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STAR WARS: La Mentira

Soy de ese escaso porcentaje de personas que nunca ha visto una sola película de Star Wars, no por falta de tiempo, ni de ganas, hasta compré la película pirata alguna vez para verla en casa. Es para mí, una de las películas más sobrevaloradas del cine, casi tanto al nivel sobrevaloración de The Beatles (quiero hacer una pequeña reflexión en este punto: lo mejor que le dieron los Beatles a la música fue Ringo Starr, cuyo máximo logro fue protagonizar la película clásica del cine “El Cavernícola”, la cual rivaliza la miseria de sus efectos especiales con la Star Wars original) en la música: Pasables a duras penas, pero con una horda de fanáticos que no entienden razones.

Se necesita que empiece Star Wars, con las letras en fondo negro y esa canción ridícula para que yo comience a cabecear del sueño, cuando superas el sopor de ese inicio insufrible, salen en la pantalla un fondo hecho en Paint en el cual unas figuras de legos disparan rayos laser que son más falsos que las posaderas de una serrana aniñada, para que luego aparezca en pantalla un actor que representa a un robot afeminado con un disfraz que parece hecho de papel aluminio pintado con esmalte, y una lata de cerveza con esteroides que se comunica en base a pitidos… Si no se quedaron dormidos en esa parte, pueden soportar sin problemas cualquier tortura del mundo, incluida una tesis de Doctorado.

Me quedo corto un poco en mi análisis por el contenido de la película, pues como trato de decir desde hace dos párrafos ya, no he podido verla porque me gana el sueño. Entiendo que es una guerra innecesaria entre “los malos” y “los buenos”, entre los cuales brillan especialmente los que tienen “la fuerza”, que no es más que “un poder metafísico y vinculante, omnipresente” según la Wikia de Star Wars, es decir, la fuerza es diosito. Luego, entiendo que todo empieza a tener un tinte de novela mexicana, bien podía Thalía haber protagonizado la película próxima a estrenarse, les resumo un poco: Había un muchacho bueno que se vuelve malo, que tiene un hijo que queda huérfano y luego pelea contra su padre, mientras su hermana pasa por la vida con un peinado medio ridículo y en lugar de mandar un e-mail cifrado con los planos de una nave espacial, envía la información en un androide, mientras le destruyen su navecita intergaláctica a punta de laser que suena “piuuuu piuuuu”. Una V E R G Ü E N Z A. En algún punto de la película solo faltaba que entre Soraya Montenegro a gritarle “Maldito Lisiado” al muñequito verde ese que tiene la ropa de Splinter de las Tortugas Ninja.

Y eso que no consideramos las mascotas que parecen Pie Grande, las máscaras de lobo, esos Oompa Lumpas peludos y ese montón de muñecos con disfraz blanco que no hacen más que el ridículo con movimientos torpes, pues se esperaría que si tienes la tecnología para construir naves espaciales que viajen a muchos años luz, puedas construir robots que no den pena y lástima. Del mismo modo, sería más fácil matar a los rebeldes con armas biológicas, y destruir las naves con virus de computadora en lugar de jugar con armas láser que al parecer, no pueden perforar gran cosa.

Puede que la mayor inconsistencia de la película sea la presencia de los tales Jedi, que tras analizarla deja a Star Wars como una triste película de Disney: Cuando tuvieron que matar a todos los Jedi, lo hicieron sin mayor problema, pero cuando les quedan los últimos dos, al parecer se convierten en cucarachas, nunca mueren. ¿Alguna explicación? Aunque, pensándolo bien, puede que el mayor error sea que en el espacio no pueden existir explosiones porque no hay oxígeno, o que no puede haber sonido y los láser no pueden sonar “piuuuuu piuuuuu piuuuuuu”.

Claro, existen otros temas que merecen dos centavos de análisis, por ejemplo la relación casi incestuosa entre Leia y su hermano Luke en la cual se besan, cosa que no es muy aceptada socialmente. Por otro lado, la comunicación entre Chewbacca y el protagonista, el cual es el único que puede entender si ese perro erguido tiene hambre de croquetas o quiere venganza contra el lado oscuro. ¿Han Solo Dolittle? Finalmente, la incapacidad de provocar miedo de Darth Vader, un muchacho con “capacidades especiales”, quien en el tiempo que le quedó entre sacar el carnet del CONADIS y tener hijos que dejó botados, trataba de conquistar el universo como si fuese candidato de Alianza País para elecciones 2017.

Star Wars es la película que logró llevar el show más allá, es el “Crepúsculo” de nuestros padres, cuyos progenitores a su vez fueron quienes tuvieron que gastarse la quincena en comprar esos juguetes horrendos, convirtiendo así al cine en lo que es ahora: una gran tienda de productos de exhibición basados en personajes vacíos para gente que se deja impresionar con poco, en un cambio de Hollywood de las películas Western de la época, en una con una trama muy similar, pero con espacios, naves y rayos láser.