Análisis de Fin de Temporada 2020

Terminó el torneo 2020. Apretado por la para de meses debido a la pandemia, emocionante, con resultados insólitos, con finalistas bien merecidos y descendidos también. Resaltar que al menos los protocolos para evitar ser golpeados por el COVID 19 al parecer dieron resultado, pues se reportó pocas novedades al respecto o al menos, no fueron culpa de la organización local. En otros aspectos deberá notablemente mejorar, pero la competencia a fin de cuentas estuvo a la altura.

Barcelona se coronó campeón del Ecuador transitando un camino que lejos estuvo de ser todo flores. La primera parte del torneo fue turbulenta mientras su plantel no era precisamente amplio y tenía que lidiar con los frentes local e internacional, a lo que se sumó la salida de quien era su figura, Fidel Martínez. Una vez concluido el frente copero, el Ídolo rebuscó en su nómina y encontró en jóvenes como el volante Nixon Molina y el alero Byron Castillo, recambio y salud, mientras que Damián Díaz o Emmanuel Martínez no siempre podían aportar con su brillo, aunque eran decisivos cuando lo hacían. Los amarillos en defensa tuvieron la clave del campeonato con actuaciones impecables de su portero, Javier Burrai y del zaguero central Williams Riveros, en cambio nunca encontró el centro delantero ideal. Se podría decir que no fue un campeón con mucha pirotecnia, pero siempre supo defender los puntos necesarios en los momentos precisos, por lo que por ejemplo fueron los mejores locales, consiguiendo 37 puntos en su cancha y permaneciendo invictos.

Figura: Javier Burrai

Liga Deportiva Universitaria aparecía como el conjunto más completo del torneo, pues en su nómina prácticamente aparecían 2 jugadores de buen nivel por puesto. Ganó tranquilamente la primera etapa y por momentos parecía erigirse campeón sin necesidad de disputar una final. Un momento clave para los albos estuvo durante las convocatorias a la selección, pues al ser equipo que más jugadores aportó a dichas conformaciones nacionales, estuvieron expuestos a agotamiento, lesiones y el corona virus. Con un plantel diezmado y todavía afrontando torneos internacionales, Liga pasó por momentos bajos que le costaron la segunda etapa y después perdió el título en definición apretadísima. Sin embargo, no se puede olvidar al goleador del torneo, Cristian Martínez Borja, la explosión del juego de Adolfo Muñoz y Jhojan Julio. A Lucas Villarruel, quien fue un relojito en la media cancha. Pedro Perlaza insoportable por su costado derecho, Moisés Corozo seguro en la zaga y Adrián Gabbarini confiable en el arco, por eso tuvieron la valla menos vencida con 19 tantos en contra. Así como los mejores visitantes, sumando 25 puntos fuera de Ponciano.

Figura: Lucas Villarruel

Independiente del Valle tuvo un nuevo año que se podría considerar exitoso aunque sin el título, que ya vendría siendo el objetivo anhelado. Por momentos, el equipo de Sangolquí fue de los grandes animadores del torneo por su fútbol ofensivo, atildado y por momentos osado. Gran temporada para el goleador panameño Gabriel Torres, quien estuvo bien surtido y acompañado por los extranjeros Cristian Ortiz y Lorenzo Faravelli, además de la experiencia de Fernando Guerrero. El 2020 también vio el surgimiento de estrellas futuras como el carrilero Ángelo Preciado y el volante Moisés Caicedo, quienes ya son titulares en selección. El gran problema de los negriazules fue su defensa, la que encajó demasiados goles, muchas veces por insistir en salir siempre jugando. También fue golpeado en un momento por la pandemia y la enfermedad fue mayormente contraída en sus compromisos internacionales. Nuevamente jugará la Libertadores. Tuvieron el mejor ataque con 62 goles.

Figura: Moisés Caicedo

Tras 41 años, Universidad Católica volverá a disputar Copa Libertadores tras finalizar el torneo en cuarto lugar. La contratación de extranjeros jóvenes en la labor creativa fue un acierto: Manuel Insaurralde y Nazareno Bazán exhibieron fútbol efectivo y espectacular, siempre alternando con 2 nacionales que también saben mucho con la pelota como Luis Chicaiza y Diego Armas. Bruno Vides y Juan Manuel Tévez siempre que estuvieron en cancha fueron relevantes, pero por diversos motivos no pudieron alienar frecuentemente. En defensa, la guía de Guillermo De Los Santos fue importante, sobretodo en momentos que se exigía jugar en más de un puesto. El problema de la chatolei eran las sorpresivas derrotas ante rivales insólitos que peleaban descenso. De todas maneras el cuarto puesto no deja de ser alentador.

Figura: Guillermo De Los Santos

2020 parecía un año pésimo para Emelec. Tras una pobre primera etapa había mucha inconformidad con el rendimiento de un plantel que bien podía aspirar a más. Se diría que bastó un pequeño cambio en el módulo táctico, cuando se usó a los delanteros Facundo Barceló y Roberto Ordóñez, para incrementar el rendimiento y por momentos poder pelear el título incluso. El eje del bombillo sin duda fue el volante Sebastián Rodríguez, quien controló el corte del rival y la elaboración propia. Aníbal Leguizamón fue bastión en la zaga y también sobresalieron figuras locales como Romario Caicedo y Dixon Arroyo. El mal arranque de año dejó al bombillo para “tan solo” disputar Copa Sudamericana, con la sensación de haber salvado los muebles.

Figura: Sebastián Rodríguez

El mejor año para Guayaquil City desde su creación. Tanto que por primera vez disputará un torneo continental como es la Copa Sudamericana e incluso, brevemente se perfiló para pelear el titulo. Con un 4-2-3-1 que pocas veces perdía el libreto, fue muy difícil de vencer. Sus extranjeros, Gonzalo Mastriani, Ariel Chavez y Michael Hoyos jugaron continuamente alta pelota, pero esta vez, también figuraron los locales como Luis Cano y el experimentado Fernando Gaibor en el medio sector. Además fue un tremendo año para Ángel Gracia desde el lateral izquierdo, muchas veces considerado entre las figuras de cada fecha disputada.

Figura: Ángel Gracia

Una vez más Macará fue protagonista del torneo, aunque tras el desmembramiento del gran plantel 2019, esta vez les costó ser un poco más competitivos y algunas veces sufrió derrotas insólitas. A pesar de ello, finalizó el torneo en séptimo puesto y disputará la Copa Sudamericana, haciendo continua su presencia en torneos internacionales. Leonel Quiñónez, con su despliegue y remate de media distancia se ratificó como uno de los mejores laterales del país, la media cancha regentada por Roberto Garcés y el colombiano Juan Sebastián Herrera como principal referente en ataque. En los últimos partidos fue importante también la aparición de una joven figura atacando las bandas como Aron Rodríguez. 37 goles a favor y los mismos en contra no son los mejores números, pero 12 triunfos en el año fueron suficientes.

Figura: Leonel Quiñónez

Aucas fue decididamente un gran animador del torneo, aunque su campaña alcanzó para apretadamente lograr el último boleto a Copa Sudamericana con 42 puntos y 4 de gol diferencia. Es bueno recalcar esto pues anotó 59 veces, pero le marcaron en 55, lo que habla de un desequilibrio que se presenciaba jornada a jornada con marcadores estrambóticos. Mientras su defensa penaba, futbolistas, como: Víctor Figueroa, Sergio López o Lisandro Alzugaray en la creación y ataque hicieron las delicias del por este año televidente exclusivamente. Sin duda, la tarea del cuadro oriental está en reforzar la contención, si quiere protagonismo en serio.

Figura: Víctor Figueroa

Técnico Universitario había comenzado bien el año y de hecho, antes de la para por la pandemia había comandado el torneo. Este cuadro con plantel muy corto supo afrontar dignamente la temporada y en varios pasajes de la misma se estaba apuntando a la competición internacional, pero no resistió mucho más De todas maneras dejó la impresión de una defensa muy complicada de vulnerar, orden táctico y un sello de saber contratar más allá del alto gasto, como en el caso del volante colombiano Stiven Tapiero, uno de los mejores de la temporada. Al final, el rodillo quedó fuera de torneos continentales por tener 3 goles menos de diferencia que Aucas.

Figura: Stiven Tapiero

Año agridulce para Delfín. Tuvo un histórico paso a octavos de final en Copa Libertadores, pero en el torneo local quedó fuera de la disputa internacional. Padeció lo que comúnmente le suceden a los equipos menos tradicionales cuando sorprenden con un título y el desprendimiento de varias figuras campeonas del 2019 fue difícil de compensar. Carlos Garcés continuó liderando el ataque, incorporaciones locales y foráneas como Janner Corozo y Óscar Benítez hicieron su ataque muy interesante, pero el equipo siempre estuvo algo descompensado y los constantes cambios en la dirección técnica conspiraron para un año no tan feliz en Manta.

Figura: Janner Corozo

Es otro año en el que Mushuc Runa no fue ni chicha ni limonada. El ponchito en algún momento se preocupó por el descenso, pero le bastó un par de partidos para enderezar la marcha y evitarse la fatiga. Hay que decir que a la directiva de Chango no le falló el ojo para contratar extranjeros y ellos fueron los que sostuvieron la campaña de su club: el portero Iván Brun, el volante Horacio Orzán, los creadores Franco Faría e Ignacio Herrera y el delantero Muriel Orlando. Con eso bastó y sobró para asegurar otra temporada en Primera División en la que volverá a ser rival incómodo para quienes no estén muy despiertos.

Figura: Ignacio Herrera

La recuperación de Deportivo Cuenca es digna del aplauso de pie. Había terminado la primera etapa con 8 puntos y su descenso lucía inminente. Desde la llegada de Nataly Villavicencio a la Presidencia y Guillermo Duró a la Dirección Técnica, el Expreso Austral fue sumando puntos heroicos, muchas veces en los últimos instantes de los partidos. Lo que hizo creer posible su salvación que incluso llegó una fecha antes del final de temporada regular, antes de lo pensado y sumando en total 31 unidades. Después será tiempo de seguir calibrando los asuntos administrativos que todavía padece, valdrá la pena recordar el momento luminoso por el que pasaron los atacantes: Lucas Mancinelli, Diego Dorregaray y Rafael Viotti, estando presentes en momentos claves y a veces inverosímiles.

Figura: Lucas Mancinelli

Otro equipo al que hay que destacar su levantada es a Orense. El club bananero se lo etiquetó como candidato a descender ni bien puso los pies en Primera División y con un plantel mas bien limitado se ponía poca fe en el mismo. Con un par de ajustes en la segunda mitad de la temporada e incorporaciones fundamentales en el ataque como Martín Alaniz y Daniel Angulo, pudieron hacerse del triunfo en momentos decisivos, en especial en el último juego ante El Nacional por 1-0. En el medio sector apareció una nueva figura: Eder Cetre. Bien podría ser este equipo la esperanza para que su provincia tenga una representación permanente en Serie A.

Figura: Eder Cetre

Es casi inexplicable como el Centro Deportivo Olmedo salvó la categoría con un plantel limitado y atestado de problemas dirigenciales, siendo habituales centros de la polémica. Logró 8 triunfos y sostuvo una zaga ligeramente menos desprolija que las de los equipos descendidos. Su figura y tal vez único referente para los rivales fue el puntero Willian Cevallos, que con su pegada de media distancia preocupaba y de hecho logró anotar goles para puntos vitales que mantuvieron al ciclón en Primera División pero encendido todas las alertas.

Figura: Willian Cevallos

Liga de Portoviejo tras muchos años volvió a Primera División y así mismo, como en otras campañas, se devuelve por las mismas a Serie B. Lastimosamente el manejo de La Capira fue siempre caótico y de eso son testigos los continuos cambios en el rol técnico, con lo que finalmente nunca se pudo esbozar un plantel titular habitual ni una idea de juego establecida. Obviamente, los cambios de cuerpos técnicos derivaban en cambios de esquemas y jugadores a los que al menos no les faltó coraje, pero aquello no es suficiente. Tuvo la peor defensa del torneo con 59 goles encajados, que bien pudieron ser más de no ser por la experiencia en el arco de Esteban Dreer. La única buena noticia fue el sensacional paso del atacante Francisco Fydrizewski, quien figuró siempre en la tabla de goleadores.

Figura: Francisco Fydrizewski

La tabla general la cierra El Nacional, siendo el año más nefasto institucionalmente. El cuadro criollo finalizó último con 26 puntos, 4 por debajo del otro descendido. Un plantel muy desbalanceado y una dirigencia caótica que estuvo en permanente ojo de la tormenta por sus pasos desprolijos y polémicas insólitas que se reflejaban en impulsivos cambios de dirección técnica y una nómina que nunca lució tranquila. Los militares estuvieron entre los peores locales (19 puntos en esa condición), el peor visitante (7 puntos fuera de casa) y el peor ataque (26 goles a favor). Varios números que confirman la sensación de haber sido los peores del año. En toda esta tormenta destacaron jóvenes valores como: Adrián Cela, Kevin Peralta o el joven golero Leodán Chalá, que serían la esperanza del rojo para su pronto retorno, aunque a nivel institucional parece que cualquier “sorpresa” es posible.

Figura: Leodán Chalá

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