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Del Infortunio a la Gloria

Era el año de 1979 y AC/DC, banda formada por escoceses en Australia, empezaba a tener un reconocible éxito tras la publicación de “Highway To Hell”, una oda al frenético estilo de vida del rock and roll con continuo desplazamiento y aparente fiesta eterna. Poco después, aquel disco y sobretodo, su canción homónima parecían ser el preludio del fatal desenlace del vocalista, Bon Scott, quien falleció por intoxicación etílica a principios de 1980.

 

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La desaparición de la carismática figura de Scott sin duda afectó a la banda, que bien pudo desaparecer, lo cual afortunadamente no sucedió entre otras cosas, en ánimos de preservar la memoria de Scott mismo. La sucesión al frente de los AC/DC cayó en los hombros de Brian Johnson, cantante inglés del que el propio Bon había dado las mejores referencias. Para Abril, Johnson ya estaba en la banda, para mayo iban finalizando las sesiones de composición de un nuevo álbum en las Bahamas y el 25 de julio de 1980 salía a la luz “Back in Black”.

El séptimo álbum de estudio de los “anglo – australianos” sería su puerta de entrada al mega estrellato. De la mano mágica del “productor del éxitos”, Mutt Lange, AC/DC logró un sonido supremamente energético con el poder combinado de las guitarras de los hermanos Angus y Malcolm Young, un dinamismo que se podría bien sospechar que se extrajo del punk y el suficiente criterio para coquetear con el pop comercial, pues prácticamente no quedó persona sobre la tierra sin bailar al ritmo de uno de los mejores discos de rock and roll de la historia.

El álbum sin embargo arranca los más tétrico posible. El sonido de una gigantesca campana de bronce anuncia cierta pompa fúnebre. “Hells Bells” bien puede ser lo más “heavy metal” del disco con un tempo más bien lento, tal como el heavy de la época. No pudo haber tenido una mejor fecha de lanzamiento como sencillo que un 31 de octubre. El tema es muy reconocido por ser usado en eventos deportivos, como la clásica entrada al campo de juego del club de fútbol alemán St. Pauli, así como en eventos por ejemplo de la Major League Baseball.

“Back in Black” continúa con un hoy por hoy tradicional himno de estadio. “Shoot to Thrill” es prácticamente indispensable en los set list de los monstruosos conciertos que ofrece la banda. Con el sello característico de ese bajo punzante, perfecto y cuasi mecánico de Cliff Williams, quien sumado a la energética batería de Phil Rudd logran rítmicamente sostener al frenetismo de este clásico, así como de los siguientes temas en el orden del disco: “What Do You Do for Money Honey” y “Givin the Dog a Bone”, temas que hasta podrían rayar en una connotación sexista, pero que bien pueden dibujar una cruda realidad de supervivencia.

Con “Let Me Put My Love Into You”, AC/DC da un respiro al disco con un hard rock que coqueteaba con los años 1970s recientemente clausurados, para dar paso a los mega hits del disco y tal vez, de la historia del grupo. El tema homónimo del álbum, “Back in Black” y “You Shook Me All Night Long” tienen los riffs de guitarras tal vez más conocidos del mundo e infaltables en una celebración rockera, pues no solo son rudos y afilados, sino que a la vez bailables. Con solos inmaculados y un ritmo implacable, obviamente los Young se lucen y dejan una huella indeleble en la historia. Que decir de Brian Johnson con registros vocales impresionantes, nada mal para su debut y de hecho, deja su marca característica que no solo tendría que ver con el aspecto musical, sino incluso en la puesta en escena con su clásica cachucha que sería tan icónica como el traje de colegial de Angus Young.

Con los temas finales del álbum, AC/DC hace un rock más tradicional. “Have a Drink On Me” es muy heavy metal, “Shake a Leg” suena mucho al rock de estadio característico de los 70 y 80, mientras que el cierre con “Rock and Roll Ain’t Noise Pollution” tiene mucho de raíces blues. Un buen remate para un disco que en general va a buena velocidad.

Siempre de “Back in Black” se habla no únicamente de su legado como una piedra angular del sonido hard rock de lo que en ese entonces era la naciente década de los 1980s, sino su suceso mediático y comercial. Siempre catalogado como “el segundo álbum más vendido de todos los tiempos”, oficialmente se le cuenta 29.4 millones de copias vendidas, aunque se habla de más de 50 millones, lo cierto es que solo en Estados Unidos certificó disco de platino en 25 ocasiones, logro recién alcanzado el 2019, lo que habla de una pieza musical que simplemente no pasa de moda.

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AC/DC tuvo su definitivo golpe comercial con “Back in Black” sobreponiéndose a lo que se supondría sería su fin, pero más bien sería el comienzo de una leyenda.

 

Back In Black – 1980 – Atlantic

back in black

  • Hells Bells
  • Shoot to Thrill
  • What Do You Do for Money
  • Given the Dog a Bone
  • Let Me Put My Love into You
  • Back in Black
  • You Shook Me All Night Long
  • Have a Drink on Me
  • Shake a Leg
  • Rock and Roll Ain’t Noise Pollution
Edison Guapaz Zambrano
Guitarras y gol
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De Esas Películas Icónicas … Ochenteras

El 15 de febrero se cumplieron 35 años desde el estreno del film “The Breakfast Club”. Considerado una pieza fundamental de la cultura popular de los años 1980s, suele ser sujeto de muchas referencias y citas en la cultura popular hasta nuestros días.

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Esta es una película que poco tendría que ver con los años ochenta, tomando en cuenta que es una producción con pocos tintes pomposos y de espectacularidad característicos de aquella década. Una escenografía simple, pues prácticamente no pasa del edificio de una escuela secundaria y sus alrededores. Distante de efectos especiales y explosiones.

Es una historia donde convergen 5 estereotipos de la vida en instituciones secundarias: John Bender, “el criminal”, clásico buscapleitos, temperamental y cliente frecuente de los castigos de su escuela. Andy Clark, “el deportista”, prototipo de chico popular, bien parecido e integrante de uno de los equipos atléticos del colegio. Claire Standish, “la princesa”, la chica popular, engreída y de padres adinerados. Brian Johnson, “el cerebro”, el tipo inteligente y estudioso generalmente tímido. Allison Reynolds, “un caso clínico” (traducido del inglés “basket case”), tal vez las más enigmática, inadaptada y con una increíble capacidad para inventar y mentir. Un grupo disparejo que iría convergiendo.

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La historia como sabemos, comienza con un día de castigo que por diversos motivos deben cumplir los protagonistas de la historia, quienes son confinados en la biblioteca del instituto y deben escribir un ensayo acerca de quienes creen que son mas la tarea se ve alterada por el revoltoso John, a quien se le identifica un marcado antagonismo con el Director Vernon, principal autoridad de la secundaria. A partir de ahí, las opuestas personalidades van convergiendo hasta el desenlace en el que presentan un manifiesto conjunto.

En los años 80 se hicieron populares muchas películas con temática adolescente, pero tal vez ninguna como “The Breakfast Club” que aborda el problema más común de cualquier época entre los jóvenes que es la comunicación deficiente con los padres. El mismo padecimiento lo tienen los populares como Andrew y Claire, así como los “desplazados” como John, Allison o Brian. La película por la que se confió un modesto presupuesto al en ese entonces joven director John Hughes pudo armarse de minutos de conmovedores relatos que coinciden en la queja por la falta de comprensión del mundo adulto a su entorno. Momento crucial cuando se desinhiben los protagonistas sucede bajo el consumo y efecto de marihuana. Parte de esto gesta el icónico baile del film.

 

La coreografía armada a partir del tema “We Are Not Alone” de Karla DeVito. La banda sonora tiene un estilo similar y muy ochentero, salvo el tema “Don’t You Forget About Me” de Simple Minds, el cual constituyó tal vez el mayor éxito en la trayectoria de la banda escocesa.

 

Los actores de la película son mayormente conocidos dentro de la cultura pop, sin embargo quienes más destacaron fueron Molly Ringwald, quien protagonizó una especie de trilogía adolescente personal, pues antes de “The Breakfast Club” protagonizó “Sixteen Candles” y después “Pretty in Pink”, otras películas icónicas de la temática adolescente de los 80 y Emilio Estevez quien también cuenta con la estela de ser hijo de Martin Sheen y tuvo roles protagónicos en las sagas de “The Mighty Ducks” o “Young Guns”. Una película que a pesar de una estética totlamente del siglo pasado, mantiene muy actuales sus temas.

Edison Guapaz Zambrano
Guitarras y gol