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La NBA a la Pantalla

Hace poco terminó oficialmente la temporada de NBA, pero en estos días hubo contenidos mediáticos que dieron que hablar por su calidad a la hora de centrar su historia en referencia a la liga de baloncesto más poderosa del mundo.

Por los canales y plataformas de HBO se transmitió “Winning Time: The Rise of the Lakers Dynasty”. Una serie de 10 capítulos que narró los orígenes del famoso “showtime”, aquella inolvidable formación del equipo de Los Ángeles de los años 1980s. La serie se basa en el libro: ”Showtime: Magic, Kareem, Riley, and the Los Angeles Lakers Dynasty of the 1980s” del relator deportivo Jeff Pearlman.

“Hustle” en cambio es una película y de hecho es una historia de ficción en la que un cazatalentos tiene la misión de viajar por el mundo y buscar la próxima súper estrella para los Philadelphia 76ers. El elegido es un muchacho español díscolo y de origen humilde con el que pasará varias peripecias para poder introducirlo a la mayor exigencia del baloncesto estadounidense. Difundida en cines y en la plataforma Netflix.

Tenemos similitudes en el planteo de un drama a partir de la construcción de una carrera en el deporte estadounidense. La una se basa en hechos reales y quizás se parece mucho al título del libro, pues cuenta la llegada y adaptación al baloncesto profesional de Earvin “Magic” Johnson, de hecho, cómo pasa de ser el muchacho común “Earvin” a la poderosa estrella “Magic”, o sea, todo lo que conllevó a que su nombre cambie. Por otro lado está Kareem Abdul-Jabbar y una personalidad en eterno conflicto entre sus convicciones políticas y religiosas versus el fastuoso mundo del estrellato que convertía a los jugadores de los Lakers en algo más que estrellas deportivas. Además de la historia de Pat Riley, el famoso entrenador que pasó de editor de videos a asistente y posterior guía de aquella escuadra maravillosa.

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La historia de “Hustle” es ficticia. El scout Stanley Sugerman, abatido por los años y las pocas posibilidades de hacer vida en familia, tiene una última misión en la que se encuentra con el talento de “Bo Cruz”, a quien lo pretende pasar de ser un común obrero en su país natal a uno de los grandes nombres de la NBA. Convencerlo de su plan a este joven de vida dura será complicado y encausarlo aún más difícil, pues no solo tiene que lidiar con el poco dócil carácter del prospecto, sino también con los obstáculos que presenta un mundo que tras el show esconde celos y fuertes disputas.

Podríamos entonces comparar las historias de “Bo” con la de “Magic”, pues a pesar de lo ficticio de la una y real de la otra, se basan en la experiencia de un joven en tratar de encajar en la afamada liga de baloncesto profesional americana. “Magic” sin embargo, tiene cierto camino labrado al ser la estrella universitaria del momento y su presión está en demostrar lo que tanto se espera de él. A pesar de un origen relativamente humilde, Johnson es de un entorno familiar estable. Todo lo contrario de “Cruz”, cuya historia incluye duras disfunciones familiares. Caras de una misma moneda en el deporte.

Las dificultades empiezan por las decisiones que se toman desde arriba. En “Winning Time”, las historias de los protagonistas se entrelazan con la de Jerry Buss, el mítico y polémico dueño de los Lakers, a quien se le atribuye la conceptualización del “showtime”, o sea que el equipo deportivo genere entretenimiento que vaya más allá del desarrollo del juego. Las peripecias financieras de Buss se manejan a la par de los dramas de Johnson, Riley o Abdul-Jabbar. En “Hustle”, los Sixers de Philadelphia están en la transición de la dirección de Rex Merrick a sus hijos Vince y Kat, el uno más intransigente que la segunda. Algo que hace acuerdo a “Club de Cuervos”. Las decisiones de Vince afectan decididamente a Stanley.

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Hablaremos algo del reparto. Al ser una historia real, en “Winning Time” tuvieron que esforzarse para dar en el clavo con los actores. El resultado en el caso de Quincy Isaiah, quien encarna a Magic Johnson, es increíble, pues es prácticamente idéntico tanto en aspecto físico, como en la característica sonrisa eterna de Magic. Adrien Brody también se luce como un joven Pat Riley y la elección de Solomon Hughes debido a su estatura cayó como un guante para personificar al circunspecto Abdul-Jabbar.

Por el lado de “Hustle”, hizo falta echar mano de un basquetbolista profesional como Juancho Hernangómez para dar vida al díscolo “Bo Cruz”. Dicha película hizo gala de contar con una pléyade de estrellas antiguas y actuales para su rodaje. En ella intervinieron: Charles Barkley, Shaquille O’Neal, Allen Iverson, Trae Young, Dirk Nowitzki, Luka Doncic y sobretodo, la aparición del máximo ídolo de la afición de Filadelfia: Julius Erving. Punto aparte para la actuación de Adam Sandler como el scout Stanley Sugerman. Viene siendo satisfactoria su intervención en roles más serios, alejados de sus característicos papeles hollywoodenses. Tal vez todavía no se hace costumbre en ese tipo de papeles, algo similar a lo que pasó con Jason Segel interpretando al entrenador Paul Westhead.

Vale la pena mencionar lo bien logradas que son las escenas del juego en acción en ambas producciones, tal vez resultaron algo mejores en “Hustle”, pues fue grabado prácticamente por basquetbolistas devenidos en actores, pero lo de “winning time” tampoco estuvo tan mal recreando jugadas y momentos clásicos en los Lakers y sus juegos contra Detroit o los Celtics.

Para los aficionados al baloncesto, ambas producciones pueden ser un deleite. La de Los Lakers es un enfoque incluso algo crudo del “tras bambalinas” de una marca legendaria. La otra es una bonita y emotiva ficción desarrollada a partir de la historia de los Sixers de Filadelfia.

Edison Guapaz Zambrano
Guitarras y gol