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Ecuatorianos se Aferran a la Copa

 

Esta vez las noticias fueron buenas para el fútbol ecuatoriano con triunfos que significaron buenas posibilidades de seguir participando en Libertadores.

23 de abril

Huracán 1 (Gamba 95+’) – Emelec (Jaime 34’, B. Angulo 72’)
Buenos Aires – Tomás A. Ducó

Un partido que comenzó con bastantes nervios, puesto que ambos equipos veían seriamente comprometidas sus aspiraciones de seguir en el torneo y pasado los 20 minutos el local se hizo de un dominio no tan fluido. Las mejores ocasiones de gol las generaba el globo , pero su disposición ofensiva dejaba espacios muy abiertos que generaron por ejemplo el córner que llegó a la cabeza de Jordan Jaime (34 min.) para abrir el marcador. El gol dio confianza al equipo ecuatoriano para proteger su resultado con prolijidad a la vez que descontroló a su rival.

En el complemento las incidencias eran parecidas, un equipo argentino desesperado por empatar y errando en sus intentos, mientras que los ecuatorianos preferían esperar aunque cada vez metidos más atrás, mas siempre con ataques peligrosos. Así cayó el segundo tanto azul tras una combinación entre Guerrero y Matamoros que acabó en los pies de Brayan Angulo (72 min.) que con remate de primera aumentó cifras. Sobre el final Emelec jugaba con mucha tranquilidad mientras que el local era un concierto de nervios y desaciertos que tan solo alcanzaron para el descuento de Lucas Gamba (95+ min.)

HUR: Fernando Pelegrino; Pablo Álvarez (Patricio Toranzo 61’), Saúl Salcedo, Lucas Merolla, Omar Alderete; Juan I. Sills, Walter Pérez, Norberto Briasco (Lucas Barrios 57’), Andrés Roa; Andrés Chávez, Lucas Gamba
Goles: Gamba 95+’
EME: Esteban Dreer; Romario Caicedo, Jordan Jaime, Leandro Vega, Gorman Estacio (TA 68’); Dixon Arroyo, Nicolás Queiroz (Marlon Mejía 88’); Bryan Cabezas, Joel López P (TA 32’) (Hólger Matamoros 45’) , Fernando Guerrero; Brayan Angulo (Gabriel Cortez 86’)
Goles: Jaime 34’, B. Angulo 72’

 

24 de abril

Liga Deportiva Universitaria 2 (Anangonó 48+’, Chicaiza 73’) – Flamengo 1 (Bruno Henrique 19’)
Quito – Rodrigo Paz

El partido comenzó bastante trabado y a Liga le costó varios minutos el poder darle fluidez a un ritmo que favorecía a las intenciones del visitante. Flamengo se sentía cómodo jugando de contra y así pudo abrir el marcador, cuando Bruno Henrique con polémica, pues fue un cabezazo ayudado con los hombros (19 min.), anotó tras centro de Pará. El gol más bien dio un empuje de reacción a los albos que contaban con poca fortuna frente al arco de Alves, mientras que la visita atacaba muy poco, pero cuando lo hacía era muy peligrosa. Antes de finalizar el primer tiempo, Juan Luis Anangonó (48+ min.) anotó el empate albo tras un pase larguísimo de Rodríguez.

Liga con el envión anímico del empate más los cambios que fue haciendo buscó la presión y el tanto del desnivel ante un rival que en cambio trataba de transitar por el partido con paciencia, conservando el resultado y energías. La insistencia de Liga dio frutos cuando Andrés Chicaiza (73 min.) con un remate de fuera del área dio vuelta al marcador, pero el tanto lejos de desanimar a los cariocas encendió el partido desarrollándose un ida y vuelta en el que cundió la tensión y un triunfo para Liga que se revistió de drama.

LDU: Adrián Gabbarini; José Quintero, Franklin Guerra (Nicolás Freire 82’), Carlos Rodríguez, Cristian Cruz; Jefferson Intriago (TA 26’), Jefferson Orejuela; Anderson Julio, Johan Julio (Andrés Chicaiza 54’) (TA 73’), José Ayoví (Adolfo Muñoz 52’); Juan Luis Anangonó
Goles: Anangonó 48+’ , 73’
FLA: Diego Alves (César 83’); Pará, Léo Duarte, Rodrigo Caio (TA 34’), Renê; Willian Arão, Gustavo Cuéllar; Everton Ribeiro, Giorgian De Arrascaeta (Diego 45’), Bruno Henrique; Gabriel Barbosa (Vitinho 65’)
Goles: Bruno Henrique 19’

Edison Guapaz Zambrano
Guitarras y gol
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Emelec: El Fracaso de un Equipo en Formación

El Editor de esta noble página me requirió que haga un artículo respecto al primer semestre del Club Sport Emelec. Mi primera reacción fue decir “Lo hago, pero voy a defender a Arias y eso no le va a gustar al lector”, y pues su respuesta es que aquí estoy, presentándoles mi punto de vista en este artículo de opinión, sobre lo que yo pienso de este primer semestre azul.

Voy a dividir este comentario en dos partes, en la parte no táctica y que considero muy importante, y la parte táctica, la cual se desprende mucho de la primera:

Empiezo diciendo que lo que está pasando en Emelec no es culpa enteramente de Arias: existe una responsabilidad en el hincha, en el dirigente, en el jugador, en el cuerpo técnico y en los rivales. Tan convencido estoy de esto que voy a analizar uno por uno estos factores del “fracaso” de Emelec en este primer semestre del 2017.

Cuerpo Técnico:

 Sin lugar a dudas hay una importante responsabilidad del cuerpo técnico en la imposibilidad de ganar la etapa por parte del club. No se ha encontrado el once definitivo, probar con línea de tres un partido, línea de cuatro al siguiente, con tres delanteros un día, dos en otro partido, relegar al lateral a Romario Caicedo que hace daño arriba y deja muchas dudas abajo, insistir con un jugador como Piriz que no es solución a nada de lo que ha demostrado, cambios que al poco conocedor del fútbol lo dejan desconcertado (con un partido empatado sacar a Mondaini para poner a Piriz, o convocar a un juvenil en lugar del seleccionado peruano refuerzo estrella de este año para el partido más difícil en Copa Libertadores) y un etcétera que podría extenderse.

Ojo, si bien el cuerpo técnico ha tenido algunas fallas, no todo puede recaer en los hombros de Arias, pues…

Jugadores:

Nadie puede rendir al 100% todo el tiempo, no es posible. El nivel de Dreer ha caído en picada. Él, siendo el mejor arquero con los pies en el país, no puede dar un pase decente, se ha comido goles que hace unas temporadas hubiese sacado con los ojos cerrados. Y desde atrás es que nacen todos los problemas azules.

La defensa no se ha consolidado. No contamos con un lateral derecho de oficio y calidad (Mina y Moreno no ofrecen la seguridad que en su momento brindó Narváez), los centrales si bien han venido jugando partidos interesantes y son grandes promesas para el futuro (Jaime, Pinillo y Mejía) junto a  Ramos que es titular de selección a nivel latinoamericano, no han servido para ser esa última línea ordenada e infranqueable que se requiere y Bagüí por izquierda sin duda dejó atrás sus mejores años, no se le puede pedir mucho más.

El medio campo es un tiro al aire: los tres volantes de contención no están en su mejor momento y han tenido actuaciones muy irregulares (Pedro Quiñónez, Lastra y Piriz), sin que ninguno logre destacar por sobre el otro. El volante mixto, la eterna promesa azul Fernando Gaibor, es una serie de destellos de calidad pero con mucha oscuridad, no ha podido ponerse el equipo al hombro como se requeriría ya con su experiencia y probada técnica. En las bandas se ha perdido a Romario Caicedo para relegarlo al lateral derecho (Romario sirve arriba pues abajo es una avenida, no siente ese puesto) y por izquierda lo mejor del año ha sido la aparición de Ayrton Preciado, jugador que se ha consolidado como figura del equipo, lastimosamente, menos efectivo con el pasar de las fechas, pues el equipo recarga el juego por esa banda y se pierde la sorpresa, la cual es la principal aliada del explosivo morocho.

Para el norte de la formación, las noticias tampoco son muy alentadoras. Se ha intentado con jugadores como Joao Rojas, Abel Araujo, Segundo Portocarrero y Robert Burbano, jóvenes que no han logrado afianzarse (Rojas incluso se lesionó en los últimos partidos, cuando estaba recibiendo minutos al fin). La llegada de Fernando Luna ofrece algo de respiro y se espera que se adapte a lo que pide el técnico. Los segundos delanteros que son Mondaini, Vides y Matamoros (por darle un puesto en la cancha a este sujeto) han tenido la pólvora mojada. En punta De Jesús y Angulo tienen una de cal y una de arena, han sido víctimas de lesiones que han dejado en punta a Vides, a quien no se le aparece la virgen todavía.

Y aquí, es necesario hacer una puntualización sobre la base de jugadores para así refrescar la memoria de quienes piden un cambio de jugadores porque no funcionan. YA SE HIZO EL CAMBIO, ESTE AÑO. Esto nos lleva al siguiente punto de la opinión:

La Hinchada:

El hincha azul se acostumbró a ganar, a ser protagonista, a ser un equipo que siempre pelea arriba y hasta la última fecha pelea por un cupo en la final del torneo local. Y digo se acostumbró porque durante los últimos siete u ocho años, conforme pueden confirmar en este artículo de esta, su mejor página web de fútbol y más del país (haga clic aquí), Emelec estuvo ahí.

No voy a entrar en detalle pues quien ha visto fútbol sabe que el trabajo de Neme trayendo a grandes técnicos como Sampaoli, Quinteros, Omar de Felippe dio sus resultados en el tricampeonato (el cual incluye ganar sin final, baile al rival directo en casa y dar la primera vuelta olímpica ajena en uno de los estadios más difíciles de América), manteniendo una plantilla casi inalterada y cara, con pretemporadas fuera del país, ha sido inigualable. Pero se ha olvidado que no siempre se puede ganar y que el arquero ha bajado el nivel, que de la defensa que dio la vuelta en casa blanca solo se mantiene a Bagüi y en franca decadencia, que ya se fue Giménez que cumplía siempre, que Pedro y Gaibor no han podido ser el ancla del equipo y que los delanteros titulares están jugando fuera como lo merecían. Mondaini, suplente de Miller y Mena, es ahora el capitán y referente del Emelec 2017. Ese es el nivel de la delantera azul para este año.

Ya no existe la base de jugadores con la que sí pudieron trabajar Quinteros y ODF para obtener los títulos nacionales con juego bonito, a los que el hincha se acostumbró y es ese hincha de memoria a corto plazo que pedía la cabeza de ODF quien ahora lo extraña, quien pedía la cabeza de Quinteros, quien ahora quiere que le vaya mal en la selección para que vuelva al equipo. Ese mismo hincha, que ahora culpa a Neme del “fracaso” de este equipo.

La Dirigencia:

Neme es un fracasado. Tener a un equipo sin mayores deudas, quien mantuvo una base de jugadores y una estabilidad que permitió pelear arriba para finalmente tener un tricampeonato, renovar un estadio (no una sino dos veces) para llevarlo a estándares en muchas cosas para ser un escenario de primer mundo, quien en cada declaración que da demuestra lo mucho que sabe y como su planificación usualmente ha dado resultado, es un fracasado.

Y es un fracasado porque Emelec no ha quedado campeón de América, no ha traído a jugadores de nivel que pongan al equipo a pelear el mayor torneo sudamericano y por no despedir a jugadores como Herrera a los seis meses cuando se vio que no rendían.

Sí, es necesario que Emelec de un salto de calidad y que se arriesgue a contratar a una  figura de cartel que sea desequilibrante (los amigos de LDU siempre nos recuerdan al Piojo Manso en este apartado), pero con un estadio nuevo y una responsabilidad para con el club, no se puede exigir eso como condición sine qua non para confiar en el dirigente más ganador de la historia del club.

El Rival:

El fútbol no son once frente a  un arco. Son once contra once.

Este semestre Emelec supo manejar un importante invicto en varias fechas, que lo mantuvo peleando arriba hasta casi el final de la etapa cuando un bajón de rendimiento (que yo francamente no sé a qué atribuir)  relegó al equipo a una posición secundaria, de la cual ya nos habíamos olvidado.

Delfín fue un justo ganador de la etapa, con una campaña exquisita, seguido del Barcelona de este país, equipo que  siguiendo las buenas prácticas de su vecino de barrio, supo mantener una base de jugadores y un estilo de juego, lo cual sin duda está dando frutos, y luego el fracasado equipo eléctrico.

Ya en el otro lado, en el futbolístico, no soy entrenador pero me gusta verlo y aprendo mucho de quienes sí tienen formación en este sentido. Considero que lo que más le ha costado a Arias es tener un estilo de juego, pues con los jugadores con los que dispone y su formación, no ha logrado consolidar una formación y una manera de jugar. Emelec ya no juega al “tiki-taka” de Gustavo Quinteros que también le sirvió a ODF quien era un poco más vertical.

El bombillo no tiene laterales que se desprendan bien en ataque, sus centrales marcan muchas veces a destiempo lo cual desordena el medio campo, con un equipo que al no tener variantes por derecha recarga el juego por izquierda con Preciado, quien intenta el desborde cortando hacia el centro pero no puede hacer lo mismo todo el partido y todos los partidos. La falta de un referente ofensivo con fuerza (Angulo y De Jesús no son todo lo que se necesita) limita el accionar del equipo, pues cuando falta uno de los dos forwards  se ve imposibilitado de centrar con resultados o de tirar una pelota larga para el pivoteo. No se utiliza el recurso de la media distancia, lo cual hace que el equipo deba llevar la pelota hasta casi dentro del área rival sin poder definir y dejar espacios atrás que son aprovechados por los delanteros contrarios quienes gozan con una defensa inexperta en muchas ocasiones y que repito, suele marcar mucho a destiempo.

Un tercer lugar en la primera fase del torneo nacional considerando a los otros equipos y la clasificación a octavos de final de Copa Libertadores no son fracasos (aun cuando los más fieles deseaban ganar la etapa sin despeinarse y abrochar de manera categórica a San Lorenzo en su visita  al Capwell), sino un proceso de un equipo que prácticamente renace este año, con jugadores y estadio nuevo.

No existe una panacea para este Club Sport Emelec. Hay que hacer cambios, y tomará su tiempo antes que el equipo vuelva a ganar en todas las canchas del país y mientras tanto, es necesario disfrutar lo bueno que puede brindar el equipo, dejar trabajar a Nassib Neme que se ha encargado de cerrar bocas una y otra vez y finalmente, brindar el apoyo a los jugadores y cuerpo técnico, un cuerpo técnico que ha sacado lo mejor de un equipo relativamente nuevo y que se sigue conociendo, que sigue tratando de encontrarse.

Foto principal tomada de: Diario El Universo.

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El 2016 de Emelec: ¿Bueno?, ¿Malo? Complicado

Se terminó el 2016 para Emelec y creo que es momento de analizar los diversos acontecimiento y situaciones que vivimos durante este año, que nos deja el mal sabor de no haber cumplido con el objetivo inicial, el que todos queríamos y soñábamos que era el Tetracampeonato.

Iniciamos el año apuntando a 2 frentes (Torneo Local y Copa Libertadores) como lo hemos hecho desde que Nassib Neme es presidente de este club y como debemos hacerlo siempre, como equipo grande. En torneo local tuvimos un buen arranque y algunos partidos postergados que nos permitieron de alguna forma manejar la situación y poder darle prioridad al Torneo Internacional. Nos tocó un grupo difícil (Pumas de México, Olimpia de Paraguay y Deportivo Táchira de Venezuela) donde claramente no estuvimos a la altura. El equipo ganó 1 solo partido, recibió muchos goles, perdió todo de visita. En fin, una campaña para el olvido.

La eliminación fue dura, principalmente porque teníamos la ilusión de mejorar o al menos igualar lo hecho la edición anterior donde llegamos a Cuartos de Final (2015) pero al mismo tiempo sabíamos que nos quedaba el otro objetivo y no podíamos decaer, éramos grandes favoritos para ganar la primera etapa y asegurar la final. A eso apostamos hasta que sucedió el que tal vez fue el golpe más duro que recibió Emelec en este año: se fue De Felippe.

El DT Omar De Felippe dejó el club por problemas personales y algo cambió, algo se rompió. Empezamos a perder (o regalar) puntos, jugábamos mal, perdíamos partidos imposibles y parecía que el nuevo DT Arias no era el indicado para llegar a Emelec. Esa transición nos costó la etapa, una etapa en la que estuvimos primeros a 4 puntos del segundo y con 1 partido menos. Otro golpe duro para nosotros.

En el segundo semestre del año empezamos siendo un equipo muy irregular. Nos costó encontrar la forma de juego. Volver al Estadio Capwell nos ayudó mucho en lo anímico y le dio un impulso al equipo. Justo en el momento que parecía que encontrábamos el rumbo llegó el otro golpe: Deportivo La Guaira de Venezuela nos eliminaba de la Copa Sudamericana en segunda fase. Una serie increíble donde erramos mucho, el rival aprovechó sus chances y como se dice normalmente cuando juegas un torneo internacional: “si te equivocas te vas a tu casa”. Nosotros en esa llave cometimos todos los errores posibles.

El equipo se levantó, como se ha levantado siempre, porque tenemos grandes jugadores con la jerarquía suficiente para reponerse ante las adversidades  y concentró todas sus energías en pelear la segunda etapa para forzar la final. Logramos una gran racha de triunfos consecutivos que nos daban la ilusión de ganar la etapa. Hasta que llegó el Clásico en el Capwell, otro golpe duro para todos. Perdimos el partido que no teníamos que perder. Y todo se complicó más aún.

El sueño de todos se nos escapó, la oportunidad de un tetracampeonato único e histórico desapareció porque hubo un rival que fue mejor que nosotros y esa es la realidad.

En lo numérico este equipo tuvo un destacable rendimiento. Obtuvo 88 puntos en la tabla acumulada, la misma cantidad de puntos que tuvo en 2013, 2014 y 2015 que le alcanzaron para obtener el tricampeonato. Se hizo fuerte de local con un porcentaje alto de rendimiento (74.24%) y de visitante un 59.09%. Anotó 81 goles en 44 fechas que da un promedio muy bueno de 1.84 goles por partido. Ganó 27 partidos, empató 7 y perdió 10.

 Si hablamos de rendimientos individuales destacan: Esteban Dreer, el mejor portero del país y titular fijo en la selección. Cristian Guanca goleador del equipo (23 goles en todas las competencias). Ángel Mena, el dueño del equipo que se puso el equipo al hombro cuando más se lo necesitaba. Mención especial para Carlos Moreno que gracias a su buen nivel supo ganarse el puesto de titular en el equipo.

Un escalón más abajo, en el grupo de jugadores que tuvieron rendimientos aceptables podemos ubicar a Achilier, Baguí, Giménez, Pedro Quiñonez, Gaibor, Jaime, Lastra y Byron Mina. Creo que estos futbolistas mantuvieron una regularidad que ya conocemos, con partidos más buenos que malos.

Luego tenemos el grupo de los jóvenes, esos que aparecieron, dejaron buenas impresiones y que pueden rendir mucho más con continuidad y la experiencia que vayan obteniendo con el pasar de los partidos. Estos son Bryan Angulo, Segundo Portocarrero y Abel Araujo. El futuro del club.

Ahora los que quedan debiendo. Acá se vienen a la mente 4 nombres. Primero: Robert Burbano. Un jugador que tiene un techo muy alto pero por diversas situaciones no ha podido ganarse el puesto en el equipo. Este debía ser su año y jugó muy poco. Es un jugador joven y se espera que en 2017 vuelva a ser ese jugador que vimos en 2014. Segundo: Denis Stracqualursi. Muchos esperábamos al salvador que vino en 2013 y que con sus goles nos hizo ganar un campeonato luego de 11 años pero estuvo lejos de ese nivel. Tercero: Fernando Pinillo. Jugó muy poco, habló más de lo que jugó. Pienso que es un gran jugador con mucho futuro pero debe aprender muchas cosas aún, ojalá mejore. Cuarto: Hólger Matamoros. Llegó siendo titular de un equipo que fue finalista, tuvo chispazos de buen futbol pero se esperaba más de él.

Fue un año complicado. Bueno para algunos, malo para otros pero en el que competimos de buena manera y donde no hay mucho que reprochar. No hay equipo en el mundo que salga campeón todos los años y lo que pasó este 2016 debe darnos fuerza para afrontar el año que viene de mejor manera.

Me quedo con las cosas positivas, el 3-0 a Liga de Quito en el Nuevo Capwell, el triunfo ante El Nacional en el Atahualpa, el clásico 2-1 en el Modelo,  los 2 triunfos ante Independiente del Valle en Sangolquí, el triunfazo en el último clásico del año en el Monumental donde le arruinamos la fiesta al rival. Los goles de Mena, las atajadas de Dreer, los inicios de jóvenes como Portocarrero, Araujo y Angulo y alguna que otra cosa más que seguramente luego me acordaré.

Terminó el 2016, se viene el 2017. A prepararnos para este nuevo campeonato, se viene otra participación en Libertadores. Llegarán nuevos jugadores, se irán otros. Los objetivos son muchos y hay que ir por todos. Las ganas no pueden faltar nunca y el aliento tampoco. Gracias por este 2016 Emelec. Vamos a seguir peleando en 2017, de eso que no queden dudas.

Foto principal tomada de: www.azulyplomo.com