El Adiós al Tipo más Querido del Rock
El 5 de julio pasado el mundo del Heavy Metal y derivados se habían reunido para despedir formalmente de los escenarios a John Michael Osbourne. Ozzy ya había anunciado tiempo antes que no podía estar más al frente en una tarima, pues sus padecimientos de salud crecían. La noticia de un último concierto fue ciertamente sorpresiva y por eso mismo causó mucha expectativa.
“Back to the Beginning” más que de un concierto se trató de un festival en el que intervinieron músicos a los que se les puede rastrear la influencia, reunió a aproximadamente 45 mil fanáticos que agotaron en minutos las entradas para el show a realizarse en el Villa Park de su querido Aston Villa en Birmingham, el cual contó con 17 actos que incluyeron bandas como: Mastodon, Lamb of God, Gojira, Anthrax, Alice in Chains, Tool, Pantera, Guns N´Roses, Slayer, Metallica y más, contando también con súper formaciones donde por ejemplo actuaron: Tom Morello, Steven Tyler, Billy Corgan, Chad Smith. Los números incluían clásicos de estos artistas, temas de la carrera de Ozzy y otros clásicos del Hard Rock y Heavy Metal.
Tras varias horas de potentes voces y guitarras llegaría el número final: Ozzy desde un tenebroso trono emergió para poder cómodamente sentado tocar algunos de sus éxitos de su carrera solista y la banda incluyó a Zakk Wylde y Mike Inez. Finalmente se unió la formación original de Black Sabbath para poner fin a una carrera legendaria.
Pocos días después, el pasado 22 de julio, Ozzy falleció a los 76 años. Quienes algo conocen la biografía del cantante británico pueden decir que “vivió mucho más allá de lo esperado”, pues su alocado estilo de vida puso múltiples veces en riesgo su integridad y salud. Su despedida de este mundo no pudo ser mejor que esa: reuniendo a los mayores expositores de un género del que prácticamente fue su fundador. Bien podríamos pensar que no podía pensar en una vida más allá de los escenarios y así prefirió que su vida se vaya apagando. Se podría decir que era su último deseo pendiente antes de partir a la eternidad.
¿Pero qué más se puede decir de Ozzy? Pues que no sólo fue una figura importante de la música y en específico del rock and roll. Bien podríamos situarlo como una figura icónica de la cultura popular contemporánea, pues a su turno encarnó rebeldía desde su evocación a la oscuridad. Siempre declaraba que cuando fundó Black Sabbath la idea era que: “si la gente paga por ir al cine para ver películas que dan miedo, ¿por qué no hacer música que de miedo?” Entonces se embanderó con éxito dentro de una causa que era incómoda para los sectores conservadores de la sociedad como era lo fantasmagórico, oculto, quizás demoniaco. Desde luego fue ubicado como enemigo para esa sociedad.
Pero contrario a la evocación siniestra de su música, Ozzy Osbourne de hecho era un sujeto supremamente carismático de quien podría costar creer su título de “Príncipe de las Tinieblas”, mientras el no salía al escenario. Ozzy siempre contó con excelentes referencias de sus colegas, incluso de aquellos lejanos a los géneros extremos que cultivó. Un buen amigo, un tipazo, alguien que tuvo un matrimonio longevo. Un sujeto imposible de odiar.
El impacto de Ozzy incluso llega a la televisión, cuando los reality shows estaban aún en pañales exhibió las excentricidades de su familia, claro, negociados por su esposa Sharon. La astuta empresaria que supo encarrilar al animal salvaje a un punto al menos de productividad. Su matrimonio se volvió entrañable, sus hijos quizás no tanto, aunque tiempo después demostraron ser gente de bien.
Sus excesos formaron parte de su leyenda. Conductas peligrosas, adicciones a sustancias de las que son lícitas y de las que no. Locura que llevó a las excéntricas anécdotas de la decapitación de un murciélago con sus propios dientes, del esnifar hormigas, de hablar prolongadamente con un caballo hasta que éste lo mandó por donde vino, otras más desafortunadas como la muerte de su guitarrista Randy Rhoads tras un lamentable accidente.
A Ozzy le debemos entretenimiento y entendimiento de nuestra propia pena y rabia a través de su potente música. Él, una criatura maltratada y abusada en sus primeros años tuvo el don de expresar esa negatividad hacia algo bello y perdurable y nosotros la suerte de escucharlo, mirarlo y de alguna manera identificarnos con esta criatura indomable. Esperamos que haga bulla por toda la eternidad. Gracias a él, a Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward.

Guitarras y gol