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liga 2017

Un Año Más…

Un año más en el que Liga transita en el ostracismo, lejos de cualquier pelea por titulos o algo importante. Los hinchas cada vez más se hunden en la desesperación y la nostalgia de los tiempos pasados que tantas alegrías trajeron.

Para iniciar este 2017 Liga ilusionó, primero, con la contratación de Hernán “El Pirata” Barcos, luego, con la contratación de Gustavo Munúa, campeón con Nacional de Uruguay como DT y varios jugadores que invitaban a pensar que se dejaría atrás el recuerdo de un 2016 de Borghi, Alemán, un DT uruguayo que nadie recuerda el nombre y la lucha por el descenso. Sin embargo, el equipo dirigido ahora por Munúa pasó casi toda la primera mitad de año en los últimos lugares, acumulando tan solo una victoria en el torneo local y sumiendo al equipo e hinchada en una profunda depresión.

Tras el fracaso estrepitoso con el técnico charrúa, la dirigencia decidió despedirlo y traer a un conocido del medio local: Pablo Repetto. Con él llegaron unas cuantas victorias y se salió del sofoco del descenso latente que se vivía con Munúa. Se superaron dos etapas de Copa Sudamericana (contra Defensor Sporting De Uruguay y Bolívar de La Paz), sin embargo, nunca se llegó a consolidar el equipo, siempre guiado por un Barcos inconmensurable, que cuando estaba ausente dejaba un grupo de fantasmas del que mucho no se podía esperar. Se alternó en el arco con Daniel Viteri y Leonel Nazareno sin llegar a una esperada seguridad. Las incorporaciones de medio semestre también ayudarían a por le menos evitar rondar los últimos lugares, mas Lucas de Lima no le dio la suficiente velocidad al centro de la zaga que conformó con Horacio Salaberry, Aníbal Chalá estuvo muy lejos de su nivel 2016 con El Nacional, Sherman Cárdenas no tuvo los minutos esperados en la titularidad y su calidad se mostró a cuentagotas, mientras que Jonathan González siempre fue permanentemente criticado por la hinchada. Tal vez la mejor noticia fue el regreso de Juan Luis Anangonó quien junto a Hernán Barcos se encargaron de rescatar varios puntos que parecían perdidos. El “pirata” incluso pudo consagrarse como goleador del torneo local.

En Copa Sudamericana se perdió la llave contra un viejo conocido: Fluminense, por un error infantil en defensa al regalar un tiro de esquina, mientras que en el campeonato local, se ilusionó a la hinchada con una victoria contundente contra Delfín, que terminaría siendo subcampeón, para terminar estrellándose de bruces con unas dolorosísimas derrotas contra El Nacional, Barcelona y Emelec que devolvieron al equipo al lugar donde perteneció este 2017: octavo entre 12, lo cual le llevó a jugar un “repechaje” contra Técnico Universitario para asignar el último cupo para la Copa Sudamericana 2018. Algo para rescatar en Liga fue la pareja de volantes centrales armado con Jefferson Intriago y Edison Vega, así como el año cumplidor sin ser brillante de gente de la casa como José Cevallos Enríquez, Johan y Anderson Julio. José Quintero pasó permanentemente con problemas físicos, lo que también golpeó al plantel de Liga en general durante el 2017.

En aquella última eliminatoria que buscaba un cupo a Sudamericana se puede resumir el año de Liga. En el partido de ida en la ciudad de Ambato se vio superado por los locales, y perdía 1-0 casi al completar los 90 minutos, sin embargo, jugadas geniales de Barcos y Salaberry dieron la victoria agónica a los azucenas. En la vuelta Liga empezó dominando y ganando 3-0 lo cual ilusionó a la hinchada, pero se perdió el rumbo y los ambateños empataron el partido, y Liga terminó pidiendo tiempo para ganarle a un equipo de una categoría inferior.

Este 2017 será un año muy olvidable para la hinchada blanca, donde mucho no se puede sacar, simplemente esperar (nuevamente) que el año entrante se arme un equipo que pueda pelear algo y no deje a los hinchas con un amargo sabor de boca y recordando los 10 años de su momento más feliz.

Foto Principal: API

ldu 2016

Liga de Quito – Temporada 2016

Liga terminaba la temporada 2015 como subcampeón nacional, con un equipo que había sido primero la mayor parte del año y al que le faltó muy poco para llegar al objetivo, un par de puntos en partidos que a priori no parecían tan riesgosos como finalmente fueron, terminaron siendo la diferencia entre ser campeón o verse arrollado por la remontada de Emelec, como finalmente ocurrió.

Domínguez – Quinteros Araujo Romero Estupiñán – Hidalgo Cevallos Intriago – Morales Alvez y Matamoros era más o menos el equipo que se quedó tan cerca del título; el mejor jugador del equipo era claramente Domínguez, guarda vallas titular, mundialista, de la selección y la base sobre la cual se cimentó el equipo. Era impactante la importancia que tenía Dida en los partidos que ganaba Liga, porque le hacían pocos goles, lo que permitía que ofensivamente sea necesario “solo” saber pegar en el momento oportuno, fórmula a la larga exitosa a la que le faltó muy poco para concretarse.

Empezaba 2016 y la prospectiva era ratificar el nivel de 2015 y mejorarlo, obviamente, lo ideal hubiese sido continuar con el proceso de Zubeldía, no ocurrió y llegó en su lugar Claudio Borghi, un nombre si bien laureado, que no parecía ser una continuación a lo planteado por su antecesor.

Los equipos de Borghi siempre se caracterizaron por ser muy ofensivos, inclusive si con esto se debía sacrificar seguridad defensiva, su Argentinos Juniors campeón defendía con 3, (Ignacio Canuto uno de estos 3), y manejaba un juego interesante de posición y triangulaciones que en su momento le alcanzó inclusive para ser campeón en Argentina; ni hablar de su Colo Colo multi-campeón que basó su éxito en el descomunal talento ofensivo de Alexis Sánchez y sus socios de equipo y selección Suazo, Fernández o Valdivia.

La idea fue hacer más ofensivo al equipo, al menos a priori, pese a lo cual Liga se desprendió de su mejor delantero en un episodio confuso, se fue Álvez, un delantero que va a todas y que las intenta 100 veces si es necesario, material invaluable en un 9, joven, que además de hacer varios goles mejoró ostensiblemente el nivel ofensivo de Liga a mediados de 2015, lamentable perdida, más visto lo que pasó después.

El paso de Borghi por Liga dejó un par de buenos partidos, en casa contra San Lorenzo con una actuación importante de “cachete” Morales, pero principalmente dejó muchos de partidos en que Liga se vio completamente superado por sus rivales, llamaba la atención que un equipo que hace pocos meses basaba su estrategia en su solidez haga tanta agua, como lo hacía, acorde con el clima porteño, aquella tarde en el Monumental.

Llegó Benavidez, a priori para pelear el puesto con Hidalgo, el argentino parecía ser un volante que permitía jugar a un toque, presionando mucho y talvez incluso, complementando al 8 de Liga, pero Fernando se rompió y Benavidez nunca fue nada de lo esperado y el plantel encontró su primera falencia, no había volante central; Intriago se lesionó a finales de la temporada pasada y el equipo de ahí en adelante no encontró jamás la forma de compensar esta deficiencia.

Había llegado Brahian Alemán, proveniente de Barcelona, nítidamente el mejor jugador del equipo torero la temporada pasada (equipo nada más que regular, eso sí) que a priori parecía un refuerzo que permitiría dar el salto de calidad en el medio campo, principalmente pensando en la Libertadores. El perjudicado fue Cevallos que vio mermados sus minutos en cancha, con el consecuente bajón de nivel que había mostrado la temporada pasada, al inicio de la temporada, pese a que jugaban varios minutos juntos, parecía difícil que lo hicieran la mayor parte de los mismos.

Para reforzar la delantera, principalmente para ocupar el lugar que dejaba Matamoros, llegó Edson Puch, delantero por fuera chileno, hábil, veloz, muy parecido en características a Alexis Sánchez. A los primeros minutos de haber entrado a la cancha se podía ver que era un jugador de un nivel muy interesante, al menos para nuestro medio, y efectivamente lo fue, Puch seguramente es el mejor refuerzo que tuvo Liga este año y sus pocos meses fueron los mejores que un jugador albo haya tenido en la temporada; curiosamente, nunca fue considerado absolutamente como titular.

Para cubrir la baja de Alvez llegaron Daniel Angulo y Carlos Tenorio, dos delanteros que podían compensar algunas de las facetas que ofrecía el uruguayo, pero no todas, al final no terminaron supliendo ninguna y sus temporadas fueron lamentables, jamás se los pudo considerar como importantes para el equipo.

Por aquellos días Norberto Araujo tuvo un problema de salud en su visión, lo cual le impidió jugar por varios meses, a su altura de la carrera, una para de este tipo suele penalizar mucho el nivel de los futbolistas, tal y como se vio en adelante puesto que Norberto luego de su regreso nunca pudo alcanzar el nivel de otras épocas, lo cual es en todo caso comprensible, pero no dejó de llamar la atención que en un gran número de presentaciones se vio muy superado por sus rivales, ofreciendo una ventaja competitiva importante a los equipos que enfrentaban a Liga; la baja del capitán desnudó las falencias de su compañero de zaga y Romero nunca pudo ser el mismo de la temporada anterior.

El ciclo Borghi terminó luego de que Liga concatenó varios resultados negativos llegando inclusive a pelear en la parte baja de la tabla, nunca se pudo entender claramente la idea del entrenador, el equipo fracasaba en circular la pelota y quedaba siempre expuesto a los contragolpes rivales, se recibieron muchos goles y ni siquiera Domínguez podía evitar las caídas, pese a que, como el resto, el arquero había bajado ostensiblemente su nivel.

Llegó Álvaro Gutiérrez con la promesa de volver a la idea inicial, la de Zubeldía, y dotar al equipo de mayor solidez, si ponemos en la balanza los tres momentos del año con cada DT, se podría decir que estos meses fueron en los que menos se sufrió en defensa; ofensivamente, eso sí, el equipo era muy débil y dependía casi completamente de lo que se inventaba Puch, en gran medida porque Morales, Alemán y Cevallos en aquellos meses estaban lejos de su mejor nivel y la falta de centro delantero era en muchos casos alarmante.

El entrenador uruguayo principalmente apostó por Carlos Tenorio en detrimento de Daniel Angulo, decisión cuestionada en su momento que nunca terminó de dar resultado, en cualquier caso Liga salió de los últimos lugares y mantuvo cierta estabilidad en su funcionamiento que luego de las presentaciones con Borghi parecían un alivio.

Cabe recalcar que en este periodo fue en el único en el que Liga repetía equipo titular, o al menos lo intentaba.

Llegó la para por Copa América y las malas noticias siguieron llegando con las partidas de dos puntales del equipo.

Diego Morales había sido el jugador más desequilibrante de Liga en las últimas temporadas, el argentino, pese a no ser constante, marcaba mucha diferencia cuando se lo proponía y esto permitía resolver partidos complicados, Cachete tenía gambeta, pase, gran tiro de media distancia, un jugador muy importante para el medio que en la mitad de temporada se marchó; si bien no habían sido sus mejores meses, aun nos dejó su mejor presentación en Ponciano, aquella noche ante San Lorenzo de Almagro.

La partida de Domínguez terminó siendo tan traumática como se podía prever; Liga perdió a su jugador diferencial y tuvo que adaptarse a vivir con un arquero “normal” cuidando los palos, porque Daniel Viteri es un buen arquero, su trayectoria lo avala, pero no es Domínguez, no es un tipo que te pueda ganar quince partidos a la temporada por sí mismo como si lo fue Dida en torneos anteriores, el desnivel se mostró de inmediato y Liga perdió la aparente solidez uruguaya, un par de ruedas de prensa graciosas y sendos malos resultados, y nuevamente había que buscar entrenador.

Llegó Alex Aguinaga y consigo la esperanza de mejores días. “Chiqui” Guerrero, Juan Luis Anangonó e Irven Ávila arribaron para potenciar ofensivamente al equipo; nadie regresó a ver al medio campo, la idea en todo caso era que Alex promueva jugadores de la cantera y no se podrá negar que lo hizo; los Julio, Villalba (no de la cantera pero joven al fin) Reasco, Carcelén o el propio Cangá empezaron a aparecer en las formaciones titulares o ingresaban al cambio; había vuelto Intriago de la lesión y Alex parecía contar con un plantel al menos amplio, que le permitiría pelear en el único frente del segundo semestre.

Arribó el uruguayo Arias para reforzar la defensa, un central áspero, duro con los rivales, aportó poco y se vio sumido en el caos defensivo general.

Los mejores minutos del ciclo Aguinaga se dieron con interesantes rendimientos de Anangonó, “choclo” Quinteros, Cevallos y Guerrero; importantes apariciones de los chicos Julio y Carcelén permitieron que al menos se pueda pelear un cupo de Libertadores hasta el final, sumado eso si en gran medida al pobre nivel mostrado por los equipos del torneo salvo los dos equipos de Guayaquil.

Aún en los buenos días del ciclo se mantuvo la falencia importante en el medio campo, en primer lugar la ya mencionada falta de volante central impedía que un jugador se haga cargo de la salida de la pelota, y en consecuencia Cevallos y Alemán debían repartirse la batuta; lo cual nunca ocurrió, no se la repartían, la debatían.

Llegamos al que, para quien escribe, fue el mayor problema futbolístico que tuvo Liga en el año dentro de la cancha, Cevallos y Alemán no se pasaban la pelota, para quien vio los partidos resultaba evidente, y hasta exasperante, como cada uno evitaba pasarle el útil al otro, intentando siempre opciones de pase rebuscadas con tal de no entregársela al tipo al que naturalmente se la debía pasar; ¿se imaginan a Xavi e Iniesta? Bueno, los nuestros eran su negativo, todo lo contrario, ¿cómo superar esta falencia dentro del campo? Imposible, si tus mediocampistas no se pasan la pelota entre ellos estas condenado al fracaso.

Liga terminó siendo el equipo que menos goles metió en el año, evidentemente las razones son la falta de delanteros de nivel, y la pobre creación de jugadas ofensivas por parte del equipo.

Ante esta disyuntiva Aguinaga intentó, a veces, juntar al equipo para disimular la ausencia medular e intentar disminuir la posibilidad de que los defensas sean enfrentados mano a mano; funcionó a veces, pero varios partidos perdidos sobre la hora impidieron que los resultados afiancen al equipo y más bien, luego de cada frustración, se jugaba peor, para colmo se lesionó Juan Luis Anangonó, el mejor del equipo en lo poco que había, y la idea se terminó por ir al traste.

Aguinaga nunca repitió equipo, para muestra crónica del caso, en el partido anterior al duelo ante Nacional, Alemán y Arias apoyaban desde el palco, y el día definitivo ante el Rojo fueron titulares, imposible dotar de una identidad a un equipo con este tipo de decisiones, al menos opinándolo desde afuera se ve así.

El desenlace fue lo visto por todos ante El Nacional, un equipo absolutamente entregado ante la primera circunstancia negativa, superado en cada duelo individual por el rival que planteó su equipo aprovechando justamente todo lo que Liga ofrecía, el partido del año Liga lo perdió 5 a 0, en una muestra cabal de lo que fue la temporada. Luego vendría el descalabro final ante Muschuc Runa, salida del entrenador y de un grupo importante de jugadores, prácticamente a empezar de cero.

Termina una triste temporada para Liga Deportiva Universitaria, olvidable, pero vendrán mejores días, volveremos.

Foto Principal: API

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