El Choque de Cosmovisiones en Estados Unidos
Hay que decir que la primera edición bajo el vigente formato del Mundial de Clubes ha tenido más éxito de lo esperado… o al menos eso pensamos desde el lado americano del charco. Lo que sí podemos afirmar es que el torneo ha sido muchas cosas menos aburrido.
En América eran muy esperados los juegos en los que a los equipos del continente les toque enfrentar a los clubes europeos y sus millonarios planteles. En los papeles las escuadras del viejo continente tenían un sobrado favoritismo, pero en la cancha la realidad fue otra y diríamos que para beneficio de esta naciente manera de jugar este campeonato, fue así.
Recién al sexto partido de enfrentamientos entre CONMEBOL y UEFA los europeos pudieron salir ganadores en dramático juego en que Bayern de Múnich doblegó por 2-1 a Boca Juniors, no sin antes someterse al rigor físico del club de la ribera y observar como en un despliegue de técnica y coraje, el uruguayo Miguel Merentiel empataba el juego para el delirio de una afición mayormente argentina en el Hard Rock Stadium de Miami. Los goles de Harry Kane y Michael Olise evidenciaron la superioridad técnica de los bávaros ciertamente.
Esa derrota fue uno de los ya diarios momentos de desbordante emotividad que proporcionó Sudamérica al torneo. Habíamos empezado con los empates sin goles de Palmeiras frente a FC Porto y Fluminense contra Borussia Dortmund además de un caliente juego en que Boca había iniciado ganando a Benfica para ceder el empate 2-2 advirtiendo que los europeos no la tendrían tan fácil, pero la victoria de Botafogo sobre Paris Saint-Germain por 1-0 en el Rose Bowl de Pasadena sería el punto del debate mundial.
El tanto de Igor Jesus fue un alarde de coraje y picardía brasileñas para dejar mal parada a la correcta zaga parisina y romper un lastre que decía que habían pasado casi 13 años desde que un club sudamericano vencía a un europeo jugando un partido oficial. Quizás dicho dato hizo que los clubes UEFA muestren un poco de soberbia y desinterés para encarar la competición. La excusas se han multiplicado: el calor, el agotamiento de sus fines de temporada, la diferencia de horario y más. Cosas que en Sudamérica hasta pueden interpretarse como debilidad y poco carácter.
Lo que es evidente es que del lado sudamericano se ha tomado mucho más en serio el Mundial de Clubes que sus pares europeos. No solo hablamos de la aplicación y vehemencia que muestran sus equipos en la cancha, también hablamos del ambiente en las gradas. Clubes populares como Boca Juniors o Flamengo han transformado los escenarios estadounidenses en hervideros bonaerenses o cariocas. En Filadelfia, Chelsea vencía al mengão cuando Pedro Neto aprovechó un error defensivo, pero en el complemento Flamengo exhibió coraje y técnica para revertir ese marcador. Tantos de Bruno Henrique, Danilo y Wallace Yan escribieron el 3-1 final. Alegría para los ecuatorianos por las 2 asistencias de Gonzalo Plata.
A otras confederaciones les costó los enfrentamientos con europeos salvo los que exhiben poder económico como el árabe Al Hillal que pudo igualar 1-1 con Real Madrid, Monterrey de México que también empató 1-1 con Inter de Milán y el histórico triunfo de Inter de Miami 2-1 sobre Porto con tanto final de tiro libre de Lionel Messi. Inevitable como Thanos.

Guitarras y gol