Entradas

untold

El Juego Psicológico

“Cuando gano, no me siento feliz, más bien siento un alivio. Y cuando pierdo, me siento muy triste. No me parece normal”. Estas fueron las declaraciones de Naomi Osaka tras su temprana derrota en el reciente US Open ante la joven Leylah Fernandez. Tras estas palabras, la tenista japonesa anunciaba un receso en su aún corta carrera. La temporada 2021 de la tenista japonesa arrancaba bien con el título en Australia, más una serie de malos resultados, especialmente la rápida caída en Juegos Olímpicos han hecho de este un año incómodo.

Sin embargo, en medio de toda esta vorágine, en la plataforma Netflix se estrenaba un documental que relata el ascenso a la fama de Osaka, quien básicamente se dio a conocer en el universo del deporte mientras disputaba la final femenina del US Open 2018 ante Serena Williams y resultaba vencedora. Entonces nos vamos ante la historia común de una estrella naciente: de pronto se llega a una oportunidad única con todo a favor por ser novedad y después de consumar el éxito, empezar a sembrar expectativas entre fanáticos y especialistas, expectativas que cada vez son más grandes y difíciles de sostener para el deportista.

El documental se configuró en forma de mini serie y en 3 capítulos relata el ascenso de Naomi a la élite del circuito WTA en su primera parte, en la segunda cuando su figura es mundialmente solicitada y aparece no solamente en la programación y medios deportivos, sino en facetas como el entretenimiento en general y la moda. Muestran una joven mujer de personalidad más bien introvertida y que tímidamente da pasos hacia el mega estrellato. En la tercera parte se relata el como ya su nombre con influencia y prestigio se enfoca en causas sociales como la situación de Haití, país natal de su padre, y la lucha contra el racismo. Se habló también de la influencia de una estrella totémica como Kobe Bryant y como la afectó la muerte del célebre basquetbolista norteamericano, así como el ya sentir la presión de la expectativa mundial hacia ella dentro y fuera de la cancha. Lo que puede ayudar a la comprensión de su situación actual.

 naomi osaka

 

También la platafoma Netflix estrenó “Breaking Point” como parte de la serie de documentales llamada “Untold” sobre temas del deporte. “Breaking Point” relata la historia de la última generación de grandes tenistas estadounidenses o más bien quienes debieron ser los más grandes. Andy Roddick y Mardy Fish vivieron juntos y desde que se dedicaron en su infancia a la práctica del tenis eran vistos como los sucesores de los genios dominantes del circuito ATP de las últimas décadas del Siglo XX: Jimmy Connors y John McEnroe desde los 70s, Michael Chang y Jim Courier en el cambio de 80s a 90s y la gran época de Pete Sampras y André Agassi mientras cambiaba el milenio. Sin duda, esos nombres algo de presión infundían.

Mientras las carreras de Sampras y Agassi llegaban a su ocaso, emergía el talento de Andy Roddick con su formidable saque que ya llamaba la atención desde sus temporadas infanto – juveniles. Ya había infringido derrotas en instancias importantes a sus grandes predecesores y en el 2003 se alzaba con el título del US Open, además de alcanzar el Número Uno del mundo en el ranking ATP siendo el norteamericano más joven en conseguirlo al menos desde que se instauró el sistema. Todo parecía indicar el comienzo de otra leyenda, mas desde Europa aparecieron los monstruos que dominan el tenis hasta hoy: Federer, Nadal y Djokovic.

En el documental se insinúa la presión que debía soportar Andy por intentar mantener el legado de los campeones norteamericanos mientras lidiaba con las lesiones y con el talento de sus colegas del otro lado del charco, especialmente Roger Federer, quien “lo tuvo de hijo”, cayendo ante el expreso suizo en 4 finales de Grand Slam y otras 2 de Masters 1000. Se recuerda la eterna final del 2009 en Wimbledon, la más larga del prestigioso torneo. Roddick estaba ahí, entre los más grandes, más parecía no ser suficiente su esfuerzo.

Por otro lado, Mardy Fish desarrollaba una carrera más bien discreta, a la que se cuestionaba no alcanzar las expectativas generadas en su etapa juvenil y el no estar a la par de su compatriota y amigo cercano, Andy Roddick. Estos temas resonaron en su carrera hasta que en 2010 decide hacer un fuerte cambio en sus hábitos que le permite instalarse en 2011 en la élite del tenis mundial, siendo ese el único año en que jugó las finales de cada cierre de año en el circuito ATP. Para ese tiempo Mardy bordeaba los 30 años y los medios le preguntaban: ¿por qué tan tarde? Siendo otras cuestión mental para lidiar.

Sintiéndose mal tanto física como mentalmente, Roddick anunció su retiro al caer eliminado en el US Open del 2012 apenas rozando los 30 años en tanto que Fish tras su espectacular 2011 tuvo una carrera muy irregular en el que afecciones cardiacas pusieron incluso su vida en peligro, pero dichas complicaciones se infieren consecuencia de problemas psicológicos. Desórdenes de ansiedad impidieron a Fish jugar el 2014 y apuraron su retiro para el 2015 con 33 años, edad también considerada temprana tomando en cuenta la duración de las carreras de lo tenistas en la actualidad.

 roddick fish

En los documentales y carreras de Osaka, Roddick y Fish hay una coincidencia: el apartarse de la práctica de tenis profesional ha sido consecuencia de la búsqueda de la paz emocional de la que estos deportistas sintieron haber sido despojados. Los niveles de estrés a los que son sometidos los deportistas de alta competencia son cada vez más comentados, analizados y hasta cierto punto comprendidos, más si se toma en cuenta la mayor exposición mediática que en la actualidad tienen sus protagonistas. El tenis es un buen ejemplo para comprender la situación emocional de los competidores, siendo popularmente conocido este deporte como “de alta carga psicológica”. Historias muy relevantes de mirar en estos días.

Edison Guapaz Zambrano
Guitarras y gol