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El Clásico más lindo de la historia

Está próxima una nueva edición del Clásico del Astillero y para el aficionado amarillo hay un juego ante Emelec que es inolvidable. El motivo es que el mismo fue parte de la campaña internacional que consolidó la grandeza del club a nivel sudamericano y lo puso como el principal referente internacional del fútbol ecuatoriano por aquel entonces. En 1990 Barcelona consigue algo impensado para el modesto y sub-desarrollado fútbol ecuatoriano, juega su quinta semifinal en Libertadores y la supera para instalarse en la gran final. Era la primera vez que un cuadro ecuatoriano conseguía tal hazaña y aparte del furor por el logro había un detalle especial en el camino hacia la final que hizo de ese 1990 un año inolvidable para Barcelona.

 En su ascenso el cuadro ídolo encaró a dos de los más grandes clubes bolivianos: The Strongest y Oriente Petrolero, luego en semifinales tuvo que superar al mundialmente famoso River Plate, pero para adornar su camino a la final debió en fase de grupos y cuartos verse las caras con su rival más tradicional: el Club Sport Emelec.

 En fase de grupos B.S.C. salió golpeado pues no le pudo ganar a su hermano de barrio, debió conformarse con un modesto empate 0-0 como local y sufrir una abultada derrota por 3-1 al visitarlo. Luego de superar octavos de final, amarillos y azules se encontraron nuevamente en cuartos, lo sucedido en fase de grupos, a decir de muchos, inclinaba la balanza hacia los azules en este nuevo emparejamiento.

 La llave de cuartos de final se jugó con mucha cautela y de ahí el porqué el ganador lo hizo realmente con un margen mínimo. En la ida hubo empate 0-0 en el Modelo, en la vuelta, el marcador fue 1-0 a favor de Barcelona con gol de cabeza del matador Uquillas. Previo al tanto de Uquillas hay que recordar el penal que ataja Morales a Carlos Gerardo Russo y cómo Barcelona fue de menos a más, consiguiendo la victoria y la llave “a lo Barcelona”, con sufrimiento, renaciendo de la adversidad.

uquillas libertadores

 Esta eliminación al rival clásico es unos de los episodios más lindos para el hincha amarillo y aquel partido disputado en el Monumental es el más importante para la parcialidad amarilla por las instancias en las que se desarrolló y por las circunstancias adversas que Barcelona debió superar para ganarlo. Por años, para la parcialidad amarilla, el Barcelona-Emelec de 1990 en el Monumental ha sido, para algunos aún sigue siendo, el juego más importantes que hayan disputado estos clásicos rivales.

 Para el imaginario colectivo amarillo es el triunfo insigne y más importante; incluso más importante que el obtenido a su favor en el primer clásico de la historia (año de 1943). Si de nombrar al menos tres partidos insignes entre los dos clubes de mayor popularidad en el país se refiere, en el ranking pueden considerarse los siguientes:

  • El clásico jugado en el Estadio Capwell por la final del campeonato 2014 con resultado de 3-0 a favor de los azules. Es sin duda uno que tiene un condimento exclusivo por ser la única final directa, oficial y por torneo profesional nacional, que ha enfrentado a los hermanos del astillero. En aquella ocasión los azules tomaron una esperada revancha ante un Barcelona que por décadas ha sido y sigue siendo en números de clásicos ganados superior a Emelec. Es para los hinchas azules el más importante de la historia por obvios motivos.
  • Otro partido que es fundamental es el ya detallado clásico de 1990. El motivo para darle tal jerarquía es porque si hay un hecho que consolidó la grandeza de Barcelona y le permitió ser considerado Ídolo de este país, fue la campaña de Libertadores del 90. Es conocido por el aficionado barcelonista que desde las épocas del amateurismo el cuadro amarillo despertaba pasiones y movilizaba aficionados en todo Pero también el hincha está muy consiente que si de hablar de las mejores décadas de Barcelona en la época profesional se trata, hay que remontarse a los 80 y 90.

 Cierto es que los 60 fueron fundamentales para hacerse un nombre a nivel nacional, que en los 70 el cuadro ídolo se hizo incluso conocer fuera de los linderos patrios y enamoró a muchos hinchas, gracias a aguerridas presentaciones como la hecha en la Plata. Pero igual de cierto es, que en los 80 es donde Barcelona saca un colchón de títulos, logros y victorias que le permitieron amasar una cantidad de hinchas, fama e incluso infraestructura que le ha permitido soportar más de 16 años de crisis económica y deportiva. Cabría la pregunta ¿Si Barcelona no le ganaba en el 90 a Emelec y por ende no llegaba a la final de Copa hubiera podido escribir la gran historia deportiva a la que hoy intenta remontarse? Pienso que no.

  • El tercer clásico que puedo incluir en esta lista es el primero que se dio en la historia. Se jugó un domingo 22 de agosto 1943 y lo ganó Barcelona por 4-3. ¿Por qué ponerlo como uno de los más importantes si por aquellas épocas no existía la rivalidad ni el concepto de “clásico del astillero”? Creo que la respuesta tiene que ver con preguntarse uno mismo si hay diferencia en ser el primero en lo que sea, es decir, el primero en conseguir algo; para mí la respuesta es que el primero es el primero ¿no?

¡River campeón de América!

River Plate derrotó 3-0 a Tigres en el duelo de vuelta jugado por la final de la Copa Libertadores 2015 en el Monumental de Buenos Aires.

El inicio fue muy cerrado e incluso interrumpido sistemáticamente por faltas en ambos lados, aunque era el local el cuadro que más recurría al juego fuerte. A veces, el bloque defensivo argentino no lucía del todo seguro y facilitaba la presión del visitante que no atinaba a resolver frente al arco. Era difícil que los mexicanos se desordenen y el trámite les era era cómodo hasta el minuto 20.

Tigres había perdido 2 ocasiones claras de abrir el marcador por indecisiones de Sobis y Gignac respectivamente. Llegó el minuto 25 y ya los regiomontanos tenían 4 amonestados, sin embargo, en el juego lucían mejor que el local que no lograba pisar el área contraria hasta que apostó hacer su juego por el costado izquierdo para buscar asociarse en el último cuarto de cancha.

En Tigres, lo mejor en ataque era Damm, que muchas veces batallaba el solo ante lo taciturnos que se encontraban los delanteros Sobis y Gignac. En la media de River, los pases eran erráticos, facilitando la labor defensiva de la visita que de todas formas, se iba alejando del arco de “la banda”. El final del primer tiempo tenía  cortes y  lluvia que deslucían el juego, pero en una jugada inspirada, Vangioni metió un pase largo que Lucas Alario (44 min.) con la cabeza lo dirigió al arco, abriendo el marcador.

El gol pareció asentar en lo anímico a River que en el segundo tiempo arrancó trasladando el balón con mayor seguridad y tenía bien controlado a Tigres que cada vez era más impreciso con el balón a sus pies. La lluvia iba haciendo estragos en la cancha y forzaba a los errores en ambas partes. Lucían inoperantes los atacantes extranjeros del cuadro mexicano.

La intensidad del partido y el clima llevaron complicaciones físicas a los jugadores, por lo que por ejemplo, entró Driussi a un lesionado Alario. River jugaba con calma y en una de sus incursiones, llegó el penal que Aquino cometió sobre Carlos Sánchez y el mismo volante uruguayo (76 min.) se encargó en transformarla en gol.

Ya con 2 goles abajo, vino el desorden al cuadro regiomontano. Ramiro Funes Mori (78 min.) con golpe de cabeza tras córner, anotó el tercero y la goleada. Los minutos finales fueron para el lucimiento del local y disfrute de la hinchada con un resultado cómodo. River Plate logró su tercer título continental. Anteriormente consiguió la Libertadores en 1986 y 1996. Una campaña casi perfecta a partir de octavos luego de haber pasado muchos apuros en fase de grupos.

RIV: Marcelo Barovero; Camilo Mayada, Jonatan Maidana, Ramiro Funes Mori (TA 45’), Leonel Vangioni; Caros Sánchez (TA 74’), Leonardo Ponzio, Matías Kranevitter (Luis González 81’), Nicolás Bértolo; Lucas Alario (TA 8’) (Sebastián Driussi 68’), Fernando Cavenaghi (TA 56’) (Leonardo Pisculichi 76’)
Goles: Alario 44’, Sánchez 74’ (p), Funes Mori 78’
TIG: Nahuel Guzmán; Israel Jiménez (TA 16’) (Joffre Guerrón76’), Juninho (TA 18’), José Rivas (TA 24’), Jorge Torres Nilo (TA 71’); Egidio Arévalo Ríos (Jesús Dueñas 64’), Guido Pizarro, Jurgen Damm, Javier Aquino; Rafael Sobis, Andre Gignac (TA 21’)

Tigres llega a su primera final de América

Tigres derrotó 3-1 a Internacional de Porto Alegre en el Estadio Universitario de Monterrey por semifinales de Copa Libertadores, cotejo de vuelta.

El partido comenzó de ida y vuelta sin mayor precisión en las áreas, aunque el vaivén era interesante. El local tardó para tomar las riendas del juego, usando principalmente los costados. Justamente, del lado derecho llegó el centro para que André Gignac (18 min.) en el área chica cabecee inaugurando el marcador y anote así, su primer gol desde que está en México.

El gol fue duro de asimilar para el cuadro brasileño que aparte de no poder salir del asedio del local, lucía errático en el traslado del balón. Mientras el equipo regiomontano tendía un buen despliegue con la sucesión de toques y jugadas elaboradas de Aquino y Damm, buscando a Sobis para causar daño en área rival.

El vendaval parecía calmarse para el cuadro brasileño y de vez en cuando, llegaban a incursionar cerca del área mexicana, especialmente por medio de Valdívia, sin embargo, en un pase cruzado sin mayor trascendencia, Geferson (40 min.) por intentar anticiparse, anotó en portería propia, con lo que ampliaba el marcador a favor del local. El final del primer tiempo fue todo desconcierto para la escuadra gaúcha.

Para el segundo tiempo, la concentración no volvió hacia el lado colorado, concediendo un penal que fue atajado por su portero Alisson, pero no dio mayor vida a los brasileños, pues Egidio Arévalo Ríos (55 min.) con palomita y luego de una gran jugada y centro de Damm, estableció la goleada.

Inter trató de buscar el descuento y partir del minuto 70, se adueñó de las acciones, sin hacer mayor daño al equipo de Monterrey. Se buscó del lado colorado sumar atacantes con la entrada de Moura y Sasha, siendo igualmente poco productivo y por momentos, varios de sus jugadores lucían resignados ante el amplio resultado. El local, tocaba tranquilo cuando había la oportunidad.

Los minutos finales pasaban con reslativa tranquilidad hasta que Lisandro López (89 min.) puso el tanto del descuento y el drama en Monterrey. De todas formas, la reacción fue muy tardía y desprolija. El equipo regiomontano accedió por primera vez en su historia, a la final de Copa Libertadores.

River Plate y Tigres dipsutarán la Final de Copa Libertadores, el 29 de julio en Monterrey y el 5 de agosto en Buenos Aires

TIG: Nahuel Guzmán; Israel Jiménez, Juninho, José Rivas, José Torres (TA 36’); Egidio Arévalo Ríos, Guido Pizarro, Jurgen Damm (Edgar Lugo 83’), Javier Aquino (Damián Álvarez 74’); Rafael Sobis, André Gignac
Goles: Gignac 18’, Geferson (AG) 40’, Arévalo R. 55’
INT: Alisson; William (Rafael Moura 78’), Ernando, Juan dos Santos, Geferson; Charles Aránguiz, Rodrigo Dourado (TA 53’), Andrés D’Alessandro, Valdívia (Alex Meschini 74’); Nilmar (Eduardo Sasha 58’), Lisandro López
Goles: López 89′

¡River de vuelta en una final de América!

Guaraní y River Plate igualaron 1-1 en duelo de vuelta disputado por las semifinales de Copa Libertadores 2015. Juego de vuelta celebrado en el Defensores del Chaco de Asunción.

Se entendía que tras un 2-0 en contra, el cuadro paraguayo tendría que ser lo más ofensivo posible y arrancó el juego prácticamente con un 3-4-3 River prefirió alinear desde el inicio a Lucho González y Pity Martínez, que le dieron buenos resultados en el segundo tiempo en el Monumental.

El cuadro argentino comenzó presionando al local en los primeros 5 minutos, transcurridos los mismos, lentamente fueron los paraguayos tratando de quitar el balón hasta emparejar las incidencias. Guaraní tenía más el balón, pero las ocasiones de gol de “la banda” eran mejores, de la mano nuevamente de Mora, quien al igual que en la ida, hacía de las suyas por el costado derecho.

Pasaban los minutos y la ofensiva paraguaya se iba diluyendo con una superioridad que ejercían Martínez, Sánchez y Kranevitter sobre la media paraguaya carente de ideas y que tenía un rendimiento notablemente inferior al que mostraron en Buenos Aires y lo poco que generaban eran esfuerzos individuales de Benítez y Santander fácilmente controlados por defensa y arquero millonarios.

En los últimos minutos del primer tiempo hubo algo de reacción de los aurinegros, llegando con remates de media distancia y algunos centros generalmente controlados por los zagueros centrales de River. Dicho empeño de los locales no logró vulnerar mayormente a su rival y al final del primer tiempo, el 0-0 pareció algo justo.

El inicio del segundo tiempo tuvo también a River dominando el juego, pero de una forma más pausada. En un ataque que no parecía tener mayor incidencia en el juego, el local pegó un balón en el poste y tras algunos rebotes, Fernando Fernández (61 min.) anotó el tanto de Guaraní disparando a quemarropa.

El gol paraguayo fue un fuerte golpe para los millonarios, animando a los aurinegros a arrinconar a su rival y en los siguientes minutos, generó varias opciones claras de gol frente a una defensa desorientada de River, que atinaba a salvar su arco con más ganas que fútbol. Recién pasado el minuto 72, River volvió a aproximarse al arco local. La entrada de Viudez y Cavenagi pareció recomponer a River, que tuvo más criterio para al menos alejar a Guaraní de su portería, cuando no, buscar el empate, el cual llegó a pase precisamente de Viudez, quien dejó sólo a Lucas Alario (78 min.) para que defina por arriba del portero y con mucha calidad.

Tras la igualdad, River jugó relajadamente, armando muy buenas contras que eran conjuradas por el portero Aguilar, evitando que la “banda” se ponga en ventaja, el rendimiento del uruguayo Viudez en la conducción del elenco millonario, era notable. «La banda» administró los minutos finales hasta lograr el empate que lo clasifica a Copa Libertadores. Espera por rival entre Tigres e Internacional.

GUA: Alfredo Aguilar; Juan Patiño (Alberto Contrera 82’), Julio C. Cáceres, Rubén Maldonado (TA 22’); Luis De La Cruz, Tomás Bartomeus (Iván González 63’), Marcelo Palau, Jorge Mendoza; Julián Benítez, Fernando Fernández (Claudio Correa 82’), Federico Santander
Goles: Fernández 61’
RIV: Marcelo Barovero; Gabriel Mercado (TA 7’), Jonatan Maidana, Ramiro Funes Mori, Leonel Vangioni; Carlos Sánchez (TA 70’), Matías Kranevitter, Luis González (Camilo Mayada 63’) (TA 87’), Gonzalo Martínez (Tabaré Viudez 68’); Rodrigo Mora (Fernando Cavenaghi 74’), Lucas Alario
goles: Alario 78′

La ventaja es corta para el Inter

Internacional venció 2-1 a Tigres en duelo de ida disputado por la semifinal de Copa Libertadores en el Estadio Beira Rio de Porto Alegre.

Extrañamente los mexicanos salieron muy cautos a la cancha y la primera distracción defensiva les costó cara cuando un mal retroceso cayó en los pies de Andrés D’Alessandro (4 min.) quien anotó rematando desde el borde del área. El golpe del gol fue sentido en la zaga de Tigres que no pudo contener el embate de los “colorados” y Valdívia (9 min.) puso el segundo tanto para el local, con un remate cruzado que desvió el zaguero Ayala y bañó al portero Guzmán.

Con el 2-0 en el bolsillo, los brasileños dejaron de presionar tan fuerte, cediendo algo posesión de balón al rival, sin embargo, cada réplica de Inter era muy sentida en la zaga de los regiomontanos que de todas formas llegaron al descuento. Hugo Ayala (23 min.) con la cabeza tras centro por izquierda de Sobis, anoto el gol mexicano.

Tras el descuento, Tigres aseguró las marcas en el medio campo y evitó que se junten D’Alessandro con Valdívia, mientras Pizarro conducía el ataque buscando a Sobis y Gignac. Pasando la media hora, los de Monterrey ya dominaban las acciones, lastimando al local con pases largos o centros por los costados. Alisson pasaba una gran noche evitando el empate de la visita, aunque sin mucha ayuda de su distraída zaga.

En los primeros minutos del segundo tiempo, el partido se planteaba parejo con ambos equipos muy abiertos, buscando la anotación y con problemas defensivos en las dos áreas, el zaguero Ayala fue expulsado en el cuadro mexicano e inicialmente afectó poco al trámite del partido, ya que los colorados no tomaban ventaja del hombre más.

Tigres comenzó a sentir el rigor del partido en el minuto 70, Aránguiz y Dourado se sumaban al ataque y junto al talento de Valdívia, generaban opciones de gol, aunque las contras visitantes no dejaban de ser peligrosas. Los siguientes minutos tuvieron un notable decrecimiento de ritmo de juego.

Los minutos finales vieron a un equipo gaúcho desesperado por lograr un tanto que le de tranquilidad para el juego de vuelta, siendo el mejor momento para la contención regiomontana, ayudada por la entrada de Briseño. El juego de vuelta será el 22 de julio en Monterrey

 INT: Alisson; William, Erando, Alan Costa, Geferson (TA 37’); Charles Aránguiz, Rodrigo Dourado (TA 80’), Andrés D’Alessandro, Valdivia (Rafael Moura 86’); Nilmar (Eduardo Sasha 63’), Lisandro López
Goles: D’Alessandro 4’, Valdívia 9’
TIG: Nahuel Guzmán; Israel Jiménez (TA 20′), Juninho (TA 91+’), Hugo Ayala (TA 40’) (TR 57’), José Torres; Javier Aquino, Egidio Arévalo R., Guido Pizarro (TA 45’), Jurgen Damm (Antonio Briseño 60’); Rafael Sobis (Edgar Lugo 86’), Andre Gignac (Manuel Viniegra 91+’)
Goles: Ayala 23’

River saca una buena ventaja en la semifinal

River Plate derrotó 2-0 a Guaraní en duelo de ida disputado por las semifinales de Copa Libertadores 2015 en el Estadio Antonio V. Liberti de Buenos Aires.

El cuadro paraguayo sorprendió en los primeros minutos con su salida por derecha con De La Cruz y su llegada a las inmediaciones del área millonaria usando buen toque y  paredes, incursionando con gente como Palau, Mendoza y Bartomeus. Sin embargo, su costado izquierdo tenía problemas en la marca. “La banda” empezó a buscar centros por el lado derecho, donde Rodrigo Mora causaba daño con sus centros. La presión paraguaya era notable en los primeros minutos.

Llegando al minuto 20, la presión de Guaraní continuaba, era elogiable la labor de Bartomeus y Palau, pero llegaba el balón con dificultad a sus atacantes, en River, Sánchez y Mercado insistían en atacar por su derecha sin mostrar más ideas. Cuando González y Kranevitter buscaron hacer rodar el balón, finalmente los “millonarios” pudieron hacer replegar algo al visitante.

En los minutos finales del primer tiempo, Guaraní prefirió esperar, para jugar al contragolpe aprovechando la desprolija contención en medio campo e incluso en el borde del área por parte del cuadro argentino, causando zozobra en el Monumental, retirándose los locales al descanso con reproches y preocupación.

En el segundo tiempo, la entrada de “Pity” Martínez buscaba darle más dinámica al mediocampo de River, sin embargo, su participación en los primeros minutos fue escasa, pero pudo abrir el marcador con tanto de Gabriel Mercado (59 min.) quien fusiló al portero Aguilar cuando un balón le quedó servido cerca del área chica tras un córner y pivoteo de Alario.

El gol desordenó al equipo paraguayo y en los siguientes minutos, River lo atacó por todos lados, la desubicación le costó caro a Guaraní, pues cuando buscaba el empate quedó desprotegido y Rodrigo Mora (72 min.) anotó el segundo tanto con un bonito “sombrero”, quedando solo a pase largo de Alario.

Guaraní trató de componer líneas defensivas con los cambios, pero los dos goles arriba dieron ese impulso que permitió al cuadro millonario mantener una presión que hacía lucir cercana y posible la goleada. Cerca del final, Guaraní buscó caóticamente el descuento sin hacer mucho daño en el área de “la banda”. El juego de vuelta será el 21 de julio en Asunción.

RIV: Marcelo Barovero; Gabriel Mercado, Jonatan Maidana (TA 36’), Ramiro Funes Mori, Leonel Vangioni; Carlos Sánchez, Matías Kranevitter, Leonardo Ponzio (TA 83’) (Camilo Mayada 86’), Luis González (Gonzalo Martínez 45’); Rodrigo Mora, Lucas Alario (Javier Saviola 84’)
Goles: Mercado 59’, Mora 72′
GUA: Alfredo Aguilar; Juan Patiño (Fernando Fernández 77’), Luis Cabral, Rubén Maldonado (TA 76’); Luis De La Cruz (TA 61’), Jorge Mendoza, Marcelo Palau, Juan Aguilar (Alberto Contrera 67’), Tomás Bartomeus; Julián Benítez, Federico Santander (TA 73’)

2 de Julio de 2008

Pocas cosas externas, “banales”, tienen la capacidad de condicionar tanto la vida de la gente como el fútbol; hace 7 años había pasado una de las semanas más difíciles que puede tener un hincha, aquella previa a un gran partido, esos 8 días desde que terminó la final de ida hasta cuando Héctor Baldassi dio inicio a la final definitiva fue lo más parecido a un calvario futbolístico que he tenido que vivir.

Por esa época todos sabíamos a lo que jugaba Liga, y quienes lo hacían, Cevallos en el arco siendo tan importante en las tandas de penales como lo fue en cada partido de visitante que nos tocó enfrentar, quemando tiempo, y tapando varias pelotas que parecía que iban a dentro; una línea de tres defensas con Campos y Araujo como fijos y Calle o Calderón que se turnaron, el Beto comandando la línea y marcando a varios de los mejores delanteros del continente, sabíamos también que de visitante jugábamos con línea de 4 pues Ambrosi se ubicaba como un lateral a la vieja usanza.

En el mediocampo jugaban Urrutia y Vera como mediocentros, siempre con esa característica de que si uno se iba al ataque el otro se quedaba haciendo relevos, pocos recuerdan lo importantes que fueron los dos en el partido definitivo, cuando en el segundo tiempo perdíamos 3 a 1 y en pleno Maracaná ante casi cien mil personas los dos se hicieron cargo de la pelota y nos permitieron respirar un poco, nos hicieron volver a creer que se podía, cuando todo estaba muy complicado.

Conocíamos a Guerrón y Bolaños, quienes ocupaban un ala de la cancha cada uno y sabíamos que de visitantes nos garantizaban un constante peligro para el arco rival, entre los dos abrieron el marcador esa noche Carioca, sabíamos que el eje era Manso, el distinto, aquel que ponía la pausa entre tanto vértigo y suponíamos que en la final nos iba a permitir no sufrir tanto sin la pelota, ocurrió a medias, se sufrió bastante, pero su pase/pelotazo a Guerrón previo al primer gol fue tan importante como la corrida posterior de Dinamita.

Además sabíamos que de centro delantero no teníamos un ariete infalible, pero estábamos seguros que como en toda la Copa iba a ser el encargado de arrancar con el pressing y provocar errores de los centrales rivales, Claudio Bieler, hizo tres goles en la Copa, uno más importante que el otro, pero lo más valioso fue todo lo que corrió en esos meses.

Confiábamos en Edgardo Bauza, un tipo al que este artículo se le queda corto, un entrenador que supo jugar el torneo más importante de la historia del club con la honestidad y seriedad que se requería, un tipo que nos ratificó que los procesos ganan títulos y que muchas veces las “exigencias” de la grada están muy equivocadas.

Pero lo que en esa semana previa no sabíamos era si nuestro equipo iba a poder salir airoso de su partido contra la historia del fútbol ecuatoriano, contra nuestras limitaciones y esa constante percepción de que en cualquier momento todo se va a derrumbar y vamos a volver al lugar que la historia nos preparó, porque no creíamos que el fútbol nos iba a permitir darnos el gusto que el equipo que amamos toda la vida gane la copa que admiramos desde pequeños, además justo coincidió que nos tocaba jugar ESE partido en uno de los estadios más legendarios del mundo.

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Llegaron los penales, ese recuerdo borroso que se desfigura gracias a la angustia que sentíamos mientras los tiraban, sabíamos que Pancho era un ganador en esas lides, teníamos aún dulce el recuerdo de la definición de cuartos de final ante San Lorenzo, pero todavía seguíamos sin creer que estábamos tan cerca, a un par de momentos heroicos de tener una historia que contar hasta el día que nos vayamos de este mundo.

Y se pudo, ocurrió, el 2 de julio de 2008 Liga Deportiva Universitaria terminó esa semana de angustia y ganó la Copa Libertadores de América en el Estadio Maracaná, el fútbol nos regaló a todos los liguistas el momento más hermoso que una pelota le puede dar a un hincha, quizás por eso somos tan pesados repitiendo tantas veces esta historia, ¿cómo no serlo?

Cada liguista recuerda exactamente lo que sintió el momento en que Cevallos tapó ese último penal, ¿Qué sentí? Lo que hasta hoy, gratitud, a todo ese plantel, porque en el fondo seguimos sin creer lo que lograron, lo que nos regalaron para toda la vida.

Emelec y su campaña en Copa Libertadores 2015

El Club Sport Emelec terminó una campaña aceptable como resultado de un proceso que viene dándose aproximadamente desde el 2009, año donde el Presidente de la Comisión de Fútbol  Nassib Neme, fue conformando de a poco este equipo con la adquisición de jugadores que en la actualidad forma una base importante en  la selección nacional.

Es la segunda ocasión que el equipo ecuatoriano  llega a cuartos de final después de 20 años , donde en 1995 obtuvo su mejor participación en Copa Libertadores llegando a Semifinales y enfrentándose con el campeón de ese  certamen como lo fue el Gremio de Porto Alegre.

Emelec llegó a clasificar segundo en el grupo 4  junto a Internacional de Brasil, dejando en el camino  a The Strongest de Bolivia y a la Universidad de Chile,  superando a Atlético Nacional de Colombia en octavos de final, y enfrentándose finalmente a Tigres de México, donde marcó su eliminación en cuartos de final .

Se  pueden evaluar numerosas causas del porque Emelec no pudo seguir en este torneo, tampoco vamos a puntualizar que su cambio de Director Técnico quien llevaba un proceso interesante desde el 2012 como lo fue con el argentino  Gustavo Quinteros, fue el eje principal para no avanzar más en este torneo, a pesar del cambio  táctico que  tomó  Omar De Felippe,  también argentino, no fue determinante para la eliminación en México.

El equipo mantuvo su plantilla, fue un equipo más ordenado en la defensa, que era el punto más débil con Quinteros, mas la suma de bajas importantes, lesionados y expulsados, contribuyeron con que Emelec no pudiera jugar con todo su potencial en sus dos  últimas pruebas.

La falta de efectividad en los últimos tramos, también se lo debe considerar dentro de esta lista. La cuota extranjera, que es  indispensable para lograr objetivos de mayor alcance, no marcó la diferencia que se espera en un equipo comprometido a alcanzar una gloria internacional.

Sin embargo, este año se vio a un Emelec más maduro, más desenvuelto y con mucha mayor personalidad. No cabe duda que el futuro es prometedor, si se mantiene el proceso que se lo ha defendido por algunos años, pero considerando que para alcanzar mayores objetivos, se debe reforzar con jugadores  extranjeros que aporten verdaderamente. Una vez considerando esto, se podrá pensar en un avance mucho más alentador para las próximas ediciones de la Libertadores, la cual se ha convertido en  una obsesión de cada hincha emelecista.