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Nuevos Héroes

Se podría calificar como exitosa la participación de la delegación ecuatoriana en los Juegos Panamericanos desarrollados en Lima a principios de agosto. Es bueno destacar a sus hechos más relevantes.

Neisi Dajomes alcanzó la Medalla de Oro en la categoría femenina de hasta 76 kilogramos de levantamiento de pesas. Con 115 kilos levantados en arranque y 140 en envión para un total de 255 pudo sobrepasar a la mexicana Aremi Fuentes y la norteamericana Katherine Nye.

Roberto Quiroz y Gonzalo Escobar consiguieron la segunda presea dorada al triunfar en la categoría de dobles masculino en tenis. La pareja ecuatoriana derrotó en la final a los argentinos Guido Andreozzi y Facundo Bagnis con parciales de 6-4, 3-6 y 10-8.

Daniel Pintado poco después fue el vencedor de los 20 kilómetros caminata, prueba histórica para el deporte ecuatoriano. Logró un tiempo de 1 hora, 21 minutos y 51 segundos, dejando la de plata al brasileño Caio Bonfim y el bronce para José Barrondo de Guatemala.

Esteban Enderica obtuvo la cuarta medalla dorada ecuatoriana al ganar la prueba de 10 kilómetros en aguas abiertas en natación. Su tiempo fue de 1 hora, 53 minutos y 46 segundos. Atrás en el podio quedaron Guillermo Bértola de Argentina y Taylor Abbott de Estados Unidos.

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Con eventos de lucha Ecuador sumó 2 Medallas de Oro más. Andrés Montaño en la final de hasta 60 kilogramos Grecorromana superó en la final al colombiano Dicther Toro, mientras que Lissette Antes en 57 kilogramos femenino estilo libre derrotó a la estadounidense Jenna Burkert.

Alfredo Campo alcanzó la séptima medalla dorada, con lo que se igualaba a la participación de los Panamericanos de Toronto. Fue el ganador de las carreras de BMX. Junto a él en el podio se subieron Anderson Souza de Brasil y Federico Villegas de Argentina.

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Para superar lo hecho en los últimos Panamericanos, sería el atletismo el encargado de dar las alegrías finales a los ecuatorianos. Álex Quiñónez conquistó la Medalla de Oro en los 200 metros planos con tiempo de 20.27 segundos, dejando atrás al trinitario Jereem Richards y al dominicano Yancarlos Martínez.

En el último día de competiciones fueron las competencias de 50 kilómetros caminata en donde los ecuatorianos salieron vencedores. Johana Ordóñez en damas (4 horas, 11 minutos y 12 segundos) y Claudio Villanueva en varones (3 horas, 50 minutos y 1 segundo) lograron la novena y décima medallas doradas para la delegación ecuatoriana.

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En cuanto a Medallas de Plata la cosecha estuvo en varias especialidades. En tiro hubo 2 para la delegación ecuatoriana con Marina Pérez en 10 metros pistola de aire y Diana Durango 25 metros. Antiguos medallistas dorados tuvieron que “conformarse” con la plateada como Alexandra Escobar en pesas hasta 59 kilogramos femenino, Lenin Preciado en judo, 60 kilogramos o César de Cesare en K-1, 200 metros sprint. También consiguieron medallas de plata el experimentado boxeador Julio Castillo (91 kg.) y Dominic Barona en Open Surf de damas.

En las medallas de bronce hubo destacadas participaciones en levantamiento de pesas, deporte en el que pudieron subirse al podio Angie Palacios, David Arroyo, Tamara Salazar y Lisseth Ayoví. En judo también hubo participaciones interesantes con medallas para Vanessa Chalá, Freddy Figueroa y Junior Angulo. La cosecha se completó con preseas en tiro por equipos e indiivudal, patinaje de velocidad y artístico, marcha y taekwondo. Acá la tabla completa.

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La delegación ecuatoriana incluyó 201 atletas, la más amplia en la historia del país. 10 medallas de oro, 7 de plata y 14 de bronce con un total de 31 preseas fueron alcanzadas.

Edison Guapaz Zambrano
Guitarras y gol
jefferson perz

A 20 años de la Medalla de Oro

Los años 90 creo, construyeron un cambio en la autoestima del ecuatoriano desde el punto de vista del deporte, tal vez porque a esas alturas ya había un despliegue mediático superior. Habían pasado años desde los campeonatos de tenis de Pancho Segura, las medallas de natación de Jorge Delgado, el título mundial de Taekwondo de José Cedeño y el final del Siglo XX traería nuevos aires.

En 1990, el Roland Garros obtenido por Andrés Gómez y Barcelona SC finalista de América (a su tiempo, realmente notable) eran señales de tiempos nuevos. El fútbol con una generación de nuevos talentos eran más motivos de alegrías que de vergüenzas a nivel selección, pero hacía falta sacarse ese par de espinas que desinflaban el ego nacional: la clasificación al mundial de fútbol y la medalla olímpica.

En el Verano de 1996, la expectativa era la de siempre en territorio nacional: ojalá alguien gane una medalla, pero lo más probable es que no. Los adictos a las transmisiones deportivas seguían a las proezas de Donovan Bailey, Michael Johnson y los últimos destellos de gloria de Carl Lewis. Fascinados con la medalla dorada de la costarricense Claudia Poll en natación, con las bellas integrantes de los equipos del en ese entonces recientemente olímpico vóley de playa femenino y con la magia de un joven Ronaldo Nazario de Lima con la selección de fútbol de Brasil. De los 19 representantes ecuatorianos se esperaba poco y nada, tal vez, Rolando Vera.

De cuando los himnos de los eventos deportivos eran bonitos

Había un antecedente, en los Panamericanos de Mar del Plata en 1995, la única medalla de oro la obtuvo “un tal” Jefferson Pérez para los ecuatorianos en los 20 kilómetros de caminata. Nada que mucha gente realmente haya puesto atención ni que ahora se lo recuerde. Así, casi en el anonimato, el cuencano emprendía muy temprano por la mañana de un 26 de julio de 1996, la caminata que marcaría su vida.

El ecuatoriano mayor de 40 años se enteró del suceso buscando iniciar sus jornadas productivas, el que es menor de esa edad y vivía en la Sierra, estaba de vacaciones y lo vivió en pijamas si acaso se había despertado. Los que alcanzaron a verlo en vivo, vieron menos de la mitad de una carrera que fue transmitida intermitentemente hasta que era obvio que el negocio era seguirle al competidor del país, pues se mantenía en un pelotón puntero que se iba reduciendo: a 15, 10 y luego 5 integrantes.

Acá un buen resumen de lo que fue la competencia de Atlanta 1996

Jefferson Pérez de pronto sobrevivía a la extenuante prueba en aquel deporte rarísimo que los pocos que estaban siguiendo en vivo la competencia se iban “desayunando” de lo que trataba. Lo importante es que ya estaba entre los 3 primeros y la soñada medalla empezaba a asegurarse. El sprint final en el que se desprende de todos para ganar el primer lugar es casi mágico aunque igual, el momento más importante del deporte ecuatoriano no fue tan seguido por la hora en que se desarrolló, el poco conocimiento sobre la caminata o marcha y lo escasamente mediático de Pérez en aquel entonces.

De ahí, vino el exceso. La marcha y su técnica era moda en el país, aunque más para hacer parodia, pues su correcta ejecución es sumamente difícil y va más allá de mover las caderas. Dicho sea de paso, hasta el famoso merengue “la dueña del swing” se puso muy de moda.

Jefferson Pérez era invitado a todos los espectáculos y shows de T.V. e incluso, a la transmisión de mando presidencial, motivó spots publicitarios, desde los más emotivos y patrióticos hasta otros mucho más relajados. De pronto, todo ecuatoriano se convirtió en “experto en marcha”… ¡Bah! Sabíamos que básicamente había que siempre poner un pie en el piso y que si te cuentan 3 faltas, estabas fuera de la carrera.

Las expectativas para los siguientes Juegos Olímpicos fueron distintas. Pérez cargaba con la presión de todo un país. Las carreras de 20 km caminata en Sídney 2000, Atenas 2004 y Beijing 2008 fueron transmitidas en cadena nacional y cual llegada del Papa. La experiencia para el ecuatoriano fue agridulce, pues en 2000 y 2004 se ubicó cuarto, mientras que en 2008 obtuvo una importante medalla de plata.

Los Juegos Olímpicos nunca volvieron a ser experiencias del todo gratas para los ecuatorianos (¿y cuándo lo han sido?), pero Jefferson Pérez no paró de labrar una carrera espectacular en su especialidad, ganando 3 veces el primer lugar en los mundiales de atletismo e imponiendo en 2003 una marca mundial. Bien puede ser Pérez ubicado como uno de los mejores de todos los tiempos en esta especialidad, una especie de Cruyff de la marcha, no sé, tal vez exagero.

Ecuador tuvo la oportunidad de hacerse notar mediante una de las competencias deportivas con menos seguimiento y expectativa del mundo, un logro que como sea, sí hizo sonreír. Después vinieron los éxitos futbolísticos en el Siglo XXI y una nación que ya se siente no tan incógnita. De Jefferson Pérez queda la imagen de un joven desvaneciéndose mientras alcanzaba la preciada medalla dorada y posterior a eso, un discurso enfocado a la motivación personal, que a unos inspira y a otros fastidia. Pero esa autoridad para impartirlo se la tiene bien merecida, al fin y al cabo, es el protagonista del mayor acontecimiento deportivo de la historia de la nación. Esperemos que en Río de Janeiro alguien más alcance aunque sea un podio, sería lo mejor para el Ecuador que las medallas olímpicas no sean patrimonio exclusivo del gran Jeff.  Ahora la delegación ecuatoriana duplicará (38) a la de Atlanta.

Edison Guapaz Zambrano
Guitarras y gol