un artículo entero) es Guillermo Barros Schelotto, quien tras ser figura en Boca Juniors y pasearse en Estados Unidos en el Columbus, volvió a Gimnasia y Esgrima para jugar su última temporada sin cobrar un centavo, por el mero amor a la camiseta.

Y claro, luego volteamos a ver en nuestra realidad nacional, y nos encontramos con que Christian Noboa decidió no volver al C.S. Emelec para irse a jugar en Grecia en el PAOK (equipo del que ni siquiera me gasto escribiendo el nombre completo porque no acabo nunca), dejando a los azules con el entusiasmo por su regreso como novias frente al altar, lo cual se coronó con la eliminación del bombillo en los cuartos de final de la Copa Libertadores, donde Noboa podía haber marcado una gran diferencia. Mercenario.

¿Las razones de Noboa para no volver? Muy seguramente son de índole económico, aunque para algunos expertos en teoría de la conspiración, la razón es más simple: el Zar es muy mandarina (“hombre enamorado de su pareja que tiende a hacer lo que ella quiera para no contrariarla”, definición para quienes nos leen en otras latitudes), y su señora esposa quería disfrutar un poco más de Europa pues, siendo de nacionalidad rusa, no la culpo por no querer meterse en el calor infernal de Guayaquil o al menos, aplazar la decisión lo más posible. Christian, si en algún momento lees esto, espero que la crisis en Grecia no te haya golpeado tanto y te tengan al día en los pagos, y que tu señora esposa no te pegue en la casa.

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Más de uno ha de envidiar el auto de Usain

Otros ecuatorianos que prefirieron quedarse por allá o irse aún más lejos antes que volver a sus equipos queridos: Walter Ayoví Corozo que a sus 36 años recién está pensando en volver de México donde ha hecho una fructífera carrera, Christian Benítez (QEPD) dejó el ser ídolo en Ecuador y México para una aventura en medio oriente que terminó trágicamente, y me atrevería a decir Alex Aguinaga, quien tras más de una década de ser figura en el balompié azteca, volvió al Ecuador pero no al equipo que le dio todo en su juventud, el Deportivo Quito, sino a su rival de patio donde fue figura. Mercenarios.

Imaginen a esos jugadores de fútbol ecuatorianos de otras épocas, por ahí un morocho de apellido Criban ahora tiene un restaurante que administra su señora esposa (al parecer lo del Zar no es un caso aislado), cuentan que Byron Zósimo anduvo varios años de albañil en New York, y si queremos ir más allá y fuera del fútbol, podemos señalar los casos de nuestros púgiles Segundo Mercado quien tiene un problema cerebral y vive al día en un suburbio guayaquileño, o “La Bestia” Quiñónez quien terminó sus días asesinado en una calle de la capital, seguramente por problemas de venganza y dinero.

Sigamos ejemplificando, que eso es bueno para poder llegar a nuestro destino: Jefferson Pérez y Antonio Valencia, máximos exponentes deportivos. Jeff es sin duda el deportista ecuatoriano más destacado con sus medallas olímpicas, entrenamientos incontables de jornadas largas, más de una vez apareció en los medios narrando sus peripecias para poder entrenar. El Toño es nuestro embajador del fútbol más destacado en Inglaterra, y se ha mantenido como pieza importante en el Manchester United desde hace algunas temporadas. Valencia gana según el internet, 400 mil dólares al mes, y un medallista olímpico de acuerdo a fuentes y promedios ganará un promedio de 100 mil por cada medalla de oro obtenida como premio, debiendo recurrir a ingresos publicitarios y sueldos vitalicios otorgados por el Estado que lastimosamente no se acercan siquiera a lo que ganan los famosos mercenarios.

Valencia y Pérez, ambos de origen humilde y en su mejor momento fueron deportistas profesionales de élite, pero los ingresos de uno y otro no tienen comparación. De hecho, en el top ten de los deportistas mejor pagados del mundo encontramos futbolistas como Messi y Cristiano Ronaldo, basquetbolistas como Lebron y Kobe, en el tenis Nadal y Federer, Tiger Woods representando al golf y Fernando Alonso a la Fórmula Uno, siendo el mejor pagado el boxeador “Money Meyweather” de quien nos dimos cuenta ya que es mucho show y no tantos puños. ¿Cuántos gimnastas rítmicos, cuántos maratonistas o cuántos remadores, nadadores y judokas forman parte de los 100 deportistas mejor pagados según Forbes? Como ninguno. El único oro olímpico de relevancia que encontramos entre los 100 y en el puesto 73 es Usain Bolt, el velocista carismático, todos los demás se reparten entre jugadores de fútbol, fútbol americano, básquet. baseball y tennis en su gran mayoría. Son los jugadores que hacen parte del espectáculo.

Dicho todo esto, vamos a lo que nos compete: considero que está bien que los jugadores profesionales aprovechen su carrera y puedan percibir hasta el último centavo en donde quiera que estén jugando. El fútbol profesional, y no puedo dejar de recalcar este término de profesional, ha elevado al nivel de competitividad que nos encanta a los fanáticos y que lo hace tan cerrado y espectacular, y creo que si un padre de familia puede elegir impulsar a su hijo a un deporte, más aun si viene de una familia humilde, que mejor que el fútbol como oportunidad de crecer profesional y económicamente, o si estás un poco más al norte y eres un padre yankee, apostarías seguramente por el baseball o el fútbol americano.

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Los deportistas profesionales (según la RAE: Profesional.3. adj. Dicho de una persona: Que practica habitualmente una actividad, incluso delictiva, de la cual vive), respiran deportes todo el día, todos los días. Hace décadas el nivel de exigencia era mucho menor, los jugadores podían tener unos libras demás (o de menos), tomarse unos tragos el día anterior a una competencia o permitirse una vida un poco más licenciosa, incluso en ocasiones tenían otros trabajos además del deporte, con lo cual “redondeaban” el sueldo. La “técnica” por decirle de algún modo era muchas veces la predominante, esa calidad y magia innata o esa fuerza física propia de la genética de un individuo muchas veces bastaba para hacerlos resaltar. Ahora ya no funciona así, debes ser un trabajador del deporte y tener un estilo de vida acorde.

No es posible culpar a un jugador de fútbol de 30 años por no volver a su equipo si no le van a igualar las condiciones económicas que ganaría en otro lugar. El fútbol es un espectáculo, y todos los deportes se han convertidos en esclavos del rating televisivo y la influencias de las marcas que ven en los deportistas héroes para promocionar sus productos. Y gracias a este espectáculo es que estos mercenarios se esfuerzan, moldean su cuerpo y su vida para que esos pocos años que pueden dedicar a practicar un deporte de manera profesional sean lo más rentables, haciendo las delicias de quienes cada fin de semana apreciamos la forma en la que se desempeñan en el ámbito deportivo.

Qué tan show es el fútbol que después de la muerte del Chucho Benítez, se lo veló en un coliseo, su cuerpo fue trasladado por la calle mientras los canales de televisión transmitían en vivo (¿paradójico no?), y el único momento de soledad que tuvo su familia fue cuando cerraron el cementerio al fin. Hagan una búsqueda en youtube de “chucho Benítez sepelio” y encontrarán videos de media hora. Recordemos otros personajes públicos cuyos sepelios han sido televisados y con alta sintonía en estas latitudes: Chespirito, Michael Jackson, Marco Vinicio Bedoya o Sharon la Hechicera => Artistas.

En estos tiempos en que la carrera del deportista profesional es corta (en muchos casos no más de quince años), creo que es responsabilidad de los padres guiarlos para que aprovechen las oportunidades y ganen la mayor cantidad de dólares en el menor tiempo posible (si es deseo de los muchachos practicar un deporte profesional claro, tampoco estamos acá para imponer nada), que esos mercenarios deportivos lo dejen todo por la camiseta que defienden en ese momento, porque de eso se trata, mañana vendrá un nuevo jugador y el show debe continuar, seguiremos pagando para verlo vestir la camiseta del equipo que nos identifica y él debe actuar de manera profesional y dar su mayor esfuerzo para agradar al espectador y obtener resultados.

Ahora, si le van a pagar 50 millones de dólares por jugar fútbol (o en el ámbito nacional unos 10 mil dólares al mes) ¿Qué harían ustedes? Yo capaz hasta dejo de escribir tonterías.

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¡La tiene de nieta!

Una de las semifinales de la competencia femenina del torneo de tenis de Wimbledon de este 2015 enfrentó a Serena Williams con Maria Sharapova. Por los nombres, se podría decir que este es un enfrentamiento clásico del deporte blanco, pero más bien, yo me atrevería a decir que es “la clásica victoria de Serena sobre Masha”.

El resultado fue contundente. Victoria de la estadounidense Williams por 6-2 y 6-4, casi sin despeinarse, incluyó tres quiebres de servicio de Serena contra ninguno de Sharapova. De hecho, el primer juego del partido ya fue un quiebre de la Williams que con esto, impuso sus condiciones desde un inicio y la tenista rusa nunca dio mayores pistas de recuperación luego del mazazo inicial.

¿Por qué le digo “la clásica victoria”? Las estadísticas son contundentes, en 20 ocasiones que se han enfrentado ambas tenistas, 18 veces han sido triunfos de Serena Williams y tan solo 2 de Maria Sharapova, una de ellas, la célebre final de Wimbledon 2004, cuando Masha sorprendió al mundo derrotando a una Serena que ya era una muy reconocida tenista, mientras la rusa con 17 años y ese campanazo, daba un paso firme en la élite mundial.

Aquella gran sorpresa hacía suponer que se erigía una gran estrella, de hecho, en el WTA Tour Championship de ese mismo año, Sharapova vuelve a imponerse, pero la verdad es que Serena Williams desde aquel entonces, le ha tenido pisado el poncho, ganando casi siempre que se enfrentaron y varias veces por marcadores contundentes, como aquel aplastante 6-0 6-1 de los Olímpicos de Londres.

Es casi una cuestión psicológica, a Masha pareciera venírsele el mundo encima cada vez que tiene que enfrentar a Serena y la última semifinal de Wimbledon fue una prueba de ello, perdiendo el primer game con 2 dobles falta y con ello, prácticamente quedando derrotada en espíritu para el resto del partido. El aura de Williams parece perseguirla y evitar que finalmente, pueda quedarse con el número 1 del ranking.

Hay que decir una cosa, Serena Williams se ha convertido en una formidable tenista, quien supo amalgamar su virtud primigenia que era su fuerza física, con gran capacidad estratégica y psicológica y hoy por hoy, está muy cerca de quebrar records de las “todopoderosas” Martina Navratilova o Steffi Graf. No solo para Sharapova, sino para cualquiera es casi misión imposible vencerla en los actuales momentos.

De todas maneras, la querida Masha (especialmente por nosotros, el público masculino), ha sabido demostrar su grandeza como deportista, haberse recuperado de su problema en el hombro y volver a la élite tras unos opacos y casi sentenciantes años 2009 y 2010, habla muy bien de ella. De que no solamente es una cara bonita para vender boletos y derechos de TV.

Edison Guapaz Zambrano
Guitarras y gol
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¿Es éste el ocaso de Rafa?

Evidentemente, este no es un artículo político (?)

El pasado 2 de julio y apenas jugándose segunda ronda del torneo de Wimbledon, Rafael Nadal, quien es uno de los tenistas más prestigiosos del Siglo XXI y probablemente de la historia de este deporte, cayó frente al prácticamente desconocido Dustin Brown, tenista alemán que llegó al cuadro principal vía qualy.

El año no pinta nada bien para el español, en 2015, por primera vez en 10 años, salió del top 5 del ranking ATP, para verlo en un extraño décimo puesto, al menos extraño para mí, que cuando supe de su existencia, ya ganó el Roland Garros, allá por ese mismo 2005, para volver a ganarlo nueve veces más, en un hecho sin precedentes.

¿A qué se debe esta tremenda caída en el ranking? Nadal ha tenido una pésima temporada, al menos para sus estándares. En su superficie favorita, la tierra batida, apenas ha ganado un torneo en el 2015, el ATP de Buenos Aires, quedando en el camino en torneos que defendía título como Madrid, una final como Roma y eventos en los que ha sido vencedor múltiples ocasiones como Montecarlo o Barcelona. La derrota más dura tal vez sería los cuartos de final del Roland Garros ante Stanislas Wawrinka, quien posteriormente se haría del título del Grand Slam francés. Está caída significó el descenso al décimo puesto ATP para el oriundo de Mallorca.

¿Qué pasa entonces con Nadal?, ¿un natural ocaso producto del trajín de la carrera profesional y su edad? No podría ser tan así, pues con 29 años, todavía no se lo podría considerar un veterano. A finales de 2014, Nadal estuvo ausente buena parte de la temporada de superficie dura y fin de año debido a la lesión en su muñeca y para tratarse una apendicitis. Recordemos que en estos últimos 10 años, el español no estuvo entre los dos primeros básicamente cuando algún impedimento físico no le permitió defender torneos y puntos.

¿Qué habrá en cuanto a motivación? En una entrevista concedida al diario ABC de España, el abarca el mal momento que implicaba apenas, el inicio de este 2015, normalmente enfatizando la pasión que siente por el deporte y por cada juego que disputa. Pero el título de la nota destaca un “debo estar tranquilo, mi carrera ya está hecha”, que tal vez, podría ser alarmista e intentar decir que ya Rafa perdió “el ojo de tigre”, mas al releer la entrevista, es difícil que él insinúe eso.

Es un mal momento, como lo pueden tener todos, tal vez está pagando piso por el esfuerzo sobre humano al que lo hemos visto someterse en cada torneo al que llega a cada “bola imposible”, para contestar con su característica y descomunal fuerza. Recordemos que hace un apr de años ya lo dimos a Roger Federer por jubilado y se recuperó y volvió a dar pelea. Habrá que ver si Rafael Nadal recompone y nos da otro par de años excelentes hasta que llegue la hora de colgar la raqueta.

Edison Guapaz Zambrano
Guitarras y gol
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UNAS FINALES PARA EL RECUERDO

Se van las finales de la NBA y nos dejan consigo una demostración exorbitante de entrega, buenos juegos y excelente baloncesto. Las mismas quedan asentadas en los anales de la historia por su interminable dotación de anécdotas, récords, partidos increíbles y actuaciones memorables.

Con su cuarto título, los Golden State Warriors pasan a compartir el 4to lugar (junto con los San Antonio Spurs) en cuanto a las franquicias más ganadoras de la historia (Por detrás de Celtics, Lakers y Bulls). Dato que sorprende a muchos, ya que tuvieron que transcurrir 39 años para que este equipo regrese a lo más alto del mundo del baloncesto.

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Frente a ellos se plantaron unos disminuidos Cleveland Cavaliers, que sin Kevin Love y Kyrie Irving, tuvieron que centrar la totalidad de su ataque en un inmensísimo LeBron James, que hizo unas finales dignas de MVP (incluso tras su derrota 2-4 en la serie). James se cargó todo el juego ofensivo a sus hombros, siendo el único jugador en la historia en liderar en puntos (35,8), rebotes (13,3) y asistencias (8,8). Los Cavaliers tuvieron una remarcable actuación en defensa, dejando mal visto en muchísimas ocasiones a Stephen Curry, MVP de la temporada regular, e imposibilitando siempre a Klay Thompson, compañero de andadas de Curry en el 79-18 con el que los Warriors llegaron a estas finales. Actuaciones superlativas en el lado defensivo de la cancha de jugadores que nadie tenía en presupuesto, como Matthew Dellavedova, mantuvieron a los Cavaliers con vida a lo largo de la serie, pero al final se les agotó el combustible.

Luego de ver esta serie final, uno puede hacer un símil de cualquiera de sus partidos con la serie en general (a excepción del 6to encuentro). Los Cavaliers luchando con locura, maniatando a unos Warriors que se mantenían en pelea durante los primeros tres periodos de juego, para al final, ceder frente a la arremetida final del cansancio y de la eficacia del maravilloso equipo dirigido por Steve Kerr.

Y ahora sí, dirigiendo la mirada a uno de los campeones más vistosos de los últimos tiempos, lo primero que se debe recalcar es un maravilloso equipo construido por Steve Kerr, sacando lo mejor de sus antiguos DT’s, Phil Jackson y Greg Popovich entre ellos, este equipo muy profundo, con jugadores de primer nivel y listos para cada escenario del juego pese a su relativa inexperiencia (ninguno de los miembros de la plantilla había disputado juegos de finales de la NBA hasta este año). Su estandarte siempre en las manos del MVP de la temporada regular, Stephen Curry, y acompañado de una maravillosa actuación de Andre Iguodala, MVP de las finales, junto con Klay Thompson y Draymond Green, cada uno de los cuales se mantuvieron en un nivel remarcable y un resto de plantilla que jamás desentonó y supo acoplarse a lo presentado por los Cavs y su inmenso LeBron James noche a noche, supieron encontrar el camino hacia un anillo que por casi cuatro décadas le fue esquivo a la franquicia del estado dorado.

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A continuación, les dejamos con las estadísticas del campeón*:

– 83 victorias entre temporada regular y Playoffs, el tercer mejor balance de la historia tras los Chicago Bulls de Michael Jordan: 84 en la 1996-1997 y 87 en la 1997-1998. En los tres equipos estaba Steve Kerr.

– 5ª franquicia de la historia en ganar al menos cuatro títulos. Las otras: San Antonio Spurs (4), Chicago Bulls (6), Los Angeles Lakers (16) y Boston Celtics (17).

– Las 39 temporadas que han pasado entre el último título de los Warriors (1975) y éste es la mayor diferencia entre dos campeonatos de una franquicia NBA.

– Desde los Bulls en la 90-91,los Warriors son el primer equipo que gana la NBA con una plantilla sin ningún jugador que hubiese jugado las Finales anteriormente.

– Los Warriors han anotado 240 triples entre todas las eliminatorias de estos Playoffs y 67 en las Finales. Ambos datos son récord de la NBA.

– Iguodala se convirtió en el primer jugador que gana el MVP de las Finales después de no haber jugado ni un sólo partido de titular durante la temporada regular. Ha promediado 16,3 puntos, 5,8 rebotes y cuatro asistencias. Es el MVP que menos puntos promedia desde Magic Johnson en 1982.

– Steve Kerr es el primer entrenador novato en ganar la NBA desde Pat Riley con los Lakers en 1982.

– Curry es el sexto jugador que logra su primer anillo el mismo curso que es elegido por primera vez MVP de la temporada, después de Shaquille O’Neal (2000), Hakeem Olajuwon (1994), Kareem Abdul-Jabbar (1970-1971), Willis Reed (1969-1970) y Bob Cousy (1956-1957).

– Curry es el jugador que más triples ha anotado en unos Playoffs, 98, superando ampliamente los 58 de Reggie Miller en el 2000.

– Curry es el tercer base en ganar MVP de la temporada y Finales de la NBA, después de Bob Cousy y Magic Johnson.

– Draymond Green se convirtió en el sexto jugador en conseguir un triple-doble en el último partido de las Finales, tras Magic Johnson, Larry Bird, James Worthy, Tim Duncan y LeBron James.

Y LeBron…

– LeBron James es el primer jugador que lidera las Finales en puntos (35,8), rebotes (13,3) y asistencias (8,8).

*Datos tomados del portal as.com

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DOS PEQUEÑOS GIGANTES

Vuelven las Finales de la NBA, y junto con ellas la emoción de ver el baloncesto más espectacular del planeta. Este año cualquier seguidor eventual de la NBA se quedaría perplejo al ver la cartelera que se nos presenta: Golden State Warriors vs. Cleveland Cavaliers, franquicias con muy poco nombre e historia en la NBA. Sin embargo, estos dos equipos tienen a su haber a Stephen Curry (Warriors) el MVP de la temporada y LeBron James (Cavs) al mejor jugador del último lustro, los cuales se están batiendo en una serie no apta para cardiacos para determinar cuál es el mejor equipo de la temporada.

Los Warriors, que consiguieron el mejor record en la temporada regular de la NBA en la complicadísima conferencia Oeste, llegaron con relativa facilidad a la lucha por el anillo, perdiendo apenas 3 partidos en lo que va de postemporada. En estas finales buscan regresar a ser el mejor equipo de la NBA tras 30 años, cuando consiguieron el título de la campaña 1974-75 con una sorpresiva barrida a los Washington Bullets en la final.

Este equipo con base en Oakland, tiene en su líder a Stephen Curry, MVP de la temporada regular, el cual pese a su juventud ya es considerado por algunos como uno de los mejores tiradores de la historia de la liga. Junto con él se encuentra Klay Thompson, que ha tenido una temporada excelente, con su punto máximo el 23 de enero de 2015, cuando anotó 37 puntos en un solo cuarto (record absoluto de la NBA) frente a los Sacramento Kings.

Frente a estos Warriors se plantan los Cavaliers de LeBron James, quien volvió a su tierra y a su ciudad luego de un pasó extraordinario por Miami, con 4 finales de la NBA y 2 anillos, para un segundo intento de llevar a los Cavs a lo más alto del baloncesto por primera vez en la historia. Para esto los de Cleveland hicieron un gran esfuerzo y trajeron de Minnesota a Kevin Love  y retuvieron a Kyrie Irving. Lamentablemente para ellos, Love aqueja de una lesión y no podrán contar con él para esta espectacular definición.

En la temporada regular terminaron en el 2do lugar de la conferencia Este, solo por detrás de los Atlanta Hawks, equipo al que vencieron en la Final de Conferencia con un contundente 4-0. Además, lograron deshacerse de los Wizards y de los Celtics en su camino a su muy ansiado primer anillo.

Pasados los dos primeros partidos, la serie se encuentra 1-1, con un comienzo histórico ya que nunca los primeros dos encuentros de unas finales de NBA se han ido a Tiempo Extra. Estos encuentros nos dejaron con mucha emoción y expectación por lo que se viene tanto a equipos como aficionados. Este primer par de partidos dejo un saldo para cada equipo, los Cavs perdieron a Irving por una fractura en su rótula, y LeBron no deja de cargarse de minutos, mientras que los Warriors perdieron la ventaja de localía, la cual será muy difícil recuperar en su viaje a Ohio.

En el primer partido se tuvo a unos Cavs casi siempre por delante el marcador, que los Warriors supieron igualar al final tras sendos errores de LeBron y sus compañeros, lo cual nos dejó prestos para una prorroga que nadie imaginó: los Warriors se pasearon por la cancha y ganaron con comodidad.

Tres noches más tarde, y ya sin Irving, los Cavs se veían como una víctima fácil para los de Oakland, pero un gran trabajo del australiano Dellavedova, quien anuló a Stephen Curry durante todo el partido, los metió en competencia. El partido tuvo tintes similares al primer encuentro de la serie, con Cleveland liderando el marcador, sin mucha diferencia. Esto hasta el último cuarto, en donde la ventaja de los Cavaliers se estiró a 11 puntos a falta de 3 minutos por jugar. En ese momento, la defensa de los Warriors empezó a exhibir su mejor juego y tras sendas jugadas espectaculares, tanto de Thompson como de Green, el juego terminó igualado tras el tiempo regular. La segunda prórroga en 2 partidos empezó, a diferencia del juego anterior, con sendos fallos del equipo de Golden State y aciertos de los Cavs, pero se igualó el partido y las defensas terminaron haciendo de las suyas, tanto que las últimas posesiones de ambos equipos terminaron sin goles de campo. La última jugada se cerró tras un fallo de James y un contrataque de Curry neutralizado por los Cavs, los cuales terminaron haciéndose del partido y de la ventaja de localía.