Cuando los Orígenes son Duros
Recientemente fue estrenada en la plataforma Netflix la serie “Apache” que narra los tempranos años de Carlos Tévez, el reconocido futbolista argentino que actualmente milita en el Boca Juniors de su país. Este es un relato que no necesariamente se enfocó en el fútbol.
La historia arranca contando el incidente que explica las características cicatrices en rostro y cuello con las que se reconoce físicamente al jugador, a partir de ahí, la narración se va situando en una plaza dura y violenta como son los barrios marginales del conurbano de Buenos Aires. Enseguida busca lugar en la característica producción latinoamericana de realismo duro, en este caso añadiéndole el tinte biográfico. El pretexto de la vida de este ídolo popular dio paso para desarrollar el tema de la serie que va más con la marginalidad y la violencia. Su historia se desarrolla en paralelo a la de su familia, amigo más cercano y vecinos involucrados en organizaciones criminales. Las armas y las drogas son cotidianidad en todos esos relatos.
En cuanto los vecinos, son personajes que hacen alegoría no del todo explícita a una banda que se bautizó como los “Backstreet Boys”, tomando el nombre del grupo musical estadounidense, que cometió numerosos crímenes en Buenos Aires. Es común que en barrios como “Ejército de Los Andes”, mejor conocido como “Fuerte Apache” se formen grupos violentos que se dediquen a los asaltos y tráfico de drogas. Era claramente visible que los miembros del grupo forajido de la serie provenían de hogares rotos, siendo en verdad una familia entre ellos mismo.
La disfuncionalidad de hogar tiene en su mayor exponente a Danilo “el uruguayo”, quien encarna al que en la vida real fue el mejor amigo de Tévez, Darío “guacho Cabañas” Coronel, quien criado prácticamente sin referentes adultos, fue en la serie cayendo a los infiernos de la droga. En la realidad, “guacho Cabañas” pasó de ser un valioso prospecto del fútbol profesional, quienes lo vieron aseguran incluso mejor que Tévez, a un asaltante que prefirió tomar su vida a caer en manos de la policía. Aunque el fin de “uruguayo” en la serie es distinto.
Entonces, el paralelo entre la vida sin guía del uruguayo y Carlitos se traza entre cómo el abandono del primero los descarriló hacia un mundo violento y dañino, Tévez rodeado de un entorno familiar cálido pudo enrumbar su vida hacia el triunfo como deportista. Una familia también con sus problemas, pues además de las carencias materiales hay miembros purgando prisión, otros exiliados y un entorno confuso en el cual se explica como Tévez fue de hecho criado por sus tíos y que de hecho de ellos adopta el apellido. Puesto que su padre biológico murió violentamente antes de que el crack nazca.
Dentro de lo destacable está la fidelidad a la locación, el hoy por famoso “Fuerte Apache”. El difícil barrio donde creció Carlitos que se mantuvo respetuoso y colaborativo con la producción. El maquillaje también tenía un papel crucial para reproducir las características cicatrices del argentino. Las tomas y secuencias para las escenas violentas siempre dramáticas y a la altura, pero tal vez lo más destacable fue la actuación. El principal está a cargo de Balthazar Murillo que encarna las virtudes de Carlitos como la determinación y el amor filial. Mas hay trabajos tremendos como el de Matías Recalt en el papel de “uruguayo”, logrando transmitir plenamente la picardía de un muchacho pendenciero, así como su transformación por las drogas. Sofía Gala en el papel de Fabiana, madre biológica del crack se luce al retratar los problemas de conducta a causa de sus vicios, mientras que Vanesa González en el papel de Adriana y Alberto Ajaka como Segundo, los tíos y padres adoptivos de Carlos, encarnan una amorosa y valiente guía por el mundo para el crack en su juventud. Los malosos del barrio bridan certeramente el toque malsano de la serie.
“Apache” es una historia particular pero valiosa a la hora de entender los complejos orígenes de muchos de los héroes del deporte latinoamericano.
Guitarras y gol