Ecuador y su acostumbrado fracaso en Copa América

Los números no son nada favorables en cuanto a participaciones en el torneo de futbol más antiguo del planeta, hablamos de la Copa América, un torneo que esta próximo a cumplir 100 años de existencia y donde Ecuador hasta su edición número 44, solo ha logrado alcanzar un cuarto lugar donde fue sede en 1993. Desde 1995 hasta la última y reciente edición, la tricolor tan solo ha podido superar la fase de grupos una vez.

Podemos enumerar muchos factores del porque Ecuador no ha logrado romper esa barrera y ser protagonista en este torneo. Empecemos por la temprana dirección del Prof. Gustavo Quinteros quien tomó esta selección a tan solo 4 meses de inicio de la Copa América y esto implica la falta de un proceso que pasa factura. Aunque por ahí si vemos lo de Gareca y Perú, este argumento quedaría sin piso.

Tener al único referente de nuestro futbol como Antonio Valencia, ausente en este campeonato por recuperación de una antigua lesión, sin duda afectó. Es increíble que a pesar de eso, sea cuestionado por un sector de la hinchada por una supuesta falta de compromiso con el seleccionado ecuatoriano. Es un desacierto juzgar de esa manera al único jugador de estos tiempos que ha escalado con mérito propio, y ha logrado consolidarse como protagonista en un equipo de los más importantes como el Manchester United. Así algunos se dan el lujo de minimizar su contribución a la selección, inadmisible.

Dicho esto, se necesita un proceso que debe iniciarse con nuevas estructuras, partiendo desde lo más alto en la FEF, pues manteniendo ideas caducas para lo que el futbol moderno de hoy necesita, es difícil proyectar un panorama favorable en nuestro futbol. Parece que el conformismo de clasificar a un mundial ha ocupado todo el interés en el futbol ecuatoriano. ¿Acaso estamos esperando que Ecuador nuevamente sea sede para llegar a una estancia aceptable como una semifinal?

El futbol ecuatoriano desde hace algunos años viene construyendo una crisis. La cual también incluye pérdida de identidad de juego, donde la condición física ha superado en exceso su rol e importancia. Los jugadores seleccionados no superan el 50% que militan en el extranjero, eso a la larga tiene un peso de presencia internacional que afecta en competiciones, en el desenvolvimiento en cancha, en actitud y en experiencia. Quizás, siempre ha sido así, pero en el actual fútbol globalizado es tremenda desventaja.

La Copa América está terminando. Un nuevo fracaso se sumó al historial del futbol ecuatoriano y se va convirtiendo en un círculo vicioso en espera que el único objetivo sea la cuarta clasificación a un campeonato mundial. Solo nos queda arrancar con un proceso como lo hizo en su tiempo Dusan Draskovic, criticado por algunos y alabado por otros, pero revolucionó la preparación y profesionalismo del futbolista ecuatoriano. Lo cierto es que esa camada de jugadores que salieron, fueron los que nos dieron nuestra primera clasificación al mundial.

Mientras sigamos así, sin ideas fijas de romper estos esquemas que nos atan a un sistema caduco, seguiremos dando vueltas de conformismo en nuestro humilde fútbol.

Érase una vez…

Érase una vez una potencia, llena de magia e ilusión, capaz de atraer multitudes alrededor del mundo por más de medio siglo, en donde los mejores showman de la historia se juntaban para alegrar a miles de niños, adultos y ancianos.

Esta maquinita de sonrisas fabricó recuerdos imborrables a través de las décadas, empezó a dejar su nombre inscrito en los libros en las canchas de Suecia, con unos pibes inigualables, los mismos que crecían y traían su alegría a tierras sudamericanas en Chile, y en la plenitud de su esplendor, empezó a forjar la leyenda de un monumento que vio al mejor equipo y al mejor jugador de la historia de los mundiales (en citas distintas). El “jogo bonito” deleitó a millones y siguió ganando corazones, cuando no eran posibles los títulos.

Pasó el tiempo y cambio el estilo, el juego cambió y la magia cada vez era más difícil de encontrar alrededor del planeta, pero siempre esa tierra, ese Brasil de siempre (por si no saben aún de quien se trata esto), nos regalaba esa dosis de sueños, nunca nos defraudaba, la tierra donde nunca se terminaba la diversión y la imaginación.

Hasta ahora… Ahora esa tierra está en crisis, una crisis forjada por un sinnúmero de razones añejadas por ya bastante tiempo. Los fracasos en el Mundial organizado en casa, y en esta pasada Copa América no dejan intranquilidad por los resultados, sino debido a la pobreza del juego, la falta de esa magia que a través de los años siempre se veía.

Los principales acusados son la dirigencia de la Confederación Brasileña de Fútbol y el entorno globalizado del fútbol moderno, ambos responsables directos e indirectos en el resto de factores, entre los que podemos notar, bajo la CBF, la falta de preparación de Directores Técnicos que refleja un alejamiento directo de las raíces de la identidad futbolística brasileña, nulo refuerzo de esta identidad y estilo de practicar el fútbol, y un trabajo deficiente en las divisiones formativas. Esto, sumado a la salida de jugadores al exterior a muy temprana edad, la infinidad de excesos a los que están expuestos los jugadores a alto nivel, la exigencia de resultados por encima del juego a casi todo nivel de competición en el mundo, un profesionalismo centrado en el funcionamiento táctico que deja un minúsculo espacio a la imaginación y a la inventiva por parte de un jugador individual.

Más de uno en todo el mundo opina lo mismo

Todos estos problemas se ven reflejados en la selección brasileña de la actualidad, es una camada nueva, casi sin experiencia, que no supo reemplazar a estrellas del calibre de Kaká, Ronaldinho, Ronaldo, etc. Un salto generacional que no supo hacerse progresivamente, haciendo que las jóvenes promesas se vuelvan grandes figuras emulando, en el mismísimo campo de juego, lo que sus predecesores inculcaban.

El futuro para el “Scratch” no pinta para nada bien, falta liderazgo, falta talento, falta magia y falta organización, y a menos de que haya un golpe de timón en el futuro cercano, a los fans de esa gloriosa camiseta, solo nos quedará esperar a que las favelas y las playas de ese hermoso país nos regalen otro mago, que tome esto que tenemos y agite su varita y nos permita soñar de nuevo, enseñando que el fútbol no es una ciencia fija como se plantea hoy, sino una ventana a un mundo de sueños, pasión e imaginación. De Jogo Bonito.

«El Clásico más Importante» – Fútbol y Matrimonio o noviazgo

Un varón promedio, soltero y futbolero, puede ver tranquilamente y sin despeinarse una docena de partidos de fútbol a la semana, pues el esfuerzo queda para ese par de picaditas que juega con sus amigos también. Sin embargo este valor decrece a menos de la mitad una vez que el estado civil de este macho castigador pasa a Casado o si no firmó nada a Unión de Hecho. Este hecho tan cierto como la muerte, será objeto de análisis en esta oportunidad de la manera menos imparcial posible, y cerraremos con un par de recomendaciones tácticas para poder recuperar esas horas-fútbol que nos hacen falta.

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De hecho, es algo más avanzado que esto

¿Ustedes dudan que un hombre puede ver (al menos) 12 partidos de fútbol en una semana? pues veamos: empezamos el martes con dos partidos (uno de Champions y uno de Libertadores), lo cual se repite el miércoles y jueves sumando 6, el viernes se bebe por tanto no hay televisión, por lo que el sábado de cruda vemos tres partidos igual que el domingo (sea Campeonato Nacional, argentino, brasilero, mexicano, Ligue BBVA, Premier, Calcio), y la yapa es el día lunes en el cual podemos ver algún partido repetido que no alcanzamos el fin de semana (o el de nuestro equipo si fuimos al estadio pero queremos analizarlo de mejor manera), con un promedio de dos horas de transmisión de cada uno.

Son 24 horas a la semana que podemos ver fútbol sin problema, valor que se incrementa en unas buenas horas más si somos parte de un equipo barrial o solemos hacer un picadito con los amigos en la cancha sintética de nuestra preferencia; y si vivimos en la ciudad en la que nuestro equipo tiene su sede, pues son tres horas más de asistencia al estadio cada quince días al menos. De los 7 días de la semana, le destinamos un día y medio al fútbol, y por esto es que no tengo más opción que darle razón a Valdano: “El fútbol es lo más importante entre las cosas menos importantes”.

¿Cómo es que un hombre puede físicamente dedicarle tanto tiempo al fútbol, acaso no tiene más vida que la pelota y el trabajo? Pues las excusas y las razones están siempre al orden del día: Si nos invitan al bautizo del sobrino a las 11h00, adelantamos a nuestro hermano que el Derby de Manchester es a las 09h00 y que llegamos después del partido; si tenemos una reunión el sábado a las 14h00 aparecemos a las 15h30, y claramente admitimos que estaban jugando el Madrid contra el Valencia y estaba partidazo, y así una y otra vez, hasta el día en que decides unir tu vida con una persona que simplemente, no entiende como puedes ver tanto fútbol.

De un día a otro, el cumpleaños del sobrino de la hija del colegio es más importante que la rivalidad de Lionel y Cristiano, el cambio de casa de la prima tiene más atención que el debut del compatriota en la liga inglesa, y “ese foco que no se va a cambiar solo” le quita protagonismo al hat-trick de Zlatan. Inconcebible. E igual de inconcebible, perdón la redundancia, es que uno en la mayoría de ocasiones acepta e incluso, disfruta de estas nuevas prioridades.

Y es que encontrar a una mujer que le guste tanto el fútbol como a ti es más difícil que encontrar un billete de dos dólares: sabes que están por ahí, algún rato viste uno y lo tuviste contigo pero son pocos los afortunados que logran conservarlos. En este punto es necesario aclarar que no estamos hablando de mujeres que únicamente ven el partido de sus equipos, que saben quién es el goleador o figura o que jugador tiene el mejor cuerpo, sino de aquellos raros especímenes que pueden disfrutar de un partido de la Europa League o de un Tigres – Chivas sin quedarse dormidas antes de la primera falta, o peor aún, intentar cambiar de canal o actividad recreativa: Pecado.

Es así que la cantidad de partidos a ver es reducida por los compromisos propios del matrimonio, y no nos queda enfocarnos en esos pocos partidos que coinciden en los escasos momentos de relax en casa, y es acá amigos, donde el tema se pone realmente cuesta arriba pues, volvemos, pocas mujeres entienden la necesidad imperiosa que tenemos de ver la pelota rodando en el rectángulo verde.

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De tanto observar y analizar a esos directores técnicos que ganan millones de dólares, uno aprende de a poquito que, aunque el rival siempre sea el mismo, las circunstancias cambian y nuestras estrategias deben ser dinámicas y acomodarse al momento. Vamos a ver a continuación, un par de ejemplos de clásicos jugados por su servidor frente a la TV en los que, gracias a la estrategia, se pudo salir avanti y disfrutar de un partido sin necesidad de canjearlo por tiempo de baby shower del próximo fin de semana o una maratón de “Sex and the City”, las cuales les dejo como dato, son buenas maneras de ver el partido del día, aún cuando el pago del precio sea demasiado alto.

Para poder aplicar la táctica de posesión de Pep, es necesario mucho tiempo de práctica. Guardiola tuvo La Masia, nosotros tenemos el noviazgo y es desde ahí, las inferiores, donde debemos preparar el terreno. Hay que adueñarse del control remoto, darle gusto de vez en cuando para ver “Mom” o “New Girl” pero SIEMPRE en poder del control remoto. En cada espacio de publicidad, cambia de canal arguyendo que no quiere ver los anuncios comerciales, aun cuando sea molesto para la espectadora y a veces para ti mismo, no dejes de cambiar, ella debe saber que en ese momento se juega tu partido y tu impones el ritmo de transmisión. Así, cuando jueguen River contra Boca en la Libertadores y quieras ver el partido completo seguido del problema del gas lacrimógeno, tú tienes el control y ella ha aceptado ya, que quien maneja la programación está a su lado y le va ser muy difícil quitarte la posesión del preciado control remoto.

Para hacer un Mourinho, es necesario que nos preparemos para hablar y ofender la programación que no consideramos digna de competir contra aquel partido de la “Copa del Rey” que queremos ver, así como hacer adquisiciones de renombre que puedan ser utilizadas a nuestro favor, aunque sea en el papel: “Esa película ya la viste cien veces”, “¿Para que estamos pagando internet y Netflix si puedes ver esa película en la Tablet?” y “¿Compramos el SmarTV de adorno? Ahí puedes tranquilamente ver la película, ¡por favor!”. No aceptes un no por respuesta, y si nada más funciona, pícale el ojo con tu dedo.

Finalmente para terminar este ya largo artículo, por lo cual le pido disculpas al lector, a veces hay que aplicar un Caruso Lombardi. Siempre habrá ese partido que queremos ver pero que no le interesa ni a la mamá de los jugadores, los argumentos de la importancia por ser final de la Champions o el que en ese equipo juegue un ecuatoriano no son suficientes, pero queremos verlo. Mis fuentes me han informado que esta técnica es especialmente útil para ir al estadio a ver el partido en vivo, o sirve para poder jugar ese partido en cancha sintética con los barrigones compañeros de trabajo (al que acompañarán un par de cervezas auspiciadas por los ganadores): A veces hay que vender humo… Podemos argumentar que “el deporte es sano para la salud”, “no está mal que tengamos nuestros pasatiempos y que mejor si hago un poco de ejercicio o tomo un poco de sol”, “desde que soy niño, puedo ir al estadio y sacar todas mis frustraciones en la grada, tu sabes que no puedo ir puteando a todo el mundo como en el estadio”. Humo puro y duro, a veces hay que hacerlo.

Debo ser honesto y admitir que en mi caso particular, si bien mi novia no es amante del fútbol tampoco es opuesta a ver un partido, pero claro debe ser trascendente mediáticamente y es necesario aguantar los comentarios de “mira que cuerpazo/piernas/abdomen” de tal jugador y hay que hacerlo con gusto, porque uno también le dice que la rubia de su serie tiene unas piernotas/trasero/ojazos. Ella sabe la importancia de la Copa América, de un Mundial o de los partidos de mi equipo, y sabe, como yo, que uno no puede ganarlos todos, pero hay que ser cauto en victoria y noble en la derrota, pues siempre habrá un nuevo clásico a la vuelta de la esquina.

2 de Julio de 2008

Pocas cosas externas, “banales”, tienen la capacidad de condicionar tanto la vida de la gente como el fútbol; hace 7 años había pasado una de las semanas más difíciles que puede tener un hincha, aquella previa a un gran partido, esos 8 días desde que terminó la final de ida hasta cuando Héctor Baldassi dio inicio a la final definitiva fue lo más parecido a un calvario futbolístico que he tenido que vivir.

Por esa época todos sabíamos a lo que jugaba Liga, y quienes lo hacían, Cevallos en el arco siendo tan importante en las tandas de penales como lo fue en cada partido de visitante que nos tocó enfrentar, quemando tiempo, y tapando varias pelotas que parecía que iban a dentro; una línea de tres defensas con Campos y Araujo como fijos y Calle o Calderón que se turnaron, el Beto comandando la línea y marcando a varios de los mejores delanteros del continente, sabíamos también que de visitante jugábamos con línea de 4 pues Ambrosi se ubicaba como un lateral a la vieja usanza.

En el mediocampo jugaban Urrutia y Vera como mediocentros, siempre con esa característica de que si uno se iba al ataque el otro se quedaba haciendo relevos, pocos recuerdan lo importantes que fueron los dos en el partido definitivo, cuando en el segundo tiempo perdíamos 3 a 1 y en pleno Maracaná ante casi cien mil personas los dos se hicieron cargo de la pelota y nos permitieron respirar un poco, nos hicieron volver a creer que se podía, cuando todo estaba muy complicado.

Conocíamos a Guerrón y Bolaños, quienes ocupaban un ala de la cancha cada uno y sabíamos que de visitantes nos garantizaban un constante peligro para el arco rival, entre los dos abrieron el marcador esa noche Carioca, sabíamos que el eje era Manso, el distinto, aquel que ponía la pausa entre tanto vértigo y suponíamos que en la final nos iba a permitir no sufrir tanto sin la pelota, ocurrió a medias, se sufrió bastante, pero su pase/pelotazo a Guerrón previo al primer gol fue tan importante como la corrida posterior de Dinamita.

Además sabíamos que de centro delantero no teníamos un ariete infalible, pero estábamos seguros que como en toda la Copa iba a ser el encargado de arrancar con el pressing y provocar errores de los centrales rivales, Claudio Bieler, hizo tres goles en la Copa, uno más importante que el otro, pero lo más valioso fue todo lo que corrió en esos meses.

Confiábamos en Edgardo Bauza, un tipo al que este artículo se le queda corto, un entrenador que supo jugar el torneo más importante de la historia del club con la honestidad y seriedad que se requería, un tipo que nos ratificó que los procesos ganan títulos y que muchas veces las “exigencias” de la grada están muy equivocadas.

Pero lo que en esa semana previa no sabíamos era si nuestro equipo iba a poder salir airoso de su partido contra la historia del fútbol ecuatoriano, contra nuestras limitaciones y esa constante percepción de que en cualquier momento todo se va a derrumbar y vamos a volver al lugar que la historia nos preparó, porque no creíamos que el fútbol nos iba a permitir darnos el gusto que el equipo que amamos toda la vida gane la copa que admiramos desde pequeños, además justo coincidió que nos tocaba jugar ESE partido en uno de los estadios más legendarios del mundo.

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Llegaron los penales, ese recuerdo borroso que se desfigura gracias a la angustia que sentíamos mientras los tiraban, sabíamos que Pancho era un ganador en esas lides, teníamos aún dulce el recuerdo de la definición de cuartos de final ante San Lorenzo, pero todavía seguíamos sin creer que estábamos tan cerca, a un par de momentos heroicos de tener una historia que contar hasta el día que nos vayamos de este mundo.

Y se pudo, ocurrió, el 2 de julio de 2008 Liga Deportiva Universitaria terminó esa semana de angustia y ganó la Copa Libertadores de América en el Estadio Maracaná, el fútbol nos regaló a todos los liguistas el momento más hermoso que una pelota le puede dar a un hincha, quizás por eso somos tan pesados repitiendo tantas veces esta historia, ¿cómo no serlo?

Cada liguista recuerda exactamente lo que sintió el momento en que Cevallos tapó ese último penal, ¿Qué sentí? Lo que hasta hoy, gratitud, a todo ese plantel, porque en el fondo seguimos sin creer lo que lograron, lo que nos regalaron para toda la vida.

Remakes, remakes por todas partes

Lunes 15 de Junio 2015. Conferencia Playstation en el E3 2015, en pantalla Cloud y sus amigos, aparece la palabra REMAKE. 20 años después, nuevamente Final Fantasy VII. Uno de los momentos más esperados y por demás el más aplaudido de la feria. Pero, ¿un remake puede ser lo más destacado de la feria?

 Los remakes (según la RAE, anglicismo evitable que puede sustituirse por los equivalentes españoles : versión o adaptación), reboots, spin-offs, secuelas, etc. son muy habituales en el mundo de la música, cine, TV y videojuegos. Con estos, las compañías usan un producto ya probado y tratan de buscar réditos económicos con él sin arriesgarse a nuevos proyectos. Estos juegan con nuestros sentimientos y nostalgia para tratar de vender un producto que, en la mayoría de casos, no llega a la calidad del original. Nuevos personajes, muchos efectos especiales, adaptación a tiempos modernos que generalmente hacen añorar los versiones originales, y en muchos casos, hacen que vuelvas a verlas.mad max

Sin embargo, los remakes no son un tema actual, en el caso de cine incluso se llega a los orígenes de la industria. Uno de los remakes más antiguos data de 1921, con la película «Orphans of the Storm», un remake de dos cortos de 1911 y 1915 (The Two Orphans). En lo que va de este año, se han presentado varias secuelas: “Mad Max: Fury Road”, “Jurassic World”, “Terminator: Genesis”. Algunos remakes como “Carrie” o “Poltergeist” ¿Realmente estamos en el 2015 o estamos de vuelta en los 90?

 En el campo de los videojuegos, los remakes están a la orden del día con versiones «High-Definition Remaster», versiones de descarga de juegos de consolas de los 80 (NES, Sega Master System, etc). En el E3 2015 ha predomidano los anuncios de secuelas y remakes. De allí que tenemos para estos años “Halo 5”, “Fallout 4”, “Forza Motorsport 6”, “Metal Gear Solid 5”, juegazos realmente. Sin embargo, parece que se está jugando lo mismo de años pasados. Caso especial merece “Call of Duty”, con versiones anuales, con nada de cambios y a precio de nuevo (60 dólares en Estados Unidos).

 Con todo esto, solo tenemos que seguir disfrutando remakes, esperando ansiosos secuelas, mientras se aguarda alguno que otro proyecto nuevo que haga pensar que todavía hay creatividad en el mundo.

por:

Juan Marco Villagómez

@jmvillagomez

«Si me tiras una piedra, yo te tiro una cantera»

Días atrás falleció Pablo Aníbal Vela Córdova, uno de los pioneros en ese estilo de “cantar la plena” como le gusta al pueblo que come y respira fútbol, barcelonista confeso, tan barcelonista que llegó a ser tercer arquero de Barcelona. Claro, esto para poder entrar a un estadio al que le fue negada la entrada en algún momento.

¿Qué significa para un barcelonista esta partida?

Bueno, se va un personaje de aquellos, de los que actualmente hacen falta, de los que son el mismo ante el micrófono y lejos de él, de los que no solo te responden el saludo en la calle sino que si había la chance, dialogabas con él sobre Barcelona, el Rey forma parte de la historia de la ciudad y de su hijo querido Barcelona, el Rey vió y transmitió a su equipo en capítulos como “la hazaña de La Plata” por mencionar uno nada más, querido por muchos. Por otros, no tanto.

Grato recuerdo (y colaboración a mi barcelonismo) llegar de la escuela y escuchar al Rey en “Radio El Mundo” con su particular voz ronca gritar “Soy el Rey de la Cantera, y los sapos para afuera!” definitivamente un tipo con una popularidad enorme, un capo, y como no serlo si todo lo sabía, todo se lo contaban, todo le chamullaban, todo le sapeaban, nada era oculto para El Rey.

¿A rey muerto rey puesto?

Normalmente los comentaristas deportivos tan parcializados como lo fue El Rey no suelen ser merecedores del afecto o respeto de los seguidores de los equipos rivales. En este caso parece que a pesar de ser tan frontal en cuanto a sus sentimientos por Barcelona, Pablo Aníbal Vela pudo agradar a coequiperos y rivales por su estilo que presumía de ser sin pelos en la legua, hablando “la naple” como le gusta la ciudadano de a pie.

Su lenguaje muy coloquial y su manera estrambótica de vestir fueron lugares comunes que lo acercaron a su audiencia, de la misma manera que lo acercó al imaginario colectivo del barcelonismo ese detalle de haber caído en su vida personal y haber vuelto a levanaterse tal como lo hace el Barcelona que remonta a los últimos minutos y con todo en contra. Es que El Rey le mostró la otra mejilla a la vida, como él en innumerables ocasiones lo mencionó perdió el rumbo y caía en picada hasta que de repente, en los últimos minutos y “a lo Barcelona”, le remontó a las adicciones y debilidades. Ese fue un rasgo que lo unió con la imagen de lo que representa B.S.C. y lo acercó más al público, que en vez de ver un pomposo y sabelotodo comunicador, veía a uno más de los suyos frente a un micrófono. De hecho, era un hincha con micrófono que a pesar de siempre jalar por sus colores no se recuerda, haya mancillado los ajenos.

Reemplazarlo no será fácil. En primer lugar, porque ese estilo de ser “hincha con micrófono” es una tendencia reñida con la profesionalización del oficio y va cada vez más en desuso. En segundo lugar, porque resulta difícil que los comentaristas de hoy en día se jacten de “cantar las plenas”, puesto que si no deben andarse con consideraciones hacia dirigentes, deben ser muy cautos con los auspiciantes, es decir, el lobbying y las relaciones comerciales terminan por silenciarlos parcialmente, tal como sucede con “hinchas amarillos con micrófono” de hoy en día, que prefieren hacer silencio ante la crisis económica que arrecia en el amado Barcelona Sporting Club del Rey, donde se han vendido jugadores al exterior en números importantes sin importar desarmar el equipo y en donde se han registrado buenas asistencias de público en las últimas campañas. Pero en donde no hay cuentas claras ni las tan aclamadas auditorías.

Por

Byron Cedeño

@barcebyron

Sebas Calero

@sebascalero

Argentina finalista con el brillo de sus estrellas

Argentina derrotó 6-1 a Paraguay por las semifinales de Copa América 2015. Partido disputado en Concepción.

La albirroja comenzó con una asfixiante presión que no permitía a los argentinos llegar más allá de tres cuartos de cancha y a los 5 minutos ya puso a Santacruz frente al arco de Romero, sin definir bien. Este escenario fue cambiando ligeramente cuando la albiceleste buscó avanzar especialmente por los costados con Zabaleta y Rojo.

Precisamente Marcos Rojo (14 min.), inauguró el marcador al encontrar frente al arco el balón luego de un tiro libre por izquierda y rematar presuroso. Pasado el gol, Argentina apeló a la contra, dejaba que Paraguay conduzca el balón y cuando recuperaba, sus jugadores hábiles ponían peligro con sus recursos técnicos.

Messi apareció para causar estragos con su magia. “No contento” con el centro para el gol de Rojo, se abrió camino y filtró un certero pase profundo para que Javier Pastore (27 min.) defina y amplíe el marcador. De todas formas, los guaraníes no renunciaban a adelantar líneas, en adición a eso, González y Santacruz salieron lesionados. Lucas Barrios (42 min.) pusó el descuento encontrándose casi frente al arco tras una mala salida de la zaga gaucha.

Arrancó el segundo tiempo y Ángel Di María (47 min.) concluyó con gol una maravillosa jugada que incluyó pases de Messi, Mascherano y una gran habilitación final de Pastore. Continuó el brillo argentino y un nuevo tanto de Di María (52 min.) establecía una goleada, después de tomar un rebote. La jugada previa fue de Messi y el remate rebotado, de Pastore.

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¡Qué LÍO que armaste!

Pasado el cuarto gol, Argentina se hizo dueño del balón y jugó más cómodo, llegando a área rival con autoridad aunque sin apuro. Sergio Agüero (80 min.) con la cabeza hizo el quinto gol aprovechando un centro de Di María. Gonzalo Higuaín (82 min.) que había entrado al cambio, puso se hizo presente en el marcador.

Martino hizo algunos cambios para preservar su mejor onceno de cara a la final y las grandes figuras albicelestes se dedicaron a lucirse con tranquilidad, cediendo a veces el balón al rival y esperando con calma el fin del juego. Brillaron Messi, Pastore, Di María y por fin se vio la albiceleste contundente que se esperaba antes del torneo.

La gran final se disputará el 4 de julio en el EStadio Nacional de Santiago entre Chile y Argentina. Desde las 15:00 ecuatorianas.

 ARG: Sergio Romero; Pablo Zabaleta, Martín Demichelis, Nicolás Otamendi, Marcos Rojo (TA 11’); Lucas Biglia (TA 15’), Javier Mascherano (Fernando Gago 76’), Javier Pastore (Ever Banega 72′); Lionel Messi, Sergio Agüero (Gonzalo Higuaín 80′), Di María
Goles: Rojo 14’, Pastore 27’, Di María 47’, 52’; Agüero 80’ Higuaín 82’
PAR: Justo Villar; Bruno Valdez, Paulo Da Silva (TA 29’), Pablo Aguilar, Iván Piris; Víctor Cáceres (TA 15’), Richard Ortiz (TA 59’), Derlis González (Raúl Bobadilla 25’), Édgar Benítez; Nelson Haedo V., Roque Santa Cruz (Lucas Barrios 30’)
Goles: Barrios 42′