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Tensión Adolescente y Retro en Gran Fórmula

Continuando con la moda de las series con enfoque retro “Everything Sucks” estuvo disponible para la plataforma Netflix desde 2018, esta vez con evocación a la década de los 90.

 Quien arrancó a ver la serie y creció siendo aun el siglo pasado, pudo haber tenido en un principio la sensación de ver una vieja serie de Nickelodeon por el enorme esfuerzo de hacer parecer que en verdad los hechos ocurren u ocurrieron en dichos tiempos: colores, textura de la imagen, obviamente la ropa y peinados de los chicos y más detalles. Claro, mientras el primer episodio transcurre se advierte que va a estar bastante lejos de la tónica edulcorada de aquella televisión noventera para adolescentes.

 “Everything Sucks” abarca temas que difícilmente se hubieran visto en televisión supuestamente dirigida para niños y adolescentes hace 20 años: desde la orientación sexual de uno de los personajes, situación que define muchos de las tensiones dramáticas de la serie que gira en torno al intento de desarrollar una producción audiovisual en una secundaria de los Estados Unidos. Otros temas que eran muy vigentes en los años 90 son abarcados como las familias disfuncionales o el uso de drogas en adolescentes y adultos.

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 Para desarrollar la historia se escogió a una pueblo llamado “Boring” en el Estado de Oregon, el cual realmente existe. Es simpático como se optó por esta población tomando en cuenta su nombre (aburrido) en inglés y la relación con el tedio adolescente en los sitios pequeños de Norteamérica. Del mismo modo se puede advertir la intención de ubicar la historia en el noroeste estadounidense, con lo relevancia que tuvo esta zona geográfica en la cultura popular de los 90.

Si hablamos de la cultura popular de los 90, estos saltan evidentemente a lo largo de la serie: algún poster de Jonathan Taylor Thomas, el cabello decolorado en alusión a Dennis Rodman, banda sonora con artistas diversos de los tiempos como: Oasis, Ini Kamoze, Ace of Base, Tori Amos o The Cardigans. La alusión tecnológica es fundamental, pues la serie gira entorno al VHS, además hacen su aparición los cassettes, discos compactos y el famoso tono de módem de conexión telefónica a Internet. Todo diseñado para tocar el sentimiento nostálgico.

Everything Sucks ilustra la angustia adolescente inherente a cualquier generación y que de acuerdo a los tiempos se expresa en ese tira y afloja social que se ha ido moldeando de acuerdo a la tecnología disponible, también un poco de angustia adulta reflejado en los personajes maduros de la serie a los cuales ninguno se les podría atribuir una madurez sanamente desarrollada, pues incluso el director del colegio tiene temas juveniles no resueltos, lo que eso sí logra que el mensaje de la serie permanezca siempre fresco, siempre joven.

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Se puede rastrear en “Everything Sucks” un mensaje bastante constructivo y positivo, uno en el que se busca respetar creencias y preferencias, en el que hay una intención de unión manifiesta cuando los chicos populares y los catalogados como “raros” unen fuerzas en un proyecto común, lo sacan adelante y de hecho terminan forjando amistad en donde antes había desprecio y tensión. Las actuaciones de los chicos son muy buenas, destacando Rio Mangini como el cauteloso McQuaid, Sydney Sweeney como la popular Emaline y Peyton Kennedy como Kate Messner, la protagonista cuya sonrisa de dicha en momentos cumbres de la serie ilumina a la misma. Podría tratarse de una de las grandes producciones de Netflix del año.

 Have a boring day!

Edison Guapaz Zambrano
Guitarras y gol