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Emelec: El Fracaso de un Equipo en Formación

El Editor de esta noble página me requirió que haga un artículo respecto al primer semestre del Club Sport Emelec. Mi primera reacción fue decir “Lo hago, pero voy a defender a Arias y eso no le va a gustar al lector”, y pues su respuesta es que aquí estoy, presentándoles mi punto de vista en este artículo de opinión, sobre lo que yo pienso de este primer semestre azul.

Voy a dividir este comentario en dos partes, en la parte no táctica y que considero muy importante, y la parte táctica, la cual se desprende mucho de la primera:

Empiezo diciendo que lo que está pasando en Emelec no es culpa enteramente de Arias: existe una responsabilidad en el hincha, en el dirigente, en el jugador, en el cuerpo técnico y en los rivales. Tan convencido estoy de esto que voy a analizar uno por uno estos factores del “fracaso” de Emelec en este primer semestre del 2017.

Cuerpo Técnico:

 Sin lugar a dudas hay una importante responsabilidad del cuerpo técnico en la imposibilidad de ganar la etapa por parte del club. No se ha encontrado el once definitivo, probar con línea de tres un partido, línea de cuatro al siguiente, con tres delanteros un día, dos en otro partido, relegar al lateral a Romario Caicedo que hace daño arriba y deja muchas dudas abajo, insistir con un jugador como Piriz que no es solución a nada de lo que ha demostrado, cambios que al poco conocedor del fútbol lo dejan desconcertado (con un partido empatado sacar a Mondaini para poner a Piriz, o convocar a un juvenil en lugar del seleccionado peruano refuerzo estrella de este año para el partido más difícil en Copa Libertadores) y un etcétera que podría extenderse.

Ojo, si bien el cuerpo técnico ha tenido algunas fallas, no todo puede recaer en los hombros de Arias, pues…

Jugadores:

Nadie puede rendir al 100% todo el tiempo, no es posible. El nivel de Dreer ha caído en picada. Él, siendo el mejor arquero con los pies en el país, no puede dar un pase decente, se ha comido goles que hace unas temporadas hubiese sacado con los ojos cerrados. Y desde atrás es que nacen todos los problemas azules.

La defensa no se ha consolidado. No contamos con un lateral derecho de oficio y calidad (Mina y Moreno no ofrecen la seguridad que en su momento brindó Narváez), los centrales si bien han venido jugando partidos interesantes y son grandes promesas para el futuro (Jaime, Pinillo y Mejía) junto a  Ramos que es titular de selección a nivel latinoamericano, no han servido para ser esa última línea ordenada e infranqueable que se requiere y Bagüí por izquierda sin duda dejó atrás sus mejores años, no se le puede pedir mucho más.

El medio campo es un tiro al aire: los tres volantes de contención no están en su mejor momento y han tenido actuaciones muy irregulares (Pedro Quiñónez, Lastra y Piriz), sin que ninguno logre destacar por sobre el otro. El volante mixto, la eterna promesa azul Fernando Gaibor, es una serie de destellos de calidad pero con mucha oscuridad, no ha podido ponerse el equipo al hombro como se requeriría ya con su experiencia y probada técnica. En las bandas se ha perdido a Romario Caicedo para relegarlo al lateral derecho (Romario sirve arriba pues abajo es una avenida, no siente ese puesto) y por izquierda lo mejor del año ha sido la aparición de Ayrton Preciado, jugador que se ha consolidado como figura del equipo, lastimosamente, menos efectivo con el pasar de las fechas, pues el equipo recarga el juego por esa banda y se pierde la sorpresa, la cual es la principal aliada del explosivo morocho.

Para el norte de la formación, las noticias tampoco son muy alentadoras. Se ha intentado con jugadores como Joao Rojas, Abel Araujo, Segundo Portocarrero y Robert Burbano, jóvenes que no han logrado afianzarse (Rojas incluso se lesionó en los últimos partidos, cuando estaba recibiendo minutos al fin). La llegada de Fernando Luna ofrece algo de respiro y se espera que se adapte a lo que pide el técnico. Los segundos delanteros que son Mondaini, Vides y Matamoros (por darle un puesto en la cancha a este sujeto) han tenido la pólvora mojada. En punta De Jesús y Angulo tienen una de cal y una de arena, han sido víctimas de lesiones que han dejado en punta a Vides, a quien no se le aparece la virgen todavía.

Y aquí, es necesario hacer una puntualización sobre la base de jugadores para así refrescar la memoria de quienes piden un cambio de jugadores porque no funcionan. YA SE HIZO EL CAMBIO, ESTE AÑO. Esto nos lleva al siguiente punto de la opinión:

La Hinchada:

El hincha azul se acostumbró a ganar, a ser protagonista, a ser un equipo que siempre pelea arriba y hasta la última fecha pelea por un cupo en la final del torneo local. Y digo se acostumbró porque durante los últimos siete u ocho años, conforme pueden confirmar en este artículo de esta, su mejor página web de fútbol y más del país (haga clic aquí), Emelec estuvo ahí.

No voy a entrar en detalle pues quien ha visto fútbol sabe que el trabajo de Neme trayendo a grandes técnicos como Sampaoli, Quinteros, Omar de Felippe dio sus resultados en el tricampeonato (el cual incluye ganar sin final, baile al rival directo en casa y dar la primera vuelta olímpica ajena en uno de los estadios más difíciles de América), manteniendo una plantilla casi inalterada y cara, con pretemporadas fuera del país, ha sido inigualable. Pero se ha olvidado que no siempre se puede ganar y que el arquero ha bajado el nivel, que de la defensa que dio la vuelta en casa blanca solo se mantiene a Bagüi y en franca decadencia, que ya se fue Giménez que cumplía siempre, que Pedro y Gaibor no han podido ser el ancla del equipo y que los delanteros titulares están jugando fuera como lo merecían. Mondaini, suplente de Miller y Mena, es ahora el capitán y referente del Emelec 2017. Ese es el nivel de la delantera azul para este año.

Ya no existe la base de jugadores con la que sí pudieron trabajar Quinteros y ODF para obtener los títulos nacionales con juego bonito, a los que el hincha se acostumbró y es ese hincha de memoria a corto plazo que pedía la cabeza de ODF quien ahora lo extraña, quien pedía la cabeza de Quinteros, quien ahora quiere que le vaya mal en la selección para que vuelva al equipo. Ese mismo hincha, que ahora culpa a Neme del “fracaso” de este equipo.

La Dirigencia:

Neme es un fracasado. Tener a un equipo sin mayores deudas, quien mantuvo una base de jugadores y una estabilidad que permitió pelear arriba para finalmente tener un tricampeonato, renovar un estadio (no una sino dos veces) para llevarlo a estándares en muchas cosas para ser un escenario de primer mundo, quien en cada declaración que da demuestra lo mucho que sabe y como su planificación usualmente ha dado resultado, es un fracasado.

Y es un fracasado porque Emelec no ha quedado campeón de América, no ha traído a jugadores de nivel que pongan al equipo a pelear el mayor torneo sudamericano y por no despedir a jugadores como Herrera a los seis meses cuando se vio que no rendían.

Sí, es necesario que Emelec de un salto de calidad y que se arriesgue a contratar a una  figura de cartel que sea desequilibrante (los amigos de LDU siempre nos recuerdan al Piojo Manso en este apartado), pero con un estadio nuevo y una responsabilidad para con el club, no se puede exigir eso como condición sine qua non para confiar en el dirigente más ganador de la historia del club.

El Rival:

El fútbol no son once frente a  un arco. Son once contra once.

Este semestre Emelec supo manejar un importante invicto en varias fechas, que lo mantuvo peleando arriba hasta casi el final de la etapa cuando un bajón de rendimiento (que yo francamente no sé a qué atribuir)  relegó al equipo a una posición secundaria, de la cual ya nos habíamos olvidado.

Delfín fue un justo ganador de la etapa, con una campaña exquisita, seguido del Barcelona de este país, equipo que  siguiendo las buenas prácticas de su vecino de barrio, supo mantener una base de jugadores y un estilo de juego, lo cual sin duda está dando frutos, y luego el fracasado equipo eléctrico.

Ya en el otro lado, en el futbolístico, no soy entrenador pero me gusta verlo y aprendo mucho de quienes sí tienen formación en este sentido. Considero que lo que más le ha costado a Arias es tener un estilo de juego, pues con los jugadores con los que dispone y su formación, no ha logrado consolidar una formación y una manera de jugar. Emelec ya no juega al “tiki-taka” de Gustavo Quinteros que también le sirvió a ODF quien era un poco más vertical.

El bombillo no tiene laterales que se desprendan bien en ataque, sus centrales marcan muchas veces a destiempo lo cual desordena el medio campo, con un equipo que al no tener variantes por derecha recarga el juego por izquierda con Preciado, quien intenta el desborde cortando hacia el centro pero no puede hacer lo mismo todo el partido y todos los partidos. La falta de un referente ofensivo con fuerza (Angulo y De Jesús no son todo lo que se necesita) limita el accionar del equipo, pues cuando falta uno de los dos forwards  se ve imposibilitado de centrar con resultados o de tirar una pelota larga para el pivoteo. No se utiliza el recurso de la media distancia, lo cual hace que el equipo deba llevar la pelota hasta casi dentro del área rival sin poder definir y dejar espacios atrás que son aprovechados por los delanteros contrarios quienes gozan con una defensa inexperta en muchas ocasiones y que repito, suele marcar mucho a destiempo.

Un tercer lugar en la primera fase del torneo nacional considerando a los otros equipos y la clasificación a octavos de final de Copa Libertadores no son fracasos (aun cuando los más fieles deseaban ganar la etapa sin despeinarse y abrochar de manera categórica a San Lorenzo en su visita  al Capwell), sino un proceso de un equipo que prácticamente renace este año, con jugadores y estadio nuevo.

No existe una panacea para este Club Sport Emelec. Hay que hacer cambios, y tomará su tiempo antes que el equipo vuelva a ganar en todas las canchas del país y mientras tanto, es necesario disfrutar lo bueno que puede brindar el equipo, dejar trabajar a Nassib Neme que se ha encargado de cerrar bocas una y otra vez y finalmente, brindar el apoyo a los jugadores y cuerpo técnico, un cuerpo técnico que ha sacado lo mejor de un equipo relativamente nuevo y que se sigue conociendo, que sigue tratando de encontrarse.

Foto principal tomada de: Diario El Universo.