Retro y Terror: Combinación Ganadora

En este septiembre de 2017 se estrenó en salas de cine alrededor del mundo el remake de “It”, la terrorífica obra cinematográfica adaptada del libro de Stephen King con notable éxito y generalmente buenos comentarios.

Con expectativa, mucha gente que durante su infancia o juventud se mortificó con las macabras apariciones de “Pennywise” ha ido acudiendo en busca del placer de la nostalgia a pesar de estar plenamente advertidos del miedo que alguna vez les generó. Es precisamente de lo que trata “It”, acerca del miedo mismo en su esencia.

Quienes vieron la película “original” en los años 90 o mejor aún, han leído el libro están conscientes que el fenómeno “It” es cíclico y se presenta en un pueblo de aquellos que en Estados Unidos hay por montones con la diferencia que el índice de acontecimientos mórbidos en “Derry” es inusualmente alto. El halo paranormal de la historia supera lo que en un principio podría ser policial. Ese ciclo cuidadosamente se respetó al estrenar el remake 27 años después del original.

Concebido para un público ávido de la onda “retro”, los elementos de finales de Siglo XX abundan: referencias musicales, videojuegos, tecnología de la época como cintas de audio, video, proyectores, teléfonos. La idea de la historia traslada a los años 90, también dirigido a producir la secuela prevista para el 2019 en la que seguramente los protagonistas vivirán en la actualidad y serán adultos. El guiño retro incluso se lo encuentra sutilmente en la inclusión de Finn Wolfhard en el elenco, joven actor conocido por encarnar a “Mike” en “Stranger Things”, serie de Netflix ambientada en los 80.

Sin embargo, el toque de modernidad, a pesar de ser ambientada en el siglo pasado, abarca duros temas como el bullying o el abuso a menores de una manera bastante más descarnada que en la película original, lógicamente muy lejos de los pasajes fuertes que tiene la obra escrita. En cuanto a producción y efectos, indudablemente tienen una mayor calidad sobretodo para ilustrar los eventos paranormales recurrentes a lo largo del largometraje.

Lo genial de la concepción de “It” está en concentrarse en las raíces del miedo mismo, algo que vas más allá de cualquier producción de terror, muchas de las cuales son más bien producciones de suspenso con escenas colocadas en ciertos puntos para aumentar el drama. En el caso de “It” el tema en sí es el miedo, puesto que el payaso Pennywise se alimenta y fortalece a través del miedo de sus atacados y justamente infringe daño manifestándose en los temores más profundos de los mismos. Quien no manifestó miedo hacia su maléfica presencia evitó un desenlace más desagradable.

Esta remozada “It” tiene un guión y trama bastante buenos, la película es bastante más dinámica que la original aunque tal vez da menos miedo. Claro está, el “It” original explotó el miedo hacia criaturas y experiencias más allá del mundo terrenal, algo que agobia más a los niños. Ahora estos niños ya crecidos seguramente tienen más bien miedo a las cosas terrenales, dejando a un lado a lo paranormal y en ese sentido tiene menos impacto, menos miedo, pero no menos entretenimiento. Se podría decir que incluso el vestuario de Pennywise es un poco más estilizado, muy de nuestros tiempos. Sin duda la secuela se hará esperar.

El Entrañable “Club de Cuervos” y las Razones de su Éxito

¿De qué otra cosa iba a hablar la primera serie de Netflix latinoamericana si no de fútbol?

Club de Cuervos ha venido apasionando a los usuarios de esta plataforma desde su estreno en 2015. Con 2 temporadas y 23 episodios en total se ha tomado la cultura popular latinoamericana y algunos de sus personajes podrían ya considerarse clásicos dentro de la misma. El porqué de este éxito intentaremos descifrarlo.

Mucha de la responsabilidad está en la experiencia y capacidad que hay en México en cuanto a narrativa audiovisual. Si bien Club de Cuervos se presenta como una serie cómica, cosa que los mexicanos saben hacer muy bien y ejemplos sobran, la realidad es que se la cuenta casi como una telenovela, algo para lo que ellos también son buenísimos. La historia vendría a ser como la del clásico culebrón azteca en el que una respetable familia se divide por una herencia. En este caso, la herencia es el club de fútbol “Cuervos de Nuevo Toledo” (tanto el equipo como la ciudad son ficticias) y la disputa surge al fallecer el patriarca del mismo: Don Salvador Iglesias. La pelea sobre el club y demás bienes del connotado caballero se da entre sus 2 hijos reconocidos (ambos de distintas parejas) y un tercero que estaba en camino antes de su muerte, como para completar un drama tan parecido a alguna de las “Marías” de los años 90.

Para soportar este tortuoso hilo narrativo están las actuaciones. Ahí es cuando Luis Gerardo Méndez y Mariana Treviño realmente se lucen con trabajos espectaculares. Salvador Iglesias Jr. “Chava”, interpretado por Méndez es un tipo sumamente entrañable y querible para el espectador, pese a ser un completo cretino en cuanto a códigos futbolísticos y no se diga de organización. “Chava”, con su irresponsabilidad y vicios, irradia tanto carisma que siempre quieres que sus disparates le salgan bien a pesar que a sujetos futboleros como quien escribe le pueda parecer sumamente ofensivo que irrespete el camerino, contradiga las órdenes del entrenador y peor aún, que haya hecho algún trato con el equipo rival. Como sabemos, el en un inicio fue electo presidente de Los Cuervos y es el alma indiscutible de la serie.

En la contraparte está Isabel Iglesias, interpretada por Mariana Treviño, una mujer muy armas tomar, muy responsable y conocedora en los campos de la administración cuya injerencia incluso a su tiempo hizo bien al equipo, pero su personalidad avasallante y exigente la hacen “la perra” (dicha por ella misma) de la serie, completamente detestable. Es una antagonista difícil de entender, pues no es precisamente mal intencionada, solo busca reivindicar lo que ella cree que merece y busca lo mejor para el club y para el imperio construido por su difunto padre.

Como vemos, a pesar que el eje central de la serie se supone es el fútbol, no se desarrolla por completo en cuanto a dicho eje temático y toma de manera algo sobredimensionada sus campos más oscuros y algo míticos como los sobornos, arreglos por debajo de la mesa, los intereses de los agentes de jugadores, planteles buscando hacer la casa o la cama a sus entrenadores, doping, infidelidades, prostitución, etc. Todo aquello con el fin de enganchar a un espectador ávido de polémica, la cual en “Club de Cuervos” siempre existe. El plantel de fútbol, pues es el típico de cualquier equipo latinoamericano: la base local llena de chicos humildes, muy ingenuos los más jóvenes, el clásico delantero argentino “pintero” imán de la fanaticada femenina, el brasileño que es todo fiesta y buen humor y el excéntrico refuerzo extranjero que por una millonaria cifra llega a los clubes de más alta inversión. También está la vieja gloria que se hace cargo de la dirección técnica en tiempos de crisis.

Mientras tanto, la fanaticada aguarda el estreno de la tercera temporada de la que se tiene las más grandes expectativas y esperando que esté a la altura de las 2 primeras temporadas.

13 Reasons Why: El Oscuro Mundo Colegial

¿Qué hace que una persona tome la fatal decisión de quitarse la vida? Por más afligido que se encuentre, en el ser humano hay un instinto básico de supervivencia y para hacer a un lado su propia existencia sin duda hay una acumulación de malestares. Así es como Hannah Baker explica mediante un testimonio grabado en audio su fatal decisión.

“13 Reasons Why” es la presente sensación de la plataforma Netflix y si bien aborda un trillado tema como es la vida del adolescente estadounidense promedio con un enfoque central en las vivencias dentro de las instituciones de educación secundaria pública, los recursos narrativos la vuelven particularmente impactante, aprovechando también que al ser difundida principalmente vía Internet, hay un poco más de libertad hacia las formas necesarias para contar esta historia basada en el libro con el mismo nombre que fue publicado en el 2007 por Jay Asher.

La tensión y presión social en los colegios secundarios ha estado presente desde siempre, pero constantemente se renueva hacia nuevos canales en las que se expresa y en nuestros tiempos las redes sociales tienen un papel enorme en esto, razón por la cual resultó imperativo incluir al mundillo tecnológico a la adaptación de un libro de hace 10 años, cuando esta era de dispositivos inteligentes estaba despegando. Precisamente la diferencia entre esta adaptación y el libro original es que un rumor sobre Hannah surgido a través de una foto que su primer novio o cita le tomó y fue viralizada en su colegio desencadenó la serie de acontecimientos que llevaron a la tragedia.

La defensa de su reputación preocupa a cualquier ser humano más o menos normal y lo mismo es una cuestión mucho más sensible en la adolescencia, cuando apenas se va formando el carácter y la personalidad. Al pasar los años y siendo aún joven, en tus 20 o 30 años, dichos problemas tan preocupantes en tiempos colegiales pueden ser risibles, pero relatos como el de “13 Reasons Why” pueden remitir al espectador a esa sensación de falta de confianza sobre sí mismo de años superados. Hoy por hoy, con la facilidad y velocidad de las redes sociales, una reputación puede ser maniatada en horas con consecuencias devastadoras para un espíritu juvenil en formación. El proceso de anulación de la voluntad de Hannah interviene directamente publicaciones difundidas vía redes sociales y al final del desdichado camino, una de las sensaciones aparte de la vulnerabilidad de su ser y cuerpo está el dolorosísimo sentimiento de vacío que implica irse quedando sin amigos o aliados en momentos tan trascendentes para el ser humano, todo por culpa de los dichosos rumores.

Ciertamente en la adolescencia hay una serie de procesos y cambios físicos y emocionales que vuelven vulnerable a una persona, pero sin duda es bastante más complejo y especial en caso de las chicas y para un hombre como el que escribe, puede llegar a ser incomprensible. Por ello el mensaje de “13 Reasons Why” apunta a hacer conciencia en los chicos sobre temas que pueden ser ligeros para ellos (para nosotros) pero mucho más delicados para una mujer. En el caso de Hannah, ella a través de las cintas va explicando cómo se va sintiendo progresivamente degradada como persona: buscada por el rumor que creció como bola de nieve de ser una chica “fácil”, de ser conocida por un atributo físico, difundido por la famosa lista, jueguito que en cualquier aula de clase hemos hecho y al ver la serie podemos sentir algo de culpa. Claro, detalles que parecerían mínimos pero que vale la pena tratar, porque obviamente casos de agresión a la intimidad que retrata la serie tienen que ser decididamente enfrentados con firmeza por parte de padres y autoridades. Educar a los chicos para que deploren y eviten dichos nefastos actos y a las chicas a defenderse.

Ahora, si se trasciende más allá del mensaje, “13 Reasons Why” es muy bien lograda. Repite para empezar el gancho de lo “estéticamente retro” tan paradójicamente de moda que por ejemplo fue un ingrediente de éxito de “Stranger Things”. La historia gira alrededor de los hoy por hoy arcaicos “cassettes” que fueron tan indispensables para la difusión de cultura juvenil de finales de Siglo XX y en los cuales se grabó el atormentado testimonio de Hannah Baker. La edición y las tomas son impecables para introducir al espectador a la historia que Hannah relata a través del recuerdo de Clay Jenssen, que es a quien le tocó el turno de escuchar las cintas. Aquellos barridos de la cámara que conducen al pasado son sensacionales y hacen a la producción brillante. Destacar también la actuación de jóvenes artistas que se meten en sus papeles de chicos populares y chicos “raros” con mucha solvencia. La misma evolución del personaje de Hannah Baker de una chica vivaz y con mucha personalidad a un ser emocionalmente destruido es magníficamente conducido por la joven actriz Katherine Langford.

“13 Reasons Why” intriga, entretiene, conmueve y educa. Sería muy recomendable verlo en familia con los adolescentes de las mismas, tanto para dar espacios a las reflexiones como por el hecho que hay capítulos con escenas especialmente fuertes. Pero aquella crudeza es válida para narrar esta triste historia como lo que es.

Les Bleus: Fútbol, Historia y Política

La selección francesa en los últimos 20 años pasó por tremendos contrastes en rendimiento y emociones, lo que influyó no sólo en la pasión del aficionado y no tan aficionado galo al fútbol, sino que pudo poner en un plano más notorio a discusiones políticas y sociales que permanecían relegadas aunque insertadas tal vez en campos más profundos del inconsciente.

Tras unos gloriosos años ochenta, la selección francesa enfrentó serios reveses a su tradición al no haber podido participar en los mundiales de 1990 y 1994. Para enmendar esta situación, la generación que se preparaba para enfundarse la camiseta azul era bastante heterogénea. Los Thuram, Desailly, Karembeu, Zidane, Djorkaeff y demás, procedían de orígenes muy dispersos alrededor del mundo. Brevemente recordemos que Francia colonizó varios territorios por el planeta y de aquellos lugares recibió ciudadanos que se fueron insertando en el diario vivir francés o que en sus tierras algo de la cultura, aunque sea el idioma había quedado.

Esta Francia “multinacional” despertó esperanza e incertidumbre a la vez. Si bien, Francia desde siempre ha tenido figuras “extranjeras como Just Fontaine o Marius Tresor, lo que se gestó en los 90 no se podía concebir tan fácilmente en un mundo menos comunicado del Siglo XX. El emblema de esta selección era un joven de padres argelinos pero muy marsellés todo él: Zinedine Zidane, al que lejos de reconocerle un torneo exitoso, se le cargó con la culpa de la eliminación en semifinales de la Eurocopa 1996 ante la República Checa.

Justamente Zidane se convertiría de villano a héroe al anotar en la final de la Copa del Mundo de 1998 ante Brasil en la que se proclamaron campeones siendo anfitriones. La generación “black – blanc – beur” (negro – blanco – árabe) unió a Francia dentro de ese orgullo nacional tan vano y tan genuino a la vez que solo el fútbol puede dar. Una nueva generación que confluyó en tierra gala bajo sus ideales de libertad, igualdad y fraternidad fue el avance de la Europa futura y que tal vez en estos momentos y por otros factores es discutida.

La selección francesa de estos últimos años ha tenido momentos gloriosos como: El título mundial de 1998, la Eurocopa de 2000, ser finalista mundial en 2006 y europeo 2016. Así también pasó por momentos desastrosos como la eliminación en primera ronda y sin victorias de los mundiales 2002 y 2010. En la apoteosis aquella generación fue alabada y vitoreada, en los momentos bajos les recordaron su origen, tratados como “gentuza” y la tensión étnica se puso de manifiesto. Resaltaban objeciones absurdas como si los seleccionados cantaban o no la marsellesa.

¿Qué vemos actualmente no sólo en la selección francesa sino en varias selecciones europeas? Algo así como lo que vimos en la Francia noventera: un crisol de razas y no precisamente por un pasado colonizador. Selecciones como Alemania, Bélgica o Suiza no podrían disponer del plantel que tienen por ello y más bien los ideales de bienestar de aquellas naciones atrajeron una migración que hoy es componente fuerte de sus sociedades con hijos plenamente ciudadanos de aquellas naciones europeas que como cualquier otro pueden enfundarse una camiseta de fútbol por ser los mejores de una tierra que los vio nacer. Sin embargo, no todo es tan ideal.

Detrás de ese colorido de la selección francesa también está una historia de marginación. En el documental “Les Bleus” se habla del origen de sus jugadores. En los 90, jugadores como Lilian Thuram o Marcel Desailly provinieron de “ultramar”, mas la actual generación es plenamente nacida en Francia pero con padres o tal vez abuelos africanos, árabes, antillanos o de Oceanía. Aquella generación se crió en suburbios, guetos que no estaban completamente integrados a la sociedad francesa, lo que ha generado sentimientos de exclusión que pueden desembocar incluso en temas tan tristes y peligrosos como el terrorismo. Bueno, pues de esos mismos guetos ha surgido también el orgullo nacional.

Las derrotas de estas generaciones fueron caldo de cultivo para las expresiones segregacionistas de la ultra derecha, que también alentados por el miedo al terrorismo han reivindicado un nacionalismo primigenio que les permitió cierto avance en la búsqueda del poder, el cual ha sido todavía contenido. La multi culturalidad genera este tipo de problemas y en el caso de Francia, incluso llegó a forzar a una escueta pero decisiva pronunciación política del mismísimo Zidane, conocido por mantenerse aparte de estas situaciones. “Les Bleus” trata mucho de estas tensiones entre la Francia primigenia y blanca con la nueva Francia africana y árabe que está inserta pero no del todo en la sociedad europea contemporánea. La fluctuación entre convivencia y tensión al vaivén de los resultados de una selección de fútbol. Además, la velocidad de las comunicaciones permitió a la opinión pública estar cada vez más al tanto de situaciones de la vida personal de jugadores como Nasri, Ribery o Benzema que los pusieron en ojo de la crítica más que por sus actuaciones en el campo de juego.

La exaltación o menosprecio de un grupo social y étnico por culpa del deporte puede estar inserta en cualquier nación. Un ecuatoriano que vea “Les Bleus” no se va a sentir ajeno a ello, pues ha vivido en carne propia como el país pasa de “negros lindos” cuando la selección gana a “negros brutos o vagos” cuando pierde. Así mismo, aquellos muchachos que representan en un deporte a una nación, tienen un origen muy humilde, lejos de los centros culturales y de poder de nuestra nación y aunque sus costumbres no varían tanto como puede pasar en Francia, parecieran ser de mundos ajenos, pero bien que con su talento pueden aportar a 90 minutos de felicidad. Vale la pena ver “Les Bleus” para el futbolero, pero también para el que ve algo más allá de los goles y gambetas.

Actualmente la selección francesa se perfila como candidata al próximo mundial de Rusia con valores de todos los orígenes como: Samuel Umtiti, N’golo Kanté, Kevin Gameiro, Antoine Griezmann, Olivier Giroud, Layvin Kurzawa o Kylian Mbappé.

“Les Bleus, Un Autre Histoire De France” está disponible en Netflix.

El Fenómeno Stranger Things

Stranger Things fue tal vez uno de los más importantes fenómenos en cuanto a producción mediática, no sería tan preciso decirlo de “T.V.”, pues fue transmitida por la plataforma “Netflix” a la que se puede acceder a través de Internet. Se pueden atribuir varios factores a su éxito e intentaremos descubrirlos.

Uno de los principales elementos en esta serie es el contexto retro en el que se desenvuelve, pues la trama está toda dentro de los años 80, lo que paradójicamente va muy de la mano con las tendencias actuales en las que la fascinación por los elementos de la cultura popular del siglo XX está a la orden del día. La nostalgia de ver teléfonos de disco, cintas de audio, antiguos modelos de autos, bicicletas o vestimentas pudo haber hecho suspirar a más de uno. Aquel ambiente en el que la tecnología tenía su presencia más no el protagonismo del presente pudo también darle mayor hilo a una trama que con los dispositivos actuales pudieron haberse resuelto más rápidamente. La música ochentera (The Clash, Foreigner, Modern English, The Bangles) también contribuye a dicho ambiente nostálgico. En sí, en Stranger Things se encuentra una especie de tributo a serie como “Twilight Zone” o películas como E.T.

Stranger Things ofreció una mezcla de intriga y misterio muy especial en la que las conspiraciones y lo paranormal se mezclan para mantener la atención del espectador ya que ambas son motivo de fascinación. Hablar de secretos del gobierno norteamericano y planes de acceso restringido es la motivación de varias producciones en el país del norte, a veces bien documentadas y en otras con rienda suelta a la fantasía en la que más se desenvuelve el segundo punto, pues los fenómenos paranormales suelen ser muy exitosos en las producciones mediáticas de cualquier latitud. Ambas características se juntan para crear el villlano de la serie, el monstruo responsable de las desapariciones en aquel pueblo pequeño del estado de Indiana. Así mismo las conspiraciones y lo paranormal se juntan para crear a la enigmática Eleven, aquella niña con poderes telekinéticos que con pocos diálogos y mucha actitud conquistó los corazones de los espectadores.

La serie también trató temas que tímidamente se abordaban desde los 80 y fueron tomando mayor fuerza con los años. Uno es las familias disfuncionales, protagonistas a partir de los 90 en las series de televisión y producciones afines. En Stranger Things podríamos decir que la “familia protagonista”, la del niño Will Byers, por cuya desaparición se desarrolla la serie, tenía a una madre divorciada como cabeza de familia, aunque también se ve familias típicas como los Wheeler. También se trata el tema del “bullying”, pues lo sufren los chicos que protagonizan la serie, quienes tienen características estereotipadas de “chicos raros”, quienes normalmente son vulnerables a este tipo de prácticas de las que juntos salen relativamente bien librados hasta que quedan en defensa de Eleven, quien con sus poderes se vuelve la heroína y pone en su lugar a los bullies. Problemas varios por los que pasan los niños y adolescentes y su complicado mundo de relaciones sociales fueron también una buena salida dentro del universo de misterio y conspiración.

Destacar que en Stranger Things fueron los niños quienes protagonizaron brillantemente la serie llevándose Millie Bobby Brown la mayor cantidad de aplausos en su papel como Eleven. También fue importante contar con una actriz reconocida como Wynona Rider, en su papel de la atormentada madre del desaparecido Will Byers. La serie pareciera cerrada, pero su éxito dio paso a una segunda temporada de la que se espera con ansiedad su estreno a mediados de este año.

Rogue One dio al Público lo que Quería

De la franquicia Star Wars se puede decir que es una inagotable máquina de dinero. Pero eso se debe a que son inagotables también, las opciones narrativas para seguir explicando este imaginario pero emocionante universo cuya mitología es sumamente extensa y arraigada en la cultura popular contemporánea. La opción de “Rogue One” para seguidores y entusiastas de Star Wars se planteaba sumamente interesante.

Definida como una especie de “3.5”, la intriga principal de esta parte de la extensa saga era justamente ese enlace entre los clásicos que inician con “A New Hope” y las precuelas que cumplían un ciclo con “Revenge of the Sith”. Rogue One en el mismo título se anuncia como “Una Historia de Star Wars”, con lo que se ubica dentro de las producciones “antología” que continuarán siendo producidas, así como lo serán la trilogía secuelas que arrancó con “El Despertar de La Fuerza”.

Como suele suceder en el universo Star Wars, los escenarios múltiples e interplanetarios dominan la trama, con locaciones dominadas por el imperio y otras por rebeldes cuyo punto novedoso es ver que se encontraban dispersos entre los extremistas liderados por Saw Gerrera y aquellos que tenían mayor organización, cuyo chullita protagonista es Cassian Andor, interpretado por Diego Luna, lo que al menos para una audiencia latinoamericana generaba sus expectativas y se diría que cumplió.

Las intrigas dentro de la formación de la conspiración contra el Imperio construyen la emoción de la película, conspiración que inicia dentro de filas imperiales por sí mismas ya que la mente maestra tras la “estrella de la muerte”, la súper arma con la que el Imperio atemorizó a generaciones aficionadas a la saga, diseñó la falla con la cual fue atacada en la trilogía original. Intriga, inteligencia y contra inteligencia dentro de unos rebeldes no del todo unidos y la fuerza opresora van desenredando el nudo hacia el desenlace esperado por los fanáticos, en tanto que entretenía a “primerizos” dentro de aquel universo.

Un seguidor de Star Wars sabía que los planos de la Estrella de la Muerte tendrían que de alguna u otra forma llegar a la rebelión, quien no seguía atento las peripecias de Cassian y Jyn Erso. Con algo de recursos tecnológicos y narrativos, la tensión llegaba a su punto. Sin embargo, es muy probable que sea el “iniciado” quien disfrute la secuencia final, cuando aparecen los personajes clásicos como brevemente C3PO y R2D2 y sobretodo, la implacable persecución de Darth Vader. El vértigo de la rebelión trasladando los planos puso al fanático contra la silla y la recepción por parte de Leia Organa es sencillamente triunfal. Rogue One sin duda fue diseñada para “la hinchada”, aunque en el camino, no decepcionó a quien no tenía conocimiento de la enorme saga ideada por George Lucas. Interesante también haber visto que el final de Rogue One no fue del todo feliz.

Mientras Rogue One seguía en cartelera, se produjo el fallecimiento de Carrie Fisher, quien personificó a Leia Organa durante años. La nostalgia debe haber invadido a más de uno, quien tan solo días y hasta horas antes vio a su princesa recibir la información vital para dar una nueva esperanza al universo. Emociones intensas para un clásico que ciertamente, está siendo cuidadosamente explotado en estos años.

Obituario 2016

A muchos les pareció que el año que finalizó se llevó a muchos personajes conocidos, también podría decirse que quienes piensan eso ya tienen algunos años en este mundo y han vivido algo más de la historia y cultura popular. Ahí la razón para lamentar la partida de tanto conocido.

 El mundo del deporte ha tenido notables bajas en el 2016. Lo vimos partir por ejemplo al gran Cassius Clay – Muhammad Ali, considerado por muchos el mejor boxeador de la historia. Con 56 victorias, 5 derrotas, campeón de los pesos pesados  entre 1964 a 1971, 1974 a 1978 y 1978 a 1980 y medallista Olímpico en Roma 1960.  De un estilo particular y elegante, no solo fue reconocido mundialmente por sus logros deportivos, sino por ser un referente en temas religioso y político con su posición contra el racismo y adopción del Islam, así como un referente en la cultura popular pues a él se le han dedicado películas y documentales o sus inolvidables profecías en rima o frases características como: “flota como mariposa, pica como abeja”.

El fútbol mundial lamentó la pérdida de Johan Cruyff, al que se lo cataloga como uno de los mayores jugadores de la historia de este deporte. Tri Campeón europeo con el Ajax (1971, 1972, 1973) y campeón intercontinental en 1972, su depurada técnica y concepción del fútbol por la que rotaba todo el frente de ataque, marcaron una revolución en el deporte, conocida como el “fútbol total” tanto con su club como la brillante selección holandesa de 1974. Destacado también como entrenador, manejó al fabuloso FC Barcelona de los 90 y lo llevó al título europeo. También polémico en cuanto a filosofía e ideales.

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Grandes pérdidas para el balompié ecuatoriano. Magníficos atacantes como Félix Lasso e Ítalo Estupiñán partieron al otro mundo. El primero destacando en Emelec, El Nacional e incursionando en la Universidad de Chile, mientras que el segundo jugó para Macará, El Nacional, pero construyó su leyendo en México, donde es un ídolo en cuadros como Toluca, Puebla y América.  Arqueros de leyenda como Eduardo García, uruguayo pero ecuatoriano de corazón, quien en Emelec fue jugador, entrenador y dirigente, dejando un enorme legado en el cuadro eléctrico. Pablo Ansaldo, legendario portero de Barcelona SC y la selección ecuatoriana de los años 60 principalmente. Conocido por atajar a pesar de la lesión en la costilla provocada por el “tanque” Campos en el juego eliminatoria de Ecuador frente a Chile en 1965.

Sin embargo, la gran tragedia lo protagonizó un equipo de fútbol brasileño que lastimosamente se hizo conocido por el accidente aéreo en el que perdió buena parte de su plantilla. La ilusión del joven plantel del Chapecoense  que buscaba la gloria internacional y fue sorprendido por la muerte conmovió a todo el mundo que no se cansa de lamentar su partida y homenajear a un club cuya hora más feliz también fue su hora más triste.

La música tuvo sensibles pérdidas en 2016. David Bowie, figura indiscutible en la historia del rock al que le aportó diversos matices dentro del género, además de aquella conjunción con la expresión histriónica imponiendo por ejemplo, la aparición de alter egos como fue su “Ziggy Stardust”. Vigente en los 60, 70, 80 y 90, siempre adaptándose a los tiempos y jamás sonando desactualizado. Elegancia y señorío en el micrófono.

Prince Rogers Nelson, mejor conocido como “Prince” o “El Artista” principalmente en la década de los 80 fue una figura destacadísima en el pop y el rock, siendo “Purple Rain” considerado uno de los mejores discos de aquella década. Siguió con relativa vigencia en los siguientes años, en algunos agobiado por la batalla legal por sus derechos de autor, pero siguió entregando sus elaboradas composiciones acompañado de su muy peculiar forma de presentación en los escenarios.

La música latinoamericana perdió a uno de sus íconos: Alberto Aguilera Valadez, mejor conocido como “Juan Gabriel”, cautivó con su voz a generaciones enteras, interpretando diversos géneros de música latinoamericana por lo que recibió innumerables reconocimientos en el continente, premios Billboard y “Lo Nuestro”, el mexicano supo ganarse la admiración de millones.

 George Michael, británico con mucho impacto en la música de los 80 y 90, polémico por sus temas personales como pocos, partió a finales de año. El mundo del cine lamentó el fallecimiento de Carrie Fisher, quien con su papel como “Princess Leia Organa” en la saga de Star Wars, se ganó un puesto dentro de la iconografía pop.

La política vio partir a Fidel Castro, connotado líder internacional, vigente por décadas con su revolución en Cuba y uno de los últimos rezagos de la Guerra Fría y el Comunismo. Falleció Joao Havelange, quien transformó al fútbol en un negocio multimillonario. En Ecuador falleció el Arquitecto Sixto Durán Ballén, ex Presidente de la República y hombre de amplia trayectoria en la nación como Ministro de Obras Públicas, Alcalde de Quito entre otras actividades públicas.

 Pero sin duda, lo que todos en Ecuador lamentamos fue el terremoto del 16 de abril de 2016, cuando cerca de 700 compatriotas de Manabí y Esmeraldas perdieron la vida y miles más damnificados. En aquella ocasión, del dolor llegó la solidaridad y tal vez mostró una de las mejores caras de la nación.

Disculpas si nos hacen falta más personalidades. Háganoslo saber.

Cuando el Video Mató a la Estrella de Radio

El pasado 1 de agosto la cadena de televisión pagada MTV cumplió 35 años de existencia en los cuales ha sido pilar fundamental de la cultura joven alrededor del mundo. Con tanto tiempo de existencia, los cambios han sido evidentes en cuanto a su estética y programación.

Como es bien sabido, MTV son siglas de “Music Television” y en sus orígenes apostó a una novedosa estrategia de promoción musical para aquellos días como eran los videoclips. La programación inició con lo que podría haber sido una sentencia aplicada a la intención de la cadena aquellos días, con el tema “Video Killed The Star” de The Buggles.

Bajo la naciente industria de la televisión pagada, el concebir un canal de televisión que emita exclusivamente contenido musical parecía arriesgado, pero pronto rendiría sus beneficios. Originalmente la programación de MTV era “Album Oriented Rock”, es decir, un canal básicamente rockero, que al igual que las radios que emitían su programación en ese formato, pronto tuvieron que ceder ante el arrollador éxito de “Thriller” de Michael Jackson e incluirlo, principalmente su tema más guitarrero, “Beat It”. A su tiempo, este tipo de programación era criticado por la poca presencia de artistas negros, que luego se tomarían las programaciones y listas debido al masivo auge del Hip – Hop.

Pronto, la producción del videoclip se convertiría en culto y arte. Se pasó de los primitivos trabajos de los años 60 y 70, donde principalmente se presentaba a los artistas en acción, a relatos más sofisticados que podrían tener prácticamente su propia independencia respecto a la música presentada. Esto poco a poco derivó en la organización de los “Video Music Awards” que históricamente fueron desarrollados en el Radio City Music Hall de New York. El primer ganador de “videoclip del año” fue el divertidísimo “You Might Think” de “The Cars”.

Los “Video Music Awards” se ganaron una fama de exhibir momentos escandalosos que tal vez serían muy difíciles de presenciar en ceremonias más solemnes como los Grammy, los Emmy o los Oscar. Es bien recordada la perturbadora presentación de Madonna en 1984 interpretando “Like a Virgin” con insinuaciones sexuales impensadas para la época, los berrinches de Axl Rose enfrentado a los miembros de Nirvana con quienes rivalizaba en los charts a inicios de los 90, la bochornosa presentación de Poison en 1991 con su guitarrista pasado de tragos y quién sabe qué más substancias, las sensuales presentaciones de Britney Spears a inicios de siglo XXI, el inolvidable y muy simbólico beso de Madonna con Spears y Cristina Aguilera en 2003 y la más reciente animación de Miley Cyrus de la ceremonia y sus cambios de vestimenta que dejaban poco a la imaginación.

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La cadena fue un éxito rotundo y se convirtió en un negocio multinacional y multimillonario del que desde luego, varios artistas salieron beneficiados. Podríamos hablar de Madonna como la artista que mejor supo explotar su imagen debido al escándalo que provocaba cada videoclip y cada presentación suya. Guns N’ Roses supo encontrar un nicho más allá del caótico circuito de bares del Sunset Strip y gracias a la emisión de “Welcome To The Jungle”, volverse un suceso mundial. Dire Straits supo ironizar este vértigo multimedia con su tema “Money For Nothing” que desde luego, ganó su “astronauta” (la estatuilla con la que se premia a los ganadores de los VMA’s) en 1986.

MTV también popularizó el concepto de “Video Jockey”. Si la radio tenía a los “Disc Jockey”, en el caso del video, tendría a presentadores y anunciadores carismáticos y generalmente jóvenes. En América Latina se recuerda a una “generación dorada” de VJ’s en los años noventa: Ruth Infarinato, Arturo Hernández, Alfredo Lewin, Edith Serrano, Gonzalo Morales. Gente con la que no sólo te podías entretener, sino aprender también algo sobre música y cultura popular. Hablando del MTV Latino, el éxito de la cadena fue tal, que pronto vio la necesidad de contar con señales exclusivas en Europa, Asia, Brasil, América hispano parlante, etc. Pronto cada “filial” haría también sus ceremonias de premiación, así como la promoción de artistas locales y por ejemplo en nuestra región, MTV tuvo un papel preponderante en el éxito y fama de artistas como Los Fabulosos Cadillacs, Café Tacuba, Shakira o Ricky Martin.

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Como canal musical, en MTV también se popularizaron la presentación de artistas en vivo en eventos exclusivos. Tal vez los de mayor suceso han sido los famosos “MTV Unplugged” en los que los músicos tocan versiones acústicas de su habitual repertorio y en más de una ocasión, dichas presentaciones se volvieron álbumes fundamentales de su discografía, tal es el caso de Alice In Chains, Nirvana, Stone Temple Pilots, KISS, etc.

MTV involucró a la música dentro del mundo de las noticias. Las trágicas e impactantes muertes de Kurt Cobain, Tupac Shakur o Notorius B.I.G. tuvieron una amplia cobertura y marcaron generaciones. También la cadena se caracterizó por una estética estrambótica a la vez que espectacular, particularmente cautivadora en la gente joven, que tal vez no entendía un rábano de lo que pasaba, pero se veía obligada a seguir viendo la programación.

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Pronto, MTV fue un poco alterando el modelo de negocio y la idea dejó de ser exclusivamente la transmisión de videos musicales y presentaciones, se apartó progresivamente aquel formato para introducir programación más o menos parecida a la de cualquier cadena de entretenimiento, pero a su más fiel estilo. Así vimos nacer a los “buenos para nada” de Beavis y Butt – Head, al enigmático “Aeon Flux”, la amarguísima “Daria” y demás caricaturas orientadas a un público más bien joven adulto. Así mismo, MTV fue pionera en la producción de los Reality Show que forman gran parte de la parrilla televisiva de la actualidad con la emisión de distintas temporadas de “The Real World”, donde encerraban a jóvenes de diversas partes de Estados Unidos en una locación de una ciudad previamente escogida.

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Estos programas, donde el protagonismo pasó a la gente común, se fueron tomando progresivamente la programación de MTV y se podría decir que programas como “Jersey Shore” o “Teen Mom” son fundamentales para entender la cultura popular actual, lanzando a muchos de sus participantes al estrellato. También se hizo participar a celebridades en los realities y tal vez, el que causó mayor sensación fue “The Osbournes”, retratando la vida familiar de un cada vez más oxidado Ozzy Osbourne.

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Ya que los realities y demás shows similares invadieron la programación y que “MTV Networks” pasó a ser una cadena con varias estaciones y subdivisiones, el MTV visto por las generaciones X y Y es radicalmente distinto a lo que ahora disfrutan los “centennials”, además porque ahora la cadena cuenta con varios canales en los que se retoma el formato antiguo y se reforzó con el lanzamiento de “MTV Classic” el 1 de agosto de 2016, en el aniversario 35 de la primera emisión.

Han pasado ya largos 35 años y MTV sigue siendo un fundamental referente de la cultura popular juvenil, el cual primero tomó uno de sus elementos clave como la música, para luego progresivamente inmiscuirse en los demás.

El Fenómeno de Súper Campeones

Dentro de la amplia oferta que la animación japonesa ha presentado a lo largo de su existencia, el Captain Tsubasa (Súper Campeones en Latinoamérica) debe ser el producto más popular y difundido de todos (y que los Dragon Ball liebers me lo rebatan con argumentos). Un fenómeno con la repercusión mundial que solo el fútbol pudo haberle dado y que tiene ya sus años entreteniendo a chicos y grandes futboleros del planeta.

La idea original data de 1981. Cuando el señor Yoichi Takahashi (Dios bendiga su mano), los creó y su historia fue incluida en la Weekly Shonen Jump, revista semanal que publica diversos Manga a modo de antología. Pasó a ser Anime (o sea, pasar del cómic de revista a serie animada para la pantalla, para quienes no estén familiarizados con estos términos) en 1983, y son estos, los dibujitos de nuestra infancia que tanto añoramos. Aunque la serie original fue transmitida en los años 80, al menos acá en Ecuador nos enteramos de ella en los años 90, siendo un indiscutido hito de la televisión en nuestro país. Si creciste en los 90 y no viste esto, más la novela “Carrusel”, los Simpson de más grandecito y el MTV gratis, viviste en una cueva.

“Súper Campeones”, como se conoció aquí, fue una serie muy bien lograda. Es difícil imaginar cómo sus creadores pudieron captar la pasión del fútbol, siendo ellos de una cultura en la que este deporte no es el predominante. Japón tiene como deporte favorito al béisbol y si bien, con la creación de la J – League en los 90, se pudo enganchar a los japoneses con nuestro amado deporte, es más increíble como esta maravillosa serie pudo ser concebida en los años 80, cuando Japón no pintaba nada en cuanto a fútbol. Se podría decir que es uno de los impulsadores del avance del deporte rey en dicho país.

Su influencia cultural es enorme. Grandes figuras del fútbol como Andrés Iniesta, Alesandro Del Piero, Hidetoshi Nakata o Alexis Sánchez han reconocido a esta serie animada como una de sus principales motivaciones para escoger la carrera del fútbol profesional. A nivel más “criollo”, muchos podremos confesar haber intentado el “huracán en el cielo” de los hermanos Korioto, impulsarse con el poste para volar para atajar y sobretodo, tratar de darle más y más duro al balón, con la fuerza del “tiro del tigre”. La mayoría de estas técnicas, al menos las piruetas, terminaban con lamentables consecuencias.

A nivel dramático la serie tiene demasiados elementos enganchadores. Está la pasión demente de Oliver Atom (Tsubasa Ozora), cuya única obsesión es el juego, al que lo perfecciona a diario: mientras va por la calle, en casa, en los lugares más inverosímiles, pero hay personajes extraordinarios además del “chullita”. Steve (Kojiro) Hyuga debe ser uno de los mejores: un chico huérfano que ayuda económicamente a su hogar, estudia y es el bravo capitán de uno de los equipos más importantes de Japón. Su temperamento siempre destaca y dado sus orígenes y vida dura desde pequeño, muchos futbolistas profesionales se deben sentir identificados.

La lista de personajes maravillosos continúa. Mi favorito siempre fue Andy Johnson (Jun Misugi), una especie de Fernando Redondo del Anime: elegante, cerebral, de incomparable técnica. Sin embargo, su problema cardiaco le impedía ser el mejor de Japón, pero bien que le hizo sufrir a Oliver. Destaca el portero Benji Price (Genzo Wakabayashi) arrogante, pero sobrio. De posición económica acomodada y con un don de liderazgo formidable, tanto que cuando juega a lado de Oliver, él es el Capitán. El trotamundos romántico del fútbol Tom (Taro) Misaki, fórmula ideal de Oliver, el acrobático Richard Tex Tex y bueno, la lista es bastante larga y si gustan, puedan comentar sobre sus favoritos que estoy omitiendo.

Volviendo a cómo se cuenta esta historia, sus recursos narrativos eran fenomenales. Obviamente, había mucho de fantasía, pues no dejaba de ser increíble que unos chicos de 12 años te corran una interminable cancha todo el partido, no menos increíble era que un juego colegial convoque a 50 mil personas, saltos kilométricos y fuerza descomunal para pegarle al balón. Sin estos recursos hiperbólicos, seguramente la serie hubiera perdido mucho de su atractivo. También estaba el manejo de los tiempos, los recuerdos, que se hacían en retrospectiva, hacían entender al espectador la motivación que tenían estos bravos futbolistas. Todo esto era muy útil y añadía mucha tensión a aquella media hora en la que probablemente, solo se cruzó la mitad de la cancha. Obviamente, el formato de teleserie con una historia que se va desarrollando con el transcurso de los capítulos, muy característico de las producciones japonesas, generaba mayor interés.

Además de la serie original, acá se pudo ver “Road To World Cup”, donde se enfoca algo más en la carrera de adultos de los personajes, aprovechando la coyuntura del mundial en el que Japón era el anfitrión y patrocinado por la empresa de ropa deportiva Adidas. Existen varias películas y solo es cuestión de explorar en YouTube para ver todo el amplio contenido que generó esta creación del señor Takahashi. En tiendas especializadas de Anime y Manga puedes encontrar algunas de los cómics (o sea, el “Manga”) si te es difícil viajar a Japón a adquirirlos (creo que a la mayoría). Captain Tsubasa o Súper Campeones, es la conexión entre la nostalgia, la fantasía, la pasión y todas esas emociones que nos desbordan a medida que nuestra generación veinte y treintañera va madurando o envejeciendo y recuerda como a las 5 de la tarde el mundo se paralizaba y todos los chicos se ponían frente al televisor.

Luz, Cámara ¡y Fútbol!

Luego de la euforia anual de los Premios Oscar, es hora de darle crédito a películas que han marcado de alguna manera esta afición y que estén relacionadas al fútbol.

La verdad son muy pocas las que contienen buen guión e historias realmente llamativas, unas ficticias otras reales, y que además, logren resaltar ante la infinidad de películas al estilo hollywoodense.

Aclaro que este segmento es bajo una opinión personal y por su puesto recomendadas, el orden de presentación es aleatorio, para evitar cualquier inconformidad.

VICTORY

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Basada en hechos reales, hace referencia al famoso partido de la muerte donde algunos jugadores del Dinamo de Kiev, quienes eran prisioneros de guerra, formaron parte del equipo del FC Start, enfrentándose a un equipo de soldados alemanes en plena Segunda Guerra Mundial. La historia es super interesante con un final alternativo de lo que realmente sucedió.

Llama la atención la actuación de Michael Caine y Sylvester Stallone… ¡como arquero!, además de jugadores de fútbol entre esos Bobby Moore y Pelé.

 

THE DAMNED UNITED

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Película sobre la trayectoria del polémico entrenador inglés de fútbol, Brian Clough, su exitoso paso por el Derby County, equipo que pasó de segunda división a primera clasificándola a la Copa de Europa, y relata también el estresante paso que tuvo por el Leeds United.

Su forma de encarar las ruedas de prensa y sus comentarios llevaron a Clough ser todo un personaje. Se puede decir que su estilo era muy parecido al de Jose Mourinho

«Dicen que Roma no se hizo en un día. Pero yo no estaba dirigiendo aquel trabajo.» -Brian Clough-

LOS DOS ESCOBAR

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Un muy buen documental, basado en la vida de Pablo Escobar Gaviria, uno de los narcotraficantes más poderosos de Colombia y de Andrés Escobar, jugador de la selección colombiana quien fue asesinado después del mundial USA 94.

En este documental se cuenta una estrecha relación entre el narcotráfico y el futbol colombiano, partiendo del que Pablo Escobar como aficionado al Club Atlético Nacional de Medellín, colaboraba económicamente en el equipo, recordando además que el club de casaca verde obtuvo el máximo galardón a nivel sudamericano como es la Copa Libertadores de América. Esto dio hincapié a una nueva etapa en el futbol colombiano con sus figuras que de alguna u otra manera se vieron involucrados con el Capo del Narcotráfico.

Luego de la caida de Escobar, se suscitaron varios hechos y presiones a quienes conformaban la selección colombiana, relatos escalofriantes donde se cuenta un panorama desconocido de lo ocurrido en los partidos del mundial.

 

EL SECRETO DE SUS OJOS

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No podía dejar de lado esta gran película argentina, ganadora de un Oscar a la Mejor Película Extranjera. El trama se enfoca en el asesinato de una joven cuyo misterio se resuelve con un gran dialogo: »El tipo puede cambiar de todo. De cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar Benjamín. No puede cambiar de pasión».

A esto se puede retribuir que la película gira en torno a la pasión, sentimientos y colores. Temas que Hollywood muy poco entiende en el fútbol.

Se puede apreciar escenas del estadio Tomás Adolfo Ducó, perteneciente al Club Atlético Huracán, con el partido entre el equipo local, Huracán vs Racing Club de Avellaneda. Ese gran dialogo anterior hace honor a una de las frases más reconocidas del gran Eduardo Galeano:

«En su vida, un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión, pero no puede cambiar de equipo de fútbol».

HOOLIGANS

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Película basada sobre los aficionados extremistas en el fútbol inglés

La trama relata la historia de un estudiante de periodismo quien es expulsado injustamente de Harvard, viaja a Londres para visitar a su hermana y ahí llega a conocer a miembros de la Barra Brava del West Ham United, así es como puede palpar en carne propia todo este mundo en donde se desarrollan los Hooligans, aparentemente erradicado, pero presente a su manera en el fútbol inglés hasta nuestros días.

GOAL

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Realmente no quería incluirla dentro de esta lista, porque a mi criterio, es la típica película Hollywoodense, que se centra en el »jugador estrella» que pasa de la noche a la mañana a la gloria.

GOAL es una Trilogía en donde el principal, Santiago Muñez, como jugador del Newcastle United empieza su carrera y gana fama por su gran desempeño, convirtiéndose en ídolo y luego llame el interés del Real Madrid, contratándolo y ganando la Champions League en la final contra el Arsenal .

Esta película tuvo gran expectativa por parte de los aficionados del futbol por ver escenas reales de estadios ingleses y españoles, del certamen de la Champions y porque además cuenta con la presencia de astros del futbol a lo largo de la saga como: Beckham, Zidane,Raúl González, Patrick Kluivert, Steven Gerrard, Ronaldinho, Iker Casillas, Messi entre otros.

Como dije anteriormente, la película carece de buenos diálogos y mucho historia superficial al estilo Hollywood, por algo su calificación ante las críticas es de regular.

EL MILAGRO DE BERNA

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Era el año 1954, la historia gira alrededor de Matthias, un niño de once años apasionado por el fútbol que vive con su familia en una ciudad de Alemania (Essen) y que entabla una gran amistad con la leyenda Helmut Rahn, quien conforma la selección alemana occidental que participaba en el Mundial de Suiza, y cuyo desenlace final es catalogado como uno de los mayores logros alemanes en toda su historia del futbol. En la gran final se enfrentó a la poderosa y favorita Hungría conformada por el gran Ferenc Puskás, ganando por primera vez este campeonato y devolviendo a los alemanes la confianza en sí mismos tras la derrota en la II Guerra Mundial.

Luego de la final, Puskas no pudo ocultar su frustración de perder la final «Fuimos los campeones morales.»