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Análisis de Media Etapa – Torneo Ecuatoriano 2018

El torneo ecuatoriano de fútbol ha arribado a su primer cuarto con ciertas tendencias establecidas en cuanto a la lucha por los premios que otorga esta edición. Se perfila por lo pronto una interesante lucha por la etapa entre Barcelona y Liga que bien podría estarse resolviendo la próxima fecha, en tanto que Independiente como siempre es constante en los primeros lugares más nunca toma el liderato, notable lo de Católica y desconcertante lo de Emelec, todo dentro de las primeras posiciones.

Barcelona tuvo un fenomenal arranque de torneo cuya racha invicta recién se vio cortada este último fin de semana. Sus números son muy favorables, es primero con 26 puntos, tiene el mejor ataque del torneo con 22 goles a favor y la mejor defensa con 8 tantos encajados. Ha sido especialmente contundente en su cancha donde ha propinado algunas goleadas. Es una buena temporada del portero Banguera, así como de los centrales Darío Aimar y Luis Caicedo. La toma de la titularidad de Erick Castillo ha sido fundamental para dinamizar el ataque amarillo, juntarse con Esterilla, Marcos Caicedo o Arroyo y buscar al implacable goleador Juan Ignacio Dinenno que por lo pronto cumple con las expectativas.

Figura: Erick Castillo

Dicen que el juego de Liga Deportiva Universitaria no es vistoso, pero es a todas luces efectivo. Imbatible en su casa y con 3 triunfos fuera del Rodrigo Paz, Liga tiene entre ceja y ceja la primera etapa fundamentado en su seguridad defensiva, donde Franklin Guerra se ha convertido en líder del centro y respaldado por un sobrio Adrián Gabbarini que ha dado qué hablar con sus 3 penales atajados durante el torneo. Intriago y Orejuela cumplen en el medio sector, los hermanos Julio con su dinámica y Gastón Rodríguez con su sapiencia mueven el ataque que culmina en la calidad de Hernán Barcos o el oportunismo de Anangonó. Todo esto hace pensar en la vuelta de la U a los laureles.

Figura: Hernán Barcos

Universidad Católica es la sensación del torneo con un juego contundente y ágil, siendo su ataque el segundo mejor del torneo (20 goles) y logrando solidez como local, algo que le hacía falta en temporadas anteriores. La llegada de Yuber Mosquera a la defensa le ha dado la seguridad necesaria, Oña y Calderón son recios volantes que aseguran la pelota, mientras que más adelante está la sabiduría de Facundo Martínez, la potencia de Jeison Chalá y Romario Ibarra más la grata noticia de la vuelta del poder goleador de John Cifuente, quien de momento es el máximo anotador del torneo con 11 tantos.

Figura: John Cifuente

Una vez más Independiente del Valle está en la parte de arriba de la tabla, sin embargo, repite la historia de perder puntos clave que le permitirían estar más arriba. La línea de de 3 de Gabriel Schüerrer hace muy difícil anotar a los de Sangolquí, destacando Richard Schunke y Juan Pablo Segovia. Brilla en el mediocampo Jhegson Méndez quien pese a su juventud es capitán, mientras que Maximiliano Barreiro sigue siendo oportuno definidor, sobretodo cuando se junta con el alero Billy Arce. El conjunto negriazul, como ha sido su característica desde que llegó a primera división, es un temible visitante, pero no le va tan bien como local.

Figura: Jhegson S. Méndez

Es extraño lo acontecido con el Club Sport Emelec. Tuvo un arranque de año magnífico, pero de pronto se frenó notablemente perdiendo una serie de partidos a los que su afición no estaba últimamente acostumbrada. Hay jugadores con bajo rendimiento como el caso de Fernando Luna o el mismo Esteban Dreer, otros como Jefferson Montero que no cumplen con todas sus expectativas o las lesiones de Osbaldo Lastra y Brayan Angulo han perjudicado el andamiaje del bombillo e incluso por ahí apareció un problema disciplinario, el tema es que al DT Arias se le ha complicado consolidar un 11 ideal donde sigue brilllando Ayrton Preciado, con lo que pasó de un inexpugnable primer lugar pasó a un poco grato quinto puesto.

Figura: Ayrton Preciado

Delfín tuvo un complicado inicio de torneo. Tras la salida de varias de sus figuras del año pasado, parecía que le costaba encontrarse con el buen fútbol y por ello acumuló varias derrotas en el torneo local e internacional. Sin embargo, tras la llegada de Fabián Bustos a la dirección técnica en la que hiló 3 victorias ante grandes rivales como Liga, Emelec e Independiente. La aparición de Pedro Pablo Perlaza por el costado derecho es grata para el cuadro manabita, mientras Andrés Chicaiza luce como una gran manija del ataque. Fortuna para el cetáceo, supo encontrar nuevos valores para de nuevo ser protagonista.

Figura: Pedro Perlaza

Es un tanto extraña la campaña de Aucas, pues se elogia su juego de propuesta ofensiva, sin embargo, apenas ha ganado 2 partidos y más bien ha cosechado 6 empates. Diego Palacios, su lateral izquierdo se proyecto como el mejor elemento joven de la temporada, en el mediocampo Hidalgo y Rizotto dan el toque combativo al equipo, mientras que la velocidad de Wagner Valencia y Alexander Alvarado siempre deslumbra. Edson Montaño es uno de los goleadores del torneo y su año viene siendo ciertamente notable, pero falta más gente que anote en el conjunto oro y grana para poder sumar de 3 más seguido.

Figura: Diego Palacios

Macará ha tenido una campaña irregular que por momentos hizo emocionar a su afición, pero en otras ha decepcionado perdiendo puntos especialmente en su cancha del estadio Bellavista. El conjunto celeste presenta problemas en su defensa, que es una de las más batidas con 18 tantos en contra y con 12 goles a favor tampoco se podría decir que le está yendo bien a su ataque. Es inexplicable el bajón del rendimiento del conjunto ambateño ya que no varió mucho su plantilla respecto al 2017, por lo que se concluye que sus titulares no pasan por su mejor momento, tal vez, fruto de la decepción copera u otros motivos.

Figura: Juan Manuel Tévez

Viene siendo otro arranque de temporada decepcionante para El Nacional que apenas ha sumado 9 puntos en estas primeras fechas, una vez más sufriendo el éxodo de figuras respecto al año anterior. Los criollos han tenido serios problemas en el bloque posterior que se vio ampliamente superado en varios encuentros y las cosas se pudieron haber puesto peor sin la intervención del portero Padilla. Los militares no encuentran ese fino toque del 2017 y con ello su ataque ha perdido contundencia, además que es evidente que sus figuras no pasan por su mejor momento. Fue bueno el comienzo en ataque con Daniel Angulo y Miguel Parrales, pero las lesiones han cortado sus rachas.

Figura: Miguel Parrales

Técnico Universitario ha dado señales de reacción sumando un par de puntos tras un inicio repleto de problemas y con un equipo con limitaciones en su plantel y que prácticamente no hacía goles, pero la titularidad de Diego Hurtado en ofensiva le sentó bien y junto con el generador de juego, Diego Armas, han hecho cotejos interesantes y sobretodo, sumando para salir de puestos de descenso. También fue importante formar línea de 3 para asegurar el bloque defensivo.

Figura: Diego Armas

La situación de Deportivo Cuenca es crítica pues solo ganó en primera fecha y a partir de ahí no volvió a saber lo que es un triunfo. Cuentan con la peor defensa del torneo, habiendo encajado 23 goles en contra y del mismo modo es el peor visitante pues ha perdido en las 5 oportunidades que jugó fuera del Serrano Aguilar. Aún no terminan de ser diferencia las contrataciones extranjeras de este año y sufrieron la salida del DT Biggeri, quien será reemplazado por el anterior estratega de Delfín, Guillermo Sanguinetti.

Figura: Juan D. Rojas

Guayaquil City cierra la tabla de posiciones sin poder triunfar hasta el momento en el presente torneo en el que ha deambulado con la localía, pues la cancha del Chucho Benítez aún no está lista para recibir juegos de Serie A, lo que les hace ser los peores jugando en esa condición, pues solo han sumado así 3 puntos. Cuentan con la delantera menos eficaz, la cual ha anotado únicamente 7 tantos y en ofensiva verdaderamente existe poca variedad, tanto de jugadores como de ideas de juego

Figura: Damián Frascarelli

Once ideal del primer cuarto de torneo: Adrián Gabbarini; Darío Aimar, Franklin Guerra, Richard Schunke; Jhegson Méndez, Romario Ibarra, Erick Castillo, Ayrton Praciado; Hernán Barcos, John Cifuente, Juan I. Dinenno

FyA
Nacional 2017

Una Sinfonía Agridulce

Terminó el 2017 para el Club Deportivo El Nacional con un balance finalmente positivo en su juego. Sin embargo, ese pico de rendimiento alcanzado en las últimas fechas dejó cierta sensación de insatisfacción ya que el acceso a Copa Sudamericana pareciera saber a poco debido al juego desarrollado.

Habrá que recordar como fue el inicio de los rojos de la presente temporada. Tras la dolorosa eliminación en su breve retorno a Copa Libertadores, el equipo atravesó por un bache futbolístico explicable porque ya no contaba con varias figuras del año anterior, así como por un rendimiento inferior al esperado de quienes quedaron. Ante esto, los resultados eran poco halagadores y el equipo criollo llegaba a junio con tan solo un triunfo y comprometido seriamente con el descenso. Sin embargo, hacia el fin de la primera etapa pareció enmendarse.

Nacional supo encontrar un once ideal y un par de relevos que tal vez no eran los suficientes ya que el plantel en sí es corto. De todas maneras, su hinchada y la prensa especializada ya podía recitar prácticamente de memoria una alineación: Johan Padilla; Rinson López, Frankin Guerra, Luis Segovia, Edder Fuertes; Roberto Garcés, Jonathan Borja; Manuel Balda, Adolfo Muñoz, Alejandro Villava; Bryan De Jesús (Miguel Parrales). El Director Técnico, Eduardo Favaro, había empezado a acumular críticas, pero supo dar un golpe de timón para esbozar un equipo que dio seria pelea.

En el arco fue consolidándose Johan Padilla como un arquero en quien confiar con magníficos reflejos y excelente ubicación, tal vez aún costándole la salida en el juego aéreo como suele pasar con los porteros ecuatorianos. Además de atajar pelotas claves en momentos decisivos de varios partidos, se trata de una figura carismática que se ganó el cariño de la hinchada. Es sin duda importante que su renovación haya sido tratada a tiempo.

El gran problema de Nacional en este 2017 fue su defensa. En el año encajó 62 goles, lo que está bastante distante de lo conseguido por los clubes que ocuparon los primeros lugares del torneo. Franklin Guerra y Luis Segovia normalmente ocuparon los puestos del centro de la zaga y tuvieron problemas físicos como de suspensiones por a veces no saber controlar su temperamento, por lo que Javier Quiñónez fue el primer reemplazante. Hacia el final del año llegaron a la solidez necesaria para conseguir los puntos que permitieron soñar con una disputa del título. Rinson López por derecha y Edder Fuertes por izquierda fueron los carrileros que cumplieron una labor importante marcando y elaborando fútbol ofensivo.

Sin embargo, los elogios para la tropa de Favaro van de mediocampo hacia arriba. Con un osado planteamiento que llevaba un solo volante central, la responsabilidad cayó en Roberto Garcés para ese puesto. El “gato” reguló los hilos y tiempos del conjunto militar con el aplomo de un veterano. La creación de fútbol ofensivo estuvo a cargo de Manuel Balda, Jonathan Borja y Alejandro Villalva, quienes lograron desarrollar un juego coordinado, armónico y vistoso que condujo a Nacional no solo a ser un rival temible, sino que a la vez era elogiado por propios y extraños. El toque de primera, la precisión en velocidad que mostraron en los últimos meses del año fue de lo más destacado del mismo. Para el relevo estuvo la experiencia de Pedro Larrea, Daniel Samaniego y Cristian Cordero.

El Nacional fue el cuadro más goleador de la temporada regular con 73 goles a favor. Distinción que hace rato largo ya no la tenía y fue lograda gracias a toda la generación de fútbol ofensivo de la cual fue nexo Adolfo Muñoz, quien compartió tareas con el medio sector con talento y energía, apoyando al atacante en punta que fue Bryan De Jesús en algún momento y Miguel Parrales mientras estuvo en plenas condiciones físicas. Tanto De Jesús como Parrales fueron de menos a más, aprendiendo de su posición y convirtiéndose en eficaces goleadores.

Nacional terminó este 2017 con 64 puntos, de los cuales 41 fueron conseguidos en la segunda etapa, lo que habla claramente de las diferencias que hubo entre el primero y segundo semestre del rojo. 14 derrotas en el año suenan a mucho para un equipo que en algún momento aspiró a pelear el título, pero habrá que recordar que tan sólo 5 fueron en la segunda etapa. Los goleadores criollos fueron: Bryan De Jesús con 15 goles, Adolfo Muñoz con 11 y Miguel Parrales con 10 tantos. 12 de los 17 triunfos criollos del año alimentaron el sueño de poder llegar a la final, pero tal vez la caída como local ante Deportivo Cuenca y el empate ante Barcelona también en el Atahualpa fueron los puntos perdidos que al final pesaron para que dicho anhelo se desvanezca.

Se viene el 2018 para los puros criollos con una directiva reelecta en un proceso que fue por lo menos convulsionado y que aún mantiene a la gente interesada en el club con tensión dentro de un año en el que la disputa política colaboró poco con el equipo. Se ha llegado a un acuerdo para la permanencia de Eduardo Favaro en la dirección técnica el cual se supone incluye la capacidad de conservar a la mayor parte del plantel 2017 y en eso parecen estar encaminados. Siendo así, la perspectiva sería optimista para el próximo año en aras de al menos estar en la parte superior de la tabla de posiciones y con la mirada puesta en hacer un mejor papel en el torneo internacional a disputar, en este caso la Copa Sudamericana donde el primer rival será el San José de Oruro.

Foto principal: API

Edison Guapaz Zambrano
Guitarras y gol
Nacional 2017 1

Luz Tras un Inicio Tormentoso

Un año que había empezado con una ilusión fue seguido por un trago amargo. El Nacional había clasificado a Copa Libertadores y en accidentado y algo afortunado juego terminó igualando 2-2 con Atlético Tucumán de Argentina, en un país donde los criollos jamás habían sacado un punto, con destacada actuación de su nuevo portero Johan Padilla y goles de un veterano hombre de la casa: Félix Borja y de sangre nueva: Bryan De Jesús. Dicha ilusión creció y el hincha rojo volvió, acudió masivamente para presenciar uno de los peores bochornos de su carrera cuando quedó eliminado frente a un club que llegó tarde al compromiso y con indumentaria ajena. Marcó el inicio de un calvario.

El primer semestre 2017 del Club Deportivo El Nacional fue una montaña rusa de emociones. Padilla se lesionó y sus reemplazos en el arco: José Cárdenas y Cuero no mostraron la madurez suficiente para defender el arco. Un bajón notable en puntales de la campaña pasada en el mediocampo como Pedro Larrea y Cristian Cordero más la sensible baja de Lara hacían que Nacional luzca falto de ideas e inofensivo de cara a la portería rival. Nacional hacía menos daño que un agua aromática, en tanto que los sustos en área propia eran muchos.

La escuadra militar había optado por ser local en el Gonzalo Pozo de propiedad de Aucas, aduciendo que en el Sur de Quito se concentra el grueso de su hinchada. Error por varios lados, pues no solo sus seguidores se ausentaron, producto del dolor de lo acontecido en Copa, herida que costó sanar, sumado al mal fútbol y malos resultados iban ahuyentando gente. Sabemos que “La Caldera” no precisamente tiene la mejor cancha y la prédica del equipo de Lolo Favaro ha sido el toque de primera y al ras. Pésima jugada que les costó muchos puntos, pues Nacional nunca pudo ganar ahí y se tuvo que devolver prontamente al Atahualpa.

Al bloque defensivo rojo realmente le ha costado mucho acoplarse. La temporada de Marco Montaño, quien en 2016 fue un baluarte, viene siendo muy mala, permanentemente descuidando su banda, además que su poderoso saque de costado ya no sorprende a nadie. Otra sensible baja es Aníbal Chalá, pues en izquierda se ha demorado mucho consiguiendo estabilidad que algo se ha logrado con Edder Fuertes. En el centro tampoco es el mejor año de Franklin Guerra, Javier Quiñónez causa varios sobresaltos y con Luis Segovia hay que esperar que no “se le vuele la teja” para que brinde un rendimiento óptimo del que también es muy capaz.

Sin embargo, es bueno mencionar que Favaro le ha ido encontrando la vuelta a la situación. En el mediocampo ha juntado jóvenes futbolistas cuyas virtudes son la velocidad y precisión, a la vez de tener varios relevos por si las circunstancias del partido y la fecha lo requieren. Ahí están: Jorge Ordóñez, Jonathan Borja, Alejandro Villalva, Adolfo Muñoz  y Manuel Balda para tejer cerca del área rival y brindar por momentos buen fútbol. En el caso de Borja, parece la mejor contratación junto al portero Padilla quien una vez recuperado ha brindado mucha tranquilidad bajo los tres palos. Más atrás, Roberto Garcés sostiene al medio sector.

Nacional contrató delanteros de experiencia para el 2017 y los resultados no han sido los mejores con Félix Borja y Carlos Quintero. El cuerpo técnico ha preferido jugársela por Bryan De Jesús, quien tiene gran ubicación, pero le suelen traicionar los nervios a la hora de definir. Con todo, ya ha ido anotando seguido, su alternativa es Miguel Parrales.

Nacional fue la segunda defensa más batida de la primera etapa teniendo muchos problemas en los costados y pocas garantías por el centro, finalmente, en los últimos cotejos se logró estabilidad con Rinson López, Franklin Guerra, Luis Segovia y Eder Fuertes. Hubo momentos de muy mal fútbol que lo tuvieron al equipo en buen tramo del año coqueteando con el descenso y como candidato firme al mismo por parte de la crítica. Los juegos en Quito contra Barcelona y Emelec fueron sencillamente tristes, pero al parecer, han encontrado la luz.

Hacia el final de la primera etapa e inicios de la segunda Nacional pareció retomar el buen fútbol que le permitió llegar a la copa. Se podría decir que la hinchada puede estar aliviada y el plantel goza de buena salud. Es importante vísperas de las elecciones de las dignidades del club, pues dicha tensión política por momentos no ha resultado sana, aunque valdría reconocer que varias decisiones en esta temporada del General Manjarrez no fueron las más acertadas. Hablando solo de fútbol, un pronóstico optimista podría ubicar a Nacional en algún puesto de zona Sudamericana, pero habrá que buscarla partido a partido, sumando para lo fundamental que dado al mal inicio es salvar la categoría y recordando que el plantel no es muy amplio.

Foto principal tomada de Bendito Fútbol

Edison Guapaz Zambrano
Guitarras y gol
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El Nacional 2016: ¿Una Nueva Esperanza?

El 2016 definitivamente cerró mejor de lo que se esperaba para Nacional. La clasificación a Copa Libertadores estaba distante de los objetivos del año y de las previsiones de especialistas e hinchada, pero los puros criollos finalizaron el año en tercer lugar. Lo mejor que han podido hacer en esta oscura década para su historia.

El año comenzó con varias decisiones que a estas alturas parecieron acertadas. La primera fue ratificar a Eduardo Favaro que había llegado a dirigir a los rojos en las últimas fechas del 2015, tiempo suficiente para conocer el club y planificar el 2016. La siguiente fue una amplia renovación en el plantel de jugadores. Muchos del 2015 salieron y se optó por contratar poco, de preferencia jóvenes y dar espacio a la cantera. La abundancia de rostros desconocidos volvía pesimistas los augurios para el conjunto militar, pero una gran primera etapa tornó la desazón en esperanza (análisis primera etapa).

El primer semestre de Nacional encandiló con una defensa sólida y una disposición siempre ofensiva y de toque que le permitió rematar aquella mitad en el tercer puesto. Al principio de la segunda etapa padeció, lo que era esperable, pues Nacional no contó con un amplio plantel y la baja de Larrea por una hepatitis, más la llamada de Segovia a la selección sub 20, además de aleatorias lesiones y suspensiones hacían que a los criollos les cueste encontrar un nivel óptimo. Derrota como locales con Deportivo Cuenca, empates con Liga y Aucas cuando se tenía 2 goles arriba. El segundo semestre tuvo varios sobresaltos.

Nacional ya no tuvo la gran defensa de los primeros juegos del año y tardó mucho en acoplarse. Javier Quiñónez finalmente le ganó el lugar a Segovia y le costó consolidarse, cometió groseros errores, pero en la últimas fechas ya lució mucha más seguridad, siendo uno de los bastiones de la clasificación. Franklin Guerra no siempre pudo acompañarlo, pues era recurrentemente suspendido y tuvo varios momentos bajos en la etapa. Adrián Bone de menos a más en el arco sin ser brillante. Marco Montaño cumplidor defendiendo y atacando, Aníbal Chalá en una magnífica temporada que le sirvió para ser transferido al exterior. Michael Chalá alternó cuando hubo bajas en los centrales con una actuación no tan regular. A Nacional este año le encajaron 58 goles y no es una cifra para estar orgullosos.

En el medio campo hubo una antes y después de la reincorporación de Pedro Larrea, quien regula dicho sector en el club de las Fuerzas Armadas, con garra y también criterio para distribuir el balón. Otro león en el medio sector fue Cristian Cordero, también acertada contratación en el año, con gran despliegue físico y futbolístico. Ante la ausencia de cualquiera de ellos o para modificar el módulo táctico, estaba Roberto Garcés. Yendo por los costados e intentando diagonales, estuvieron la juventud de Janner Corozo y la experiencia de Cristian Lara para causar zozobra en área rival. El año del “diablito” ha sido más que notable, siendo el alma del equipo cuando muchos lo dábamos por retirado. Las alternativas fueron Manuel Balda, Adolfo Muñoz y David Noboa. Generalmente cambiando para bien el trámite de los partidos.

En delantera Michael Estrada y Felipe Mejía hicieron los goles necesarios para ganar los partidos necesarios. Estrada llegó siendo poco conocido y planteando dudas en su técnica, mas fue ganando en confianza convirtiéndose en un artillero más efectivo. Mejía recién se ganó la titularidad en el segundo semestre y marcó algunos goles de gran factura, cuando Favaro cambió el módulo táctico hacia un 4-4-2 aprovechando sus corpulentos arietes. Nacional hizo 63 goles, buena cantidad, la tercera mejor del torneo, aunque lejos de las descomunales cifras de Barcelona y Emelec.

Nacional tuvo partidos para el olvido como la goleada 5-0 a manos de Delfín, el empate en casa con Fuerza Amarilla, las derrotas en casa con Barcelona y Emelec. Sin embargo, también supo ganar juegos claves contra Independiente y River Ecuador de visitante y sobretodo el 5-0 a Liga Deportiva Universitaria, partido ganado con autoridad, que dio un regocijo particular a la hinchada y que prácticamente lo aseguró al rojo en Copa Libertadores. De todas maneras el rendimiento de Nacional en la segunda etapa fue bastante “bipolar”, pero también alcanzó porque sus competidores como Liga o Deportivo Cuenca se cayeron escandalosamente y a Independiente le costó mucho su renovación.

El 2016 es esperanzador para Nacional con el regreso a los torneos internacionales y habiendo sido una temporada de más alegrías que tristezas. Le queda a la directiva trabajar para que este no haya sido un oasis en medio del desierto y en los próximos años se siga ubicando Nacional por lo menos en los puestos de arriba. La directiva presidida por el General Tito Manjarrez ha sido cautelosa con el manejo económico y al parecer da buen resultado, pues es evidente en nuestro fútbol cuando a un plantel no se le cumple. Todavía mencionan que hay déficit por arreglar, cuentas por pagar, y el premio de la Copa sería de gran ayuda. Por lo pronto, se ha renovado con quienes se ha podido, pero para el 2017 las bajas de Estrada y Mejía aparecen como sensibles y han causado molestia en la parcialidad. La esperanza volvería a ser la cantera, el buen ojo de Favaro, de la directiva y también el apoyo de la gente que curiosamente acudió menos que en las 2 temporadas pasadas que tuvieron notablemente peores resultados. Falta mucho trabajar en el mercadeo, pero el resto puede ser alentador.

Foto principal tomada de:

www.clarosports.claro.com.ec

Edison Guapaz Zambrano
Guitarras y gol
el nacional 2016

Más De Lo Que Se Esperaba

El inicio de temporada para la hinchada de Nacional era poco alentador. Si bien renovaba mucho, lo hacía con nombres muy poco conocidos y se jugaba por completar la nómina con bisoños canteranos. Entre la crítica especializada y el aficionado lo colocaban al equipo como candidato al descenso, pero en el corte de medio año vemos a los puros criollos en el podio. Sorprendente, elogiable.

El año arrancaba con una prueba de fuego, recibiendo a Barcelona y en los papeles, sin ser favorito. Lo que se ratificaba cuando los amarillos se pusieron tempranamente en ventaja, pero Nacional lo dio vuelta, no solo con amor propio sino con buen juego, que se haría presente en la mayoría de partidos de la primera etapa.

Los rojos en sus primeros partidos poseyeron una defensa infranqueable con la destacada actuación del joven zaguero Luis Segovia, que en muchos juegos actuó como un veterano defensa de mil batallas. Su complemento ideal fue Franklin Guerra, quien pasó de la línea de volantes a la de defensores, aportando técnica y temperamento. Lastimosamente cuando no se alineó a los 2, Nacional tuvo problemas para defender, sobretodo, en los últimos partidos del semestre. Una buena tarea también de los marcapuntas Marco Montaño y Aníbal Chalá. Este último está cumpliendo una gran temporada. Ambos aportan tanto a defensa como ataque. No es brillante la temporada de Adrián Bone, pero es mejor que la del año pasado.

En el mediocampo la titánica tarea de Pedro Larrea, quien quizás aparecía como el único refuerzo de jerarquía y ha cumplido tanto o más de lo que se esperaba. Su baja en los últimos partidos, fruto de una hepatitis, fue severamente sentida. Su compañero en la primera línea de volantes ha sido Roberto Garcés, joven revelación que se ha sabido ganar un puesto. Cristian Cordero ha tenido una maravillosa labor tanto cortando juego rival como generando peligro en área rival. Polivalente, la carta comodín de Favaro.

Hablando de hombres de ataque, hay que hablar necesariamente de Cristian Lara, quien se ha tomado la “pócima de la eterna juventud”, su despliegue y vehemencia lo hacen lucir como un veinteañero. Buenas alternativas para el ataque han sido Adolfo Muñoz y Janner Corozo, futbolistas que normalmente entran al cambio y han sacado de apuros a los criollos cuando el partido no pintaba favorable. El lado elegante aunque no siempre con rendimiento de alto nivel (sobretodo en lo físico) lo han puesto Daniel Samaniego y Manuel Balda.

Nacional eso sí, ha adolecido de poco poder de definición. Marlon De Jesús había retornado a filas criollas para ser la carta de gol, sin embargo no tuvo un buen semestre y aún así se fue a Europa. Su hermano Bryan todavía luce inexperto y a Felipe Mejía se le ha dado pocas oportunidades. El goleador ha sido Michael Estrada, quien recuerda a los buenos tiempos de Evelio: capaz de los goles más espectaculares y de errar las opciones más increíbles.

El equipo de Eduardo Favaro ha tenido picos de rendimiento como los juegos con Católica y Emelec de local y visitante. Así como juegos olvidables como con Mushuc Runa de local, River y Delfín de visita. Se dice que si Nacional no perdía “infamemente” dichos puntos, hubiera estado disputando el primer lugar de la etapa con Barcelona en Guayaquil, pero no fue así. De todas formas, a los tiempos Nacional fue más alegrías que decepciones.

El juego de los criollos es vistoso por la gente de buen pie como Lara, Balda, los desbordes de Chalá, porque tiene un medio campo que lucha y toca, labores para las que están Larrea y Cordero. Porque tiene una zaga que marca y quita con elegancia más que con rudeza: Segovia y Guerra, porque Favaro siempre ha buscado el arco contrario aunque en algunos partidos finalmente su equipo fue superado.

Para el nacionalista queda el alivio que en este año no sufrirá por el peligro de descender. No hay que olvidar que el club todavía tiene varios apuros económicos, pero fue alentadora la noticia en la que conciliaron posiciones la actual directiva con la anterior. Si ambas pueden trabajar en conjunto con el conocimiento en fútbol de los unos y en negocios de los otros, se puede salir adelante. La hinchada, emocionada por este buen inicio aspiraría a que el rojo dispute un cupo a Libertadores, pero lastimosamente el plantel no es muy amplio y se vio que cuando tiene más de 2 bajas padece y cualquier club es proclive a encontrarse en esa situación en un torneo largo.

Siendo razonablemente optimistas, Nacional aspiraría a clasificar a Copa Sudamericana, con golpes de inspiración y gracia divina, podría llegar a primera fase de Libertadores, creer que pueda disputar el título es humo, pero en el mundo del fútbol cada tanto hay lugar para los milagros.

Edison Guapaz Zambrano
Guitarras y gol
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Torneo Ecuatoriano de Fútbol – Fecha 6 – Resumen

Se jugó la Fecha 6 del Torneo Ecuatoriano este fin de semana y Nacional sigue liderando el mismo. Emelec reaccionó y triunfó con mucho oficio de visitante, para no dejar escapar al cuadro criollo ni a Barcelona que fue contundente en su cancha. Por otro lado, Liga de Quito sigue sin ganar en la competición local, provocando pesadumbre en su parcialidad. La anécdota curiosa de la fecha fueron los 5 de 6 penales sancionados que fueron atajados.

Independiente DV 0 – CS Emelec 2 (Pinillo 50’, Gaibor 63’ –p-)

Sangolquí – General Rumiñahui

El equipo del Valle arrancó el partido con mucho ímpetu y sometió en los primeros minutos a su rival que pudo sostener el arco en cero especialmente por el trabajo de Dreer. Poco a poco, los eléctricos se fueron liberando del asedio e hicieron el trámite del encuentro más parejo, sin que haya grandes opciones a gol. El punto de inflexión del partido fue el penal que Dreer atajó a Sornoza cerca del final del primer tiempo. Una jugada con balón detenido permitió que Pinillo abra el marcador y con ello, jugó más cómodo ante la desesperación de su rival, desconectando el abastecimiento a los atacantes vallenses y desplegando todo su poder ofensivo en los pies de Mena, Burbano y Guanca.

CD El Nacional 1 (Guerra 46’) – River EC 0

Quito – Estadio Atahualpa

El equipo criollo defendía su liderato en el Atahualpa y progresivamente fue adueñándose del protagonismo, careciendo de fuerza en el último cuarto de cancha, con lo que había un juego monótono que cambió iniciada la parte complementaria con el gol de Guerra. A partir de ese momento, el local se animó a aumentar la ventaja y el club guayasense también hizo variantes que reforzaron su ataque para buscar el empate, lo que resultó en un partido mucho más interesante con mucho juego en ambos arcos y falta de definición para que haya más anotaciones. El equipo militar sigue siendo puntero por una semana más.

LDU Quito 1 (Angulo 37’) – U Católica 1 (Vides 14’)

Quito – Estadio LDU

Un partido de vértigo absoluto. Muy agradable para seguirlo puesto que tuvo goles, penales, jugadas polémicas y más; lamentablemente faltó público en las gradas de Casa Blanca. Los cuadros fueron generosos en ofensiva lo que obligó a que los guarda-palos se esfuercen y se conviertan en figuras. Sobre todo fue espectacular lo de Galíndez que atajó dos penales; al 27 Morales fue el primero en fallar luego al 89 fue Cevallos quien erró. Los goles fueron de gran calidad, primero Vides dejó a cuanto rival encontró para rematar fuerte y al ángulo. El empate fue producto de una fina bajada de pecho por parte de Angulo con un drible espectacular para quedar frente al portero camaratta y fusilarlo.

CD Cuenca 3 (B. Oña 53’, 71’; Koufatti 92+’) – Fuerza Amarilla SC 0

Cuenca – Estadio Serrano Aguilar

El primer tiempo fue chato, con pocas emociones. Todo lo apasionante en este juego llegó en la etapa de complemento, la figura fue Bryan Oña que marcó un doblete. El primero de sus tantos llegó de un centro que vino de derecha, el meta no salió y hubo una mala cobertura de la zaga amarilla. El segundo gol fue muy parecido, pues Chalá desbordó centró y la mala cobertura de la zaga permitió que Oña atropellando marque la segunda. La última anotación llegó gracias al venezolano Koufatti que aprovechó que la defensa se durmió para eludir con suave finta al meta y sentenciar.

Delfín SC 1 (Sierra 20’) – Mushuc Runa SC 1 (Estupiñán 75’)

Manta – Estadio Jocay

Sin exhibir un dominio tan avasallante, Delfín se erigía como justo ganador en la primera etapa, pues, fue quien dominó la posesión de balón e hizo que el juego se desarrolle más en campo rival, incluso perdiendo al oportunidad de hacer más amplia su diferencia, lo que lamentaría, pues en el segundo tiempo el cuadro del ponchito se aplicó y más los ingresos de Estupiñán y Giménez, presionaron al club cetáceo hasta  conseguir la igualdad en último cuarto de hora y de hecho, casi se llevan el triunfo cerca del final del compromiso.

Barcelona SC 3 (Alvez 28’, Esterilla 35’, Penilla 81’) – SD Aucas 0

Guayaquil – Estadio Monumental

Gran juego de los canarios que dominaron la partida de principio a fin. El partido lo hicieron los ofensivos del local (Díaz, Álvez, Esterilla y Penilla) que nunca dejaron de llevar peligro a la meta de Blázquez. Como curiosidad, en este juego también hubo dos penales atajados. Blázquez le tapó uno a Álvez y Banguera a Salaberry. La cancha no estuvo en buenas condiciones por la lluvia previa y generó fricciones entre los jugadores, sin embrago, no fue obstáculo para que Barcelona muestre un fútbol rápido y efectivo. A momentos B.S.C. presionó en cancha rival y en otros esperó en cancha propia para proponer la contra. Manejó a su antojo ritmos e intensidad, una muy buena presentación del 11 de Almada.

nacional 2015

Un año horrible entre los años horribles

Desconozco cómo se habrá vivido la campaña de El Nacional que condujo al descenso de 1979, pero sin duda esta debe haber sido la más triste y desalentadora para la parcialidad criolla, y eso que quedó mejor ubicado que en el 2012 por ejemplo, pero al menos, la categoría fue salvada épicamente. Lo de este 2015 de Nacional se puede describir con una palabra: deprimente.

El inicio del 2015 llegaba para Nacional con cierta ilusión. Tras la consolidación de la directiva civil que había implicado el no pasar por sustos económicos, un mediocre séptimo puesto pero con espectaculares asistencias, todo hacía suponer que ahora se daría otro paso más adelante. Las contrataciones de Edison Méndez y Cristian Lara, a pesar de la veteranía de ambos, hacían pensar que habría buena pelota jugada y al menos, se convertirían en los imanes de taquilla. Con Eduardo Morante, Anderson Ordóñez y Luis Luna parecía que se podía paliar la problemática defensa y el “francés” Álvarez era la gran incógnita en el ataque, pero su tamaño y la promesa de traer algunos secretos del fútbol europeo, por lo menos permitía ser optimista.

Se ratificó en la dirección técnica a Octavio Zambrano, apuntando a que un posible conocimiento de la institución y continuidad que se vería poco fructífera. Como viene siendo costumbre, Nacional arrancó la temporada con una seguidilla de derrotas y Zambrano se aferraba a su cargo con un par de victorias épicas frente a Barcelona y Aucas en los instantes finales de dichos partidos. Nacional era superado en todos sus juegos, pero al menos, contaba con suerte.

Cuando eran evidentes los pobres resultados de Zambrano, su permanencia en la dirección técnica de Nacional no resistió más. Tras un breve paso de Orlando Narváez por la banca, la directiva resolvió que se necesitaba un DT con prestigio y renombre, contratando al argentino Rubén Darío Insúa, un hombre que sabe lo que es salir campeón en el país e internacionalmente. Absolutamente todos dieron el visto bueno a la llegada del poeta: hinchas, periodistas, perio – hinchas. Parecía que ahora sí llegaban los buenos tiempos para la divisa criolla.

“Milagrosamente” el equipo enderezó, partidos con mucho orden y tal vez marcadores apretados que lo tuvieron a Nacional peleando por Copa Sudamericana y con el mismo puntaje que el líder de la segunda etapa aunque con menor diferencia de goles. Hasta golpe de fecha 7 u 8 de la segunda etapa, se mantenía cierta ilusión y vino la debacle luego del 30 de agosto cuando había vencido a River Ecuador.

Nacional no volvió a triunfar hasta el 29 de noviembre y durante ese trayecto, lo que parecía un club convaleciente pero en vías de recuperación, dejó de ser tal. Derrota tras derrota, algunas de ellas humillantes, como el 5-1 de local frente a un rival tradicional como Liga de Quito, un inédito 5-0 frente al novato River Ecuador… En cada traspié, se hablaba de malestar a la interna, el cual salió a la luz por declaraciones de Insúa, cuando se conoció que no había puntualidad con los pagos del plantel de jugadores. Por ahí se podía explicar esas pobres actuaciones.

El tema político afectó notablemente al rendimiento del club. El Presidente saliente, Dr. Jorge Yunda, se encontraba en pleno proceso de reelección y la lista adversaria estaba presidida por el antiguo Presidente, Gral. Tito Manjarrez. Para inscribir candidaturas, hacía falta que tengan el respaldo en firmas de un mínimo de socios que en primera instancia no fue alcanzado por ninguna de las candidaturas, lo que derivó una ampliación del plazo para la presentación de dichas firmas, requerimiento que únicamente cumplió la lista de Manjarrez.

Del lado de Yunda, una vez que se conoció que no calificaba su lista para elecciones, presentó su renuncia argumentando que prefería facilitarle la sucesión a Manjarrez. Sin embargo, preferentemente a través de redes sociales, Yunda supo manifestar que sintió que no era bienvenida su presencia en el club (demás está recordar que fue el primer Presidente civil en un club que siempre fue dirigido por militares). La decisión fue duramente criticada por ciertos sectores de la prensa e hinchada, puesto a que en el momento en que pasaba toda esta inestabilidad electoral, la crisis financiera y de resultados se iba ahondando.

Volviendo a lo futbolístico, Insúa salió del club luego del catastrófico juego con River Ecuador, su reemplazo, que se suponía, era hasta el final del torneo, fue el desconocido DT local Quenry Valencia, con muy malos resultados, con lo que para las últimas fechas se lo trajo al uruguayo Eduardo Favaro, quien consiguió 2 triunfos y 3 derrotas. ¡El Nacional tuvo 5 directores técnicos en la temporada! Algo que normalmente pasa en equipos que descienden o pasaba en los años más caóticos de Barcelona S.C. por ejemplo.

De regreso a la novela dirigencial. Yunda había renunciado un 29 de octubre, pero las elecciones no se celebraron sino hasta el 28 de noviembre, asumiendo la presidencia del club recién el 18 de diciembre. Aparente acefalia en el club, que había quedado en manos del Vicepresidente de Yunda, Gustavo Cabrera. En todo ese tiempo, sumado a cada amargura que daba el cuadro criollo a su hinchada y a los problemas económicos, estuvo la pugna entre Yunda y Manjarrez. El uno le decía que mejor asuma de una vez la presidencia, el otro, que por qué salió del cargo antes de tiempo y que asumirá cuando inicie legalmente su periodo.

Mientras Yunda y Manjarrez se pasaban la pelotita, El Nacional acababa su campaña con la resta de un punto por la no presentación de roles de pago de los jugadores. Volvió a saberse este tipo de problemas que se daban antes de 2013 y que parecía, se habían solucionado, volvieron a aparecer, sumado a que desde este año, hay un reglamento que penaliza eso. Una vergüenza más a la campaña 2015.

Yunda manifiesta que varias deudas claves del club (IESS; SRI) fueron saneadas durante su gestión, además de varias deudas de antes de su mandato, que incluían a sus mismos empleados y antiguo plantel de jugadores y tuvieron al cuadro criollo en una situación sumamente crítica previo a su periodo. El tema de la deuda al actual plantel se argumentó que fue causado porque no se pudo hacer uso del dinero que se descuenta a los socios militares.

El panorama es desolador. De este 2015 prácticamente no hay como rescatar nada a nivel futbolístico. Las contrataciones fueron decepcionantes. La defensa encajó 58 goles, con rendimientos paupérrimos de Caicedo, Morante, Luna, Ordóñez más el peor año del portero Adrián Bone desde que está en la institución militar. Un valor como Franklin Guerra pasó mucho tiempo ausente por lesión o suspensión. Edison Méndez enfrentado al DT Zambrano y también su condición física conspiró para que su aporte sea a cuenta gotas, Daniel Samaniego recién alineó cerca del final del torneo. El ataque criollo fue uno de los peores del torneo con sólo 45 goles conseguidos. Ni Miguel Álvarez ni Edison Preciado ni Marquez (y del resto es difícil acordarse siquiera) fueron una solución real para el rojo. Eso más, muchos de los jugadores de este año terminan sus contratos y uno a uno han empezado a irse, mientras la actual dirigencia no anuncia contrataciones y todos los equipos con los que luchará por la categoría, van sumando gente.

El Nacional sigue en problemas económicos, lo que Manjarrez no deja de “recordar” en medios de comunicación, y con las escasas relaciones con grupos económicamente poderosos de la actual directiva, se ve difícil que pueda arreglarse dicho problema en el corto plazo. Se dice que se echará mano de las formativas para salvar al club, pero actualmente evidencias resultados poco alentadores, además si vemos el ejemplo de Deportivo Quito, cuando empezó a ubicar mucho producto de su cantera, comenzó el desastre. Para ganar partidos hará falta un jugador que marque la diferencia y está lejos de que se pueda contratar alguno. Cuadros como Fuerza Amarilla o Mushuc Runa hoy por hoy le ganan fácilmente la pulseada a los criollos a la hora de llamar a alguien a sus filas.

El Nacional tiene un número importante de hinchas, bastante menor al de los otros 3 grandes, pero significativo. Sin embargo, al apático hincha criollo hay que estimularlo continuamente y en eso la labor del Dr. Yunda fue espectacular al promocionar al club a través de los medios del Grupo Canela del que él es la cabeza. Manjarrez estará muy lejos de contar con ese respaldo y las taquillas sufrirán sensiblemente. Además de que si quiere pautar, le tocará sacar del calamitoso erario criollo.

La situación financiera aún es incierta con un informe económico aún no aprobado. La situación se supone que es mala, pero es bastante menos mala que lo que pasaba en 2013 según la versión y gestión de Yunda. Lo cierto es que para corregir los males urgentes del equipo de fútbol, los recursos monetarios son cortos y lo que puede esperar el hincha de El Nacional en el 2016 es otro año mediocre en el que máximo se salve la categoría. Llegar por ejemplo a una Copa Sudamericana, sería prácticamente un milagro. La evaluación financiera de la gestión Yunda aún queda en veremos, pero la futbolística, que es más fácil de analizar, es decididamente mala. Sumado a sus reacciones dignas del hincha más termocéfalo (de cabeza caliente, para quienes no están familiarizados con el término rioplatense) que derivaban en actuaciones y declaraciones lamentables que solo propiciaban inestabilidad en el plantel e incertidumbre en la hinchada.

El Nacional, como nunca, es candidato de peso para descender. Mientras el hincha criollo ve con frustración cómo los ostentosos números de su otrora glorioso club son superados: ya Emelec logró un tricampeonato y ha participado más veces en Copa Libertadores que Nacional. Tiene 2 clubes con poca historia pero con solvencia económica que lo sobrepasan en mano a mano histórico, aunque cierto es que son clubes jóvenes: River Ecuador e Independiente. Este año lo más probable es que Liga de Quito lo supere en dicho mano histórico y en puntos conseguidos en Copa. Emelec podría hacer un tetra y superarlo en estrellas.

Con 23 derrotas, prácticamente Nacional le debe la categoría al señor “Palmira” Salazar y su demanda que ocasionó la pérdida de 6 puntos a Deportivo Quito, así como a los errores dirigenciales del señor Villavicencio en Loja. ¿Podría ser que esta vez no haya quién lo salve? Si desciende, ¿Qué tan rápido se recuperará? ¿o esa grandeza era solo una ilusión? Hasta la paranoia invade a la fanaticada criolla, que seguramente este año engordó mucho las billeteras de terapeutas y psiquiatras. Este fue un año horrible entre los horribles y como viene el panorama, pareciera que no fuera el peor. Espero con todo el corazón equivocarme.

Edison Guapaz Zambrano
Guitarras y gol