De lo Urgente a lo Ridículo Hay un Paso
En los últimos días, la plataforma Netflix estrenó la película “Don’t Look Up” (No Mires Hacia Arriba), protagonizada por una pequeña constelación de estrellas y con varios mensajes importantes dentro de su tono irónico.
La historia es algo muy usual dentro de las producciones de Hollywood: “El Apocalipsis”, y dentro de ese Apocalipsis, uno externo que hemos visto en varias películas como la amenaza que pueden representar cometas y asteroides. Hasta ahí podría ser nada del otro mundo. Pero lo distinto es que está lejos de ser una historia heroica, tal vez dramática, pero para nada épica. Podríamos decir que es una antítesis de la noventera “Armageddon” por ejemplo.
¿Qué es lo que pasaba en aquella película de hace más de 20 años atrás?, pues que la amenaza cósmica era un problema único y global ante el cual se hace un frente unido y cuyo desenlace hizo brotar lágrimas en salas de cine de todas latitudes. Por el contrario, esta amenaza en “Don´t Look Up” no parece ser tomada demasiado en serio, incluso cuando parece ser demasiado tarde. Podríamos más bien decir, que la noticia de la inminente amenaza espacial divide radicalmente a la opinión pública. Tal como sucede actualmente con toda noticia que se genera.
El largometraje lleva para empezar una ácida crítica al manejo de la política en la actualidad, donde la construcción de una imagen pareciera importar más que el ejercicio del poder en sí. Grande es el horror de los científicos cuando comunican del potencial devastador evento a la Presidenta Janie Orlean, personaje construido como una especie de fusión entre Hillary Clinton y Donald Trump, brillantemente personificada por Meryl Streep. Su frívola personalidad está más preocupada por los comicios venideros que por la catástrofe venidera y de hecho, cuando reflexiona sobre el espaldarazo electoral que podría significar su intervención es cuando se pone manos a la obra en prevenirla.
“Don’t Look Up” ironiza con lo que se podría señalar como total tendencia a la banalización de los contenidos de los medios de comunicación. Ante la escueta reacción de los gobernantes, los científicos buscaron hacer bulla en famosas emisiones, pero la ventilación de casos personales en el caso del diario y la decidida suavización de la gravedad del tema en un programa de TV, más su preferencia por hacer seguimiento de la tormentosa vida amorosa de la cantante de moda horroriza y desilusiona a los protagonistas de la historia. Los presentadores de aquel programa no pueden ser más frívolos y desapegados de una realidad.
Hablando de los protagonistas. Se trata de 2 científicos que trabajan en una Universidad. El Dr. Randall Mindy es encarnado por Leonardo Di Caprio y se trata de un tipo brillante, mas sufre de varios trastornos psicológicos que lo perjudican enormemente a la hora de comunicarse en público así como lo mantienen dependiente a varios medicamentos. Sin embargo, su mensaje se difunde más gracias a su apariencia física (bueno, ¡es Di Caprio!). La candidata a Doctora Kate Diabisky es protagonizada por Jennifer Lawrence y su brillantez está a la par de sus neurosis.
La relación entre su lucidez académica y sus incompetencias verbales o emocionales les hace aún más difícil al par de científicos comunicar la gravedad de su descubrimiento en un mundo donde lo que tienes que decir importa cada vez menos que la forma en que lo dices. El señalamiento a Diabisky de “loquita” un poco hace acuerdo al activismo ecológico y las burlas que genera la visceralidad por ejemplo de la joven Greta Thunberg. Tal vez el mundo no se ha dado cuenta de la gravedad del problema ambiental, aunque también a Greta le falta mucho para entrar en el mundo de la opinión calificada, pues todavía aún no acaba el colegio.
La banalización de contenidos, las campañas y la forma en que se transmite un mensaje inevitablemente confluyen en las Redes Sociales, aspecto dominante en nuestras vidas. Acá surge la figura de Peter Isherwell, CEO de la compañía “Bash”. Tanto el personaje es una fusión de los diversos creadores de las principales marcas tecnológicas de nuestros tiempos, como “Bash” es un “popurrí” de dichas compañías. Su influencia es decisiva a la hora de enfrentar el Apocalipsis y sus predicciones en base a los todo poderosos algoritmos un tanto escalofriantes.
“Don’t Look Up” presenta un Apocalipsis irónico en el que la imagen lo es absolutamente todo y el cual se diría que se ríe de la sociedad moderna para no llorar. Muy indicada para reír como reflexionar.
Guitarras y gol