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El Nacional y los Años 2010: Una Década Perdida

Los años 2010s fueron por lejos las más tristes para la historia de la institución criolla. La década deja pocas alegrías y un notable desprestigio de un equipo que en algún momento tuvo una historia gloriosa. Es bueno repasar que pasó en estos últimos 10 años con el Club Deportivo El Nacional.

 El cuadro militar arrancó la década tratando de sacudirse de un mal 2009 que fue un preludio los actuales tiempos oscuros. Había contratado a Jorge Luis Pinto, prestigioso técnico colombiano que no tuvo la suficiente fortuna ni conexión con su plantel y duró media temporada tras un rendimiento insatisfactorio de sus dirigidos. Su reemplazo fue el uruguayo Mario Saralegui, quien al menos logró rematar decentemente el 2010 teniendo como figuras a Marwin Pita, Michael Jackson Quiñónez y Edison Preciado. Pinto 4 años más tarde llegaría a cuartos de final del Mundial con Costa Rica.

De la mano de Saralegui en 2011 Nacional cumplió uno de sus años más felices de la década. Con una campaña sólida aunque distante de los equipos que disputaron la final del torneo (Deportivo Quito y Emelec). Pudo aprovechar la coyuntura de una Liga Deportiva Universitaria apaleada por su apretada agenda nacional e internacional y arrebatarle el cupo a Copa Libertadores. Sin duda el jugador estelar de aquel momento fue Juan Luis Anangonó con una importante cuota goleadora.

EL Nacional 2011

El retorno militar a Copa Libertadores fue aparatoso. Victoria mínima 1-0 ante Libertad de Paraguay como local y terrible caída 4-1 en su visita para quedar eliminados en primera etapa. En la temporada pasada había sido negociado al exterior la última gran figura de la cantera: Renato Ibarra, pero pronto se harían manifiestos los errados manejos económicos más el golpe que había sido la discontinuidad de la obligación de aportar parte de su salario al club por parte de los miembros de las Fuerzas Armadas. Saralegui sería apartado de la dirección técnica en media temporada 2012 y su reemplazo fue Sixto Vizuete.

El “Príncipe de Guaytacama” poco pudo hacer con un plantel que estaba más preocupado en su supervivencia que en el juego. Encajó una serie de derrotas que comprometieron a la divisa criolla con un descenso. Vizuete ni siquiera pudo finalizar la temporada y el cuerpo técnico interino comandado por un histórico del club como Orlando Narváez evitó la humillación de la Serie B tras un dramático triunfo como visitante ante Técnico Universitario, su rival directo de aquel trance, llevando mucho público, tal vez un último atisbo de grandeza.

El 2013 arrancaba con el anuncio de un consorcio extranjero interesado en invertir en el equipo. Ellos llevaron al Ecuador al DT español Manuel Tomé y la experiencia no pudo haber sido peor. Con 4 derrotas en fila, este experimento finalizó y el banquillo lo tomó Carlos Sevilla, quien estuvo hasta mediados de 2014 cumpliendo campañas sin brillo aunque tampoco sin el apremio del descenso.

Sorpresivamente a mediados del 2014 Sevilla deja El Nacional para dirigir a Deportivo Quito. Su reemplazo fue el también ecuatoriano Octavio Zambrano, quien hacía curiosamente su primera experiencia en el país. Importante mencionar que en aquel año hubo un momento histórico con la llegada a la presidencia del club por primera vez de un civil como el Doctor Jorge Yunda, actual alcalde de Quito. En el primer año de su gestión llevó a Carlos Tenorio y Pablo Palacios al equipo y junto a Marwin Pita y Daniel Samaniego hicieron un conjunto ofensivo importante. La promoción mediática orquestada por Yunda hizo volver al hincha criollo al estadio, mas los resultados no fueron del todo satisfactorios y aquella temporada terminó en media tabla.

 nacional 2015

 

En el 2015 los refuerzos rimbombantes de Edison Méndez, Eduardo Morante o Anderson Ordóñez no dieron mayor resultado. Fue cesado el DT Zambrano y llegó Rubén Darío Insúa pero el rendimiento no pudo mejorar. A nivel administrativo el tema no caminaba y esto presionó la renuncia de Yunda al cargo en medio de caos y disputas entre sectores civiles y militares. Entre interinazgos en la dirección técnica, Nacional se salvó de descender porque había clubes en un estado calamitoso en la Primera División como Deportivo Quito o Liga de Loja.

 

La bella Larissa Riquelme fue parte de los intentos de mercadeo de la década

La bella Larissa Riquelme fue parte de los intentos de mercadeo de la década

En 2016 ya era Presidente el General Tito Manjarrez quien gestionó la llegada y continuidad del DT uruguayo Eduardo Favaro y con la suma de jóvenes jugadores del Macará como Michael Estrada y Janner Corozo, más la promoción de la cantera y gente de experiencia como Cristian Lara o Pedro Larrea lograron configurar un club competente que si bien nunca estuvo cerca del título, pudo dar la suficiente pelea para clasificar a Copa Libertadores. El 5-0 asestado a Liga de Quito es de los pocos recuerdos gratos de la década para la hinchada criolla.

Pero en el 2017 ocurriría un evento definitivo para el declive del club en cuanto a moral y prestigio. El Nacional había sido sorteado para disputar con Atlético Tucumán la segunda fase de Libertadores y tras un alentador empate 2-2 en Argentina, la historia parecía ser dulce y a los tiempos el Atahualpa se pintaba completamente de rojo. El conjunto argentino tuvo un problema en su desplazamiento de Guayaquil a Quito y llegaron al juego entre sustos y apuros mientras el inicio del cotejo había sido pospuesto. Tucumán se alzó con una victoria 1-0 calificada como heroica por la prensa Austral pero vista como humillante en el lado ecuatoriano. El descorazonamiento del aficionado se canalizó hacia un divorcio amargo con la dirigencia.

 

La noche triste

La noche triste

La campaña local 2017 había arrancado muy mal, pues Nacional se había desprendido de algunos elementos importantes de la temporada pasada, pero en la segunda logró enderezarse y cumplir con su mejor rendimiento de la década alcanzando el segundo lugar del segundo semestre y quedando cerca de disputar la final. Los resultados no fueron lo único rescatable, pues el cuadro criollo practicó un atildado fútbol de toque a ras y agresivo con un extravagante módulo 1-4-1-4-1 alineando así: Johan Padilla; Rinson López, Franklin Guerra, Luis Segovia, Edder Fuertes; Roberto Garcés; Manuel Balda, Jonathan Borja, Adolfo Muñoz, Alejandro Villalva; Bryan De Jesús (Miguel Parrales).

Pero las penurias económicas se hicieron visibles en 2018. Aquel simpático equipo fue prácticamente deshuesado y no hubo una reacción pronta para recomponerlo. Con retazos, Favaro tuvo que afrontar una Copa Sudamericana donde llegó a segunda ronda superando a San José de Oruro pero eliminándose con Defensa y Justicia. En el plano local fue una sola caída y esta vez del descenso a Nacional lo salvó el cambio de formato del torneo, pues su penúltimo lugar lo obligaba a jugar Serie B en 2019 mas la ampliación a 16 equipos lo puso como “invitado” a la nueva Serie A.

Al menos en la década El Nacional tuvo uniformes bonitos

Al menos en la década El Nacional tuvo uniformes bonitos

En el último año de la década, Nacional llegaba atestado de deudas, un presupuesto muy corto por derechos de TV y su “sanción por descenso”. Sus pocas figuras fueron migrando y se apostó en la dirección técnica por el argentino Marcelo Zuleta, quien con un limitadísimo plantel pasó de ser serio candidato a descenso a por lo menos intentar disputar play-offs. En medio del camino la situación del General Manjarrez en la parte administrativa era insostenible, renunció a su cargo y en nuevas elecciones resultó electa la Doctora Lucía Vallecilla, quien logró conseguir algunos refuerzos que hicieron a Nacional al menos competente, aunque muy lejos de quienes disputaron el título. De lo poco positivo pudo volver a vencer como local a Barcelona y Emelec, tarea que en los últimos años ya parecía imposible.

La caída a los abismos del conjunto criollo se refleja en aspectos como el de selección ecuatoriana. Normalmente El Nacional aportaba con algunos integrantes a selección nacional. En la Copa América de 2011 apenas tuvo un titular dentro del equipo que la disputó que fue el defensa Fricson Erazo y al Mundial 2014 fue llamado el portero Adrián Bone como único criollo en la escuadra tricolor. Del 2015 al presente la presencia del club fue prácticamente nula en selecciones. Nacional siempre se jactó de sus divisiones menores, sin embargo en la reciente selección Sub 20 campeona sudamericana y tercera en el mundo no apareció ningún jugador criollo.

Los 2010s han marcado una era con la aparición y fuerte presencia en redes sociales, en las que El Nacional se ha quedado muy atrás en impacto y seguidores de los otros tres grandes del país (Barcelona, Emelec, Liga de Quito) e incluso está por detrás de los ingeniosos más aún jóvenes de Independiente del Valle. Hablando del club de Sangolquí, este la ha apartado definitivamente del sitial de mejor cantera del fútbol ecuatoriano.

Llegado al 2020 incluso se cuestiona a El Nacional en su calidad de “grande del fútbol ecuatoriano”. Apartado de las producciones mediáticas, con el prestigio por los suelos y franco abandono de la hinchada, podría haber algo de cierto. A la dirigencia y socios les queda el gran pendiente de tener respuestas certeras y creativas para devolver al club a la competitividad, pues corre el riesgo de seguir empequeñeciendo severamente su nombre e imagen.

Los 2010s dejaron a El Nacional 0 títulos, 2 participaciones en Copa Libertadores en las que no supero las fases previas a los grupos y 1 en Copa Sudamericana (segunda ronda).

Una alineación de la década sería esta:

Johan Padilla; José Madrid, Fricson Erazo, Franklin Guerra, Ricardo López; Roberto Garcés; Manuel Balda, Marwin Pita, Jonathan Borja, Cristian Lara; Juan Luis Anangonó

DT: Eduardo Favaro

The Big Bang Theory y Un Final Ideal

El pasado mayo llegó a su emisión final una de las sitcoms más exitosas de los último tiempos: “The Big Bang Theory”. Con la misma, queda en la cultura popular un sinnúmero de elementos.

Pero más allá de los “Bazinga”, “Soft Kitty” o “knock, knock, knock: Penny”, una serie con más de 10 años de duración supo traer giros y cambios importantes. La historia original tenía una idea interesante: contar la historia de 4 nerds exitosos como profesionales y científicos, pero socialmente inoperantes, aunque cada uno con sus matices, con el condimento de cómo va cambiándoles la vida tener como vecina a una vecina guapa y totalmente apta en cuanto a habilidades interpersonales.

En primer lugar está la evolución de Rajesh Koothrappali (Kunal Nayyar). Un astrofísico de origen hindú y acaudalada familia que al comienzo de la serie sufre de un curioso mutismo selectivo que le impide hablar con mujeres a menos que haya ingerido alcohol, lo que por supuesto le afectó a la hora de conseguir pareja. Su evolución en el transcurso de la serie es hacia un tipo que va superando sus inseguridades y termina pudiendo hablar con damas sin necesidad de alcohol de por medio, además de forjar una imagen más de respeto hacia sí mismo, con la que adquiere otro aspecto personal (en el peinado) y es menos permisivo con el bullying.

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Tal vez el personaje con menos cambios, pero importantes al fin es Leonard Hofstadter (John Galecki). Del grupo de 4 nerds, él es el más social, aunque no lo suficientemente exitoso en dicho campo. Tal vez representa el verdadero triunfo de un inadaptado al quedarse con una pareja como Penny, de cuya evolución hablaremos más tarde. Este físico experimental tiene un problema por el que tiende a complacer a todo el mundo, muchas veces a costa de sus propios deseos, lo que en la serie se explica por su relación con una madre exigente y distante, con la que se reconcilia en los capítulos finales, así como lima las incomodidades generadas por la tiránica vecindad de Sheldon. Diríamos que al final vemos un Leonard maduro y reconciliado con sus demonios.

De ahí está Howard Wolowitz (Simon Helberg). el menos preparado del clan, quien “tan solo” posee una ingeniería en el MIT. Al inicio de la historia se presentaba como un perturbador y edípico personaje cuya infantil y morbosa conducta va modificándose a medida que se involucra en su vida Bernardette Rostenkowski (Melissa Rauch), su pareja con quien se casó, formó una familia y tuvo hijos, responsabilidades que lo obligaron a madurar en medida también de la inesperada desaparición de su madre. Bernardette por su lado y tomando en cuenta la aparición del personaje a media serie, pasó de ser una tímida camarera a una poderosa ejecutiva farmacéutica, que le da cierto rol de dominio sobre Howard, una característica de la que él jamás se libró del todo.

Ciertamente las incidencias de la serie giran en torno al personaje de Sheldon Cooper (Jim Parsons), un físico teórico de extraordinaria inteligencia y excéntrico comportamiento, quien a diferencia de sus amigos, no parecía sufrir por sus incompetencias sociales e incluso parecía disfrutarlas. En el último capítulo Sheldon pronuncia un emotivo discurso en el que manifiesta el valor del amor y la amistad y entre otras cosas se disculpa por no haber podido expresar dichos sentimientos de mejor forma. Aunque en la serie no se especifica y los guionistas lo descartan, se especula con que el personaje de Sheldon tenga Síndrome de Asperger, lo que podría explicar su dificultad para comprender normas sociales y su necesidad de apoyarse en pautas específicas para poder seguirlas. Pautas dadas principalmente por sus amigos y entorno íntimo, sobretodo cuando en la serie aparece Amy Farrah Fowler (Mayim Bialik), quien termina siendo su novia y esposa y a su vez pasa de ser una robótica y femenina versión de Sheldon a un personaje que aporta la dulzura y paciencia necesaria para “civilizarlo”.

ADX006. HOLLYWOOD (EE.UU.), 01/05/2019.- El elenco de "The Big Bang Theory" (i-d): el actor estadounidense Johnny Galecki, el actor estadounidense Jim Parsons, la actriz estadounidense Kaley Cuoco, el actor estadounidense Simon Helberg, el actor indio Kunal Nayyar, la actriz estadounidense Mayim Bialik y la actriz estadounidense Melissa Rauch posan tras colocarl sus huellas y firmas en el cemento del Teatro Chino IMAX de TCL en Hollywood, California, EE. UU., el 1 de mayo de 2019. "The Big Bang Theory" es la serie de comedia multi-cámara más larga en la historia de la televisión. EFE / ADAM S DAVIS

ADX006. HOLLYWOOD (EE.UU.), 01/05/2019.- El elenco de «The Big Bang Theory» (i-d): el actor estadounidense Johnny Galecki, el actor estadounidense Jim Parsons, la actriz estadounidense Kaley Cuoco, el actor estadounidense Simon Helberg, el actor indio Kunal Nayyar, la actriz estadounidense Mayim Bialik y la actriz estadounidense Melissa Rauch posan tras colocarl sus huellas y firmas en el cemento del Teatro Chino IMAX de TCL en Hollywood, California, EE. UU., el 1 de mayo de 2019. «The Big Bang Theory» es la serie de comedia multi-cámara más larga en la historia de la televisión. EFE / ADAM S DAVIS

 Finalmente es bueno cerrar con Penny (Kaley Couco), quien en el inicio se planteó como el personaje atractivo y discordante de la serie. El encuentro de 2 mundos, que se puede insinuar entre el mundo “geek” de Sheldon y compañía y el mundo “socialmente apto” de Penny logra lo mejor de cada uno. Por un lado, los chicos se vuelven más sociables y terminan insertados en un mundo adulto más o menos “normal”, mientras que Penny pasa de ser de una chica desordenada a una importante ejecutiva de ventas, a pesar de dejar a un lado su primigenio sueño de ser actriz que la obligó a mudarse de la agrícola Nebraska a la ciudad de Los Ángeles. Penny termina siendo la persona más “adaptada” del mundo al finalmente terminar casada y con un hijo en camino. Cosas que siempre hacía esfuerzo en descartar en cada capítulo en el que intervenía.

La serie tuvo un desenlace de cuento de hadas, donde hasta el extraño tendero de cómics, Stuart, terminó con una pareja. Después de más de 10 años de una comedia que empezó siendo brillante para pasar a ser algo repetitiva con sus chistes, los mensajes fueron bastante positivos, con el valor de la amistad como una base tal vez más sólida hasta que la familia o tal vez, edificar una familia a partir de la misma, con el mensaje de que el encontrarte con gente buena y adecuada puede sacar lo mejor de ti y finalmente lo que dirían las abuelitas: “para cada roto hay un descosido”. La serie acabó cuando debía hacerlo, dejando un legado de interés hacia la cultura pop y la misma ciencia innegables.

1000 Carreras, 1000 Emociones

En el pasado Gran Premio celebrado en China se cumplió la edición 1000 de una competencia celebrada de la máxima categoría del automovilismo. Desde 1950 han pasado varios pilotos, constructores y locaciones legendarias. Vale la pena hacer un vistazo histórico por esta tan apasionante rama del deporte tuerca y deporte en general.

Fangio

El 13 de mayo de 1950 se disputó el primer Gran Premio de Fórmula 1 en el circuito de Silverstone en Inglaterra, la competencia la ganó el piloto italiano Giuseppe Farina, quien sería el campeón de la temporada superando por 3 puntos a su co equipero de Alfa Romeo, el argentino Juan Manuel Fangio. Los años 50 fueron los tiempos de las grandes y clásicas casas constructoras, citamos a Alfa Romeo, pero en los siguientes años, Fangio lograría su gran marca de 5 títulos de Fórmula 1 (1951, 1954, 1955, 1956, 1957), que recién pudo ser quebrada en el Siglo XXI, a bordo de coches Alfa Romeo, Mercedes, Maserati y Ferrari. Eran tiempos también en los que se podía actuar por más de una escudería en el año. El primer campeón a bordo de la marca más antigua vigente, Ferrari, fue Alberto Ascari en 1952 y 1953.

 hill clark

 

En los años 60 irrumpen las leyendas del automovilismo británico. Previamente hizo su aparición la gran estrella australiana Jack Brabham en el cambio de década (1959-1960) a bordo de lo que actualmente se consideraría una escudería plenamente conformada: Cooper – Climax. Serían los tiempos de estrellas como Jim Clark (1963 y 1965) o Graham Hill ( 1962 y 1968). Es también el tiempo de las marcas británicas como Lotus con la que tanto Hill como Clark alcanzarían la gloria. Brabham en 1966 logró su tricampeonato guiando a un vehículo de la marca con su propia firma (escudería Brabham).

Hasta estos años se corría entre 8 y 12 carreras preferentemente en los clásicos europeos: Monza en Italia, Nürburgring en Alemania, Silverstone en Gran Bretaña, el callejero de Mónaco e infaltables como Bélgica, Holanda y Francia. Su expansión hacia América incluía carreras en Estados Unidos, Argentina y México. Hubo un exótico Gran Premio de Marruecos y más habitualmente se corría en Sudáfrica.

 Hunt Lauda

 

Los años 70 fueron los de los héroes de culto. El bólido de Fórmula 1 fue tomando el modelo con el que estamos familiarizados y dejó el aspecto ovalado por los alerones que aprovechan de las leyes de la física para dar precisión y velocidad a sus movimientos. En 1969 fue campeón una de las divinidades: Jackie Stewart, quien en la primera mitad de los 70 rivalizó con uno de los referentes sudamericanos: Emerson Fittipaldi, quien dio el primer título a un fabricante emergente y que años más tarde se pondría muy de moda: McLaren. Mientras el escocés se proclamó campeón en 1969, 1971 y 1973, el brasileño lo hizo en 1972 y 1974. Para la segunda mitad de la década se escenificó una de las grandes rivalidades que incluso se llevó a la pantalla chica: Niki Lauda en Ferrari (1975 y 1977) contra James Hunt (1976).

 Mientras comenzaban las transmisiones por televisión y se estaba a las puertas de lo que se vería como un gran negocio. La temporada se expandió a 15, 16 y hasta 17 carreras con la presencia continua de los circuitos de España, Austria y Suecia mientras que en el resto del mundo el campeonato llegaría a Canadá, Brasil y Japón, país que empezaba a interesarse en ser parte de la fabricación de los monoplaza, sobretodo de motores.

 senna prost

 

Llegarían los 80 y el showtime. Con contratos millonarios en publicidad y televisión, la Fórmula Uno ya era un espectáculo global y la pasión se seguía desde los recónditos confines. Tras los triunfos de los “exóticos” Mario Andretti, Jody Scheckter y Alan Jones. Surgiría una nueva generación. El finlandés Keke Rosberg en 1982 se alzó con el título a bordo de una escudería joven que tendría gran repercusión en los siguientes años: Williams equipada con motor Ford. Un nuevo héroe latino surgió y fue el brasileño Nelson Piquet quien fue campeón en 1981, 1983 y 1987 rivalizando con gigantes veteranos como Niki Lauda, campeón de 1984 y emergentes como Alain Prost (1985, 1986) quienes triunfaron a bordo del McLaren TAG. A finales de los 80 se incorporó al espectáculo un carismático brasileño: Ayrton Senna, quien junto a Prost protagonizarían tal vez la rivalidad más célebre de la historia de la categoría. Ambos a bordo del McLaren con Motor Honda monopolizaron la competencia haciéndose Senna de los títulos de 1988, 1990 y 1991 y Prost del de 1989. En los 80 un piloto no llegó al título pero sí a los corazones de la afición: Gilles Villeneuve, cuyo nombre lleva el circuito canadiense.

La temporada por aquellos años se expandió a los circuitos de Imola, llamado Gran Premio de San Marino, Portugal, llegaría por primera vez a Europa del Este en el Gran Premio de Hungría y a Australia en el circuito de Adelaida. Se volvieron tradición circuitos como Spa Francorchamps en Bélgica, Hockenheim en Alemania y Paul Ricard en Francia.

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Los 90 son la era del desarrollo tecnológico en el que tomaría la ventaja la escudería Williams con motor Renault, la cual permitiría su único campeonato al desventurado Nigel Mansell (1992) y un último sorbo de gloria a Alain Prost (1993). Cuando en 1994 incorporaron a Senna, la idea era perpetuar su dominio, pero la muerte sorprendió al brasileño corriendo, la misma que fue una lección para incorporar notablemente dispositivos de seguridad a favor de los pilotos. En dicho año surgiría una nueva estrella: el alemán Michael Schumacher, quien a bordo del más modesto Benetton – Renault ganaría las temporadas 1994 y 1995. Los últimos suspiros de grandeza los daría Williams con los títulos de Damon Hill (1996) y Jacques Villeneuve (1997) y McLaren con el bicampeonato de Mika Hakkinen (1998-1999).

Varios países organizaron 2 competiciones como España, Alemania o Japón poniendo a sus fechas nombres de países vecinos (Luxemburgo), continentes (Europa) u oceános (Pacífico) y se cambió la sede de Australia para Melbourne. A partir de 1991 se otorgaría 10 puntos por cada victoria al ganador de cada carrera.

Schumacher

En 1996 Ferrari había fichado a Schumacher para un proyecto que buscaba reverdecer laureles. Su trabajo comenzó a dar frutos en el 2000 cuando Schumi consiguió su tercer campeonato y hasta el 2004 lo del pilotó alemán y la escudería italiana sería un romance aplanador que ganó muchos adeptos y probablemente aburrió a otros tantos. Schumacher pulverizó el pentacampeonato de Fangio, el récord de carreras ganadas de Prost y de pole positions de Senna, convirtiéndose en el piloto más importante de la historia de la categoría. Luego de una serie de reformas orientadas a detener el dominio de Schumacher y Ferrari, llegó el bicampeonato de Fernando Alonso (2005 y 2006) a bordo de un auto Renault que se aventuraba a ser constructor solo. Para el final de la década, los títulos de Kimi Raikkonen (2207), Lewis Hamilton (2008) y Jenson Button (2009) dieron aire fresco a la competición.

En el inicio del Siglo XXI la expansión de la competición buscó a Asia y así se incorporaron circuitos del Medio Oriente (Bahréin y Abu Dabi) y Lejano Oriente (China, Malasia, Singapur), innovando con la incorporación de circuitos nocturnos y nuevos diseños concebidos por el ingeniero alemán Hermann Tilke.

 

YAS MARINA CIRCUIT, UNITED ARAB EMIRATES - NOVEMBER 24: Sebastian Vettel, Ferrari, and Lewis Hamilton, Mercedes AMG F1 during the Abu Dhabi GP at Yas Marina Circuit on November 24, 2018 in Yas Marina Circuit, United Arab Emirates. (Photo by Steven Tee / LAT Images)

YAS MARINA CIRCUIT, UNITED ARAB EMIRATES – NOVEMBER 24: Sebastian Vettel, Ferrari, and Lewis Hamilton, Mercedes AMG F1 during the Abu Dhabi GP at Yas Marina Circuit on November 24, 2018 in Yas Marina Circuit, United Arab Emirates. (Photo by Steven Tee / LAT Images)

La década de los 2010 ha estado marcada por los extensos dominios de 2 pilotos. La primera mitad fue del alemán Sebastian Vettel, quien a bordo de la en ese entonces nueva escudería Redbull – Renault conquistó los campeonatos de 2010, 2011, 2012 y 2013. El actual momento marca el dominio de Lewis Hamilton y la marca Mercedes. El piloto británico ha sido campeón de las temporadas 2014, 2015, 2017 y 2018, mientras que dejó espacio para que su compañero de aquel año, Nico Rosberg, gane el del 2016. Tal vez han sido años con pocas sorpresas, marcado por el notable cambio en los sistemas de puntuación que otorgan 25 puntos al ganador, 18 puntos al segundo, 15 al tercero, 12 al cuarto, 10 al quinto y así hasta que el décimo lleve puntuación. Actualmente hay 21 competiciones en la temporada con la inclusión de circuitos como Rusia o Azerbaiyán, el regreso de Estados Unidos y México y algunos intentos fallidos como fueron Corea, India o Turquía.

De momento la temporada 2019 parece vislumbrar otro “paseo” de los Mercedes. Valtteri Bottas ganó el Gran Premio de Australia y Lewis Hamilton en Bahréin y China. Ambos ya han tomado considerable distancia en la tabla de puntos con 62 y 68 puntos frente a sus competidores, Max Verstappen con 39, Sebastian Vettel con 37 y Charles Leclerc 36. Actualmente Vettel aún es el piloto más joven en consagrarse campeón y Hamilton tiene el récord de pole positions (83) y podios (134).

Este ha sido el resumen de mil episodios. ¿Cuántos más se podrá ver? Esperemos que al menos 1000 o 2000 más.