Nos tomamos el atrevimiento (?) de citar el mote creado por el periodista Luis Baldeón hacia la figura de Luis Chiriboga A.
Con más de 3 décadas de injerencia en el fútbol ecuatoriano y mundial, además de un breve paso por la política, los días de poder del Ingeniero Luis Chiriboga Acosta, parecen llegar a su fin, una vez que ha sido confirmada su vinculación con el escándalo mundial que ha involucrado los altos mandos de FIFA, en lo que si no es la noticia del año, por lo menos estará en el podio de los resúmenes noticiosos que dentro de poco nos sentaremos a ver.
El nombre de Chiriboga toma fuerza en los años ochenta bajo la presidencia de Sociedad Deportivo Quito, cuadro que pasó de tener una etapa opaca en los años setenta con continuos ascensos y descensos, a tomar un mayor protagonismo en la siguiente década, participando en las Copas Libertadores de 1986 y 1989 y siendo normalmente animador del campeonato. Destacar por ejemplo que en 1986, contó con el goleador de la Copa, Juan Carlos De Lima, y que su estandarte era un joven que está en el top de los futbolistas ecuatorianos más valiosos de todos los tiempos: Alex Aguinaga.
Siempre se ha dicho que el fútbol y la dirigencia deportiva son plataformas para la política. El Ingeniero Chiriboga ganó un puesto en el Concejo de Quito por el Frente Radical Alfarista en 1992 y luego fue diputado por Pichincha en 1996 abanderado por el Partido Social Cristiano, momento en el que fue parte de los “44 psiquiatras” que defenestraron del poder a Abdalá Bucaram (acusación del propio ex mandatario a través de su cuenta de Twitter). Sin embargo, lo que siempre tuvo entre ceja y ceja, fue la Federación Ecuatoriana de Fútbol.
En 1994, Chiriboga se postula a la presidencia de FEF, siendo derrotado por Galo Roggiero y accede a dicho cargo en 1998, siendo una de sus banderas de campaña la nacionalización de la dirección técnica de la selección ecuatoriana. Con Carlos Sevilla, Ecuador tuvo una terrible participación en la Copa América de 1999 e inmediatamente fue reemplazado por el colombiano Hernán Darío Gómez.
Son algo más de 16 años de gestión cuasi patriarcal de Chiriboga en la FEF, destacando en estos años, estrictamente los resultados deportivos de las selecciones ecuatorianas. 3 clasificaciones a Mundiales absolutos, 2 mundiales Sub 20, 2 mundiales sub 17 y un mundial femenino son los méritos que el Ingeniero siempre sacará a relucir. Todo esto nos ha alegrado mucho, pero también yo agregaría una historia de frustraciones en la Copa América por ejemplo. Bajo su mandato, en esta competición, Ecuador ha jugado 18 partidos y apenas ha ganado 2 de ellos, un empate y 15 (!) derrotas. Si hablamos de obra física, Chiriboga también destacó con la construcción de la Sede de Federación en Guayaquil y la “Casa de la Selección” en Quito.
Pero esos 16 años tuvieron varias polémicas. Chiriboga fue siempre implacable con sus críticos, primero apuntó al ex Presidente de Federación, el Economista Galo Roggiero, a quien le declaró “persona no grata” en 1998, lo que provocó un juicio contra Chiriboga que lo terminó perdiendo. Roggiero así mismo, no se le estaba permitido ingresar a FEF, generando un problema cuando estuvo a cargo de la presidencia de Barcelona en 2006, aunque dicho impedimento finalmente fue levantado. Entre los dirigentes sancionados por federación y que han sido detractores de Chiriboga están: Eduardo Granizo (Olmedo), Francisco Egas (Universidad Católica), Esteban Paz (Liga Deportiva Universitaria), Tito Manjarrez (El Nacional), entre otros.
Pero las polémicas no solo eran entre dirigentes. Durante su gestión hubo dos remarcables periodos en los que las divisiones menores del fútbol ecuatoriano pasaron apuros y vergüenza al presentar casos de futbolistas con adulteraciones de edad e identidad. En 1999 el nombre emblemático fue de Moisés “Alberto” Cuero y con él, varios implicados (entre ellos el actual capitán tricolor, Walter Ayoví) y en este año, el descubrimiento de identidades adulteradas en 3 futbolistas casi cuesta a la selección Sub 17 su participación, que fue bastante buena, en el Mundial de Chile. De todas formas, esa mancha apaciguó la euforia de seguir este equipo.
Recordamos que uno de los pilares de la gestión Chiriboga fue la dirección técnica de selecciones y su famosa “línea colombiana” que accedió a 3 mundiales: 2002 (Hernán Darío Gómez, 2006 (Luis Fernando Suárez) y 2014 (Reinaldo Rueda). Sin embargo, hubo graves incidentes en 2001, cuando Gómez y el DT que había sido contratado para dirigir a la Sub 20, Hugo Gallego, fueron agredidos en un corto intervalo de tiempo por la no convocatoria de Abdalá Bucaram P. a la selección juvenil de aquellos tiempos, según las versiones. Gallego directamente renunció a su cargo y casi hace lo propio “Bolillo” Gómez. Dalo Bucaram había sido citado por el inicial entrenador de la Sub 20, José María Andrade, allegado a Bucaram Ortiz, padre de Dalo.
Uno de los momentos más problemáticos de la era Chiriboga llegó precisamente en un momento en el que prácticamente la nación vivía “un romance” con la gestión del Ingeniero (?) vísperas a la participación de la selección ecuatoriana en el Mundial de Alemania 2006. El coordinador de selecciones, Vinicio Luna y el médico, Patricio Maldonado, fueron implicados en tráfico ilegal de personas. Un año de prisión para Luna y 5 meses para Maldonado quien fue absuelto. Ambos volvieron a sus funciones aunque se perdieron de aquella, la mejor actuación de una selección ecuatoriana en un mundial.
Otro de los grandes problemas de la era Chiriboga fue el negocio y traspaso de los derechos de televisión del torneo ecuatoriano de fútbol, que a partir del 2013 pasó a ser en su mayor parte transmitido por el canal estatal y los canales incautados. La Federación negoció con dichas emisoras aduciendo que los derechos son de su propiedad, de acuerdo a las reglas establecidas por FIFA. La Corte Constitucional falló a favor de la FEF y el negocio tuvo vía libre, aunque las televisoras privadas que anteriormente transmitían el fútbol ecuatoriano, interpusieron acciones legales. Una de ellas, podría costarle la existencia al Deportivo Quito del que una vez Chiriboga fue dirigente. Es importante mencionar que anteriormente en el 2012 ya hubo un intento fallido de negociar los derechos de los partidos con la empresa FullPlay, propiedad de Hugo y Mariano Jinkis, quienes fueron los primeros implicados en el caso FIFA gate.
Con estos altos y bajos de la Presidencia de Chiriboga, arribamos a este problemático 2015, que inició con un tumultuoso Congreso Extraordinario y elecciones, que tuvieron peligro de no celebrarse, pasando por el escándalo de la Sub 17 y con los clubes en la cima de su decadencia con todo un caos económico y administrativo, lleno de situaciones que avergüenzan a las instituciones. A todo esto, se sumó el último escándalo internacional que involucró al organismo máximo del fútbol mundial: La FIFA.
Cuando comenzaron los arrestos y escándalos del mundialmente famoso “FIFA Gate”, las mentes y ojos de muchos en Ecuador giraron en torno a Luis Chiriboga, quien no solo es Presidente de la Ecuatoriana de Fútbol, sino que es directivo en CONMEBOL y FIFA. Las implicaciones en sobornos y asociación ilícita iban destapándose mientras que en el país se estaba atento a esperar si saltaba el nombre del “último Cóndor”. Tema que fue extendiéndose de mayo a diciembre.
Finalmente, el 3 de diciembre, la Fiscal General de EE.UU., Loretta Lynch, anunció la implicación de los dirigentes de fútbol de Centro y Sudamérica en esquemas de pago y recibo de sobornos, entre los que se mencionó al Presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol. Para el 4 de diciembre, se anunció el congelamiento de cuentas e investigaciones hacia Luis Chiriboga y otros funcionarios (Francisco Acosta y Vinicio Luna). Chiriboga fue detenido para las investigaciones y en La Federación se suspendió temporalmente al Ingeniero de sus funciones como Presidente.
Los cargos que enfrentaría Chiriboga según investigaciones del FBI son:
- Asociación delictiva
- Fraude electrónico
- Lavado de Dinero
- Abuso de Poder
Así parece llegar el ocaso del “último cóndor”, un dirigente del que se hablará por generaciones por sus aciertos y desaciertos y por el poder que llegó a acumular incluso internacionalmente. El final de su gestión no podría reflejarse de mejor manera como lo que sucede en los distintos niveles de actividad futbolística ecuatoriana: una selección puntera y brillante, pero también, unos clubes empobrecidos y caotizados, integrando un torneo local en el que todos los días hay novedades para tomarse la cabeza y lamentarse.