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El Nacional y los Años 2010: Una Década Perdida

Los años 2010s fueron por lejos las más tristes para la historia de la institución criolla. La década deja pocas alegrías y un notable desprestigio de un equipo que en algún momento tuvo una historia gloriosa. Es bueno repasar que pasó en estos últimos 10 años con el Club Deportivo El Nacional.

 El cuadro militar arrancó la década tratando de sacudirse de un mal 2009 que fue un preludio los actuales tiempos oscuros. Había contratado a Jorge Luis Pinto, prestigioso técnico colombiano que no tuvo la suficiente fortuna ni conexión con su plantel y duró media temporada tras un rendimiento insatisfactorio de sus dirigidos. Su reemplazo fue el uruguayo Mario Saralegui, quien al menos logró rematar decentemente el 2010 teniendo como figuras a Marwin Pita, Michael Jackson Quiñónez y Edison Preciado. Pinto 4 años más tarde llegaría a cuartos de final del Mundial con Costa Rica.

De la mano de Saralegui en 2011 Nacional cumplió uno de sus años más felices de la década. Con una campaña sólida aunque distante de los equipos que disputaron la final del torneo (Deportivo Quito y Emelec). Pudo aprovechar la coyuntura de una Liga Deportiva Universitaria apaleada por su apretada agenda nacional e internacional y arrebatarle el cupo a Copa Libertadores. Sin duda el jugador estelar de aquel momento fue Juan Luis Anangonó con una importante cuota goleadora.

EL Nacional 2011

El retorno militar a Copa Libertadores fue aparatoso. Victoria mínima 1-0 ante Libertad de Paraguay como local y terrible caída 4-1 en su visita para quedar eliminados en primera etapa. En la temporada pasada había sido negociado al exterior la última gran figura de la cantera: Renato Ibarra, pero pronto se harían manifiestos los errados manejos económicos más el golpe que había sido la discontinuidad de la obligación de aportar parte de su salario al club por parte de los miembros de las Fuerzas Armadas. Saralegui sería apartado de la dirección técnica en media temporada 2012 y su reemplazo fue Sixto Vizuete.

El “Príncipe de Guaytacama” poco pudo hacer con un plantel que estaba más preocupado en su supervivencia que en el juego. Encajó una serie de derrotas que comprometieron a la divisa criolla con un descenso. Vizuete ni siquiera pudo finalizar la temporada y el cuerpo técnico interino comandado por un histórico del club como Orlando Narváez evitó la humillación de la Serie B tras un dramático triunfo como visitante ante Técnico Universitario, su rival directo de aquel trance, llevando mucho público, tal vez un último atisbo de grandeza.

El 2013 arrancaba con el anuncio de un consorcio extranjero interesado en invertir en el equipo. Ellos llevaron al Ecuador al DT español Manuel Tomé y la experiencia no pudo haber sido peor. Con 4 derrotas en fila, este experimento finalizó y el banquillo lo tomó Carlos Sevilla, quien estuvo hasta mediados de 2014 cumpliendo campañas sin brillo aunque tampoco sin el apremio del descenso.

Sorpresivamente a mediados del 2014 Sevilla deja El Nacional para dirigir a Deportivo Quito. Su reemplazo fue el también ecuatoriano Octavio Zambrano, quien hacía curiosamente su primera experiencia en el país. Importante mencionar que en aquel año hubo un momento histórico con la llegada a la presidencia del club por primera vez de un civil como el Doctor Jorge Yunda, actual alcalde de Quito. En el primer año de su gestión llevó a Carlos Tenorio y Pablo Palacios al equipo y junto a Marwin Pita y Daniel Samaniego hicieron un conjunto ofensivo importante. La promoción mediática orquestada por Yunda hizo volver al hincha criollo al estadio, mas los resultados no fueron del todo satisfactorios y aquella temporada terminó en media tabla.

 nacional 2015

 

En el 2015 los refuerzos rimbombantes de Edison Méndez, Eduardo Morante o Anderson Ordóñez no dieron mayor resultado. Fue cesado el DT Zambrano y llegó Rubén Darío Insúa pero el rendimiento no pudo mejorar. A nivel administrativo el tema no caminaba y esto presionó la renuncia de Yunda al cargo en medio de caos y disputas entre sectores civiles y militares. Entre interinazgos en la dirección técnica, Nacional se salvó de descender porque había clubes en un estado calamitoso en la Primera División como Deportivo Quito o Liga de Loja.

 

La bella Larissa Riquelme fue parte de los intentos de mercadeo de la década

La bella Larissa Riquelme fue parte de los intentos de mercadeo de la década

En 2016 ya era Presidente el General Tito Manjarrez quien gestionó la llegada y continuidad del DT uruguayo Eduardo Favaro y con la suma de jóvenes jugadores del Macará como Michael Estrada y Janner Corozo, más la promoción de la cantera y gente de experiencia como Cristian Lara o Pedro Larrea lograron configurar un club competente que si bien nunca estuvo cerca del título, pudo dar la suficiente pelea para clasificar a Copa Libertadores. El 5-0 asestado a Liga de Quito es de los pocos recuerdos gratos de la década para la hinchada criolla.

Pero en el 2017 ocurriría un evento definitivo para el declive del club en cuanto a moral y prestigio. El Nacional había sido sorteado para disputar con Atlético Tucumán la segunda fase de Libertadores y tras un alentador empate 2-2 en Argentina, la historia parecía ser dulce y a los tiempos el Atahualpa se pintaba completamente de rojo. El conjunto argentino tuvo un problema en su desplazamiento de Guayaquil a Quito y llegaron al juego entre sustos y apuros mientras el inicio del cotejo había sido pospuesto. Tucumán se alzó con una victoria 1-0 calificada como heroica por la prensa Austral pero vista como humillante en el lado ecuatoriano. El descorazonamiento del aficionado se canalizó hacia un divorcio amargo con la dirigencia.

 

La noche triste

La noche triste

La campaña local 2017 había arrancado muy mal, pues Nacional se había desprendido de algunos elementos importantes de la temporada pasada, pero en la segunda logró enderezarse y cumplir con su mejor rendimiento de la década alcanzando el segundo lugar del segundo semestre y quedando cerca de disputar la final. Los resultados no fueron lo único rescatable, pues el cuadro criollo practicó un atildado fútbol de toque a ras y agresivo con un extravagante módulo 1-4-1-4-1 alineando así: Johan Padilla; Rinson López, Franklin Guerra, Luis Segovia, Edder Fuertes; Roberto Garcés; Manuel Balda, Jonathan Borja, Adolfo Muñoz, Alejandro Villalva; Bryan De Jesús (Miguel Parrales).

Pero las penurias económicas se hicieron visibles en 2018. Aquel simpático equipo fue prácticamente deshuesado y no hubo una reacción pronta para recomponerlo. Con retazos, Favaro tuvo que afrontar una Copa Sudamericana donde llegó a segunda ronda superando a San José de Oruro pero eliminándose con Defensa y Justicia. En el plano local fue una sola caída y esta vez del descenso a Nacional lo salvó el cambio de formato del torneo, pues su penúltimo lugar lo obligaba a jugar Serie B en 2019 mas la ampliación a 16 equipos lo puso como “invitado” a la nueva Serie A.

Al menos en la década El Nacional tuvo uniformes bonitos

Al menos en la década El Nacional tuvo uniformes bonitos

En el último año de la década, Nacional llegaba atestado de deudas, un presupuesto muy corto por derechos de TV y su “sanción por descenso”. Sus pocas figuras fueron migrando y se apostó en la dirección técnica por el argentino Marcelo Zuleta, quien con un limitadísimo plantel pasó de ser serio candidato a descenso a por lo menos intentar disputar play-offs. En medio del camino la situación del General Manjarrez en la parte administrativa era insostenible, renunció a su cargo y en nuevas elecciones resultó electa la Doctora Lucía Vallecilla, quien logró conseguir algunos refuerzos que hicieron a Nacional al menos competente, aunque muy lejos de quienes disputaron el título. De lo poco positivo pudo volver a vencer como local a Barcelona y Emelec, tarea que en los últimos años ya parecía imposible.

La caída a los abismos del conjunto criollo se refleja en aspectos como el de selección ecuatoriana. Normalmente El Nacional aportaba con algunos integrantes a selección nacional. En la Copa América de 2011 apenas tuvo un titular dentro del equipo que la disputó que fue el defensa Fricson Erazo y al Mundial 2014 fue llamado el portero Adrián Bone como único criollo en la escuadra tricolor. Del 2015 al presente la presencia del club fue prácticamente nula en selecciones. Nacional siempre se jactó de sus divisiones menores, sin embargo en la reciente selección Sub 20 campeona sudamericana y tercera en el mundo no apareció ningún jugador criollo.

Los 2010s han marcado una era con la aparición y fuerte presencia en redes sociales, en las que El Nacional se ha quedado muy atrás en impacto y seguidores de los otros tres grandes del país (Barcelona, Emelec, Liga de Quito) e incluso está por detrás de los ingeniosos más aún jóvenes de Independiente del Valle. Hablando del club de Sangolquí, este la ha apartado definitivamente del sitial de mejor cantera del fútbol ecuatoriano.

Llegado al 2020 incluso se cuestiona a El Nacional en su calidad de “grande del fútbol ecuatoriano”. Apartado de las producciones mediáticas, con el prestigio por los suelos y franco abandono de la hinchada, podría haber algo de cierto. A la dirigencia y socios les queda el gran pendiente de tener respuestas certeras y creativas para devolver al club a la competitividad, pues corre el riesgo de seguir empequeñeciendo severamente su nombre e imagen.

Los 2010s dejaron a El Nacional 0 títulos, 2 participaciones en Copa Libertadores en las que no supero las fases previas a los grupos y 1 en Copa Sudamericana (segunda ronda).

Una alineación de la década sería esta:

Johan Padilla; José Madrid, Fricson Erazo, Franklin Guerra, Ricardo López; Roberto Garcés; Manuel Balda, Marwin Pita, Jonathan Borja, Cristian Lara; Juan Luis Anangonó

DT: Eduardo Favaro

Edison Guapaz Zambrano
Guitarras y gol
liga aleman

El Anti Equipo del Torneo Ecuatoriano 2016

Así como en casi todos lados escogen a los mejores jugadores de cada torneo, también es un buen ejercicio encontrar aquel once que representó todo lo contrario: pesares, frustraciones y molestias en la afición. A continuación, el anti 11 del torneo ecuatoriano 2016.

Sebastián Blázquez:

El portero argentino ya ha cumplido varias temporadas en el fútbol ecuatoriano y esta ha sido la más baja. Al inicio del año fue culpable de varios goles insólitos que hicieron perder puntos increíbles al Aucas, club que finalizó perdiendo la categoría. Se puede también mencionar que su rendimiento fue afectado por calamidad doméstica y puede ser comprensible. Terminó siendo relegado a la banca por Padilla y veremos si sigue en nuestro fútbol o toma otros rumbos.

José Madrid:

El marcador derecho milita ya varias temporadas en Liga Deportiva Universitaria y de él se esperaba un rendimiento similar al que alguna vez se lo hizo considerar para selección nacional. Su fútbol nunca despegó y ha sido cuestionado por hinchada y prensa especializada. Poco a poco fue perdiendo espacio hasta no ser tomado en cuenta ni a la banca por Aguinaga. Finalmente no estará en el club albo en 2017.

Edison Carcelén:

La zaga del conjunto oriental tuvo bastantes problemas a principios de año para consolidar su zaga y uno de ellos fue las continuas suspensiones por juego violento de este zaguero. Su habitual juego brusco lo pone en esta alineación a pesar que también es un zaguero con gol y de hecho, tuvo mejores actuaciones sobre el final de temporada.

José Luis Perlaza:

El eterno “zancudo” es un zaguero experimentado y este año fue a parar al Mushuc Runa. Es muy sabido que se trata de un jugador luchador y con coraje, pero de escasa capacidad técnica y con el paso de los años, ya se observa más lo segundo que lo primero. Permanentemente desprolijo en la marca y proclive a sanciones, fue uno de los tantos puntos bajos del cuadro del ponchito que finalmente perdió la categoría.

Julio Ayoví:

Marcador zurdo que llegó a Liga Deportiva Universitaria a tomar supuestamente la posta en el cada vez más veterano plantel albo. Fue titular en un inicio, pero terminó perdiendo espacio para finalmente dejar siquiera de ser tomado en cuenta en las convocatorias. Calamitoso en Copa Libertadores, distó mucho de lo que exhibió en sus temporadas en Liga de Loja, donde incluso destacó a nivel internacional. Este año en cambio fue muy opaco.

Exequiel Benavidez:

Volante central que inexplicablemente llegaba a Liga Deportiva Universitaria cuando no era precisamente la necesidad del club en ese puesto. Fue titular en Copa Libertadores siendo de lo más presentable de aquella actuación para el olvido de la “U”. Sin embargo, en el transcurso de la temporada fue perdiendo los papeles, quitando el frágil equilibrio del mediocampo universitario para transformarlo en un caos del que nunca se recuperó, pese a que rara vez fue tomado en cuenta para alinear en el segundo semestre. También valdría decir que complicaciones físicas conspiraron contra él.

Álex Bolaños:

Volante central que militó este año en Aucas. Bolaños fue un referente del equipo oriental mientras estuvo en primera división y sus actuaciones le permitieron ser convocado a la selección nacional y en este año se le daba la posibilidad de migrar al fútbol brasileño. Sin embargo duró un mes en el Santa Cruz, al “no adaptarse” al medio, desarmando a los orientales y nunca volviendo a ser el mismo. Costó volver a organizar la media cancha de los oro y grana. Básicamente integra esta lista por mostrar tremenda falta de carácter.

Irven Ávila:

El volante peruano llegó a Liga de Quito en el segundo semestre del año como alternativa al deficiente ataque del club albo. En pocos partidos pudo ser titular, aportando mínimamente y siendo relegado primero a la banca para después dejar de ser convocado, apareciendo de nuevo casi al final de la temporada. Casi nada para destacar pese a la expectativa que despertó por ser seleccionado de su país.

Michael J. Quiñónez:

El talentoso volante jugó esta temporada en el Mushuc Runa, pero fiel a lo que ha sido su carrera, su irregularidad fue manifiesta. Partidos buenos, partidos malos, poca consistencia, destellos y siendo cuestionado en su disciplina por el inefable Luis Alfonso Chango, máximo dirigente de su club. Perdió espacio como no podía ser de otra manera y brindó poco a un equipo que parecía reaccionar, pero irremediablemente terminó descendiendo. Otra vez defraudó las expectativas en él fundadas.

Brahian Alemán:

El atacante uruguayo fue el fichaje que más revuelo causó en Liga, el fútbol quiteño y tal vez ecuatoriano. La novela que se generó en torno a su traspaso al club universitario y su buen desempeño con Barcelona en el 2015 hicieron que en él caigan las mayores expectativas de la temporada. En la “U” brindó escasos momentos de buen fútbol, algunas buenas asistencias, pero en general se esperaba que conduzca a un equipo que finalmente defraudó mucho por todo lo que se esperó a inicios de temporada y se lo ubica simbólicamente a Alemán como cabeza de aquella desazón.

Daniel Angulo:

Se mencionó que Liga Deportiva Universitaria tuvo el peor ataque del año, por debajo incluso de los clubes descendidos. Entonces se recurrió al atacante ecuatoriano para paliar esa deficiencia, sin los resultados esperados, pues estuvo decididamente con “el santo de espaldas”, perdiendo lugar entre los convocados al final del año y siendo su paso por la “U” muy poco trascendente.

D.T. Claudio Borghi:

La contratación del estratega argentino era una de las apuestas más ambiciosas de Liga Deportiva Universitaria dado su prestigio. Sin embargo, como prácticamente todo lo que hizo el cuadro albo en este año, la jugada no resultó como se planeó. Borghi es el símbolo de todo lo que le salió mal a los de camiseta blanca en este olvidable 2016 para ellos.

Suplentes: Juan Molina, Ramón Arias, Juan P. Caffa, Marwin Pita, Armando Wila, Daniel Neculman, Carlos Tenorio

FyA
ldu 2015

El año de Liga

Es difícil no ser injusto con la campaña de un equipo que se quedó a un gol del campeonato, porque Liga estuvo a eso, a un gol, de ser campeón; un gol a Mushuc Runa en la fecha 15 de la segunda etapa, o un par de goles más que en la final; cuando un proyecto como el de Zubeldía se queda tan cerca del objetivo no queda otra que reconocérselo de entrada, solo uno es campeón, pero no todos fracasan.

Liga arrancaba la temporada con la confianza puesta en la continuidad del plantel, en comparación al equipo del 2014, pese a la lamentable la baja de Gerardo Alcoba, se encontró un salto de calidad en algunas posiciones, con la llegada de jugadores como Luis Romero, Narciso Mina o Michael Jackson Quiñónez, un plantel que si bien no tenía las figuras rutilantes de la década pasada, parecía estar bien preparado para afrontar el torneo nacional, puesto que no se había clasificado a Libertadores.

Desde el inicio, Liga se mostró como un equipo principalmente sólido, que se sostenía en el descomunal nivel de su arquero, la experiencia de su capitán, el muy buen estado de forma de Romero, Hidalgo, y la participación cada vez más interesante del joven Intriago; el equipo sabía que tenía gran parte del cero en su valla asegurado, y desde esa confianza acumuló varios triunfos que le permitieron ganar la primera etapa del torneo, aprovechándose también que el campeón defensor acusó el desgaste de la doble competencia.

Si defensivamente el equipo evidenciaba solidez, en ofensiva el tema era mucho más inestable, se mezclaron partidos en que se jugó muy bien, mostrando una interesante circulación de pelota y con gran volumen de llegadas, especialmente de local, con partidos en los que no aparecieron las ideas, y se terminó ganando muchos de ellos “jugando feo” esa afirmación tan vacía, puesto que si se ganaba o no se perdía, era justamente porque el equipo respaldaba esa carencia de ideas ofensivas y mostraba carácter, mucho.

Con la segunda etapa llegaron Jonathan Alvez, un buen delantero uruguayo y Juan Cavallaro, un interesante prospecto argentino, con el fin de mejorar la carencia de la primera etapa, tener un equipo con más recursos ofensivos, lo cual se consiguió, con lo que llegaron los mejores partidos de la era Zubeldía en Liga. El equipo encontró varios momentos de lucidez futbolística que coincidieron con altos rendimientos de Cachete Morales y José Francisco Cevallos, nuestros dos jugadores distintos, que permitieron hilvanar hasta cuatro triunfos seguidos, lo que por primera vez llevaba a pensar que era posible ser campeón sin jugar una final.

Por aquellos días Liga afrontaba la Copa Sudamericana sorteando sin mayor dificultad sus dos primeras fases, encontrándose en octavos de final con el campeón reinante: River Plate, momento de inflexión en la temporada; luego de un partido de ida en el que Liga se vio ampliamente superado por su rival, lo recibió una noche en Casa Blanca y se quedó a un penal desviado de Alvez de poner seriamente en aprietos al ahora subcampeón mundial, en un partido que nos dejó a todos con la idea de que con algo más de suerte se pudo ganar esa eliminatoria; quedaba por rematar la segunda etapa del campeonato, que con el rendimiento de esa noche, a esa altura parecía iba a ser un trámite.

Pero Liga nunca volvió a jugar como esa noche, por una u otra circunstancia se empezó a hacer más difícil ganar, Zubeldía intentó ser más ofensivo en un par de partidos sacando a Intriago para poner más gente adelante y aprovechar los buenos momentos de cada uno, sin tener el mejor de los resultados, llegaron lesiones muy inoportunas como la de cachete Morales, e inclusive el equipo perdió solvencia defensiva; en parte Romero no sostuvo el excelente nivel de la primera etapa, y en parte porque los equipos se empezaron a dar cuenta que la falencia defensiva de Liga estaba en los laterales.

Liga empezó realmente a perder el campeonato la mañana del viernes 9 de octubre, cuando recibió en partido diferido a Liga de Loja con nefastas consecuencias, pese a lo cual, y aprovechando que Católica y Emelec, los más cercanos perseguidores también tropezaban seguido, Liga mantuvo la punta de la segunda etapa durante gran parte de la misma, pero los resultados y, principalmente, el rendimiento, provocaron que la caída sea indisimulable; luego de la inapelable derrota de local en el clásico ante Aucas, el equipo al cerrar la etapa se encontró sin ventaja alguna, en evidente declive futbolístico, y con la perspectiva de cerrar el torneo enfrentándose a sus dos rivales directos, en ambos casos de visitante.

Justamente previo a ese partido a Emelec, el Club y Zubeldía anunciaban que no continuarían con su vínculo la siguiente temporada, primero de manera poco elegante, lo cual fue corregido de inmediato, la conmoción era evidente; el timing del anuncio poco feliz; muy pocos eran optimistas por la visita al bicampeón en Manta.

Y esa tarde de domingo Liga se encontró con el que fue probablemente su mejor partido de la temporada, se derrotó a domicilio a Emelec y se le pudo hacer cuatro goles tranquilamente; otro punto de inflexión en la temporada; un partido que, como veremos más adelante, condicionó mucho a las recientes dos finales.

Liga continuó perdiendo el campeonato en la fecha 21 en la visita a Universidad Católica; en un partido muy incómodo, condicionado por un error de novato de su jugador juvenil, Liga se vio justamente superado por el gran equipo que es la Católica de Célico, en un partido que Liga nunca pudo ganar pero en el que volvió a aparecer el carácter de gran parte del plantel, y la buena estrella de goleador de goles importantes de Pancho Cevallos.

Luego de jugada la última fecha, pese a que Liga hizo sus deberes en un partidazo en Ambato ante Independiente del Valle, Emelec no decayó el paso y forzó al desempate, tercer encuentro definitivo que nos enfrentaba, Liga no pudo cerrar la segunda etapa pese a tener varias oportunidades para hacerlo y debía definir su suerte a dos partidos ante el bicampeón nacional.

A Liga durante toda la temporada se le hizo cómodo jugar contra Emelec, los resultados casi siempre nos favorecieron y justamente en el partido de la segunda etapa en Manta se materializó aquella superioridad; Liga sabía exactamente como hacer daño a su rival, tirando pelotazos a las espaldas de sus laterales, que fueron muy bien aprovechados por Quinteros, Matamoros y Alvez, y con la pelota parada, a Emelec en cambio se le hacía muy difícil hacer daño a Liga.

De Felipe tomó nota de lo anterior, cambió el esquema en las finales, mostró la riqueza de plantel que tiene Emelec, y anuló en mayor parte los recursos que había mostrado Liga en su contra, a nosotros se nos cayeron dos jugadores titulares, y siendo el plantel de Liga corto como es, se acusó demasiado esta carencia en Portoviejo, el rival casi liquidó la serie de no mediar por el enésimo milagro de Domínguez en el año y por la, nuevamente, oportuna aparición de Pancho Cevallos.

La segunda final fue predecible, Zubeldía sabía que era tan importante anotar como mantener el cero, y paró un equipo responsable, Emelec sabía que era muy difícil para Liga crear situaciones cuando está obligado a hacerlo y lo esperó, sufrió poco, fue superior nítidamente a 180 minutos, Liga no pudo aprovechar el gran número de oportunidades que pudo generar a través de la pelota parada por el poco acierto de sus ejecutantes; quedaba la individual pero ni Cachete ni Cevallos aparecieron en la dimensión necesaria para desnivelar la final.

Quienes estuvimos en Ponciano el domingo 20 de diciembre sabemos cómo se sintieron esos últimos cinco minutos; un calvario, de los más tristes que nos han tocado vivir en Casa Blanca, el fútbol es así, te regala alegrías inmensas como aquella tarde de 2010 cuando dábamos la vuelta en el Capwell, y te devuelve con la misma fuerza el golpe cinco años después; el fútbol como la vida siempre da revancha, y a veces hay que sufrirla.

Liga termina un muy buen año de fútbol que lo tuvo nuevamente peleando el torneo, jugando los partidos importantes, como queremos que sean todos los años, porque no se puede ganar siempre pero si intentarlo, y para quien escribe quedó claro que el equipo toda la temporada lo intentó, quedan puntos altos como Domínguez, la figura excluyente del equipo, el Beto Araujo que ojalá pueda tener la revancha de levantar una copa con Liga como capitán, nadie se lo merece más, la pena por Fernando Hidalgo que no pudo culminar uno de los mejores años de su carrera con el título, la expectativa por conocer como continuarán las carreras de Cevallos, Intriago, Estupiñán y Quinteros.

Se marcha Luis Zubeldía y no podemos negar que dejó su huella, un tipo que armó un equipo que peleó el campeonato hasta el final, que lo pudo ganar y que, principalmente, es joven; resaltar siempre el carácter para defender a la institución siempre que lo debió hacer, a veces de manera exagerada, arduo trabajador que entendió las fortalezas y debilidades de su equipo e intentó maximizar en lo posible los recursos con los que contó.

Se le puede reprochar el cambio de esquema post partido versus River, su insistencia con algún jugador, detalles en realidad, si bien alguien podrá decir que son esos detalles los que definen campeonatos, y no le faltará razón.

El nuevo entrenador hereda un equipo subcampeón, que seguramente tendrá bajas, la de Domínguez parece probable puesto que por su nivel es insostenible retenerlo para siempre, pero en general la base es más que interesante para trabajar, pensando en que además el próximo año volvemos a jugar la Copa Libertadores, el torneo que más nos gusta a todos.

Se va el 2015 de Liga, el año de los penales, de la vez que cayó el invicto en finales de local, el año que se recordará principalmente por la tristeza de ayer, pero también es el año en que volvimos a pelear el campeonato y consolidamos un plantel interesante, estuvimos a un gol de la gloria, ni más ni menos, así de cruel puede llegar a ser esto.

La rivalidad con Emelec es linda porque se han dado varios partidos históricos, victorias de ambos lados ahora inclusive en finales, nos devolvieron el golpe de 2010, la hinchada aceptó con resignación y entereza la derrota, porque todos sabemos que Liga siempre vuelve; volveremos.

FyA
liga 2015

¿Cómo se llevó Liga la Etapa?

Concluyó la primera fase del torneo ecuatoriano de fútbol de primera división y el conjunto universitario obtuvo el primer lugar de la misma, clasificándose a la final de la temporada y accediendo a la fase de grupos de Copa Libertadores que no al disputaba desde 2011. Fue un ganador justo aunque muchos, incluido un buen sector de su hinchada, manifiestan que Liga “no juega bonito”.

Los números de Liga en esta primera etapa son notables. De los 22 partidos que jugó, ganó 13, empató 8 y apenas perdió uno, aquel duelo con Emelec en el último minuto. Su efectividad frente al arco no es muy buena, siendo el peor de los 6 primeros en goles a favor con 28, igualando a Nacional. Sin embargo, su gran fortaleza ha sido el trabajo defensivo y con 10 goles en contra tiene por lejos, la valla menos batida del torneo.

La campaña de local de Liga fue muy sólida, ganando 10 de 11 juegos y empatando apenas un partido con Deportivo Cuenca, que históricamente siempre ha sido difícil para los albos en la cancha de Ponciano. Como visitante, Liga arrancó muchos empates, 7 en total y acumuló 16 puntos, una de las mejores cifras en este torneo.

En ningún juego que la “U” disputó la primera etapa, le pudieron hacer más de un gol ¿Qué hizo que sea tan difícil hacerle un gol a Liga? Los universitarios arrancaron el torneo jugando 4-4-2 usando doble punta: Miller Castillo y Narciso Mina. Desde un comienzo, el funcionamiento de los bloques posteriores fue óptimo, pero el ataque reportó problemas, por lo que Zubeldía decidió jugar con un solo punta como Mina y agregar un volante ofensivo, lo que dio mejores resultados.

En el bloque posterior, Liga fue casi un reloj. Estamos ante los mejores años de Alexander Domínguez, que tanto a nivel local como con selección, ha mostrado mucha madurez y seguridad. La pareja de centrales fue inamovible con un Norberto Araujo “rejuvenecido” que tuvo un rendimiento prácticamente similar al de sus primeros años con la divisa blanca, lo que ayudó a la labor de Luis Romero, quien sin duda, viene cumpliendo su mejor temporada como profesional, lo que incluso le valió la convocatoria a la selección.

Por las bandas, se consolidó José Madrid en el plantel titular con rendimiento regular, haciendo que José Quinteros, jugador que arrancó marcando la punta derecha, pase a ocupar funciones más ofensivas. En la izquierda se consolidó uno de los valores jóvenes más relevantes de la temporada: Pervis Estupiñán. Alternó con ellos el veterano Néicer Reasco y entre ellos, sacaron adelante al recio muro albo de este 2015.

Para tener solidez defensiva, el trabajo de la primera línea de volantes fue muy bueno. La mayor parte de la temporada fueron inamovibles en ese sector, Fernando Hidalgo y Enrique Vera mostraron un importante despliegue tanto para colaborar en labores de marca como en ataque. Lastimosamente, el paraguayo Vera se lesionó de gravedad y en las últimas fechas lo reemplazó José Cevallos E., quien aportó mayor movilidad y de hecho, durante sus actuaciones Liga ganó un poco más, el peso ofensivo necesario para hacerse de los vitales triunfos que le permitieron ganar la etapa.

La línea de volantes ofensivos, “mediapuntas” o extremos, fue rotando. Recordemos que Zubeldía inició el año con 4-4-2 que pasó a mutar en un 4-2-3-1 y ese “3” tuvo a varios integrantes: José Quinteros, Hancel Batalla, Hólger Matamoros, Diego Morales, Michael J. Quiñónez, entre otros, que entraron dependiendo del rival, el momento del partido y la condición física. Destacar la participación del “cachete” Morales, que en varios encuentros fue el jugador clave para elaborar o concluir las jugadas que fueron goles de triunfos o puntos importantes para la escuadra azucena. El aporte de Matamoros y del “rey del pop” fue decisivo en algunos juegos y en otros, pasó desapercibido.

Narciso Mina fue el hombre punta de Liga en la mayoría de sus partidos. Sus ocho goles en esta primera etapa no son una cifra a despreciar, contrastando con la crítica que ha recibido el goleador ecuatoriano. En un principio, hizo pareja en el ataque con Miller Castillo, jugador que luego pasó a ser alternante y que con tres goles, no se puede hablar de un rendimiento óptimo. Importante fue la cuota de gol de Cevallos y Morales quienes anotaron 5 tantos cada uno.

En los números, se ve que ganarle a Liga es muy difícil, en la cancha, cualquier hincha de otro equipo se desesperó con lo complicado de vulnerar el área del equipo capitalino. De todas formas, su hinchada pide más. Históricamente, Liga Deportiva Universitaria se ha caracterizado por el buen trato de balón y el espectáculo. Esta no es precisamente una Liga espectacular, pero al menos, viene valiendo la pena volver a la posibilidad de disputar un título que viene siendo esquivo desde el 2010. El tiempo pasó muy rápido.

Edison Guapaz Zambrano
Guitarras y gol