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Imagen tomada de Azul y Plomo.com

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Emelec a Marzo de 2016

Con un campeonato todavía muy verde pero con la mitad de los partidos de la fase de grupos de la Copa Libertadores disputados, me atrevo a lanzar un acercamiento del equipo, tratando de abarcar la mayor cantidad de elementos que puedan influir en el juego azul en estos primeros partidos de la temporada (no será considerada la baja del precio del petróleo en el análisis, por si acaso). No es menester de este artículo profundizar demasiado, sino dar un vistazo a vuelo de pájaro de lo que sucede en el equipo desde mi punto de vista, el cual puede ser compartido con muchos y seguramente, repudiado por más.

Espero que en la sección de comentarios, puedan ayudar a complementar los criterios emitidos y poder alcanzar un debate con gente que ve fútbol, sin importar de que equipo sean, y que no se quede en una discusión azul fuera de los grupos de whatsapp.

  1. BAJAS IMPORTANTES

Sin duda la ausencia de Bolaños (por cierto, FUERZA MILLER), ha sido un factor decisivo, pero de eso poco se puede argumentar en este punto. Emelec necesitaba un refuerzo de jerarquía, y el esfuerzo hecho por la dirigencia para traer al bien recordado Stracqualursi al momento no ha dado los frutos esperados, por la simple razón que “el Traca” no es Miller, de hecho, no hay jugadores como Bolaños, y eso es algo que debe aprender el equipo y la hinchada. Es necesario empezar a jugar diferente, cosa que al parecer le ha costado un poco a Omar de Felippe (ODF).

A criterio personal, si bien la baja de Miller ha influido, es la defensa la que ha dado más problemas. Sin Narváez ni Achillier, con un Bagui también lesionado y que ha venido también sintiendo la falta de fútbol y un Guagua que ya solo le queda “el nombre” de juvenil y cada día parece que se vuelve más lento, los alternantes Mina, Pinillo, Jaime y Nazareno han tenido actuaciones justitas cuando han pisado el campo de juego. Especial preocupación nos produce el costado derecho, en el cual Mina pese a su velocidad no ha sabido saltar la alta barra que dejó “Loco John”.

  1. NO SE ENCUENTRA EL JUEGO.

Un buen amigo que sabe mucho de fútbol me decía que Emelec tenía en Miller Bolaños un jugador diferente, que iniciaba la jugada, por poco el mismo se centraba y hacía gol: Miller era el mágico que te podía resolver partidos con una genialidad, jugador importantísimo en el esquema de juego (“pero es que Mena fue el que hizo los goles en la final y Miller pecheó”: hay que ver todo el movimiento y la marca que arrastra Miller y la generación de las jugadas que dejan libres a otros jugadores, en fin, favor de no arrocear). Mena está jugando el mejor fútbol de su vida, sin embargo muchas veces se encuentra solo, no tiene a su compadre. Ni Stracqualursi y mucho menos Herrera son Bolaños, algo se intenta con Matamoros y Guanca, pero aún falta esa conexión que solo los minutos en la cancha pueden dar.

Emelec a ratos luce roto, con laterales con un bajísimo nivel como Bagui y Mina (este amigo que sabe mucho afirma que lo recomendable hoy por hoy es, al menos de local, jugar con Giménez por izquierda y Burbano por derecha como carrileros para aportar en ofensiva), y que Guanca y Matamoros puedan jugar con Mena para el desarrollo del juego, pues el bombillo ha sido un equipo que ha aparecido cortado, sin traslado en la media cancha y ha terminado jugando al pelotazo.

  1. DESORDEN E INDISCIPLINA (?)

Guardiola le decía “a lo nuestro, al balón… hacer lo que sabéis, con paciencia” nada menos que al mejor equipo del mundo a quien el gol se le había negado en la Supercopa de Europa, y con orden se llegó a obtener el resultado favorable con un tanto casi al finalizar la prórroga. Emelec de pronto tiene al central Pinillo como centro delantero, Pedro Quiñónez como back centro ocupando ese espacio, y “todos al área”. Creo que los equipos de fútbol actuales no pueden darse esos lujos, menos uno con una identidad de “toque y corra” como es el Emelec.

Las desconcentraciones nos han costado caro, se han recibido goles en los primeros minutos de juego o de pelota parada de manera repetida, lo cual sin duda debe ser corregido por el entrenador pero principalmente, por los mismos jugadores, no se pueden regalar más puntos y goles pues de nada vale que adelante se hagan dos cuando atrás nos hacen cuatro.

Por otro lado, y en el ámbito de los rumores (que deben quedarse ahí, eh), la ausencia de Herrera en los últimos partidos por supuestos roces con otros jugadores, lo cual quedó en evidencia cuando en uno de los partidos intenta definir cuando Mena puede que haya tenido mejor perfil con el disgusto y reclamo consiguientes al respecto, que quedaron patentes en la transmisión, puede que influyan en el grupo. ¿Error de ODF? Parcialmente. Los únicos que pueden arreglar el tema son los jugadores, no nos compete a los demás tratar de buscar lo que no se ha perdido, y si bien es cierto no todos pueden ser amigos entre ellos, sí puede haber un ambiente de respeto y camaradería como parecía había antes.

  1. FALTA DE LOCALÍA

A ratos parece que el Emelec es un equipo gitano, jugando de local en Quevedo, Manta, Portoviejo, Milagro, en la cancha sintética del Chucho y ahora finalmente, en el Estadio Modelo de Guayaquil, lo cual sin duda desgasta por los traslados y la falta de conocimiento de cada centímetro del gramado, que sin duda influye. Yo hubiese recomendado jugar en la altura de Quito, por conveniencia geográfica y el pánico que se produce al extranjero subir a 2800 metros en Copa Libertadores (cuyos resultados se pueden preguntar a cierto equipo albo), sin embargo, se espera que el juego colectivo del equipo suba su nivel al tener una cancha fija en Guayaquil. Posiblemente no es un factor tan decisivo en la forma de jugar, pero es necesario recordarlo pues Emelec hizo del Capwell un reducto imbatible los primeros años del tricampeonato y es necesario recuperar esa confianza local.

CONCLUSIÓN

En el último partido jugado de local contra el Delfín de Manta, los azules obtuvieron una victoria en un partido complicado, gracias a un bombazo de larga distancia de Gaibor, sin embargo el funcionamiento colectivo sigue dejando que desear. El siguiente partido con Olimpia en Paraguay, sin los centrales Guagua y Pinillo y la ausencia de Pedro Quiñónez, representará un nuevo desafío para ODF, pues seguramente los paraguayos van a salir a buscar el encuentro.

Hay todavía muchos partidos por delante y la doble competencia seguramente también ha hecho mella (miremos los lugares en los que se encuentran LDU e Independiente que están jugando Copa y no lo están mirando por TV como dice aquel “lanza humo” Alemán). El engranaje que busca ODF con Matamoros, Mena, Guanca apoyados en Tracagol (o Herrera) con el soporte de Pedro y Gaibor, y dos balas por los laterales que por Dios ojalá levanten un centro racional en su vida, necesita tiempo.

Pedir cabezas técnicas o dirigenciales hoy es absurdo, decir que se tuvo suerte ante rivales bravos el año pasado como Liga de Quito en una final histórica y que lo que pasa ahora es la consecuencia lógica de un equipo sin juego, es por decir de menos ilógico (no puedo emitir más adjetivos por las leyes de comunicación vigentes). Hay que darle tiempo al equipo, y entender que el fútbol es un juego donde hay un rival, donde la presión juega un factor importante, donde los actores no siempre pueden desplegar su máximo nivel y sobre todo, el fútbol es un deporte donde no siempre se gana.

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